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El cazador de historias
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El cazador de historias
Libro electrónico271 páginas2 horas

El cazador de historias

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Información de este libro electrónico

En esta obra, que terminó un año antes de morir, Eduardo Galeano sale a cazar para mostrarnos –con crudeza, con humor, con ternura– el mundo en que vivimos, desnudando ciertas realidades que, pese a estar al alcance de la mano, no todos llegan a ver. Y, aunque siempre fue reticente a hablar de sí mismo, cierra el libro con un puñado de bellas y poderosas historias que sorprenden tanto porque ofrecen pistas de su biografía, de sus años de infancia y juventud, de los primeros viajes por América Latina, de las personas que marcaron su vida y su escritura, como porque expresan sus ideas sobre la muerte.
IdiomaEspañol
EditorialSiglo XXI
Fecha de lanzamiento7 abr 2016
ISBN9788432318276
El cazador de historias

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    Vista previa del libro

    El cazador de historias - Eduardo H. Galeano

    Índice

    Cubierta

    Índice

    Colección

    Portada

    Copyright

    Nota del editor

    Gratitudes

    Molinos de tiempo

    Huellas

    Elogio del viaje

    Los libres

    Los náufragos

    El viento

    El viaje del arroz

    El aliento perdido

    Las estrellas

    Encuentros

    El nuevo mundo

    La satánica diversidad

    Costumbres bárbaras

    Mudos

    Ciegos

    El Monstruo de Buenos Aires

    Sordos

    El poderoso cero

    Peligro

    El Evangelio según Cochabamba

    La explicación

    La naturaleza enseña

    Éramos bosques caminantes

    La ceiba

    La aruera

    Con el abuelo no hay quien pueda

    La piel del libro

    Símbolos

    Mano de obra

    Los aliados de Urraká

    El hondero

    Los profetas de Túpac Amaru

    Buenos Aires nació dos veces

    La primera flauta

    El tambor

    Concurso de viejos

    Me lo contó un cuentacuentos

    Samuel Ruiz nació dos veces

    José Falcioni murió dos veces

    El viaje de la tierra

    Tierra indignada

    Homenajes

    Andresito

    La garra charrúa

    El viaje del café

    Cafés con historia

    Esplendor del mediodía

    Las manos de la memoria

    La memoria no es una especie en vías de extinción

    Semillas de identidad

    La divina ofrenda

    Amnesias

    Monstruo se busca

    ¡Damas y caballeros!

    Vamos a pasear

    Extranjero

    Esopo

    Una fábula del tiempo de Esopo

    Si el Larousse lo dice...

    Así nació Las Vegas

    Repítame la orden, por favor

    El trono de oro

    Pequeño dictador ilustrado

    Pequeño dictador invencible

    El asustador

    El purgatorio

    Puertas cerradas

    Invisibles

    La primera huelga

    El rompevientos

    Ecos

    ¿Se restableció el orden?

    Nidos unidos

    La otra escuela

    La militante

    La costurera

    La peligrosa

    El ojo del amo

    Héroes admirables, huéspedes indeseables

    Sanguijuelas

    Aleluya

    La Virgen privatizada

    El bienvenido

    Las puertas del Paraíso

    Viaje al Infierno

    Mi cara, tu cara

    Máscaras

    El zapatazo

    El médico

    La paz del agua

    Había una vez un río

    Había una vez un mar

    Habrá que mudarse de planeta

    Una nación llamada Basura

    Aprendices de brujos

    Autismo

    Adivinanza

    El precio de las devociones

    Profecías

    Magos

    Brevísima síntesis de la historia contemporánea

    Diagnóstico de la Civilización

    Informe clínico de nuestro tiempo

    Sabidurías/1

    Sabidurías/2

    Lo que el río me contó

    El héroe

    El cronista

    Pleitos

    La más prestigiosa crónica

    El callado

    El cuentacuentos

    El cantor

    El músico

    La poeta

    La viciosa

    El bautismo

    La secuestrada

    La dama de la lupa

    La ídola

    La primera jueza

    Otra intrusa

    Bendito seas, Dalmiro

    El derecho al saqueo

    Te lo juro

    Las guerras del futuro

    Calumnias

    La guerra contra las guerras

    Revolución en el fútbol

    Sírvame otra Copa, por favor

    El ídolo descalzo

    Yo confieso

    La pelota como instrumento

    Tramposos, pero sinceros

    Depravados

    El condenado

    El prohibido

    El querido, el odiado

    Bendita seas, risa, siempre

    El tejedor

    El sombrerero

    Las telas y las horas

    El carpintero

    El descubridor

    El jinete de la luz

    El escultor

    El cocinero

    El bombero

    Artistas

    El difunto

    Papá va al estadio

    Huellas perdidas

    Ausente sin aviso

    La ofrenda

    Las otras estrellas

    Los reyes del camposanto

    Última voluntad

    La música en los gatillos

    Colores

    Cuerpos que cantan

    El cuerpo es un pecado

    Sagrada familia

    Primera juventud

    El placer, un privilegio masculino

    Virtuosos

    Castigos

    Bésame mucho

    La desobediente

    Crónica gastronómica

    Culpables

    La maldita

    Love story

    Piojos

    Arañas

    Esa nuca

    Esos ojos

    Ese porfiado sonido

    Líos de pareja

    Líos de familia

    Revelaciones

    El taxista

    La recién nacida

    Afrodita

    Lilario

    El inventor

    Niños que nombran

    Allá en mi infancia

    La vocación

    Esa pregunta

    La lluvia

    Las nubes

    El río raro

    Los caminos del fuego

    La luna

    La mar

    Los cuentos cuentan

    Prontuario

    Autobiografía completísima

    Brevísimas señas del autor

    Por qué escribo/1

    Angelito de Dios

    Por qué escribo/2

    Silencio, por favor

    El oficio de escribir

    Por qué escribo/3

    Quise, quiero, quisiera

    Vivir por curiosidad

    Última puerta

    Pesadillas

    Al fin de cada día

    Al fin de cada noche

    Vivir, morir

    Quise, quiero, quisiera

    Eduardo Galeano

    EL CAZADOR DE HISTORIAS

    Primera edición en formato digital: abril de 2016

    Ilustración de portada: Dibujo del Monstruo de Buenos Aires, así llamado por el sacerdote francés Louis Feuillée, que anduvo por el sur de América en 1724 y publicó en París lo que había vivido.

    Ilustraciones de interiores: Collages de Eduardo Galeano, inspirados en autores anónimos del arte popular y en obras de April Deniz, Ulisse Aldrovandi, William Blake, Albrecht Dürer, Theodor de Bry, Edward Topsell, Enea Vico, Pieter Brueghel el Joven, Hieronymus Bosch, J.-J. Grandville, Collin de Plancy y Jan van Eyck.

    © Fideicomiso Eduardo Galeano

    © 2016, Siglo XXI de España Editores, S. A. 2016

    Sector Foresta, 1

    28760 Tres Cantos

    Madrid - España

    Tel.: 918 061 996

    Fax: 918 044 028

    http://www.sigloxxieditores.com

    ISBN: 978-84-323-1827-6

    Nota del editor

    Eduardo Galeano murió el 13 de abril de 2015. En el verano de 2014 habíamos cerrado hasta el último detalle de El cazador de historias, incluida la imagen de cubierta que, como solía suceder, él mismo había elegido, la del Monstruo de Buenos Aires que ilustra esta edición. Había dedicado los años 2012 y 2013 a trabajar en este libro. Dado que su estado de salud no era bueno, decidimos demorar la publicación, como un modo de protegerlo del trajín que implica todo lanzamiento editorial.

    En sus últimos meses de vida siguió haciendo una de las cosas que más disfrutaba hacer, que era escribir y pulir los textos una y otra vez. Había empezado una nueva obra, de la que dejó escritas unas cuantas historias; le gustaba la idea de llamarla Garabatos. Luego de su muerte, cuando fue posible retomar el plan de publicar El cazador de historias, volvimos sobre ese proyecto inacabado, releímos las historias y sentimos que varias de ellas tenían tanto en común con las de El cazador que merecían integrarse al volumen. Por eso, una veintena de esos garabatos forman parte de este libro.

    Varios de ellos tenían como tema la muerte. Eduardo siempre fue un hombre sobrio, quizás haciendo honor a sus genes galeses de los que tanto renegaba, y no solía hablar en tono grave de sus enfermedades o dolencias, ni siquiera en los últimos tiempos. Este puñado de textos parecían ser una huella de lo que imaginaba o pensaba sobre la muerte. Son tan bellos e impactantes que quisimos incluirlos, y para eso nos permitimos sumar una cuarta parte al libro original. A esta sección le dimos el título de un poema que él había dispuesto como cierre del volumen, y que efectivamente clausura esta obra: Quise, quiero, quisiera.

    Fuera de estos agregados, respetamos todas sus indicaciones, obsesivas y amables como siempre.

    No es sencillo poner el punto final a esta tarea en la que no estuvimos solos. Daniel Weinberg aportó valiosos comentarios y observaciones. Gabriela Vigo y el resto del equipo de Siglo XXI trabajaron con profesionalismo durante el largo proceso de edición, seguramente motivados de modo especial por el particular cariño que todos le tenían y le tienen a Eduardo.

    Agradezco a Helena Villagra su preciosa ayuda para dar forma definitiva a El cazador de historias. Fue un trabajo placentero, de reencuentro con un autor muy querido, y al mismo tiempo inevitablemente difícil.

    Carlos E. Díaz

    Gratitudes

    Este libro está dedicado a los compañeros que me ayudaron haciéndolo: Alfredo López Austin, Mark Fried, Lino Bessonart, Carlos Díaz, Pedro Daniel Weinberg y otros amigos. Y sobre todo y siempre, a Helena Villagra.

    Molinos de tiempo

    Huellas

    El viento borra las huellas de las gaviotas.

    Las lluvias borran las huellas de los pasos humanos. 

    El sol borra las huellas del tiempo.

    Los cuentacuentos buscan las huellas de la memoria perdida, el amor y el dolor, que no se ven, pero no se borran.

    Elogio del viaje

    En las páginas de Las mil y una noches, se aconseja:

    ¡Márchate, amigo! ¡Abandónalo todo, y márchate! ¿De qué serviría la flecha si no escapara del arco? ¿Sonaría como suena el armonioso laúd si siguiera siendo un leño?

    Los libres

    En los días, los guía el sol. En la noche, las estrellas. 

    No pagan pasaje, y viajan sin pasaporte y sin llenar formularios de aduana ni de migración.

    Los pájaros, los únicos libres en este mundo habitado por prisioneros, vuelan sin combustible, de polo a polo, por el rumbo que eligen y a la hora que quieren, sin pedir permiso a los gobiernos que se creen dueños del cielo.

    Los náufragos

    El mundo viaja.

    Lleva más náufragos que navegantes.

    En cada viaje, miles de desesperados mueren sin completar la travesía hacia el prometido paraíso donde hasta los pobres son ricos y todos viven en Hollywood.

    No mucho duran las ilusiones de los pocos que consiguen llegar.

    El viento

    Difunde las semillas,

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