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La Cataluña ciudad: El pensamiento cívico en la obra de Maragall y D'Os
La Cataluña ciudad: El pensamiento cívico en la obra de Maragall y D'Os
La Cataluña ciudad: El pensamiento cívico en la obra de Maragall y D'Os
Libro electrónico117 páginas1 hora

La Cataluña ciudad: El pensamiento cívico en la obra de Maragall y D'Os

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Aunque nunca se definió como catalanista, durante un tiempo Eugenio Trías se acercó al catalanismo, época en la que escribió este texto publicado a mediados de los ochenta, primero en catalán y posteriormente en castellano, y que leído hoy mantiene viva su voluntad polémica e iluminadora. El catalanismo ambicionaba, por un lado, la reforma de España con una propuesta modernizadora del Estado y, por otro, se centraba en la construcción de un proyecto desvinculado de España, con un fuerte sentimiento identitario reflejado en lo que Jordi Pujol quería decir con su ambivalente "fer país". Ante todo ello, Eugenio Trías reflexiona en este libro sobre la compleja sociedad civil catalana y barcelonesa, una sociedad sin Estado y en pleito con un Estado que no corresponde del todo a esa civilidad moderna cristalizada en Barcelona. Trías busca la identidad y diferencia catalana, que cifra en la idea-fuerza de Ciudad. Se trata, pues, de aproximarse a la Cataluña-ciudad, a esa Cataluña que tiene en el espíritu civil, civilizado y moderno, su signo de identidad y su diferencia específica dentro del marco hispano.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 jun 2020
ISBN9788418218279
La Cataluña ciudad: El pensamiento cívico en la obra de Maragall y D'Os
Autor

Eugenio Trías

(Barcelona, 1942-2013) cursó estudios de Filosofía en España y Alemania y fue catedrático de Filosofía en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Divulgó su pensamiento a través de múltiples ensayos, entre los que cabe destacar Drama e identidad (1973), Tratado de la pasión (1978), Lo bello y lo siniestro (premio Nacional de Ensayo 1983), Los límites del mundo (1985), Ciudad sobre ciudad (2001) y la trilogía que conforman Lógica del límite (1991), La edad del espíritu (premio Ciudad de Barcelona 1995) y La razón fronteriza (1999). Llevó a cabo una profunda reflexión sobre la condición humana, del hombre como habitante del límite, en ese espacio fronterizo entre el ser y la nada de donde derivaba su relación con lo divino, con lo sagrado y trascendente que hacía de él un ser mestizo, distinto, el «filósofo del límite». Eugenio Trías fue uno de los filósofos españoles más prestigiosos y reconocidos internacionalmente, tal como lo demuestra el hecho de que, en 1995, fuera el primer pensador español distinguido con el Premio Internacional Friedrich Nietzsche. En España, recibió numerosas distinciones y fue doctor honoris causa por diversas universidades, entre ellas, la Universidad Autónoma de Madrid.

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    La Cataluña ciudad - Eugenio Trías

    Notas

    Prólogo

    El texto que se reedita fue escrito a mediados de la década de 1980 y constituye, en palabras del propio autor, un complemento de su ensayo sobre El pensamiento de Joan Maragall publicado en 1982 con un prólogo de Jordi Maragall i Noble, hijo del poeta y padre del que fue alcalde de Barcelona y presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Se publicó primero en catalán, en un libro editado por L’Avenç en 1984, bajo el título La Catalunya Ciutat i altres assaigs, y después en castellano en 1985 en un libro de la colección Nexos de Edicions 62, junto con el indicado ensayo, bajo el título conjunto El pensamiento cívico de Joan Maragall.

    Tuve en aquella época una relación muy intensa con mi hermano Eugenio. Me propuso alquilar juntos algo en el Ampurdán y compartimos una casita en Pals entre 1986 y 1989. Eugenio era un enamorado de esa comarca catalana y, después de aquella enriquecedora experiencia conjunta, ambos sentamos nuestros reales allá adquiriendo sendas casas, él en El Far d’Empordà, cerca de Figueres, donde reside actualmente su última esposa Elena, y yo, en Fonolleres, cerca de La Bisbal. Aunque no definiría a Eugenio como un catalanista –lo fue un tiempo, como fue marxista, nietzscheano o del Opus Dei, por citar solo algunas de las adscripciones en las que su ideología recaló de forma temporal– era profundamente catalán. Se sentía fuertemente identificado con el carácter algo huraño y socarrón propio de nuestra tierra, que se manifiesta con particular intensidad en la antropología ampurdanesa. Pese a su desacuerdo total con la deriva independentista del catalanismo y aunque recibió más reconocimiento fuera –particularmente en Madrid–, siguió residiendo en Cataluña hasta el final de su vida.

    Además, como he dicho, durante un tiempo se acercó al catalanismo político y esa fue precisamente la época de la elaboración de la obra que aquí se presenta. El catalanismo impregnaba entonces la práctica totalidad de las propuestas políticas que en Cataluña tenían representación parlamentaria, pero en el mismo convivían –como lo han hecho siempre– dos almas. Una que ambicionaba la reforma de España con una propuesta modernizadora del Estado, y otra que se centraba en la construcción de un proyecto nacional desvinculado de España. La fracasada «Operación Roca» de 1986 y los sucesivos intentos de participar en el gobierno de España, siempre frenados por Pujol, fueron exponentes de esa primera línea. También lo fue la propuesta maragalliana (del nieto, Pasqual Maragall) de construir un estado federal de carácter asimétrico. La segunda alma del catalanismo tenía por objetivo el desarrollo de un fuerte sentimiento identitario como preludio de la construcción de un estado propio. Es lo que Pujol quería decir con su ambivalente «fer país» y ese fue el camino que fraguaría con paciencia el propio Pujol y que abrazaron decididamente sus sucesores.

    Pero en la década de 1980 esto no era evidente. En el ámbito cultural Pujol optó por nombrar conseller a una persona de talante abierto y conciliador como Joan Rigol, en sustitución de Max Cahner. Rigol promovió un pacto cultural con todas las fuerzas políticas, e implicó a un amplio espectro de intelectuales entre los que se encontraba Eugenio.

    La obra que aquí se presenta no es solo un análisis del pensamiento político de Joan Maragall, sino que tiene una clara vocación propositiva. No se trata de la labor de un filólogo, sino del discurrir de un filósofo, que recoge las ideas de Maragall y ante todo su diálogo con otras figuras, en particular Eugeni d’Ors, Unamuno y Ortega y Gasset, para formular lo que Eugenio Trías consideraba que definía la catalanidad y, por ende, debía iluminar al catalanismo político.

    La propuesta que formula se articula en tres contraposiciones.

    La primera es la que enfrenta un catalanismo cívico, la «Cataluña-ciudad», frente al folklorista, romántico y comarcal que tiene su raíz local en el que fuera obispo de Vic, Josep Torras i Bages, y su aportación ideológica en la concepción sacra de la patria elaborada por Johann G. Fichte. Desacralizar la concepción patriótica y nacionalista es, desde esta perspectiva, tarea ineludible para construir una civilidad ilustrada. El autor afirma –tal vez con un exceso de optimismo propio del momento vital– que el catalanismo político configura un nacionalismo civil y moderno en el que las ideas de patria y ciudad quedan articuladas. Este carácter cívico que propone para el nacionalismo catalán conecta con el individualismo –derivado de la emancipación del medio familiar, que en clave hegeliana supone el paso del medio rural vinculado a la tierra al marco de la civilización urbana– y el pactismo –como rasgo definidor del ser colectivo– tan propios del «espíritu

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