Erotika Indiscreta Ensayo Novelado

Por Josef Carel

Erótica no es sexo, tampoco romántica, pero es un preámbulo en el primer caso y un integral escondido, indiscreto en el caso del Amor. La erótica provee a los humanos las posibilidades enormes de encuentro entre las personas; desde la estética de los cuerpos y los objetos, el encuentro visual entre dos personas mirándose a los ojos con fruición; aromas, colores y formas, sonidos estéticos que alimentan pasiones. El erotismo está en todos y cualquiera, pero tiende a deformar y caer en la banalidad, cuando el deseo supera las emociones y las ansias vulgares a las ambiciones de evolución ética
El término se origina en el dios griego Eros, pero en aquella sociedad, su estatua indicaba un lugar de reunión de hombres. Para el caso que más nos ocupa, la belleza y el Amor entre personas, Afrodita es más representativa, aunque la proliferación de dioses que versan sobre el tema, explica los diferentes aspectos del Amor. Y no obstante, Erótica
Cunde y se surte la imaginación de tantas formas de goce y placer ante la visión erótica. Estas narraciones vienen a aportar a nuestra memoria algo de aquello que es la vida

• Idioma: Español
• Editorial: Josef Carel
• Fecha de lanzamiento: 6 may 2016
• ISBN: 9781310812767

Josef Carel

Josef Carel es un humanista y en su vision esta por sobre todo el ser humano, esto contrariando abiertamente los acontecimientos actuales del sistema capitalista de mercado, donde los objetos tienen valor superior al ser humano. Y sin embargo las propuestas del autor en su libro no se encadenan a una ideológica determinada o conocida. Para elevar al ser humano entonces al nivel superior que se espera es imprescindible un cambio o vuelco total en los valores actuales y para ello se hace necesario suprimir los actuales elementos que encadenan al ser humano, la represión económica y filosófica de la sociedad. La alienación debe ser trocada por los valores de la solidaridad y debe reinar por sobre todo el amor entre los humanos.

Vista previa del libro

Eros y Afrodita

Erótica no es sexo, tampoco romántica, pero es un preámbulo en el primer caso y un integral escondido, indiscreto en el caso del Amor. La erótica provee a los humanos las posibilidades enormes de encuentro entre las personas; desde la estética de los cuerpos y los objetos, el encuentro visual entre dos personas mirándose a los ojos con fruición; aromas, colores y formas, sonidos estéticos que alimentan pasiones. El erotismo está en todos y cualquiera, pero tiende a deformar y caer en la banalidad, cuando el deseo supera las emociones y las ansias vulgares a las ambiciones de evolución ética

El término se origina en el dios griego Eros, pero en aquella sociedad, su estatua indicaba un lugar de reunión de hombres. Para el caso que más nos ocupa, la belleza y el Amor entre personas, Afrodita es más representativa, aunque la proliferación de dioses que versan sobre el tema, explica los diferentes aspectos del Amor. Y no obstante, Erótica

Cunde y se surte la imaginación de tantas formas de goce y placer ante la visión erótica. Estas narraciones vienen a aportar a nuestra memoria algo de aquello que es la vida

Capitulo 1

Una cálida tarde de verano

Aquellos jóvenes tomaban parte de un campamento de verano, en el cual oficiaban de instructores de un grupo de niños que habían venido a pasar una semana de vivencias campestres. Él oficiaba de director y la muchacha era uno de los instructores. El lugar se hallaba en plena campiña a orillas de un lago de aguas azules, todo sembrado de verde y arboledas

En esa época del año solían desatarse tormentas con fuertes vientos. Una de ellas sirvió de escenario y trasfondo a la aventura que se desarrolló entre aquellos dos jóvenes. Ambos eran reales amantes de los niños que estaban a su cargo y todo el equipo había logrado un ambiente de calidez y solidaridad

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Cuando estalló aquella brava tormenta, en pocos minutos afectó al campamento, volando las tiendas por los aires y hasta tirando por el suelo todos los equipos de la cocina; no obstante no llegó a ser ninguna tragedia, y se evitaron reacciones de pánico. A la noche siguiente se celebraron las aventuras y acontecimientos recientes en torno a una hoguera campestre, con canciones y charlas. El joven director pulsó su guitarra y con cálida voz entonó dulces canciones. La muchacha por su parte, les narró a los niños relatos de aventuras. Los dos estaban sentados juntos y de vez en cuando se miraban a los ojos, con cándidas expresiones que no pasaron inadvertidas al público infantil

La chica era de una belleza particular, cabello castaño oscuro, ojos marrones claros, de blanca piel, y además, esgrimía fascinantes sonrisas al joven, que devolvía a la chica turbadas miradas de complacencia

Se estaba desatando una aventura romántica que sin duda, era de especial significado para ambos. Los niños, estaban visiblemente extasiados; eran testigos de la aventura que se estaba gestando. Es que hay que tomar en cuenta, cuanta vivacidad y comprensión puede darse en un niño, aún los de pequeña edad y con cuanta soltura pueden captar emociones de amor

Ya entrada la noche, los niños fueron retirándose a sus tiendas y también la chica declaró estar muy cansada. Cuando el joven estaba por retirarse, una niña se acercó para contarle que la joven instructora no se sentía bien y requería su presencia. En la penumbra de la tienda, alcanzó a divisar a la joven acostada en su catre, oculta bajo frazadas y se acercó a ella. Para ver mejor sus facciones, se arrodilló a su lado y entonces vio sus ojos que brillaban con una luz especial. Ella le tomó su mano, que acercó a sus labios. El joven a su vez tocó la cara de la muchacha, acariciando cada uno de sus pliegues, desde la frente, sondeando los párpados, la nariz y deteniéndose en los labios, que acarició con los dedos. Como corolario de una pasión irresistible, acercó su boca besándola con fruición, bebiendo cada uno la savia del otro. Fue un largo beso, que sumergió a los dos jóvenes en una profunda y amplia confusión de emociones y luego ella sacando sus brazos de debajo del cobertor los extendió sobre el cuello del muchacho, atrayéndolo. Hizo un lugar en la pequeña camita y entonces los dos cuerpos se confundieron en toda su extensión. Ella tenía la piel caliente, afiebrada, y se fue propagando también a él. Entonces susurró a su oído… que bello que es esto… que hermoso… es un sueño. Yo estoy que me desmayo respondió el joven y nuevamente sellaron sus bocas con un largo beso que se fue multiplicando miles de veces, mientras las manos exploraban sus cuerpos

Cuando el joven dejó a la muchacha, todo su cuerpo temblaba y a medio camino se paró a observar las estrellas en el cielo, pensando en lo extraordinario que estaba viviendo. En sus labios ardían los besos de ella y en sus dedos la dulzura de la tersa piel de la niña