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Llámalo magia
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Libro electrónico145 páginas1 hora

Llámalo magia

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¿Es posible ser feliz sean cuales sean las circunstancias? ¿Hay algún modo de esforzarnos de la forma adecuada y en la dirección correcta para vivir nuestra vida de la forma más satisfactoria posible y según nuestro propio concepto de éxito? Para el autor, la respuesta a ambas preguntas es un sí rotundo, y en este libro te explica cómo hacerlo. Es cuestión de ojos abiertos, reflexión, organización y trabajo… o, si quieres, llámalo magia.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 sept 2019
ISBN9788417993368
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    Llámalo magia - Julio Ribera

    libro.

    ¿Quién soy?

    1. Empecemos por el principio

    ¿Cómo de importante es tener las cosas claras en la vida? ¿Se puede planear todo? ¿Acaso podemos llegar a intuir lo que está por venir? Por supuesto que no, nadie sabe lo que nos deparará el futuro. Además, podemos planear nuestra vida, pero nunca sabremos lo que sucederá después. Lo único claro es que, si de algo tenemos pleno control, es justamente de nosotros mismos. Por tanto, aunque no podamos controlar lo que nos sucede, sí somos capaces de dominar la forma en la que afecta nuestra vida. Al final, nosotros somos el único motor capaz de impulsarnos o frenarnos hacia aquello que queremos, todo depende de las decisiones que tomemos.

    Así que ya lo sabes: tu vida está en tus manos y debes ser consciente de qué vas a hacer con ella. De hecho, solo hay un factor que va a determinar si este libro te acabará sirviendo o no: tú.

    Si buscabas que te desvelaran «los grandes secretos de la vida» y «los trucos para alcanzar el éxito», te has equivocado de libro. Aquí lo que vas a encontrar es una guía para que tú mismo seas capaz de conocerte y en base a ello decidir y actuar. Una persona no aprende leyendo y memorizando, ¿acaso aprendiste a montar en bici gracias a un manual? Por mucho que entregues a un niño un papel en el que ponga: «Para ir en bici tienes que subirte al sillín y pedalear», nunca aprenderá de esa manera. Si quieres que algo se te quede grabado para siempre tienes que entenderlo, practicarlo y aplicarlo, que pase a formar parte de ti.

    Por tanto, te pido participación en este libro para que tenga efecto y logres ser consciente de quién eres y de aquello que quieres, lo que facilitará mucho que logres tus objetivos. Es así de simple: al ser tú el principal dueño de tu vida, de tus prioridades y decisiones, debes conocerte para actuar en base a aquello que quieres, utilizando las herramientas de las que dispongas. Por ejemplo, puede que te parezca que tu sueño es ser futbolista profesional, pero si no dispones de las habilidades necesarias y de la fortaleza para entrenarlas, nunca llegarás a conseguirlo. Aun así, es posible que al conocerte veas que, a pesar de no ser un buen futbolista, te conoces todas las jugadas a la perfección, entiendes el papel que desempeña cada jugador y tienes un buen trato con las personas. De esta forma, te darás cuenta de que tu papel debería ir más enfocado a ser entrenador, por ejemplo. Es decir, saber exactamente aquello que te hace especial te permite enfocar mejor tus esfuerzos hacia algo que realmente puedes y quieres lograr, poniéndote en una situación ventajosa sobre los demás.

    Todo esto te sirve para darte cuenta tanto de aquello que te ayudará a lograr tus objetivos, como de aquello que te frena. Lo normal cuando te encuentras mal es ir al médico para averiguar qué te pasa y, en base a ello, seguir un tratamiento para mejorarlo; no tiene ningún sentido empezar a tomar medicamentos a ciegas. En nuestra vida es lo mismo. A veces queremos lograr algo, pero no lo conseguimos. En estos casos deberíamos pararnos a pensar: «¿Cuál es el problema?», y elaborar una posible solución. La cuestión no es esforzarse más o menos, sino de forma inteligente hacia un destino fijado por ti y con un plan elaborado a conciencia.

    Imagínate lo fáciles que serían las decisiones diarias si tuvieses claras tus prioridades en la vida. Decidir sería mucho más sencillo y acertado, siempre iría dirigido hacia lo que verdaderamente te llena y quieres lograr. Además, añádele a esto el ser consciente de tus valores. Esto hará que no solo decidas lo que quieres, sino que lo hagas de la forma más acertada, sin remordimientos por actos de los que no te sientes orgulloso. Todos sabemos que el fin no justifica los medios; por tanto, debemos conocer qué es aquello que nos define como personas para saber la forma en la que vamos a cumplir nuestros objetivos, basándonos en nuestra forma de ser y pensar.

    Ahora que ya has decidido, imagina saber exactamente qué habilidades vas a emplear para lograrlo, tus virtudes, tus puntos fuertes; aquello que te pone en ventaja respecto al resto. Es más, imagínate que ya conoces las dificultades con las que te vas a encontrar y la forma de solucionarlas. Esos problemas que había mencionado anteriormente en el ejemplo del médico.

    Por último, imagina que tienes todo un plan para desarrollar hábitos que te ayuden a mejorar tus defectos, desarrollar tus habilidades y acercarte cada día más a tus metas. Desde luego, sería una forma óptima, lógica e inteligente de dirigir tu vida.

    Así que, ahora que conoces el potencial que puede llegar a tener el conocerte, vamos a ver cómo aplicarlo directamente a ti.

    2. Prioridades

    Para este capítulo te voy a presentar a mi hermano mayor, Jorge Ribera, quien con tan solo veintitrés años está pasando por su sexto cáncer de médula. Puede que no seas consciente de lo que supone, pero si preguntas a cualquier médico te harás una idea de las ínfimas probabilidades que existen de esto. De hecho, haber superado una única leucemia aguda (cáncer de médula) ya es algo de lo que estar muy agradecido. Supone una segunda oportunidad de vivir. Pues bien, en el caso de mi hermano, ya va por la sexta.

    Desde luego, es un caso que sorprende mucho a los médicos y que genera curiosidad. Sin embargo, lo que más sorprende es su firme decisión de, a pesar de todas las dificultades, tomarse la vida como un regalo y disfrutarla al máximo todo lo que esté en sus manos.

    Las repercusiones de tanto tratamiento con quimioterapia y medicamentos agresivos, meses en hospitales sin poder levantarse de la cama, momentos en los que no puede ni hablar de lo débil que se encuentra, dolorosas punciones medulares, etc. implican unas condiciones de vida extremadamente difíciles que a muchos de nosotros, a mí desde luego, nos costaría llevar con filosofía y alegría.

    Con esto y todo, mi hermano es la persona que yo conozca que más disfruta de la vida. Cada instante en el que se encuentra con un poco de fuerzas lo coge y lo exprime hasta la última gota. No importa la situación: su decisión por ser feliz y disfrutar junto a la gente que le rodea es más firme que cualquier posible problema que pueda surgir.

    Todo esto puede parecerte exagerado si no has conocido a mi hermano, ya que mis palabras no tienen tanta fuerza como la situación real por la que ha pasado. De cualquier manera, voy a tratar de mostrártelo con un ejemplo. Hace unos meses se hizo realidad una de las mayores pesadillas para mi familia: habían vuelto a encontrar células cancerígenas en el organismo de mi hermano. La noticia nos la dieron mis padres a mi hermano pequeño y a mí. Es una situación que se ha repetido seis veces durante prácticamente la mitad de mi vida, pero aun así es algo a lo que nunca te acostumbras.

    A veces intento ponerme en esa situación concreta, justo en el momento en el que te dicen que vas a pasar por otro cáncer. Debe ser muy duro psicológicamente saber que vas a volver a pasar tanto sufrimiento de nuevo. En ese momento seguramente empezaría a pensar en todo lo que tendría que dejar atrás: estudios, proyectos, deportes, pasatiempos o el simple hecho de poder quedar por la tarde con mis amigos a tomar algo. De un momento a otro tu vida va a dar un giro de ciento ochenta grados, vas a pasar de estar tranquilo con tus quehaceres diarios a luchar diariamente por tu vida entre cuatro paredes desde una cama de hospital.

    Lo sorprendente de esta historia sucedió cuando pregunté ese mismo día: «¿Y dónde está Jorge ahora?». La respuesta me alegró bastante. Mi hermano había quedado con unos amigos para hacer una de las cosas que más disfruta en el mundo: ir en moto. Ya tenía ese plan organizado de antes y la noticia de que iba a recaer no le supuso un impedimento para hacer aquello que más le gustaba, de la forma que en que mejor se lo pasaba: con amigos. Todo esto puede o no parecerte impactante, a mí personalmente me demuestra que mi hermano tiene bien claras sus prioridades: disfrutar de la vida con la gente que le importa. Da igual cual sea la situación, que llueva o recaer en el cáncer, él tiene claro lo que quiere y lo va a hacer sin importar qué pase. Irse a hacer lo que más le gusta en uno de los días más duros mentalmente es desde luego un ejemplo para todos nosotros de cómo, sea cual sea la situación externa, la decisión sobre el modo de afrontarla es siempre nuestra.

    Todo esto te lo cuento por un simple motivo: la integridad que mantiene mi hermano en su decisión por disfrutar de la vida (su prioridad número uno). Las prioridades, tema central de este capítulo, son aquello que va a regir tu vida y tus decisiones. Se trata de aquello que más te importa en la vida, el foco de atención y origen de los objetivos que nos planteamos. Por tanto, es de suma importancia tenerlas bien definidas y enfocadas.

    Las prioridades pueden parecerte insignificantes, pero tienen una gran fuerza. Nos van a definir como personas y van a definir nuestro futuro. Todos decidimos cientos de veces al día, desde que suena la alarma y decides si levantarte a la primera o atrasar el despertador, hasta la ropa que vas a llevar ese día o el cliente al que llamarás para intentar vender. Nuestro día a día

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