Spanish Novels: El Amor Todo lo Puede: B1 Intermediate Level

Por Mariana Ferrer y Sofía Rodríguez

El Amor Todo lo Puede is a Spanish Novel that will help you develop your confidence in your Spanish.

Practice and improve:

Spanish Vocabulary.

Fluency.

Every day Spanish.

Spanish Language in Context.

Absorb grammar rules naturally.

• Idioma: Español
• Editorial: Frank Sagan Media
• Fecha de lanzamiento: 13 ago 2019
• ISBN: 9781393103950

Vista previa del libro

Capítulo 1

¿DÓNDE ESTOY? ¿POR QUÉ no puedo recordar nada? Estoy sola, sigo con todo mi cuerpo adormecido y cuando intento incorporarme mis músculos no responden, me siento frágil, descompuesta, inútil, siempre he odiado sentirme así.

Un escalofrió recorre mi cuerpo, me doblo por la cintura rápidamente y vomito a un costado de la cama donde me encuentro y vuelvo a tumbarme sobre ella, me siento un asco, tengo unos pocos fragmentos de mi memoria, pero son como piezas aisladas de un rompecabezas inconcluso.

Me quedo boca arriba con una mano sobre mi estómago, mirando el techo blanco, todo aquí es blanco, aun no sé porque me encuentro en esta ridícula habitación blanca, pero planeo averiguarlo, y hare pagar a quien quiera que me haya puesto aquí, tengo que pararme, no puedo estar encerrada aquí por siempre, cerca de la cama esta una pequeña cajonera, y más allá una puerta, supongo que algo de lo que hay ahí tendrá que serme útil, ya que dudo que sea una salida estando así de obvia.

A como puedo me paro de la cama, también blanca, por cierto, ¡DEMONIOS! todo me duele, mi cabeza palpita y creo que vomitare de nuevo, caigo de rodillas al suelo y vomito hasta que no puedo más, sangre, tenía que ser, me quedo así unos minutos hasta que me recupero y puedo ponerme de pie, ahora toda la   habitación apesta y el olor me trae un viejo recuerdo de mi padre

CORRE Y TRAE EL CURANDERO, su cara reflejaba lo insoportable que era el dolor, yo solo tendría como 5 años a lo mucho, pero comprendía que se había roto la pierna cuando corría por el bosque huyendo de los soldados del Reverendo McLand, por suerte no le vieron el rostro, su cabello castaño que tanto me gustaba trenzar se le pegaba a la piel por el sudor de su frente.

El gritaba con agonía y un dolor desgarrador, ese hombre alto, valiente y fuerte, que siempre había cuidado de mí y me había enseñado a ser mejor que los demás, lo vi llorar por primera vez, corrí lo más rápido que pude para traer al curandero, una vez que lo traje mi papá seguía gritando y desangrándose.

El curandero me saco de la habitación y me obligo a esperar afuera, tenía sus lágrimas presentes en mi mente, pero tenía que ser fuerte y siempre buscar la mejor alternativa, eso era lo que siempre me decía.

En ese momento hice un juramento Yo, Catherine Rouse Stirling, seguiría la lucha de mi padre contra el Supremo Presidente y jamás abandonaría la batalla Después de varias horas mi padre salió sin una pierna y supe que tendría que tomar su lugar como líder de la liberación, tendría que ganarme el lugar como líder de los revolucionarios, como líder de los rebeldes. 

En definitiva, cobraría venganza. Lo haré por mi padre.

Parece que mi memoria inútil y fragmentada está tratando de resolver como demonios termine en este sitio y porque me siento tan mal, pero por el momento y el insoportable dolor de cabeza asumo que será todo lo que recordare por hoy, aunque espero recuperar mi memoria eventualmente.

Me enderezo nuevamente, creo que voy recuperando el control de mi cuerpo, reviso cada cajón, solo son 3, Ropa blanca, Pijamas blancas, y un diario; color café para variar, lo tomo y al abrirlo me doy cuenta de que tiene una pluma sujeta y Cathy escrito con letras doradas en la cubierta, pero todo está en blanco, decido escribir mi recuerdo, para así llevar una especie de control y si vuelvo a olvidarlo todo, estará registrado aquí.

Si pasa como espero y sigo teniendo pequeños flash back de mis recuerdos pronto encontrare algo de sentido a esto y hallare el modo de salir de aquí, mientras tanto seguiré viendo que puede serme útil aquí, me dirijo a la puerta, aunque sé que sería demasiado bueno que esta fuera la salida.

No me equivoco, es un baño equipado, retrete, lavamanos y regadera, también hay un pequeño espejo sobre el lavamanos, me miro en él, mi pelo negro y liso se encuentra completamente enredado, tengo un rasguño en la mejilla izquierda y un pequeño moretón bajo el ojo derecho, ¿Cómo rayos me hice esto?

Además estoy algo sucia, abro el grifo y comienzo a lavarme la cara, el agua me relaja y noto que el terrible dolor de cabeza disminuye con el agua fría y refrescante, creo que mejor tomare una ducha, me quito la odiosa bata blanca y me quedo en ropa interior, tengo que salir a tomar otra del cajón si quiero ducharme, pero por alguna razón  me siento observada dentro de la habitación así que me la vuelvo a poner, recorro la habitación entera palmeando la pared en busca de algo, es decir, si entre aquí entonces puedo salir por donde mismo

No hay nada

Vuelvo a revisar y me empiezo a marear ¡esto es una completa tontería!

Debe de haber una salida en algún lado, vuelvo a recorrer la habitación pero esta vez golpeo con un poco más de fuerza, ¡Diablos! no encuentro nada, enfurecida tomo la ropa del cajón y me preparo para la ducha, el agua recorre todo mi cuerpo mientras me va tranquilizando poco a poco, creo que esto ha sido desde siempre, el agua me gusta, va limpiando mis heridas y toda la carga de emociones en mí, me quedo asi bajo el agua frasca por más tiempo del necesario.

Capítulo 2

SI ME TIENEN AQUÍ NO es como prisionera, tengo una botella de shampoo, un jabón de tocador, un acondicionador, una crema exfoliante y una crema humectante perfumada para después de bañar, tal vez soy especial...

"Tal vez soy diferente a las demás niñas y por eso me odian, ¿por qué no puedo ser como ellas simplemente?", mi madre me escuchaba paciente todo lo que decía, aunque sus lágrimas estaban aprisionadas en sus ojos sin poder salir, yo si lloraba, las niñas del colegio solían decir que yo era rara como un monstruo y que no me comportaba como una niña, que así nadie me iba a querer, eso siempre me hacía sentir muy mal

Mi madre, la que siempre me consolaba y me regresaba la alegría, muy sabia y sencillamente me dijo.-Tu eres diferente porque eres especial, no eres como ellas y nunca lo serás, tu eres mejor que eso y tu padre y yo te amamos, y tu hermano, aunque lleve poco de nacido, también te ama y te amara por ser especial, no te quiero ver llorar otra vez, obedece a tu padre y guía a tu hermano, yo estoy enferma, al parecer el gobierno desato una enfermedad mortal para reducir la población o algo por el estilo, pero a ti no te pasara nada, lo prometo, mientras estés con tu padre y conmigo nada te pasara

En ese entonces yo estaba saliendo de mi primer día de escuela, pregunte si ella iba a morir, y ella solo se mordió el labio para contener las lágrimas, a pesar de mi corta edad comprendí lo que sucedería, muy a duras penas pare de llorar y la abrasé, ella me dijo que al menos tuvo tiempo de despedirse, y que presiente que cuando el gobierno decida parar el virus la gente ya habrá comenzado una rebelión bastante fuerte y resistente

¿Qué pensaría ella de mí ahora?

Me dijo que papá y yo éramos especiales porque habíamos estado cerca de ella y seguimos sanos, que mucha gente nos odiaría por eso pero que ella nos cuidaría desde arriba, recuerdo que tarde mucho en entender del todo a que se refería con esa frase, esa fue la última vez que la vi, cuando termino de abrazarme me mandó a mi cuarto y cuando volví a donde habíamos estado hablando, ella ya no estaba.

La busqué por toda la casa y no la encontré, mi padre se había encerrado en su cuarto y mi hermanito Bryan había comenzado a llorar por alguna razón.

Desde ese día he odiado al gobierno por matar a mi madre y al supremo presidente, que ahora conozco como Reverendo McLand, por liberar ese apestoso virus, desde ese día seguí cada paso de mi padre para ser como él, un líder, fuerte y valiente como nadie, inteligente y capaz de valerse por sí mismo y de dirigir a otros, así debía educar a Bryan también... por mi madre.

El agua paso de refrescante a helada, use cada una de las botellitas y salí  de la regadera, ese pequeño recuerdo me hizo pensar en mi madre y  mirándome en el espejo me doy cuenta que me parezco más a mi madre en el aspecto, piel aperlada,