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Educar con coraje: Acerca de la gestión, la didáctica y el juego
Educar con coraje: Acerca de la gestión, la didáctica y el juego
Educar con coraje: Acerca de la gestión, la didáctica y el juego
Libro electrónico327 páginas4 horas

Educar con coraje: Acerca de la gestión, la didáctica y el juego

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Un registro de las problemáticas que atraviesan el ámbito educativo desde la mirada de una gran maestra. La especialista Ruth Harf recupera textos donde se materializaron sus ideas para la gestión, sus pensamientos sobre la didáctica y las experiencias vividas en relación al juego. Un desafío para las nuevas generaciones de educadores que buscan discutir y contradecir los legados teóricos y convertirlos en un discurso vivo.
IdiomaEspañol
EditorialNoveduc
Fecha de lanzamiento1 jun 2019
ISBN9789875386013
Educar con coraje: Acerca de la gestión, la didáctica y el juego

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    Educar con coraje - Ruth Harf

    Educar con coraje

    Educar con coraje

    Acerca de la gestión, la didáctica y el juego

    Ruth Harf

    Índice de contenido

    Portadilla

    Legales

    Introducción. Ruth Harf, compañera de aventuras con coraje y compromiso. Beatriz y Daniel Kaplan

    Prólogo. Justificando lo injustificable. Ruth Harf

    Reflexiones

    Acerca de la gestión

    01. Vida cotidiana en las instituciones educativas

    02. ¿Quién quiere ser directivo?

    03. Proyectos institucionales situados

    04. Aprender a trabajar en equipo

    05. ¿Es posible trabajar con las diferencias?

    06. La articulación interniveles: un asunto institucional

    Respecto de la didáctica

    07. ¿Aprender a ser alumnos o ser alumnos para poder aprender?

    08. Estrategias metodológicas: el docente como enseñante

    09. La planificación sobre el tapete

    En relación con el juego

    10. Si éste no es el juego: ¿el juego dónde está?

    11. Juegos y juguetes

    12. Propuestas lúdicas y creativas

    13. Luz, cámara, acción. En escena: ¡educación infantil!

    Diálogo. Una conversación con Ruth Harf. Pensar la enseñanza. Daniel Brailovsky y Ángela Menchón

    Bibliografía

    Coordinación editorial: Daniel Kaplan

    Corrección de estilo: Liliana Szwarcer

    Diseño de tapa: Andrea Melle

    Fotografía de tapa: Julieta Escardó

    Diseño y diagramación del interior: Andrea Melle

    Los editores adhieren al enfoque que sostiene la necesidad de revisar y ajustar el lenguaje para evitar un uso sexista que invisibiliza tanto a las mujeres como a otros géneros. No obstante, a los fines de hacer más amable la lectura de los textos, dejan constancia de que, hasta encontrar una forma más satisfactoria, utilizarán los plurales en masculino.

    1˚ edición impresa, diciembre de 2016

    1˚ edición digital, diciembre de 2018

    noveduc libros

    © del Cen­tro de Pu­bli­ca­cio­nes Edu­ca­ti­vas y Ma­te­rial Di­dác­ti­co S.R.L.

    Av. Co­rrien­tes 4345 (C1195AAC) Bue­nos Ai­res - Ar­gen­ti­na

    Tel.: (54 11) 5278-2200

    E-mail: contacto@noveduc.com

    www­.no­ve­duc­.com

    Digitalización: Proyecto451

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.

    Inscripción ley 11.723 en trámite

    ISBN edición digital (ePub): 978-987-538-601-3

    DEDICATORIA

    Este libro está dedicado a tres de las mujeres más importantes de mi vida, quienes son ejemplo de fuerza, empuje, compromiso y tenacidad. Ellas son, por orden de aparición: Galit Feuz, mi hija; Gabriela Karasik, mi nuerija y Andrea Zappi, mi nuerija.

    ACERCA DE LA AUTORA

    Ruth Harf es, esencialmente, una maestra. Toda su formación estuvo dirigida en una dirección donde la educación y las posturas ético-ideológicas se unían: maestra normal nacional; profesora normal nacional de Jardín de Infantes; profesora de Expresión Corporal; licenciada/profesora en Ciencias de la Educación (UBA); licenciada en Psicología (UBA). Estos estudios fueron ampliados con posgrados en diferentes materias: Teoría y técnica psicopedagógicas y El rol de dirección en instituciones educativas.

    Y al igual que su formación, su práctica ha permanecido siempre al servicio de la educación pública. Sin pretender hacer una larga historia de su trayectoria, destacamos su experiencia como profesora en la Universidad de Buenos Aires y otras universidades y profesorados; directora del Centro de Formación Constructivista; coordinadora del Equipo de Capacitación en Servicio para Directivos de Nivel Inicial (Escuela de Maestros, ex-CEPA, Ciudad de Buenos Aires); asesora en diversos ministerios de Educación. Participa habi- tualmente de congresos, jornadas y seminarios en los cuales se abordan temas educativos. Autora de numerosos libros y artículos relacionados con la educación.

    INTRODUCCIÓN

    I

    Ruth Harf, compañera de aventuras con coraje y compromiso

    Por Beatriz y Daniel Kaplan

    La tarea editorial regala sorpresas y satisfacciones que permiten recorrer caminos de aventura junto a los autores que se suman al proyecto. Como ocurre con la vida, algunos vínculos son más profundos que otros y crecen a lo largo de nuestras existencias de manera cariñosa, respetuosa, en un marco de lealtad y reciprocidad.

    Con Ruth venimos transitando un largo camino de proyectos compartidos a través de distintos medios, épocas y oportunidades. Diversas coyunturas del país, de Ruth y de la editorial nos han llevado a producir y difundir sus ideas en muy variados formatos. Algunos con mayor permanencia y disponibilidad que otros. Además de sus libros que venimos publicando con la coautoría de Delia Azzerboni, hemos gozado de su confianza y colaboración mediante una enorme cantidad de artículos incorporados en diversas ediciones de la Revista Novedades Educativas, en la Colección 0a5, la educación en los primeros años y también gracias a ponencias que supo brindarnos en eventos organizados por la editorial.

    A partir de una búsqueda que desplegamos con Ruth y con el equipo editorial, investigamos la historia de esos contenidos publicados en muchos y variados formatos periodísticos. Luego se fueron ordenando y compatibilizando alrededor de tres organizadores temáticos: la gestión, la didáctica y el juego. Temas fundamentales en la trayectoria de Ruth como formadora de formadores a lo largo de su vida. Aspectos que abordó con coraje y valentía para instalar sanos y fructíferos debates en el país y en el exterior.

    La producción de Ruth en los medios de Novedades Educativas ha sido más extensa que esta selección que hoy presentamos, su productividad y profundidad ha sido siempre frondosa y rica, obligándonos en esta ocasión a una desafiante tarea para seleccionar los materiales más representativos de cada temática.

    Sin embargo, estimados lectores: permítannos atribuirnos virtudes de exitosos sommeliers porque creemos haber logrado una combinación rica en sabores y aromas para gratificarlos en un recorrido que será de placer y disfrute a través de una producción natural y única en personalidad e identidad, con sorpresas y certezas que permitirán que vuestra lectura fructifique en ideas y posibilidades para la vida profesional y personal de todos y cada uno de ustedes.

    Con ese convencimiento los dejamos en compañía de contenidos diversos y variados que ratifican la vigencia de las reflexiones de la autora, con el coraje que la caracteriza. Una vez más, nos resta agradecer a Ruth por su amistad y confianza al depositar en nuestra casa editora tantas perlas de sus desafiantes y provocativos textos.

    PRÓLOGO

    P

    Justificando lo injustificable

    Por Ruth Harf

    Cuando Daniel Kaplan, mi editor y amigo de siempre, me dijo que quería hacer un libro recuperando textos que escribí a lo largo de muchos años de trabajo en el ámbito educativo, no entendí bien, no encontré el sentido.

    Y, después de pensar un poco, me di cuenta que no le podía dar carácter de homenaje, sino de un modo de rescatar el esfuerzo que significa dar a conocer ideas, pensamientos y experiencias.

    Cada vez que me reúno con jóvenes educadores trato de manifestarles que los docentes no somos solamente trasmisores de conocimientos producidos por otros, sino que nosotros también somos productores.

    Y mis padres, el doctor Rabino Hanns Harf y la doctora Suse Hallenstein, siempre hicieron de la ética un discurso vivo, acompañado siempre de actos pequeños y cotidianos, y su compromiso fue siempre el de no contradecirse entre lo que decían y lo que hacían.

    Siento que esa es una gran herencia a la que he tratado de honrar toda mi vida, y ahora registro que muchos de estos textos, provocativos algunos, reflexivos otros, son más que un relato, un legado.

    ¿Y qué es un legado? Dicen los diccionarios: "Se denomina legado al acto a través del cual una persona, en su testamento, decide repartir una parte muy concreta de sus bienes a otra persona…".

    Y, de verdad, espero que ellos los provoquen: por reiterados, por perimidos, por innovadores, etcétera. Pero, especialmente, para que sepan que vale la pena jugar y jugarse la vida.

    La educación fue y es mi vida y mi compromiso social. Un currículum nunca alcanza para contar lo que más importa: cómo se vive lo que se vive, cómo se toman las decisiones ante situaciones muchas veces impredecibles.

    Milité en mis años de la facultad, caminé y corrí en marchas, trabajé como obrera en un frigorífico, enviudé a los veintidós años, perdí y busqué sin encontrar a mi amiga/hermana Nora en la época de la dictadura, tengo un marido excepcional, tres hijos y sus parejas, siete nietos. Si esto no es experiencia, ¿la experiencia dónde está?

    Y sigo prefiriendo escribir a cocinar; suerte que te tengo a vos, Toti, para apoyarme y acompañarme en todo.

    Y sigo priorizando mi compromiso por la educación pública en todos los extremos de la Argentina y otros países. Aunque esto haga que, muy a menudo, se me pasen cumpleaños de la familia y atención adecuada a todos ellos. Por suerte, lo comprenden y me aceptan como soy.

    Y sigo conectándome con innumerables personas gracias a las redes sociales.

    Y sigo siendo un agente provocador: porque solo provocando consensos y disensos es que construimos un futuro valioso. Valioso: valioso de vale la pena, valioso de ética y valioso ¡porque es costoso! Y cuesta mucho, de verdad.

    Y fue así que llegamos a un acuerdo con Daniel Kaplan y Liliana Szwarcer mientras compatibilizábamos los textos para esta publicación. Los textos van tal cual, no se actualizan: ¡y esta decisión costó mucho! ¡Tanto para agregar, tanto para actualizar! Pero por eso es justamente un legado: son ustedes, los lectores los que asumirán la responsabilidad de discutirlos, rebatirlos, contradecirlos y ampliarlos.

    No intentan ser un recuerdo del pasado, sino una plataforma de despegue para el futuro.

    REFLEXIONES

    R

    Acerca de la gestión

    GESTIÓN

    01

    Vida cotidiana en las instituciones educativas

    Planificación, rutinas, clima institucional y turbulencias

    Hablar de una escuela infantil y de la vida cotidiana nos lleva inmediatamente a referirnos a quienes la habitan, entendiendo por habitar el estar en ellas y otorgar diversos significados, no a pasar, a transcurrir sin dejar huellas ni marcas, ni a que la institución deje marcas o huellas en los que son transeúntes, pero no verdaderos habitantes de esta microciudad.

    En la cotidianidad del proceso escolar se inscriben sus determinaciones institucionales, históricas y sociales. La intención de desnudar mecanismos ocultos en la escuela apunta a ofrecer a los educadores un material de reflexión sobre su práctica profesional.

    Intentaremos profundizar en la incidencia de las variables éticas e ideológicas presentes en la vida cotidiana de las escuelas infantiles, cuyas manifestaciones muchas veces ayudan al logro de la escuela que los niños merecen y otras veces se constituyen en obstáculos.

    Para ello hemos acudido a las ideas expuestas por numerosos autores que reflexionan sobre la importancia de este tema: partiendo de la indagación de dichos textos, consideramos que la presentación realizada en el Encuentro justifica el intento de integrar diversos aportes.

    Hablar de hábitos, rutinas, ritos y rituales es hablar del modo en que educamos a nuestros niños; eso nos compromete a tratar de analizar lo que hacemos en el día tras día.

    También trataremos de pensar en qué medida estos mismos hábitos, rutinas, ritos y rituales no son neutros; cómo cada uno de ellos es vehículo portador de posiciones ideológicas más o menos conscientes y explícitas de docentes, directivos y padres. Más aún: intentaremos mirar su carácter de dispositivos para lograr que los niños pasen a ser miembros de este círculo más o menos abierto que es la escuela y, simultáneamente, de los otros contextos sociales de los cuales forman parte.

    Sostendremos que plantean a los niños una doble exigencia, pues: a) debe adquirirlos para pertenecer y b) implican una dosis de renunciamiento a sus deseos e intenciones individuales. Esto determina una tensión entre lo individual y lo colectivo, que se mantendrá a lo largo de nuestras vidas, dando así origen a conflictos que, en tanto tales, son inherentes a toda situación vincular interindividual y social y que, justamente, motorizan tanto nuestras vidas individuales como la vida social en general.

    Vida cotidiana en la escuela: ¿con o sin alienación?

    ¿Estamos en las escuelas y las habitamos o pasamos por ellas y somos meros transeúntes?

    Esta primera pregunta nos lleva inmediatamente a la siguiente: si estamos en las instituciones, ¿cómo estamos?

    Para responder, acudiremos a una serie de reflexiones elaboradas por numerosos autores y a la propia experiencia, esperando que cada uno las complete con todos aquellos ejemplos y experiencias como para poder contextualizarse y situarse, evitando frases vacías de todo significado real.

    Otra pregunta clave es qué instrumentos debemos tener, buscar, adecuar o construir para analizar lo que sucede en las instituciones. Así nos acercamos al tema de los hábitos, rutinas, ritos y rituales, tanto a los que están relacionados en forma directa con los niños como a los que tienen que ver con el funcionamiento institucional en su totalidad.

    Hábitos, rutinas, ritos y rituales

    ¿Qué significa hábito?

    Es tanto un vestido, y especialmente el de los religiosos y religiosas como una costumbre adquirida por la repetición de un acto. Tenemos hábitos para poder habitar, para estar y no transcurrir. Y tenemos hábitos para construir un hábitat.

    Para hablar de hábitos, podemos acercarnos a la idea de tomar los hábitos o recordar el dicho El hábito hace al monje, que nos remiten a considerarlos como procesos de adquisición y puesta en práctica de aquellas modalidades que nos hacen sentirnos pertenecientes a un determinado contexto institucional y cultural: qué nos ponemos, qué estilo de comportamiento se pide de nosotros, cuáles enseñamos.

    Ya no se trata hablar solamente de la adquisición de hábitos, como si éstos fuesen universales e inalterables: conlleva el reconocimiento esencial de que estos hábitos son una construcción sociocultural y están, por lo tanto, sujetos a los posibles cambios que esos mismos contextos socioculturales consideren necesarios.

    En el jardín, los niños aprenden a comportarse tal como la sociedad espera de ellos (ponerse el vestido esperado) a fuerza de repetir determinadas actividades (costumbre).

    Sin embargo, el problema es que, en realidad, el hábito no hace al monje y, además, el hecho de aprender una rutina no hace que el sujeto sea más libre y responsable.

    Por lo tanto, cuando hablamos en la escuela infantil de hábitos, podríamos preguntarnos sobre la pertinencia de referirnos a la formación de hábitos; está claro que no es una cuestión de cambiar términos, especialmente cuando los utilizados tienen una fuerza muy grande en el léxico que todos empleamos como parte de nuestro acervo profesional.

    Deseamos poner el acento en el hecho de que estos hábitos no pueden considerarse simplemente una cuestión funcional, de utilidad para la resolución de las situaciones cotidianas. Como indicamos previamente, los modos habituales de resolver las mismas son una construcción cultural: tienen un carácter histórico y por lo tanto pueden ser cambiados cuando las circunstancias sociales, culturales e históricas así lo requieran.

    Los hábitos se contextualizan: esto quiere decir que hay modos de comportarse que serán especialmente valorados y seleccionados de acuerdo con el contexto que habitemos; a veces, este contexto es únicamente el escolar.

    El peligro aparece cuando estos hábitos se esconden tras una aparente neutralidad y se los toma como naturales. ¿Es natural que los chicos adquieran hábitos de limpieza? ¡Por supuesto! ¿Por supuesto? Lo interesante es el modo en que los diferentes contextos resuelven el tema de la limpieza: ¿todos nos lavamos las manos antes de comer? ¿Y después de comer? ¿Qué usamos para hacerlo? Como vemos, a veces es muy difícil separar la necesidad lógica de atender a mandatos que tienen que ver con el cuidado de la salud de los modos culturalmente establecidos para ello. Es cierto que en muchos casos son los mismos adelantos científicos los que nos indican los cambios en estos hábitos de higiene, pero no por ello es menos cierto que intervienen diversos aspectos socioculturales en los que se ponen en juego estilos de vida, parámetros y prioridades.

    ¿Qué pretendemos expresar con esto? Simplemente, tratamos de analizar de manera crítica los hábitos que cotidianamente se enseñan y se demandan en la vida escolar; estimular a los educadores a observarlos desde otras ópticas, a comprender que algunas veces estos hábitos no tratan únicamente de permitir vivir con salud física, psicológica y social, sino que también pueden llegar a ser instrumentos de control, medios de sometimiento a concepciones dominantes, herramientas de descalificación de los contextos de origen, etcétera.

    Los hábitos y las rutinas de la vida cotidiana: saludos, intercambio, higiene, alimentación, descanso

    Considerando la variable histórica, vemos prácticas de la vida cotidiana en el nivel inicial que fueron parte fundamental de la organización del tiempo, el espacio y las actividades. Se privilegiaba en estas prácticas el aprendizaje de los hábitos de orden, higiene y cortesía, así como el sentido de la responsabilidad, la libertad y la propia actividad.

    Se veía así la necesidad de inculcar y establecer patrones de conducta a los que los niños debían atenerse y poner de manifiesto en las situaciones cotidianas. Se establecían estos patrones mediante la presentación de estímulos condicionantes que se repetían hasta su incorporación y, para su posterior fijación, de cantos, palmadas, movimientos, etc.; no podemos negar que fueron y siguen siendo sumamente efectivos.

    Hoy seguimos viendo, muchas veces, que las actividades cotidianas continúan centradas en la enseñanza de los hábitos: nuestro desafío es otorgarles nuevos significados a partir de la consideración de su relación con las normas sociales organizativas necesarias para la convivencia y el bien común.

    El trabajar los hábitos resulta uno de las propuestas más obvias, o una de las verdades más sagradas del nivel inicial, en donde hábito es tomado como una conducta estereotipada, mecanizada, en la cual, una vez que se consolida, no interviene el plano de la conciencia. El acto motriz se convierte en mecánico con el ejercicio y el entrenamiento.

    En nuestro intento por cambiar esta idea meramente mecanicista, valoramos entonces su carácter positivo: implica economía de esfuerzos, resolución rápida a los problemas, autonomía. Nos ubicamos así en una perspectiva más cognitiva que conductista.

    Uno de los peligros y al mismo tiempo una de las ventajas de los hábitos es que permiten que determinado tipo de acciones, decisiones, formas de conducta y modos de pensamiento aparezcan como totalmente naturales, ya que su realización no requiere de reflexión: ya son parte de nuestra persona, de nuestro modo personal de actuar.

    En este intento de resignificar la idea de hábito, consideramos la importancia de no tomarlo automáticamente como sinónimo de autonomía. Que los chicos realicen determinadas actividades sin necesidad de muchas explicaciones no lleva a mirar este hecho como un incremento de la autonomía. Para fomentarla, se hace necesario que ellos comiencen a comprender el significado que estas actividades o hábitos tienen para la vida en común. Es por ello que podemos sostener que, más que responder a una consigna en forma automática, lo que buscamos es que los niños sean personas autónomas y capaces de tomar decisiones.

    Buscamos que puedan aprender a emplear mecanismos de autorregulación que los lleven de tomarse sólo a sí mismos en consideración, a una etapa en la que la cooperación, la colaboración y el respeto por los otros sea la explicación del porqué de la necesidad de actuar de maneras determinadas.

    Entonces vemos que nuestras propuestas no buscan simplemente el establecimiento de rutinas, como mecanismos relacionados con buenas costumbres o respuestas a necesidades fisiológicas, sino que empleamos estas actividades como oportunidades valiosas para la enseñanza de actitudes y valores, conceptos y procedimientos.

    Las rutinas

    Si buscamos los significados posibles de este concepto, encontramos diversas concepciones y acepciones del término.

    • Las rutinas nos remiten a la idea de ruta y también a los hitos que permiten comprender que no nos estamos saliendo de ella.

    • Las rutinas son los pasos para la realización de actividades de modos conocidos y aceptados por todos.

    • Las rutinas diarias son una serie de hábitos que el niño repite cotidianamente (llegar, dormir, las comidas, salir al patio, irse a casa, etcétera).

    • Rescatamos el valor que la estabilidad de la rutina diaria proporciona al niño al brindarle la seguridad que necesita, la confianza y la certeza acerca de los hechos que se suceden en un tiempo.

    Siguiendo a Malajovich (2000), afirmamos que si estas rutinas cotidianas son estables en el tiempo, contribuirán a que el niño aprenda a prever el resultado de sus acciones, a predecir sucesos futuros o a explicar acontecimientos pasados, y adquiera así el hábito de interpretar los hechos al distanciarse de lo que en un momento concreto está sucediendo.

    Por supuesto que siempre habrá novedades en la vida de las personas, pero las mismas sólo tienen sentido y optimizan el desarrollo si podemos insertarlas en un contexto de regularidades. Algo puede aparecer o cambiar y algo debe permanecer como estaba; en caso contrario, las novedades se constituyen en irrupciones incomprensibles y

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