Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Repensar la universidad: En tanto universidad, católica y lasallista
Repensar la universidad: En tanto universidad, católica y lasallista
Repensar la universidad: En tanto universidad, católica y lasallista
Libro electrónico1071 páginas14 horas

Repensar la universidad: En tanto universidad, católica y lasallista

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

En cierta ocasión conversando informalmente con el doctor Luis Enrique Ruiz López, conocedor como pocos de la historia y el trajinar de la Universidad de La Salle, me decía que esta había tenido tres momentos fundantes de creación y transformación profundas. El primero, el de los acontecimientos en torno a 1964 correspondientes a su nacimiento y puesta en marcha. El segundo, el del inicio en 1984 del rectorado del hermano Juan Vargas Muñoz con su particular impronta de planeación y prospectiva visionaria. El tercero, los dinamismos desencadenados a partir del Proyecto Educativo Universitario Lasallistapeul de 2007. En otra conversación, varios años después, y esta vez con el doctor Fernando Vásquez Rodríguez, él explicaba que las múltiples dificultades, problemáticas, crisis, resistencias y conflictos por los cuales atravesábamos como universidad, eran propias de quienes nos correspondía vivir tiempos fundacionales de las instituciones. Sin saberlo, coincidía con la apreciación del doctor Ruiz. Nos encontrábamos inmersos en un momento singular de cambio de la Universidad. Estos dos diálogos de pasillo acompañados de un delicioso café —no existían aún los oma de las sedes de Chapinero y la Candelaria—, fueron reveladores para comprender el aquí y ahora de la Universidad. Así fue como se me ocurrió que lo mejor era dejar constancia escrita de lo más significativo que ocurriera año tras año. De ahí mi insistencia a todos los actores comprometidos con estos procesos innovadores, para que escribieran y publicaran plegables, folletos, revistas, librillos, libros y demás.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 oct 2017
ISBN9789588844046
Repensar la universidad: En tanto universidad, católica y lasallista

Relacionado con Repensar la universidad

Libros electrónicos relacionados

Métodos y materiales de enseñanza para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Repensar la universidad

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Repensar la universidad - Fabio Humberto FSC Hno Coronado Padilla

    Coronado Padilla, Fabio Humberto

    Repensar la universidad : en tanto universidad, católica y lasallista / Fabio Humberto Coronado Padilla. -- Bogotá : Ediciones Unisalle, 2013.

    632 p. ; 16 × 24 cm.

    Incluye bibliografía e índice.

    ISBN 978-958-8844-03-9

    1. Universidad de La Salle (Bogotá, Colombia) - Proyecto Educativo 2. Educación superior - Innovaciones educativas 3. Desarrollo humano integral 4. Pensamiento crítico I. Tít.

    378.01 cd 21 ed.

    A1423609

    CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango


    ISBN: 978-958-8844-03-9

    Primera edición: Bogotá D. C., septiembre de 2013

    © Derechos reservados, Universidad de La Salle

    Edición

    Oficina de Publicaciones

    Cra. 5 No. 59A-44, Edificio Administrativo, 3er piso

    PBX (57-1) 348 8000, extensión 1224

    publicaciones@lasalle.edu.co

    Hermano Fabio Humberto Coronado Padilla, Fsc.

    Autor

    Dirección editorial

    Guillermo Alberto González Triana

    Coordinación editorial

    Marcela Garzón Gualteros

    Revisión de textos

    Alexander Diazgranados Mendieta

    Diseño y diagramación

    Martha Cadena

    Diseño portada

    Ediciones Unisalle

    Impresión

    Editorial Kimpres Ltda.

    Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro sin el permiso previo por escrito.

    Presentación

    Testimonio de una época

    Grandes y maravillosas son tus obras,

    Señor, Dios omnipotente,

    justos y verdaderos tus caminos,

    ¡oh Rey de los siglos!

    (Ap 15, 3)

    En cierta ocasión conversando informalmente con el doctor Luis Enrique Ruiz López, conocedor como pocos de la historia y el trajinar de la Universidad de La Salle, me decía que esta había tenido tres momentos fundantes de creación y transformación profundas. El primero, el de los acontecimientos en torno a 1964 correspondientes a su nacimiento y puesta en marcha. El segundo, el del inicio en 1984 del rectorado del hermano Juan Vargas Muñoz con su particular impronta de planeación y prospectiva visionaria. El tercero, los dinamismos desencadenados a partir del Proyecto Educativo Universitario Lasallista peul de 2007.

    En otra conversación, varios años después, y esta vez con el doctor Fernando Vásquez Rodríguez, él explicaba que las múltiples dificultades, problemáticas, crisis, resistencias y conflictos por los cuales atravesábamos como universidad, eran propias de quienes nos correspondía vivir tiempos fundacionales de las instituciones. Sin saberlo, coincidía con la apreciación del doctor Ruiz. Nos encontrábamos inmersos en un momento singular de cambio de la Universidad.

    Estos dos diálogos de pasillo acompañados de un delicioso café —no existían aún los oma de las sedes de Chapinero y la Candelaria—, fueron reveladores para comprender el aquí y ahora de la Universidad. Así fue como se me ocurrió que lo mejor era dejar constancia escrita de lo más significativo que ocurriera año tras año. De ahí mi insistencia a todos los actores comprometidos con estos procesos innovadores, para que escribieran y publicaran plegables, folletos, revistas, librillos, libros y demás. Posteriormente, cuando entró con fuerza la internet y lo digital, seguimos con la cantaleta que a lo impreso juntáramos lo electrónico; que tanto lo uno como lo otro, no importara el formato, fueran a parar a los archivos correspondientes. Con el correr de los lustros se convertirían en fuentes primarias valiosísimas para los historiadores del futuro.

    Dentro de ese contexto nace la idea de este libro que hoy llega a sus manos. Recopila una diversidad de textos ya publicados de forma dispersa, que organizados y presentados secuencialmente en un solo volumen, permiten la lectura de conjunto y la visualización de los acontecimientos que ya son memoria del pasado, ya sea para la crítica juiciosa o la hermenéutica que interpretará lo sucedido. En estas páginas queda retratada la mirada de los acontecimientos del lapso de tiempo en el que me correspondió ejercer el rol de vicerrector académico. No es sino la mirada de uno de sus protagonistas. Hay muchas otras, la de todos los que construyeron la vida universitaria durante el sexenio 2008-2013. Oportunamente sabrán ellos dejar su testimonio.

    Para el autor de este escrito cada capítulo es una manera distinta de narrar la misma historia. Sea desde la modalidad de una conferencia, una ponencia, un prólogo, un discurso, un editorial o una memoria de gestión, en todas ellas, a su manera, se pintan las ideas detrás de los hechos, las realizaciones detrás de los proyectos, lo que nunca fue y quedó inconcluso aunque se soñó. Con otras palabras, los idearios y las pensadurías, las memorias y las habladurías. En unos y en otros, independientemente del formato discursivo utilizado, aparecen las preocupaciones, los énfasis, las tendencias, lo que pasó y que denota los cambios ocurridos.

    Como bien lo escribió Hubert Nyssen en su libro La sabiduría del editor (2006) No simplemente la publicación, sino también una complicidad a la par que una atención analítica que permite al autor descubrir y medir la distancia entre lo que cree haber escrito y lo que en realidad escribió, entre sus ambiciones y sus realizaciones. En consecuencia, es hora de poner punto final. El libro ha salido de la imprenta, se ha enviado a las bibliotecas, ha llegado a los potenciales lectores. El autor desaparece de esta historia e ingresa en los meandros recónditos del tiempo. Quedan los legados. Los historiadores del futuro tienen la palabra.

    El autor

    Comprometida con los más pobres del país

    ¹

    Porque pobres tendréis siempre con vosotros

    y podréis hacerles bien cuando queráis;

    pero a mí no me tendréis siempre

    (Mc 14, 7)

    Durante las tres últimas décadas las Universidades Lasallistas, principalmente las latinoamericanas, ² han iniciado un camino de reflexión y de reformulación de los grandes temas del Lasallismo en perspectiva de Educación Superior. Tradicionalmente dicho ejercicio académico se circunscribió prácticamente de manera exclusiva a teorizar sobre la inspiración lasallista de las escuelas y los colegios. Hoy por hoy los lasallistas comprometidos con las universidades tematizan de manera nueva sobre el sentido y misión de la educación universitaria desde las tradiciones pedagógicas de los Hermanos.

    Nuestra Universidad no ha sido ajena a este movimiento reflexivo, y desde el inicio de los Cursos de Pedagogía y Lasallismo (cpl)³ sus espacios y ambientes de formación continuada de los profesores de la Universidad, se han visto enriquecidos con relecturas sucesivas del carisma y la espiritualidad lasallistas. Hoy, después de 24 años de historia de los cpl —los cuales llegan a su fin para dar paso a procesos nuevos— se sigue proponiendo a la comunidad universitaria los temas prioritarios para la comprensión lasallista de la Universidad.

    Una posible agenda temática lasallista para el próximo lustro estaría integrada entre otros temas por los siguientes: Opción por los más pobres, Rol del intelectual católico, Confesionalidad de la misión universitaria lasallista, Evangelización de la cultura y pastoral de la inteligencia, Globalización de la solidaridad y de la esperanza, Juntos y por asociación, Prácticas pedagógicas universitarias y Vida espiritual y trabajo científico universitario. Cada uno de estos temas podría constituirse en eje de reflexión, trabajo y compromiso para todos los integrantes de la comunidad universitaria lasallista en el inmediato futuro.

    Iniciamos con este artículo una serie de textos que presentarán algunos desarrollos de estos grandes temas. No espere el lector encontrar en ellos novedad, expresamente no es su intencionalidad. Solamente se tratará de síntesis reelaboradas de los Apuntes de Conferencias propuestos al pensamiento y debate de nuestra comunidad universitaria lasallista. Las ideas en ellas expuestas son prestadas de los diversos autores que al final presentamos en la bibliografía, y a los cuales remitimos para quien quiera ampliar y profundizar los conocimientos. No pretenden ser más que una iniciación a los temas lasallistas propios del mundo universitario.

    O

    PCIÓN LASALLISTA POR LOS MÁS POBRES

    Si hay un rasgo distintivo esencial dentro del lasallismo ese es el de la opción por los más pobres. La historia lasallista comenzó a existir a partir de un núcleo o motivación que se mantiene sin cambios: dar respuesta a las necesidades educativas de los niños y jóvenes más pobres.

    San Juan Bautista De La Salle impresionado por la realidad de su tiempo, se dejó guiar por el Espíritu de tal manera que un compromiso lo llevaba a otro y así respondió creativamente a las necesidades de los más pobres.

    Habiendo nacido como un Instituto para el servicio educativo de los más pobres, una de las reocupaciones permanentes de nuestras universidades debe ser el estar abiertas a su servicio.

    Por tanto partamos de una pregunta fundamental: ¿De qué maneras nuestra universidad concretiza la Opción por los más pobres y el Juntos y por asociación al servicio educativo de los más pobres? Se trata entonces de comprender que toda práctica de investigación, docencia o extensión universitarias inspiradas en el lasallismo encuentran su razón de ser y su finalidad última en un compromiso a favor de los más empobrecidos de nuestro país.

    Para los lasallistas la opción por los más pobres no es una moda como sí lo fue en teología durante los años setenta y ochenta del siglo pasado y que hoy atraviesa por lo que algunos teólogos denominan la noche oscura de la indiferencia o del escepticismo de la opción por los pobres (Madera, 2004, p. 2). Para el lasallismo la opción por lo más pobres es cuestión de principios esenciales y de actualidad permanente.

    La Universidad de La Salle es más lasallista en cuanto logre hacer vida el fin de nuestro Instituto: El fin de este Instituto es procurar educación humana y cristiana a los jóvenes, especialmente a los pobres, según el ministerio que la Iglesia le confía (R 3 del Capítulo 1 Fin y Espíritu del Instituto). ¿Cuál ministerio? El ministerio apostólico de la educación.

    La Opción preferencial por los pobres es una de los compromisos institucionales básicos del Proyecto Educativo Universitario Lasallista (peul) […] determinan un compromiso preferencial con los más pobres y desvalidos de la sociedad, en cuanto destinatarios directos del servicio educativo y sociocultural, y en cuanto sesgo formativo y académico de la Universidad.

    En síntesis, una de las características esenciales como Universidad lasallista es la de optar por los más desheredados de la fortuna. Se trata, pues, de comprender mejor sus implicaciones e imaginarios para que cada uno desde su unidad académica y con fidelidad creativa la concretice a nivel micro, meso y macro de su trabajo universitario.

    Pero ¿cómo escribir sobre la opción por los más pobres al mundo de la academia y la inteligencia de nuestra universidad, si estamos alejados de ese mundo? Si nuestra Universidad no se encontrara fuera, alejada o de espaldas al mundo de los pobres, no habría motivo para plantearse el problema de la opción por los más pobres. He ahí el desafío. El Evangelio nos dice que estas cosas son reveladas solo a los sencillos: En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido su beneplácito (Mt 11, 25-26).

    ¿Q

    UIÉNES SON LOS POBRES?

    Es casi cínico preguntarnos quiénes son los pobres cuando las estadísticas señalan que el 56,6 % y otras que el 66 % del total de la población colombiana son pobres, y cuando diariamente ellos tocan a las puertas de nuestras sedes universitarias y en los más diversos rincones de la patria por donde deambulamos nos salen al paso con un grito silencioso pero ensordecedor, clamoroso y creciente.

    Mas es propio de la rigurosidad científica de la cultura universitaria inquirir a fondo por los significados, los alcances, las causas y las consecuencias. Desde este punto de vista la semántica de la expresión pobre es muy rica y plural. La perspectiva compleja y amplia acerca del pobre y de la pobreza no resisten ser definidas por una sola variable, es un concepto muy rico en significados, a manera de ejemplo podríamos citar:

    •  En sentido económico, pobre es el carente de recursos monetarios.

    •  En sentido cultural, pobre es el subyugado por modalidades de vida y de expresión ajenos a los suyos.

    •  En sentido político, pobre es el violentado y oprimido por el poder abusivo.

    •  En sentido clínico, pobre es el enfermo.

    •  En sentido sicológico, pobre es el enajenado, el extrañado de sí mismo.

    •  En sentido educativo, pobre es el iletrado.

    •  En sentido étnico, pobre es el negro, el indígena, el latino, la minoría.

    •  En sentido sexual, pobre es el anormal.

    •  En sentido epidemiológico, pobre es el infectado.

    •  En sentido moral, pobre es el descarriado.

    •  En sentido familiar, pobre es el solo, el triste, el huérfano, la aban­donada, la viuda.

    •  En sentido genérico, pobre es la mujer victimizada.

    •  En sentido de derecho, pobre es el excluido y pisoteado, sin acceso a la protesta, al diálogo, a la democracia, a la representación.

    •  En sentido de necesidades básicas insatisfechas, pobre es el que no puede acceder a comida, techo, salud, educación.

    •  En sentido de desarrollo, pobre es el condenado a no ver actuadas nunca sus potencialidades físicas, espirituales y sociales.

    •  En sentido ecológico, pobre es aquel a quien se le destruye su hábitat, su medio ambiente y sus recursos de aire, de suelos, de flora, de fauna.

    •  En sentido teologal, pobre es el que se cierra a la misericordia y al amor.

    •  En sentido religioso, pobre es aquel que es violentado en su conciencia y a quien se le niega o se le impide buscar y hallar la razón de su sentido histórico y de su último sentido.

    •  En sentido espiritual, pobre es el incapaz de reconocer el sentido de la dignidad y la trascendencia.

    Pero más allá de este caleidoscopio de posibles comprensiones, los pobres de los que se habla en la opción son, antes que nada y en directo, aquellos seres humanos para quienes el hecho básico de sobrevivir es una dura carga, para quienes dominar la vida a sus más elementales niveles de alimentación, salud, vivienda, etc., es una dura tarea y la tarea cotidiana que emprenden en medio de una radical incertidumbre, impotencia e inseguridad.

    Pobres son aquellos encorvados, doblegados, humillados por la vida misma, automáticamente ignorados y despreciados por la sociedad. Estos son los pobres tal como de ellos se habla en los profetas y en Jesús. Anawin pobres de Yahvé, es decir, aquellos a quienes la propia indigencia lleva a poner toda su esperanza en el Señor.

    En lenguaje actual, pobres son en primer lugar los socioeconómicamente pobres, los carentes de recursos y los excluidos, lenguaje que no debiera sorprender ni ser tachado de ideologizado, pues lo que está detrás de lo socioeconómico es el oikos, el hogar, y el socium, el compañero; es decir, las dos realidades fundamentales para todo ser humano: la vida y la fraternidad.

    Junto a esta pobreza existe también la sociocultural, que hace que la vida sea dura carga. Existe la opresión y discriminación racial, étnica y sexual. Muy frecuente, por el mero hecho de ser negro, indígena o mujer, la dificultad de la vida se agrava. Esta dificultad añadida es teóricamente independiente de la realidad socioeconómica, pero con gran frecuencia, al menos en Colombia, acaece dentro de la pobreza socioeconómica, con la cual estos seres humanos son doblemente pobres.

    El común denominador de estos pobres y de estas pobrezas es la carencia real. Ante ellos, por ellos, a favor de ellos, con ellos y haciéndose para ellos, urge hoy más que nunca la única postura ética posible para nuestra universidad: la opción por los más pobres y la búsqueda de la justicia, las cuales son parte constitutiva del testimonio responsable de la fe que anunciamos.

    Mas examinado el asunto desde otro ángulo, pobreza no es mera carencia, no es mera dificultad de dominar la vida, sino dificultad de vivir causada por otros e ignominia añadida por otros. Hay pobres porque hay empobrecedores, y estructuras que perpetúan históricamente las desigualdades.

    La pobreza de estas personas por las que Dios opta no es —teológicamente considerada— simple pobreza, sino injusticia. Lo que hace relevante a los pobres a los ojos de Dios no es una pobreza, material o espiritual, sino una pobreza que es fruto de la injusticia. Los pobres de la opción por los más pobres por los que Dios y nosotros optamos son los injusticiados (injusticiado es el que es tratado con injusticia, por el sistema que fabrica a los pobres). La opción por los más pobres, más exactamente, es opción por la justicia. Lo que la habita y sustenta por debajo es el Amor-Justicia que Dios mismo es, y del que nosotros queremos participar.

    La riqueza es un instrumento útil si de ella se usa justamente y se pone al servicio de la justicia. Si de ella se hace un uso injusto, se la pone al servicio de la injusticia. Toda acumulación de riquezas estará inevitablemente implicada con alguna forma de injusticia. Es prácticamente imposible acumular mucho para sí sin privar a otros de lo que debieran disfrutar. Lo que hay que destruir no son las riquezas, sino las pasiones del alma que no permiten hacer el mejor uso de ellas, y desde esta perspectiva luchar denodadamente por la generación de riquezas y por la distribución equitativa de las mismas.

    ¿Q

    UÉ ES OPCIÓN POR LOS MÁS POBRES

    ?

    La opción por los más pobres es, antes que nada, una opción con la que se confronta todo ser humano por el simple hecho de serlo:

    •  Es una forma de ver la realidad.

    •  Reaccionar ante ella.

    •  Encarnarse en ella.

    •  Y vivir como ser humano.

    Opción por los más pobres es, entonces, reaccionar con ultimidad a la miseria y reaccionar por la única razón de que ésta se ha hecho presente ante uno. No es un mandamiento, algo que hay que hacer porque está mandado, ni algo que se hace evidentemente sobre la base de otra realidad exterior a la miseria misma. Es, más bien, una forma primaria de reaccionar ante la realidad.

    La opción por los más pobres en su más honda esencia no es estratégica, ni pastoral, ni mediacional, sino teológica. La opción por los pobres es un principio que ya tenemos claro que pertenece esencialmente a lo más hondo del cristianismo porque pertenece a lo más hondo del ser de Dios.

    Dios es el Dios de todos, pero no de la misma manera:

    •  Es en directo el Dios de los pobres.

    •  Es también el Dios de los empobrecedores en cuanto les exige una radical conversión.

    •  Y es el Dios de los no-pobres en cuanto exige que estos se pongan al servicio de los pobres.

    De estas diversas formas Dios se muestra como el Dios salvador de todos. Por eso hacemos como cristianos una opción preferencial por los pobres.

    El adjetivo preferencial no quiere excluir a nadie —a los empobrecedores, a los no pobres— de la salvación ni de la predicación del evangelio o la atención pastoral. No es excluyente de personas, sino de actitudes pecaminosas y de proyectos excluyentes. El evangelio es para todos —personas— pero desde la solidaridad con los más pobres.

    El manantial de la opción por el más pobre es una honda experiencia de fe y contemplación espiritual. Esta experiencia nos lanza a amar a cada persona y de manera especial al pobre y al excluido, así como Jesús.

    Debemos pues distinguir:

    a) La pobreza como carencia de los bienes de este mundo: en sí misma es un mal, es una pobreza no deseada por Dios. Los profetas la denuncian como contraria a la voluntad del Señor y la mayoría de las veces como fruto de la injusticia y el pecado de las personas.

    b) La pobreza espiritual: es la actitud de apertura a Dios en tanto disponibilidad a la voluntad del Señor, la disponibilidad de quien todo lo espera del Señor. Aunque valoriza los bienes de este mundo no se apega a ellos y reconoce el valor superior de los bienes del Reino.

    c) La pobreza como compromiso y solidaridad con los más pobres, que asume, voluntariamente y por amor, la condición de los necesitados de este mundo para testimoniar el mal que ella representa y la libertad espiritual frente a los bienes, sigue en esto el ejemplo de Cristo que hizo suyas todas las consecuencias de la condición pecadora de los hombres y que siendo rico se hizo pobre, para salvarnos.

    Las actitudes de las personas sin duda impactan el mejoramiento o el empeoramiento de las condiciones de pobreza e injusticia social, pero las estructuras sociales las perpetúan o las transforman. De ahí que el cristiano tiene que asumir una posición crítica y proactiva frente a los modelos económicos, los planes de desarrollo y las políticas sociales. De lo anterior se derivan tres dimensiones del compromiso cristiano con los más pobres tanto de manera individual como colectiva:

    a) Lucha por la superación de las injustas condiciones de pobreza y despojo a nivel económico, político, social y cultural.

    b) Despojo del egoísmo para confiar solo en el Señor, actitud esta que la teología espiritual llama: pobreza espiritual evangélica o infancia espiritual.

    c) Buscar compartir en la vida cotidiana las condiciones de despojo material que deben soportar los pobres. Una opción consciente y voluntaria por el lugar social de los pobres, para ubicarse en él, con un deseo de identificación con los pobres. Ir a su encuentro y a su mundo. La cercanía es necesaria para conocer la realidad de los pobres.

    Finalmente, debemos ser conscientes que la opción por los más pobres trae sus consecuencias:

    a) La asunción consciente y activa de la causa de los más pobres, implica una opción política de solidaridad activa con sus luchas, mediante una praxis histórica de transformación social que utilice las mediaciones sociopolíticas necesarias en cada caso.

    b) La asunción del compromiso con los más pobres, puede conllevar desde un simple desprestigio, hasta la muerte, pasando por el despojo de privilegios, la persecución y el martirio, como castigos infligidos por haberse encarnado en el mundo y en los intereses de los pobres y haber asumido la defensa activa de su causa y de sus intereses.

    c) La pobreza espiritual o infancia espiritual implica la confianza total del creyente en el Señor, en la fuerza plenificante de su amor, que nos lanza a amar al desvalido, a la opción por el más pobre, a la disponibilidad para compartir con los otros, con sentido de justicia y de hambre del Reino de Dios. La práctica de la pobreza espiritual conlleva una actitud de libertad frente a las riquezas de este mundo, compartiéndolas con todos y en especial con los más necesitados, y utilizándolas con sencillez y sobriedad. Implica tener los bienes y las riquezas de este mundo no como un absoluto sino solo como un medio, como un regalo del Señor a todos para su plena realización; estos bienes deben ser compartidos de manera equitativa y solidaria.

    N

    IVELES DE LA OPCIÓN POR LOS MÁS POBRES

    Uno es el nivel de los principios y otro es el nivel de sus mediaciones. Es importante saber distinguir tanto el uno como el otro. Los principios, los imperativos éticos y teológicos, están en un plano; y en otro están sus mediaciones, es decir, las estrategias, las tácticas, las fórmulas ideológicas que pueden concretar históricamente aquellos grandes principios en cada hora, las posibilidades fácticas que cada coyuntura ofrece o prohíbe.

    Habrá que cambiar de mediaciones e inventar nuevas fórmulas, porque todas ellas son relativas y accidentales, pero seguiría siendo esencial lo que es esencial y absoluto: la opción por los más pobres como dimensión que es del Reino de Dios.

    Todo esto no impide que en una hora histórica concreta una determinada forma de poner en práctica esa opción por los más pobres pierda vigencia. La opción por los más pobres está más allá y más adentro de sus mediaciones, debe llegar a ser solidaridad efectiva y real.

    El signo particular y distintivo del cristiano desde las primeras comunidades de los Hechos de los Apóstoles es la solidaridad efectiva y real con el necesitado. Los cristianos son signos de crédito porque entre ellos se da una solidaridad que no se da en ninguna otra parte.

    Veámos algunos principios básicos de solidaridad cristiana que nos regalan los padres de la época subapostólica y que son inspiradores para nuestra Universidad:

    a) Didajé 4, 5: No rechazarás al necesitado, sino que comunicarás en todo con tu hermano, y de nada dirás que es tuyo propio. Pues si os comunicáis en los bienes inmortales ¿cuánto más en los mortales?

    b) Carta de Bernabé, 19, 8: Comunicarás en todas las cosas con tu prójimo, y no dirás que las cosas son tuyas propias, pues si en lo imperecedero sois partícipes ¿cuánto más en lo perecedero?

    c) Didajé 1, 5: Da a todo el que te pide, y no lo rechaces: porque a todos quiere el Padre que se dé de sus dones.

    d) Doctrina de los xii Apóstoles: No vuelvas tu espalda al necesitado, antes bien comunica todas las cosas con tus hermanos, ni digas que son tuyas: porque si somos socios en las cosas inmortales, cuánto más debemos dar entrada a partir de estas. Porque el Señor quiere que se dé a todos de sus dones.

    e) Constituciones Apostólicas vii, 12, 5: Comunicarás todas las cosas con tu hermano, y no dirás que son tuyas propias: porque Dios dispuso la participación común para todos los seres humanos.

    f) Hermas, Mand. 2, 4: Del fruto que Dios te da de tus trabajos da con sinceridad a todos los necesitados, sin andar vacilante sobre a quién darás y a quién no, pues a todos quiere el Señor que se dé de sus propios dones.

    A

    MOR OPERATIVO EN Y DESDE LA UNIVERSIDAD

    Los principios permanecen a través del tiempo, las mediaciones van cambiando pero en el fondo ambos buscarán siempre hacer operativo el evangélico: amor a Dios y amor al prójimo. Al respecto la primera encíclica del Papa Benedicto xvi Dios es amor, que se presenta como una especie de encíclica programática para el actuar de los cristianos en los próximos años, nos ofrece valiosas orientaciones a la hora de aterrizar la opción por los más pobres, principalmente en lo relacionado con el binomio justicia y caridad.

    Las mediaciones de la opción por los más pobres serían las que concretizan y harán operativo ese amor a Dios y al prójimo al interior de nuestra Universidad y en su ideal de llegar a ser una institución inserta y al servicio de los más pobres de Colombia. Podríamos lograrlo si pasamos del blablismo o del blablablá (conversación ininterrumpida e insustancial) sobre los más pobres al compromiso real de nuestra Universidad con ellos. Tres lineamientos para lograrlo podrían ser los siguientes:

    P

    RIMER LINEAMIENTO

    Se trata de organizar la vida universitaria alrededor de nosotros mismos u organizarla alrededor del Otro.

    •  Organizar la vida alrededor de sí mismo: de su grupo, proyecto, programa, unidad académica, es una concepción egocéntrica de la vida. En últimas es preocuparse por la propia salvación, por las propias necesidades.

    •  Organizar la vida alrededor del Otro: es descentrarse, optar por el necesitado.

    Como Universidad tendríamos que descentrarnos de las prioridades que consideramos importantes para hacer de la opción por los más pobres nuestra máxima urgencia y prioridad absoluta. Descentrarse mirando la realidad empobrecida, aprender de ella en ella y buscar transformarla, enriqueciéndola. Cuestionémonos: ¿En nuestras reuniones, decisiones y proyectos colocamos a los más pobres de primero? ¿Los más pobres son prioridad en nuestras agendas de trabajo? ¿En nuestros criterios prácticos las necesidades de los más pobres son atendidas? ¿Los más pobres son el criterio por excelencia que guía cualquier actuación?

    S

    EGUNDO LINEAMIENTO

    Frente al empobrecimiento de grandes sectores populares, especialmente en las zonas abandonadas y periféricas de las metrópolis y en los ambientes rurales olvidados, es válida para el mundo universitario la estrategia de la vida consagrada de las últimas décadas.

    Su programa se resume en:

    •  Optar todos por los pobres

    •  Estar muchos con los pobres

    •  Ser algunos como los pobres

    Optar todos por los pobres: es el nivel ideológico y de las convicciones. Desde esta perspectiva todos los integrantes de la comunidad universitaria lasallista tendrían internalizada como orientación en todos sus actos una perspectiva desde y para los pobres de nuestro país. Permanentemente habría seminarios, congresos, investigaciones que ayudarían a comprender desde cada disciplina la realidad de los pobres y la pobreza y propondría alternativas de solución. Las distintas cátedras y espacios académicos se constituirían en foros en los cuales, sin dejar de lado la enseñanza-aprendizaje de los saberes particulares, se confrontaría a los estudiantes con el análisis de los contextos y problemáticas de la pobreza en Colombia. Como cuerpo académico seríamos interlocutores en todos los escenarios que tengan que ver con estas realidades, con una actitud pensante y propositiva, creativa y comprometida.

    Estar muchos con los pobres: es el nivel de la presencia participativa. Los lasallistas de esta Universidad deben estar en contacto permanente con las comunidades y poblaciones más necesitadas, colaborando codo a codo con ellas en la solución de sus problemas más agobiantes y aportando con sus saberes, ciencia y técnica. Una presencia activa generosa y desinteresada, cercana y fraterna, pero ante todo con una intervención social planeada y sistemática, donde los mismos pobres sean protagonistas de su propia promoción. Ninguna unidad académica puede eximirse del examen de acreditación de ese par académico que son los pobres y la pobreza de nuestro país, por el cual le damos intencionalmente la cara a la realidad del país.

    Ser algunos como los pobres: es el nivel de la profecía. Por la cual los místicos de la pobreza anuncian, denuncian y renuncian a su sociedad. Se insertan con los pobres y viven como uno de ellos, y desde dentro del mundo de la pobreza se dicen y nos dicen su palabra que desinstala, que cuestiona nuestras precompresiones y posiciones, y que nos invitan a relativizar las vanaglorias y ambiciones de este mundo.

    T

    ERCER LINEAMIENTO

    Traduciendo la encíclica mencionada anteriormente Dios es Amor para el mundo universitario y desde el ángulo de la opción por los más pobres, podemos creativamente imaginar también tres niveles para hacer operativo el amor evangélico del cual somos testigos.

    Nivel de asistencia y beneficencia: en donde la Universidad ejerce la caridad con actividades de beneficencia, de limosna, de asistencia a las carencias de las poblaciones que no dan espera como el hambre, la enfermedad, las consecuencias de los desastres naturales, etc.; o como lo bosqueja muy bien Benedicto xvi en su encíclica: Según el modelo expuesto en la parábola del buen Samaritano, la caridad cristiana es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación: los hambrientos han de ser saciados, los desnudos vestidos, los enfermos atendidos para que se recuperen, los prisioneros visitados, etc. (Benedicto xvi, 2005, nro. 31).

    Al respecto también es sugerente la Palabra: No vuelvas la cara ante ningún pobre(Tob 4, 8); No te niegues a hacer bien al necesitado (Prov 3, 27); Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a vermeTodo lo que hicisteis a uno de estos pequeños a mí me lo hicisteis (Mt 25, 31-46).

    Nivel de promoción y desarrollo humano: se trata de hacer el esfuerzo por presentar el Evangelio en estratos de población sin esperanza, para acercarlos a la Palabra de Dios, para hacer que se sientan parte viva de la Iglesia, haciendo que los pobres se vuelvan protagonistas de su propio desarrollo. Para ello la Universidad⁵ puede proporcionar condiciones de bienestar y calidad de vida interviniendo interdisciplinarmente comunidades de las ciudades o sectores rurales deprimidos, mediante la organización comunitaria, la creación de microempresas, el urbanismo, la educación, la salud, etcétera.

    Nivel estructural transformador: es lo propio del mundo universitario, por el cual se dan respuestas estructurales a las grandes problemáticas sociales. Es el amor político y la caridad social hechos vida mediante la organización comunitaria y la autodeterminación. Aquí entran las inmensas posibilidades para el actuar lasallista comprometido en los campos de la ética, la mística y la política. En consecuencia, el signo distintivo de la Universidad en tanto lasallista es su trabajo por la promoción de la justicia y los derechos humanos. Personas, ciencia y técnica al servicio de los más pobres del país, tras la búsqueda de una sociedad con estructuras más equitativas y solidarias para todos.

    A

    GENDA DE POLÍTICAS Y ESTRATEGIAS

    Como colofón de estos Apuntes de Conferencias presentamos la síntesis del trabajo de reflexión realizado por 200 profesores de las distintas unidades académicas de la Universidad, quienes durante los Cursos de Pedagogía y Lasallismo (cpl) de Diciembre de 2005 y Junio de 2006 fueron coprotagonistas del diseño de una posible agenda de políticas y estrategias, creativa y pertinente, que guíe a la Universidad de La Salle a ser más solidaria y proactiva en la solución de los problemas de los más necesitados del país.

    Para lograr tal propósito, en primer lugar se seleccionaron las políticas y estrategias que nuestra Universidad podría hacer viable en los próximos años del documento: Agenda de políticas y estrategias para la educación superior colombiana 2002-2006. De la exclusión a la equidad Asociación Colombiana de Universidades (ascun) y que se referían a la opción por los más pobres. Luego en un segundo momento nuestra comunidad académica se dio a la tarea de proponer otras desde nuestro caminar como Universidad. Tanto las unas como las otras se fundieron en un solo texto que se transcribe a continuación y que es como nuestro primer borrador de bitácora de ruta hacia el compromiso con los más pobres de Colombia.

    Para la construcción de dicha agenda se tomaron los siguientes cuatro ejes:

    •  Políticas y estrategias relacionadas con Calidad, Acceso y Perma­nencia.

    •  Políticas y estrategias relacionadas con Ciencia y Tecnología.

    •  Políticas y estrategias relacionadas con Pertinencia y Responsabilidad Social.

    •  Políticas y estrategias relacionadas con Financiación, Gestión y Gobierno.

    P

    OLÍTICAS Y ESTRATEGIAS RELACIONADAS CON CALIDAD, ACCESO Y PERMANENCIA

    A. Ampliación de la cobertura con calidad, en condiciones de equidad tanto en el acceso como en la permanencia a la Universidad de La Salle, con especial énfasis en los grupos de menores ingresos.

    Estrategias

    •  Aumentar el acceso a los grupos más pobres, mediante el establecimiento de programas de subsidios para estudiantes de los estratos de menores ingresos para que se formen en programas de las diversas unidades académicas.

    •  Establecer líneas para crédito educativo por parte de entidades estatales, privadas y de la misma Universidad de La Salle, con amortización a largo plazo, que incorporen el monto para el sostenimiento del estudiante.

    •  Articular o generar formas de integración, alianzas con otras instituciones comprometidas con los más pobres del país, que permitan consolidar un sistema de formación que facilite el acceso, circulación y cooperación.

    •  Impulsar el uso de las tecnologías de información y comunicaciones, tanto en la educación presencial, como en educación a distancia y virtual, con condiciones de calidad y con los aportes tecnológicos necesarios, como una alternativa de extensión de los programas académicos a las regiones, especialmente en las áreas rurales y semiurbanas.

    •  La Universidad de La Salle adelantará procesos de apertura y flexibilización institucional y curricular para reducir los factores de exclusión existentes, tanto en el ingreso como en la movilidad de los estudiantes. Se impulsarán entonces los procesos para flexibilizar las condiciones de ingreso, de reconocimiento de estudios, facilitar el tránsito de los estudiantes entre instituciones y programas, entre otros.

    •  La Universidad de La Salle fomentará el desarrollo de programas de acompañamiento a los estudiantes que lo requieran, para asegurar su permanencia en el sistema y que puedan culminar con éxito su formación.

    •  Adaptar las experiencias más significativas que han tenido otras Universidades Lasallistas del mundo en ampliación de cobertura con calidad para los más pobres y que resulten pertinentes a la situación colombiana, con apoyo de la red de universidades lasallistas del Instituto.

    P

    OLÍTICAS Y ESTRATEGIAS RELACIONADAS CON CIENCIA Y TECNOLOGÍA

    A. Fortalecimiento al desarrollo científico y tecnológico en la Universidad de La Salle y prioridad a la Ciencia y la Tecnología como factor estratégico para el desarrollo de Colombia.

    Estrategias

    •  Impulsar y fortalecer programas de maestría y doctorado, así como fomentar la creación de nuevos programas en los sectores que la Universidad de La Salle defina como estratégicos para el servicio de los más pobres del país.

    •  Impulsar la creación de Institutos altamente especializados comprometidos con el desarrollo humano sustentable de las regiones y sectores poblacionales más pobres del país.

    •  Fomentar la ejecución de programas de semilleros de investigadores para la formación de jóvenes estudiantes como investigadores comprometidos con la solución de los problemas de los estratos de menores ingresos.

    •  Desarrollar tecnologías propias para potenciar el desarrollo sustentable de las comunidades más pobres a partir de sus necesidades particulares.

    •  Realizar alianzas con entidades para la transferencia tecnológica que esté encaminada a resolver los problemas reales y específicos de las comunidades más pobres y excluidas.

    B. Formulación de una Agenda Científica de la Universidad de La Salle que responda a las necesidades más sentidas de la población colombiana.

    Estrategias

    •  Definir las líneas de investigación institucionales de la Universidad de La Salle que orientarán las prioridades de los grupos de investigación, los proyectos de investigación y las inversiones en investigación, desde la perspectiva de la opción por los más pobres.

    •  Reorganizar la Oficina de Investigaciones para que gestione la investigación, fomente la conformación de alianzas con otras universidades y participe en los procesos de interlocución con el sector privado y estatal, en la tarea de promoción de la justicia, los derechos humanos y la solidaridad con los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

    •  Fomentar la organización de bancos de problemas de investigación a través de la realización de inventarios de necesidades de los más pobres, que sirvan para orientar a los grupos de investigadores.

    P

    OLÍTICAS Y ESTRATEGIAS RELACIONADAS CON PERTINENCIA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

    A. Definición de las áreas estratégicas para el desarrollo del país con las cuales deba comprometerse el quehacer de la Universidad de La Salle en el marco de una visión de largo plazo y de propósitos nacionales para dar solución a los problemas de la sociedad colombiana, en cumplimiento de su responsabilidad social.

    Estrategias

    •  Mediante un proceso participativo, definir los sectores considerados estratégicos para el desarrollo nacional, regional y local hacia los cuales se dirijan los esfuerzos de la Universidad de La Salle en materia de docencia, investigación y extensión en el próximo decenio.

    •  Articular dichas áreas con la visión prospectiva definida para el país.

    •  Identificar la capacidad de intervención social de cada unidad académica y diagnosticar los recursos humanos, físicos y financieros a partir de los cuales la Universidad de La Salle puede planear y concretizar su acción social.

    • 

    B. Interacción e integración con la sociedad como estrategia de transformación y legitimación institucional.

    Estrategias

    •  Diseñar y poner en marcha programas institucionales e interinstitucionales de extensión universitaria y de servicio a las comunidades más pobres, que atiendan de manera integral los diversos problemas que afectan a la sociedad nacional, regional y local, que faciliten una acción sinérgica y coordinada del aporte de la Universidad de La Salle en la búsqueda de soluciones.

    •  Elaborar programas que permitan a la Universidad de La Salle aprovechar recursos de la cooperación para el desarrollo, para abordar problemas de la sociedad como el desplazamiento forzado, violación a los derechos humanos, atención a la población afectada por la violencia, pero fundamentalmente de atención a los derechos de los niños y a los derechos de los jóvenes más pobres, entre otros.

    •  Convocar un proceso a través del cual se precise el papel político y ético de la Universidad de La Salle y su participación en el desarrollo nacional, regional y local.

    •  Verificar la pertinencia de los programas académicos desde el ángulo de la proyección social de la Universidad de La Salle.

    •  Establecer el servicio social obligatorio de los estudiantes a lo largo de los diferentes semestres de su respectiva carrera, y en comunidades específicas identificadas por la Universidad de La Salle para generar en ellas desarrollo social.

    C. Orientar toda la actividad académica e investigativa de la Universidad de La Salle a la transformación de las estructuras sociales injustas y excluyentes.

    Estrategias

    •  Revisar permanentemente los planes y programas, currículos y planes de estudio en función de las necesidades y problemáticas apremiantes del país, de las regiones y de las localidades.

    •  Proyectar acciones de extensión a partir de la incorporación de prácticas profesionales en atención e intervención de distintas situaciones sociales.

    •  Privilegiar la investigación que favorezca el desarrollo sustentable.

    P

    OLÍTICAS Y ESTRATEGIAS RELACIONADAS CON FINANCIACIÓN, GESTIÓN Y GOBIERNO

    A. Fortalecimiento financiero de la Universidad de La Salle.

    Estrategias

    •  Diseñar un sistema de financiación de la Universidad de La Salle que le permita disponer los recursos necesarios para su propia autogestión con calidad y para el apoyo de su opción por los más pobres del país.

    •  La Universidad de La Salle establecerá alianzas con el sector productivo para la financiación de proyectos regionales y locales y el fortalecimiento de la investigación a favor de los más pobres.

    •  Buscar la manera de acceder a recursos del Estado o de entidades internacionales para el fortalecimiento tanto de la investigación como de los proyectos a favor de los más pobres.

    •  Mantener su decisión de apostarle al crecimiento de la clase media como vía a la equidad.

    •  Promover con ong y otros organismos fondos que faciliten financiación y apoyo a estudiantes de sectores periféricos.

    •  Continuar y acrecentar el apoyo a los estudiantes menos favorecidos con los programas actualmente existentes de becas y auxilios educativos.

    B. Fortalecimiento del modelo de gestión de la Universidad de La Salle.

    Estrategias

    •  Construir una cultura organizacional con modelos de cooperación y construcción de comunidad académica, en la cual nos aproximemos cada vez más a un equilibrio en el ideal de poner la administración al servicio de la academia.

    •  Acrecentar en todo aspecto práctico la idea institucional de una Universidad centrada en las personas.

    •  Estar siempre alerta al cuidado integral de las personas vinculadas a la Universidad bajo el principio cristiano del respecto a la dignidad y del mejoramiento cualitativo permanente de la persona.

    S

    E HACE CAMINO AL ANDAR

    Nuestra Universidad a lo largo de sus 43 años de historia ha marcado un derrotero en donde siempre con mayor o menor intensidad le ha dado prioridad al servicio educativo de los más pobres. Mucho es el camino transitado a lo largo de todos estos lustros pero aún más el que queda por recorrer. Sea siempre nuestra esperanza el legar a las generaciones por venir un país con menos pobres y pobreza, y con mayor igualdad y justicia para todos. Tras la consecución de ese sueño, de seguro todas estas ideas y reflexiones construidas por la comunidad universitaria lasallista con gran amor por los pobres, se traducirán en nuevas iniciativas y realizaciones que harán de la Universidad de La Salle una universidad cada vez más comprometida con los más pobres del país.

    B

    IBLIOGRAFÍA

    Alpago, B. (2000). El Instituto al servicio educativo de los pobres. Colección Estudios Lasalianos, (7). Roma: Hermanos de las Escuelas Cristianas.

    Asociación Colombiana de Universidades (Ascun) (2002). Agenda de políticas y estrategias para la educación superior colombiana 2002-2006. De la exclusión a la equidad. Pensamiento Universitario, (6).

    Benedicto xvi. (2005). Encíclica Dios es amor. Roma.

    Boff, L. (1989). Desde el lugar del pobre. Bogotá: Paulinas.

    Bueno, J. (2006, 8 de junio). Aportes semánticos a la realidad de la pobreza. Mimeo. Documento fotocopiado entregado a los participantes del CPL Nivel II y III.

    Carrasquilla, F. (1997). Escuchemos a los pobres. Aportes para una antropología del pobre. Bogotá: Indo-Americam Press Service.

    Clodovis, B. (1986). Opción por los pobres. Madrid: Ediciones Paulinas.

    Fabris, R. (1992). La opción por los pobres en la Biblia. Navarra: Verbo Divino.

    Gómez, C. (2004). La renovada opción por los pobres para los lasallistas: camino de refundación. Congreso Internacional Pensamiento Pedagógico Lasallista de cara al siglo XXI. Revista Actualidades Pedagógicas, (44), 75-94.

    Libanio, J. (2000). Renovar la opción por los pobres. Revista CLAR, (212), 50-63.

    López, J. (1994). Con los pobres y en equipo. Espiritualidad y mística. Quito: Edicay.

    Madera, I. (2004, 17 de marzo). Estrellas en la noche oscura. Comunicación en la Asamblea General de la Conferencia Latinoamericana de Religiosos y Religiosas (CLAR). Buenos Aires.

    Mendoza, J. (1993). Itinerario espiritual en la opción por los pobres. México: Centro de Reflexión Teológica.

    Novoa, C. (2003). El seguimiento histórico de Jesús según el Espíritu. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.

    Pixley, J. (1999). La historia de Israel vista desde los pobres. Quito: Tierra Nueva.

    Sauvage, M. y Campos, M. (1980). Anunciar el evangelio a los pobres. Juan Bautista de La Salle: experiencia y enseñanza espirituales. Lima: Labrusa.

    Sobrino, J. (s.f.). Opción por los pobres. Revista Electrónica Latinoamericana de Teología (RELAT). Recuperado de www.servicioskoinonia.org/relat/251.htm

    Vigil, J. et al. (1994). ¿Qué es optar por los pobres? Bogotá: Paulinas.

    Comunidad educativa de intelectuales católicos

    Confía en Yahvé de todo corazón

    y no te fíes de tu inteligencia;

    reconócelo en todos tus caminos

    y él enderezará tus sendas.

    No presumas de sabio,

    teme a Yahvé y evita el mal.

    (Prov 3, 5-7)

    Siguiendo con la línea de reflexión que se inició en el número anterior de esta revista, quisiera poner a consideración de la comunidad científico-académica de nuestra universidad un segundo tema, el de los intelectuales católicos, el cual hace parte de los Apuntes de Conferencias. Dichas notas han sido reelaboradas expresamente de forma escrita una vez presentadas de manera oral ante distintos auditorios, quienes con sus cuestionamientos y comentarios han contribuido indirectamente a su reformulación.

    Principiamos la exploración guiados por las preguntas: ¿Qué significa ser un intelectual? y ¿Tiene algún sentido el ser un intelectual católico hoy? Nos arriesgamos a desempolvar un tema que algunos consideran fuera de época, otros irrelevante para la sensibilidad contemporánea y no pocos le atribuyen connotaciones negativas, dadas las posiciones conservadoras y ultra conservadoras asumidas por intelectuales católicos en otras latitudes. Sin prejuicios brindémonos la oportunidad de pensar si él es todavía pertinente al inicio del tercer milenio y, dado el caso, tomemos conciencia de nuestro ser y quehacer de intelectuales católicos y de su importancia en el ejercicio de un liderazgo responsable con la construcción del nuevo país. Nuestra inquietud nace y toma cuerpo al considerar el lasallismo desde una perspectiva universitaria, esforzándonos por abordarlo con nuevas miradas.

    En el imaginario de San Juan Bautista De La Salle, al soñar con un cuerpo de profesores, los soñó como testigo de su fe en medio del mundo de la ciencia y la cultura de su época. El Fundador fue un intelectual católico comprometido con la transformación de la sociedad de su tiempo. Tuvo la posibilidad de acceder al nivel más alto de la Educación Superior en el siglo xvii obteniendo su grado de Doctor en Teología su producción escrita testifica sus inquietudes y líneas de investigación, en las cuales conjugó sus reflexiones teóricas y científicas con una fe a toda prueba y una práctica pública comprometida con los desheredados de la fortuna, lo cual le acarreó persecuciones tanto del gremio de educadores de la época, como de los poderes civiles y eclesiásticos del momento. En el imaginario de De La Salle eran inseparables fe y ciencia, cultura y evangelio, compromiso con la educación y servicio a la sociedad.

    ¿Cómo concretizar hoy este imaginario del Fundador en el mundo de la Educación Superior? Sin duda la inspiración lasallista de la Universidad conlleva como uno de sus objetivos fundamentales el promover la evangelización de la cultura y la pastoral de la inteligencia en el contexto del diálogo entre fe-ciencia, fe-cultura, y el liderazgo e identidad del intelectual católico como seglar comprometido.⁷ Una universidad es lasallista si, además de educar en nuestros valores, favorece, entre otras y sin ser excluyente, el surgimiento de comunidades científico-académicas en donde los intelectuales católicos junto con otros intelectuales y, de igual a igual, concretizan ambientes en donde toman fuerza sus ideas y proyectos.

    Antes de continuar con el desarrollo de este segundo tema de la serie, quiero volver a dejar constancia de su intencionalidad, la cual no es ser original y creativo, tan solo tomar ideas prestadas de allí y de allá de cuyos dueños doy crédito en la bibliografía adjunta y a la cual remito a los lectores que deseen ampliar y profundizar los pensamientos acá expuestos. La meta es poner sobre el tapete de la discusión algunos temas propios del lasallismo releídos desde una óptica netamente universitaria. Nuestro aporte no va más allá de una presentación sistematizada y enriquecida con las contribuciones de los auditorios que tuvieron la gentileza de oír y debatir nuestros puntos de vista. A ellos también doy el crédito de las ideas acá reseñadas. Tanto los unos como los otros son los verdaderos autores de este escrito.

    A

    PUNTES PARA COMENZAR LA REFLEXIÓN

    Los avances en la comprensión del ser humano han llevado a desarrollar, entre otras, la teoría de las inteligencias múltiples. Cuestión que aparentemente derrumbaría un planteamiento actual sobre el ser del intelectual, si este se sigue entendiendo como razón, como intelecto únicamente, pues el concepto de intelectual hacía relación a una especie de sabio en alguna de las ramas del saber, que descollaba por sus aportes a la misma y para quien lo demás no contaba. Era pura cabeza, pura razón, pura ciencia. Hoy esta posición se encuentra revaluada. No es que desaparezcan los intelectuales del escenario público, por el contrario, su perspectiva se ha enriquecido pues sus posibilidades de compresión son múltiples, ya que se habla de inteligencia emocional, de inteligencia espiritual, etc. Visiones que permiten ver la figura del intelectual como una persona más integral y armoniosa, que a la vez que cabeza, es corazón, es relacionalidad, etc. La multiplicidad de las inteligencias reafirma al intelectual como aquel que vislumbra y teje, precisamente, todas esas inteligencias. Ser hoy intelectual es más plenificante y realizante que antes.

    Hannah Arendt afirmaba hacia 1948 que: "El anti-conformismo social, como tal, ha sido siempre y será el distintivo de los intelectuales…; para un intelectual, el anticonformismo es casi la condición sine qua non para su realización" (Cruz, 1992) y su aseveración continúa hoy siendo vigente. ¿O no es acaso lo que mueve a los intelectuales la mística del arqueólogo? Aquella pasión y curiosidad que los lleva a no contentarse con el muro descubierto, sino a preguntarse si detrás existe algo más, tumbarlo y seguir buscando. El arqueólogo es inconforme ante lo que ha descubierto, vuelve a buscar donde otros ya han explorado. Gracias a este espíritu arqueológico se han hecho grandes descubrimientos. Basta el ejemplo de la tumba de Tutankamon para ilustrar lo dicho. El intelectual nunca está satisfecho con lo que la sociedad ha logrado. Siempre estará problematizando, interpelando, no dejando tranquilo.

    Hoy en algunos círculos académicos se cuestiona el rol del intelectual en solitario quien por su tarea científica, humanística o literaria, o por sus posiciones ante la realidad, aparecía ante la sociedad como el garante emblemático de aquellos que no eran escuchados. Él con su prestigio mantenía en tensión a la sociedad. Parece que es más del gusto contemporáneo el hablar de los intelectuales como aporte de un colectivo, como toma de posición grupal para que su fuerza y su influencia tengan más eco en la misma sociedad: La era de las grandes personalidades intelectuales ha quedado atrás: la palabra la tienen hoy los grupos (Weiler, 1975, p. 25). Habría que pensar la validez tanto de una posición como de la otra, la del intelectual gremio como la del intelectual aislado.

    Para Gramsci (1929), pensador marxista de la Italia de principios del siglo pasado, en sus escritos, especialmente en los Cuadernos de la Cárcel: Restituye a la inteligencia el papel que le corresponde. No solamente centra su atención en las élites intelectuales, como vanguardia de las clases oprimidas, sino que afirma con acierto que todo hombre es un intelectual, afirmación que se torna más existencial en el mundo contemporáneo, dada la extensión de las sociedades desarrolladas donde el alfabetismo es el común denominador. Ello no significa que los hombres se tornen más inteligentes, pero sí que su capacidad de conocimiento ha sido estimulada por el contacto con el inmenso mundo de las comunicaciones y de la educación (Quintana, 2000, p. 18).

    Para este autor el asunto del intelectual individuo o colectivo no es una cuestión relevante, lo importante es su protagonismo comprometido con la transformación de la sociedad, es secundario una acción personal o grupal, lo destacable es su compromiso con la realidad para cambiarla. Un intelectual orgánico que se involucra y compromete desde y con la realidad, la piensa, la conceptualiza y con esto la transforma.

    Independiente de las posiciones reseñadas, lo que sí es posible constatar a lo largo de la historia es que el ser intelectual es una vocación, entendida esta como disposición y tarea, como talento innato y esfuerzo personal para desarrollarlo a lo largo de la vida. Existen intelectuales como músicos, empresarios o deportistas. Hay mucho de predisposición natural y todavía más de educación y desarrollo personal.

    Esta vocacionalidad a la intelectualidad es universal y se concretiza dentro de opciones políticas y/o religiosas. Por eso es posible hablar de intelectuales católicos así como lo hacemos al referirnos a los intelectuales marxistas o de otro cuño. Independientemente del adjetivo que se le agregue, el talento de los intelectuales se desarrolla privilegiadamente en las universidades y dentro de ellas más específicamente en las comunidades científico-académicas.

    L

    OS INTELECTUALES Y LAS COMUNIDADES CIENTÍFICO-ACADÉMICAS

    Nos proponen Marieta Quintero y Alexander Ruiz (2005, p. 55) que plantear la idea de las comunidades científico-académicas implica reconocer la existencia de grupos de investigadores organizados, principalmente, en torno al accionar investigativo; docentes-investigadores dispuestos a reflexionar, sustentar sus enunciados teóricos, establecer disensos e incidir en algún modo en la dinámica de la sociedad por tanto hablar de comunidades científico-académicas es una forma de referirse al modo en que se conforman y actúan las comunidades de investigación en educación.

    Los autores hacen eco en su libro a la noción de comunidad científica propuesta por el físico norteamericano Thomas Kuhn (1982, 1985) y afirman que es la actividad realizada por un grupo de investigadores capaces de argumentar, con el propósito no sólo de defender sus hipótesis investigativas, sino de disentir cuando en situaciones de conflicto sus propias concepciones se ven afectadas. Se trata entonces de un sentido de comunidad que va más allá del logos científicotécnico; se trata de concebir las comunidades académicas como comunidades científicas de comunicación (Quintero y Ruiz, 2005, p. 61).

    Desde esta perspectiva, una comunidad científico-académica está conformada por docentes investigadores y por grupos de investigación que realizan su trabajo alrededor de objetos de estudio y enfoques de investigación claramente definidos. Dichas comunidades se comprometen con tres tareas interrelacionadas: acciones o labores investigativas con reconocimiento nacional e internacional, acciones de socialización de los resultados de la investigación y acciones de formación de nuevos investigadores.

    Intelectuales y comunidades científico-académicas no se oponen entre sí, por el contrario, se complementan mutuamente hasta la difusa frontera del necesitarse el uno al otro. En la práctica, el ambiente donde se concretizan y toman fuerza las posiciones y proyectos de los intelectuales son sus grupos de referencia y pertenencia. Aún más, es hoy más adecuado referirse a redes de pertenencia, que a grupos aislados. El mundo del conocimiento es una red de redes que sobrepasan personas, grupos, instituciones y naciones. Dentro de ellas los intelectuales son catalizadores y con sus posiciones de frontera mantienen en tensión no solo el pensamiento, la opinión pública, sino las mismas búsquedas científicas.

    Las tendencias contemporáneas conllevan para los intelectuales y para las comunidades científico-académicas un redimensionamiento de su ser y quehacer, por ejemplo: la globalización las lleva a participar de redes internacionales vía Internet y entrar en la competencia del conocimiento internacional; la búsqueda afanosa de la calidad las lleva a preguntarse por la definición y sentido del concepto de calidad que promueven y pretenden alcanzar; las transformaciones pedagógicas los impelen a volver a ser estudiantes de la pedagogía y la didáctica para estar a tono con el mundo contemporáneo y las nuevas generaciones; y

    pensar en la formación universitaria como emprendimiento es volver a pensar sobre el sentido y misión de la tarea que realizan al interior mismo de las universidades.

    De igual manera, las transformaciones que experimenta la universidad colombiana retan a los intelectuales y a las comunidades científico-académicas, entre otras cosas, a un debate ético sobre las cuestiones propiamente científicas que desarrollan y si estas contribuyen al progreso del país; a trabajar por la democratización del conocimiento para que a este tengan acceso las poblaciones menos favorecidas de los bienes de la fortuna; a no dejarse manipular por las leyes del libre mercado posicionándose críticamente ante ellas; y a idear maneras nuevas para que las tecnologías de la comunicación no terminen siendo para unos pocos y sus inmensas posibilidades terminen relegadas a unos cuantos estratos privilegiados de la población.

    ¿D

    ÓNDE ESTÁN LOS INTELECTUALES?

    La imagen de la portada de la revista que tiene entre sus manos y los fragmentos de la misma que acompañan este artículo constituyen una escena pintada por Hung Wu, donde se ilustra la quema de libros y la ejecución de intelectuales que contradecían la doctrina de Qin Shihuang Primer Soberano Emperador, dinastía Qin (221-207 a. C.). El gobierno de Qin Shihuang estuvo influenciado por sus consejeros: filósofos legalistas para quienes el sistema legal y no las cualidades de los gobernantes, era la causa primera de los éxitos y fracasos del Estado. El nuevo emperador ordenó la quema de libros y la persecución de las doctrinas distintas a la legalista. Se estima en más de cuatrocientos la cifra de intelectuales confucianistas asesinados por los funcionarios de este emperador (García, 2006, pp. 25-30).

    Hemos escogido a propósito tal imagen de la antigüedad China como elemento visual de contraste que nos permitiera abordar e introducir de manera pictórica la temática de este artículo. Las posiciones que los intelectuales asumen frente a los gobernantes de turno y, por ende, los libros que escriben se tornan en objetivo que hay que eliminar a toda costa. Son peligrosos para la continuidad del orden establecido. De la pintura nos interesaba destacar el hecho ideológico subyacente, que los intelectuales a lo largo de la historia en las diferentes culturas y países han sido protagonistas destacados del acontecer social.

    En este orden de ideas, un columnista en uno de los diarios capitalinos pensando en Colombia se preguntaba ¿dónde están los intelectuales? Y, días después, otro le respondía: en las universidades. También nosotros podríamos interrogarnos ¿dónde están los intelectuales católicos? y desprevenidamente contestar: pues en las universidades católicas. Pero… la cuestión no es tan simple como aparentemente pareciera ¿En verdad ese cuerpo élite de la sociedad colombiana existe? y de existir ¿por qué su protagonismo es tan vaporoso? Los intelectuales en general y los intelectuales católicos en particular parecieran brillar por su ausencia del panorama nacional, o será que han cambiado sus manifestaciones públicas. Examinemos algunas posibilidades:

    A. Somos una generación de bobitos: la expresión la recoge Gabriel García Márquez en 1954 en uno de sus primeros reportajes Los elementos del desastre (Márquez, 1997). Entrevistando a Álvaro Mutis, que en aquel entonces era jefe de relaciones públicas de la Esso colombiana, evaluaba a sus compañeros de generación con estas palabras: "culturalmente

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1