Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El ataque PSI
El ataque PSI
El ataque PSI
Libro electrónico350 páginas5 horas

El ataque PSI

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Una verdadera explosión editorial hizo que cualquiera tenga acceso sin barreras a los misterios que hace tiempo solo estaban conocidos por los iniciados. Esto, de hecho no está mal. El problema aparece cuando estos conocimientos esotéricos son usados con el propósito de destruir a los prójimos, de quebrantar su derecho de decisión, de manipular. Vivimos un momento de nuestra propia historia en que no existe individuo que no sea de alguna manera afectado por sugerencias, falsas creencias, transferencias y proyecciones negativas, magia, encantos, hechizos o azogue.
De todos lados, prensa, televisión, amigos, pacientes, estamos asaltados con informaciones sobre nuestro destino, qué tenemos que hacer o que no tenemos que hacer, qué nos recomiendan las estrellas, las habas o qué sale al tirar los caracoles. La magia empezó a ser usada en la política, en el deporte, en los negocios, medicina, ejército o espionaje. Casi no hay dominio en que el conocimiento esotérico no se pueda aplicar. Creo que por eso asusto tanto la aparición de este libro. En qué medida son verdaderas, cuáles son los principios que están a base de su acción, cómo se aplican en la vida cotidiana, en las terapias alternativas, esto es lo que se propone este trabajo, hacer como una concretización de mi experiencia de dieciocho años en que vine estudiando la ortodoxia, las artes marciales, Reiki y la magia del pueblo rumano. Claro, hay muchas cosas que decir. Me voy a resumir a los principios, porque la tentación de usarlos es grande. El conocimiento significa poder y el poder vicia. Voy a dejarlo todo al antojo del libre albedrio de cada uno sin olvidarme decir que todos pagamos en algún momento por lo que hacemos, decimos o pensamos.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 abr 2017
ISBN9781370679454
El ataque PSI
Autor

Ovidiu Dragos Argesanu

M-am nascut pe data de 8 dec 1968 la Belgrad, in Serbia. Tatal meu era diplomat si fusese detasat cu familia la ambasada romana din orasul meu natal. Mama a fost economist iar tatal spion, asa ca am mostenit dorinta de a afla de la unul si inclinatia spre stiintele exacte de la celalalt.Nu am avut tangente in copilarie cu biserica, nici cu paranormalul, singura mea experienta ezoterica fiind descantecul pe fire de par de lup facut de o bunica prin alianta cu ocazia unei sperireturi cauzate de pasirea peste un sarpe.Primii ani de liceu i-am facut la Liceul de matematica si fizica nr.4 de pe platforma de fizica atomica de la Magurele. Ultimii la Liceul Matei Basarab din Bucuresti, tot sectia de matematica fizica.Am intrat la facultatea de constructii din Timisoara, unde am facut primii doi ani.In studentie am continuat calea artelor martiale. La inceput judo, apoi karate shotokan, jet kune do, wu shu, box.Am inceput sa studiez Biblia multumita unui pastor penticostal si am mers impreuna cu alti studenti crestini la adunarile baptiste sau adventiste.Am decoperit medicina in 1989, cand am avut ocazia sa paticip la cursurile Facultatii de Medicina din Timisoara. Am renuntat la constructii si am inceput Facultatea de Medicina Athenaeum din Bucuresti. Studiile medicale le-am terminat la Facultatea de Medicina Vasile Goldis din Arad.In timpul perioadei ca student medicinist din Bucuresti, impreuna cu un grup de studenti din asociata studentilor crestini din Timisoara am ajuns la parintele Argatu de la manastirea Cernica. Era recunoscut ca exorcist. Marturisesc, nu vazusem niciodata o exorcizare, nici macar in filme la acea data, asa ca am crezut sincer ca este un teatru ieftin. Experientele traite in acea perioada se regasesc in romanul "Devenirea", aparut in anul 2000.Timp de 5 ani am mers regulat in preajma parintelui Argatu, pana am inteles ce se intampla si mi-am luat cunostintele necesare exorcizarilor.Dupa facultate am facut psihoterapie-psihanaliza, ca sa inteleg punctul de vedere al medicinii alopate asupra bolii psihice. Apoi am descoperit diferite forme de terapie si cai spirituale, cum ar fi Reiki, Karuna Reiki si alte sisteme. Am urmat cursuri de radiestezie si de chi kung, pentru a-mi imbunatati perceptia despre lume si viata."Atacul PSI", a doua dintre cartile mele, am inceput prin a o scrie ca si lucrare de doctorat. Din pacate sau mai degraba din fericire, profesorul care mi-o acceptase dupa un timp, m-a anuntat ca nu ma mai poate coordona in acest demers al meu, intrucat titlul lucrarii mele sperie.Atunci am decis sa o public. Am semnat contractul cu o renumita editura din tara, care insa mi-a publicat-o dupa un an si jumatate.Dupa aparitia cartii, care se ocupa mult de magie, de efectul ei asupra oamenilor, din punct de vedere stiintific, psihic, medical si spiritual, am inceput sa fiu cautat de tot mai multi oameni. Drept urmare, experienta mea s-a imbunatatit. Concluziile desprinse din relatiile cu pacientii le-am publicat, in continuare, in "Arta Razboiului PSI" si "Arta Razboiului PSI – Protectia".De fapt, fiecare carte este o consecinta fireasca a studiilor mele in ceea ce priveste contactul cu oamenii, problemele lor, boala, magia si viata. Fiecare carte reprezinta o etapa din viata mea, crezul meu la acel moment, intrebarile si raspunsurile mele.Daca cred ca merita citite cartile mele? Categoric da. De catre cine? De catre oricine este preocupat sa inteleaga ca este ceva dincolo, ce este dincolo, pentru ca pana la urma pasii mei in lumea spiritului sunt pasii fiecarui om. Si fiecare isi va ragasi din trairile lui in cartile mele.

Relacionado con El ataque PSI

Libros electrónicos relacionados

Nueva era y espiritualidad para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para El ataque PSI

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El ataque PSI - Ovidiu Dragos Argesanu

    1. ARGUMENTO

    No pensaba que iba a tener tantos problemas al escribir este libro. Estaba convencido de que cada uno de nosotros desea enterarse de más cosas, entender la vida y, porque no, a sí mismo, pero descubrí que se aprecia más la comodidad, la mentira y el non valor en detrimento de lo que yo considero bonito, bueno y verdadero. Quisiera equivocarme solo para que no pudiera decir que el mundo en que vivimos es feo, la gente mala y que empezó a dominar una especie de locura, el deseo de subyugar mentalmente a los demás para satisfacer tus propios placeres, deseos y ganas de tener el poder.

    Es desagradable que justamente los que pensaba que me iban a apoyar en escribir este libro fueron evasivos, desmoralizadores y preocupados al enterarse de este proyecto. Las razones que me dieron han sido muchas: como que iba a dar ideas a unos para empezar a hacer magia, que son secretos de seguridad nacional (!), que la gente no está preparada para enterarse de secretos que están reservados solo para algunos tras una selección rigurosa de los futuros iniciados, indistintamente si se trata de curas, psiquiatras, psicoterapeutas o radiestesistas. Sentí una gran decepción cuando una amiga mía me despertó a la realidad demostrándome que, de hecho, a nosotros, las personas, no nos gusta la verdad, huimos de la misma, rodeándonos de toda clase de mecanismos de defensa para que no nos alcance. Lo que nos determina pensar así, creo yo, es justamente nuestra propia pequeñez. Sin poder estar perfectos, nos alabamos con nuestros defectos, andando como la cabra roñosa con el rabo arriba denigrando a todos los que no son como nosotros.

    Sinceramente, no sé qué tanto es mi mérito y qué tanto es un golpe de la vida, lo cierto es que decidí ser un poco distinto. Hay una diferencia entre decir y hacer las cosas en las que crees. Creer es nada más un decir. La verdadera fe viene del conocimiento. Si alguien piensa que los apóstoles de Jesucristo recibieron todo, sin mover un dedo, el día de la Cincuesma, está equivocado. Aprendieron mucho durante el tiempo que pasaron con Jesús y también después de su Ascensión.

    Atengo al principio, tal vez erróneo, totalmente opuesto a uno de los personajes de Dostoievski, que decía que si descubriera que Jesucristo y la Verdad no son la misma cosa, se quedaría con Jesucristo. Yo amo la verdad, por más cruel y fea que fuese. No me alegro de ser así. No es fácil. Quizás es el tributo que pago por la dote recibida de mis padres, una mezcla rara entre la paranoia de un espía y la exactitud de un economista, que me determina a menudo no estar tranquilo hasta que no encuentre la respuesta (la solución) de un problema.

    Una vez un psiquiatra me preguntó si era espía. Al principio me dejó sin replica, luego me di cuenta que de alguna manera tenía razón, que penetré, digamos por la ventana, en varios sistemas, sin importar si se trataba de la medicina, la iglesia, la diplomacia o el mundo intérlope,  miré a ver lo que pasaba y al enterarme de todo lo que me interesaba, me fui. Al principio me sentí un poco culpable, pero nada más un poco. Quizás me parecía que al no ser parte de aquel sistema sobraba, quizás porque me enteraba de cómo funcionaba aquel sistema y era como una revelación, no lo sé. Incluso llegaba a preocuparme cuando al no poder penetrar uno u otro de estos sistemas, sin importar si se trataba de medicina en su forma actual o del sacerdocio, yo tenía la culpa. Esto me pasó hasta que pude comprender que la gente que no se integra en la sociedad es de tres tipos: con enfermedades psíquicas, antisociales y los peores, los que son como yo, los que tratan de cambiar los sistemas según piensan ellos que estaría bien.

    Así soy yo: no puedo suprimir la enfermedad, pero tengo, a lo mejor, aquel don de descubrir lo que no anda bien dentro de un sistema, de proponer los remedios, actuando según el principio: el hombre propone, Dios dispone.

    Una verdadera explosión editorial hizo que cualquiera tenga acceso sin barreras a los misterios que hace tiempo solo estaban conocidos por los iniciados. Esto, de hecho no está mal. El problema aparece cuando estos conocimientos esotéricos son usados con el propósito de destruir a los prójimos, de quebrantar su derecho de decisión, de manipular. Vivimos un momento de nuestra propia historia en que no existe individuo que no sea de alguna manera afectado por sugerencias, falsas creencias, transferencias y proyecciones negativas, magia, encantos, hechizos o azogue.

    De todos lados, prensa, televisión, amigos, pacientes, estamos asaltados con informaciones sobre nuestro destino, qué tenemos que hacer o que no tenemos que hacer, qué nos recomiendan las estrellas, las habas o qué sale al tirar los caracoles. La magia empezó a ser usada en la política, en el deporte, en los negocios, medicina, ejército o espionaje. Casi no hay dominio en que el conocimiento esotérico no se pueda aplicar. Creo que por eso asusto tanto la aparición de este libro. En qué medida son verdaderas, cuáles son los principios que están a base de su acción, cómo se aplican en la vida cotidiana, en las terapias alternativas, esto es lo que se propone este trabajo, hacer como una concretización de mi experiencia de dieciocho años en que vine estudiando la ortodoxia, las artes marciales, Reiki y la magia del pueblo rumano. Claro, hay muchas cosas que decir. Me voy a resumir a los principios, porque la tentación de usarlos es grande. El conocimiento significa poder y el poder vicia. Voy a dejarlo todo al antojo del libre albedrio de cada uno sin olvidarme  decir que todos pagamos en algún momento por lo que hacemos, decimos o pensamos.

    Solo me queda decir, como Rabi Shimeon: ¡Ay de mi si desvelo los grandes misterios! ¡Ay de mi si se los dejo en el olvido! (El libro de los esplendores).

    Sé que existe la posibilidad de equivocarte aun queriendo hacer bien, así que me voy a limitar a contar algunas de mis experiencias, de otros, vistas de los dos puntos de vista, tanto el exotérico como el esotérico estando conducido por la firme convicción de que la ciencia y la religión son dos rumbos que convergen hacia la misma meta, conocer la verdad y así a la emancipación del hombre. La ciencia, hoy en día, está bastante avanzada para permitir la explicación del conocimiento místico camuflado en sacramentos y misterios. No creo que desmontar y demostrar los Sacramentos ortodoxos le va a disminuir de alguna manera los méritos y tampoco le va a amplificar los defectos. Si el tono que voy a usar pueda parecer acusatorio, despreciador, admirativo o arrogante es solo para situarme de la otra parte sin importar si se habla del bien o del mal. Me gusta el equilibrio pero solo la oposición lleva a la evolución y al conocimiento. Por esto me opongo a cualquiera justamente para que podamos los dos aprender. Por eso pido disculpas con antelación a mis compañeros médicos y a los profesores. También a los sacerdotes ortodoxos y a los obispos a los que admiro el trabajo y la devoción por la fe.

    ¿Cómo llegué a escribir este libro? Tuvo un camino bastante sinuoso y esto porque no estaba decidido escribirlo yo. Después de un tiempo entendí el porqué. Querría huir de la responsabilidad de publicar algo así, porque ya tenía la experiencia del primer libro que había causado revuelo en el mundo de la medicina y el de la ortodoxia.

    Me acuerdo que cuando apareció por primera vez en Rumania el libro El tercer ojo de Lobsang Rampa (en francés y fotocopiado) se recomendaba leerlo a la vez con la Biblia para que no te volvieras loco. Creo que estaba bien, porque en el Oriente  la gente nace y crece con unas informaciones sobre el espíritu que en el Occidente son tabú. Se trata de la reencarnación, sobre los estadios del espíritu después de la muerte, sobre los viajes astrales y, automáticamente, sobre la extracorporalización, sobre el uso de la luz en la terapia, etc.

    Quizás choque lo que diga, pero el cristianismo no tenía ninguna oportunidad de desarrollarse en el mundo oriental. Para los budistas, la Resurrección no es un milagro, los milagros que hizo Jesucristo no son milagros. Salirse del cuerpo y pararse el corazón es un juego de niños para los lama tibetanos y para los verdaderos yoguis. La levitación es una costumbre en su mundo espiritual, de aquí también andar sobre el agua.

    Estos tal vez se hubiesen preguntado como lo hizo, no le hubiesen adorado. Tal vez Lo hubiesen considerado un gran iluminado, respetándole como se debe, siguiéndolo, pero de ninguna manera no se hubiera llegado a lo que se llegó a nosotros, en el Occidente. Y creo que hubiera sido más cerca de su deseo, el de elevar al ser humano a Dios, no lo que pasa ahora, cuando entre el ser humano y el Cielo se interpusieron sistemas (las iglesias cristianas) que nos apartan de Dios más que en los tiempos de Moisés. A los que todavía creen en la Resurrección, les doy una mala noticia: ¡la Resurrección no existe! Y eso por la simple razón que no existe la muerte. Somos eternos, creados desde antes del mundo y la materia, antes del tiempo y los planetas y, en consecuencia, no nos podemos desaparecer en el vació. En cuerpo o fuera de este, vivos o muertos, nosotros existimos. El propósito de la Resurrección fue el de mostrarle a los judíos que la vida después de la muerte existe, Que el Dios de Abraham es uno de los vivos, que los espíritus existen también después de la muerte.

    Que Jesucristo volvió en su cuerpo es una certeza desde que comió junto con sus discípulos. Si una oruga se transforma en pupa y luego se vuelve mariposa ¿podríamos decir, sobre la oruga, que se ha muerto?  Lo que quiero hacer ahora no es minimizar de alguna manera los méritos del Redentor, sino al contrario, redescubrir el verdadero sentido de Su llegada, perdido o escondido a lo largo del tiempo. Yo jamás hubiera podido hacer lo que hizo El, en mí adentro soy mucho más combatiente.  Lo que nos ofreció Él fue el acceso a la Luz, al amor y al Perdón. Que se da a la gente a través el bautizo, o a través la ordenación sacerdotal u otras misas de la iglesia.  La posibilidad de que a través de El subamos de nuevo al Cielo. Me pregunté muchas veces porque tuvo que morir en la cruz, y no ahorcado, lapidado, desollado o de otra manera. Esto hasta que descubrí que la señal de la cruz aparece  en el Viejo Testamento como símbolo del Arcángel Miguel, el que no permite al malo pasar de un cierto límite. La Cruz es un símbolo que, una vez adoptado, te puede ayudar abrir la puerta hacia la luz porque a través de esta te reúnes con los ángeles separándote de tu antigua condición de demonio. No creo que el símbolo de la cruz sea el único positivo, hay también otros arcángeles, cada uno con su símbolo.

    Pero volvamos al libro. Lo que yo deseaba era hacer un manual, una enciclopedia sobre el hombre que incluyera elementos sobre los biocampos, psicología, enfermedades psíquicas y formas de terapia. Por eso decidí pedir la ayuda de un profesor al que le llevaba mucha estima, aunque nuestra relación había sufrido en algunos momentos. Estaba decidido buscar junto a él una manera de acomodar las informaciones de la psiquiatría y psicología con las esotéricas. Me había ofrecido la oportunidad de aplicar todo lo que había aprendido en los monasterios, así que esperaba obtener su acuerdo. Quise ir a verlo un viernes pero pensé que  unos días más no importaban así que llegue el lunes.  Pregunté por él y con estupor me enteré de que se había muerto el domingo. Sinceramente se me fue la tierra debajo de los pies.

    Se me espabilaron todas las esperanzas de ver mi trabajo concretizado de alguna forma. También me agobió aquella sensación de vacío que dejaba atrás un hombre de su valor. Además, para qué mentir, me había ayudado superar un periodo difícil de mi vida; gracias a él descubrí el psicoanálisis y logré pasar al lenguaje psicoanalítico los términos bastante retrógrados de la ortodoxia. El profesor George Ionescu fue por un tiempo para mí un mentor impecable. Espero no mancharle la memoria de ninguna forma, por esto voy a precisar cuando algo se le debió a él y cuando creo que pasó algo especial. ¿Por qué así? Por la simple razón que la telepatía tiene un margen de error de 20%, lo que es bastante. Si de un libro policiaco no entiendes este porcentaje, aparece la posibilidad, de que no entiendas en realidad quien era el criminal.

    Me atrevo a afirmar que el profesor Ionescu era un excelente telépata y, hasta comprender esto, te pasaba por las horcas caudinas para ver qué tipo de gente eres y cuáles son tus intenciones en cuanto a los pacientes y a tus compañeros. Solamente tuve una única conversación a solas con él y esta exactamente en el momento cuando le conocí en su consultorio de Clínico 1, del hospital clínico de psiquiatría Alexandru Obregia, cuando me quedé asombrado del desorden que reinaba allí.

    Apenas un tiempo después me di cuenta de que todo era a propósito dejado así por dos motivos: nadie podía esculcar entre sus cosas porque era imposible encontrar algo, pero especialmente porque cuando alguien entraba a verlo estaba atento a ver si le podía percibir los pensamientos. Era imposible no pensar algo malo, tan grande era el desorden. Este era el primer paso en establecer un contacto mental con los médicos o con los pacientes. Luego seguían otras pruebas, como por ejemplo venir a la clínica por la tarde mientras él también se encontraba allí e ir a ver ciertos pacientes en la orden establecida por el, etc.  Jamás hablábamos directamente. Si tenía algo que comunicarle solamente pensaba en él.

    Una vez, harto de este sistema, le pregunté mentalmente por qué tanto misterio. No me contestó, pero conocí a una paciente, profesora de rumano, que había tenido la impresión de que podía comunicar telepáticamente con otro profesor. Pensando que este la amaba, se fue a su casa. Os imagináis el rollo que se armó, ya que este estaba casado. Fue jubilada por enfermedad y trabajaba a media jornada. Cualquier psiquiatra que se respeta y que duerme con el Kaplan en sus brazos hubiera dicho que era esquizofrénica, yo le expliqué que por varios motivos, es posible que se abra un centro energético que te sensibilice en cuanto a los pensamientos de otros, a los residuos energéticos, a otras entidades espirituales.  Le costó aceptar esto, porque una vez entrado en la cabeza de uno un diagnóstico, es difícil sacárselo. Por eso, el profesor nunca hablaba de otras cosas que las escritas en los libros de psiquiatría.  Por lo menos, así lo hizo conmigo.

    De todas formas, una semana antes de morirse, había pensado en mí. Había ido al Clínico 1 a ver porque me llamaba y había hablado con las enfermeras. Entonces no presté atención al hecho que en el momento de pensar en él me dolía el corazón. Pensaba que alguien me buscaba sin presentarse así que no hice mucho caso a esto. (En general los curas se conectan mentalmente a nivel del chakra del corazón, porque este es el nivel energético que alcanzan tras la ordenación). Pensando en él me llegaron dos informaciones, la primera en la cual el profesor pensaba: ¡Mátenme a mí!  y la segunda, también el: Si Dragos estuviese aquí…

    Todo lo que cuento ahora son residuos mentales que recibí a la vez con la llamada del profesor de regresar en Clínico 1. Solo que entonces no sabía a qué se refería, porque no tenía todos los datos. Necesitas más piezas de un rompecabezas para darte cuenta que representa una cosa, al final el cuadro. Esta vez me había llamado por un paciente de unos treinta años, con múltiples hospitalizaciones. Había sufrido un traumatismo craniano en la infancia así que se le había recomendado una operación para eliminar el coagulo. Su madre adoptiva, enfermera en una clínica de psiquiatría, se había negado. El comportamiento del niño se vio afectado, se volvió violente, fue hospitalizado en varias clínicas de psiquiatría infantil (asistido por profesores que otorgan atestados de psicoterapeutas) para que, en un momento, provocado por su madre, llegar a pisarle efectivamente en la cabeza. Ahora la mujer es deficiente de audición. El chico está considerado enfermo, hasta jubilado por enfermedad. ¿Por qué me había llamado el profesor? Para que le leyera las Oraciones de san Vasile el grande. Sabía que las podía leer. En general no leo esta oraciones en vano, o mejor dicho sin dinero. Y esto porque me costó bastante trabajo y tiempo aprender cómo se deben leer, pero también a causa del peligro al que me expongo. La lucha con el mal a nivel espiritual es otra cosa y siempre hay riesgos. Para el profesor acepté hacerlo gratis. Dicho y hecho. Leí las oraciones de exorcización durante tres días, tres veces al día. El primer día, empezó a llorar, (se me olvidó decir que el paciente  empezaba llorar al entrar en una iglesia durante la misa). Luego se tranquilizó, para que el último día, el viernes (antes de la muerte del profesor), lo llevara a decir la última oración a la iglesia de San Gheorghe. Se comportó, junto a los otros cristianos se sometió al ritual ortodoxo de besar los iconos y de sigilar con el sello del Espíritu Santo, la cruz que se hace con los santos oleos en la frente.  ¿Cuál era su problema entonces? Se había ido a trabajar a Italia y tuvo que volver sintiendo que no podía abandonar a su madre. Esta, sola, solamente teniéndole a él, posesiva, no soportó que este se acercara a ninguna mujer y lo tenía efectivamente atado espiritualmente a ella. A nivel espiritual existe un ombligo energético (una cuerda) que nos ata a nuestras madres y que de costumbre lo corta el sacerdote. Lo quise cortar, pero en vano, su madre no quería dejarlo libre a vivir su vida, para que no la dejara sola durante su vejez. Este era el motivo por el cual lo había adoptado, no el deseo de ayudar a un alma, sino simplemente el miedo de quedarse sola como los pacientes neurovegetativos a los que cuidaba y que no pertenecían a nadie. No sé si estaba consciente del mal que le hacía a su propio hijo, pero se cargaba de la sección  con todo tipo de cosas que llevaba a su casa, transmitiéndolas a su hijo al darle de comer. Algo me hace creer que no era tan ingenua en cuanto a esta transferencia; le decía después: ¡tomate las medicinas, de nuevo tienes aquella mirada de fiera! Quiero creer que solamente era egoísta y que en realidad, no se daba cuenta de que ella era la fuente de la enfermedad de su hijo, llevándole a casa energías negativas acumuladas en el hospital. No podía hacer nada para él.  Su única solución era que jamás comiera algo hecho por su madre e interrumpir cualquier contacto con ella. ¡Ni siquiera visitarla con el pensamiento! Cumplí con mi deber y se lo dije al chaval sin olvidar de hacer la bronca a los profesores de psiquiatría por los cuales había pasado antes sin darse cuenta de lo que le pasaba. Que en el caso de una caída se pueden desarreglar las chakras, esto llevando al desarreglo de los campos y hasta problemas psíquicos, es verdad, nadie te puede pedir que lo sepas todo, pero por lo menos que tengas idea de cómo orientarlo para no transformarlo en un minusválido para el resto de su vida es obligatorio si de verdad quieres ser doctor y no un remendón. Por eso estuve enfadado con el profesor Ionescu, tenía la sensación que no decía todo lo que sabía (aunque quizás no sabía más) y por eso quien al final sufría era la gente sencilla, por la que él no lo hacia todo. Está claro que nunca vas a tener un porcentaje del 100% en una curación, porque se interponen varias cuestiones que no puedes prever, prevenir y modificar, pero al menos el deseo de tender al ideal debería ser inculcado en el alma de cada médico, curador o terapeuta.

    El profesor me había mandado de su clínica por el motivo que allí los casos eran bastante simples (y esto era verdad, porque allí traían a los estudiantes y  enseñaban a los médicos residentes). Era digamos la etapa del aprendizaje. La verdadera provocación era el lago de leones, como llamé yo al aislador, donde el estado del ser humano era reducido al estado de fiera. Todo hubiera andado bastante bien si en cierto momento, entrado en una polémica con otro doctor, no se me hubiese ocurrido cerrarle el chakra raíz, cosa que lo hubiera llevado directamente a la impotencia. No era original en absoluto, se me aplicó el mismo tratamiento por un amigo sacerdote para mostrarme que sabía de la existencia de los chakras. ¡Os imagináis la frustración que tienes cuando eres en train de y el instrumento no funciona! Solo que yo sabía desatarme. Y que se me ocurrió: voy a cerrarle al respectivo, a ver que rápido reacciona, (si estas cerrado energéticamente ni la viagra te ayuda) y empieza a buscar a ver lo que le pasa, porque los hombres son muy atentos con su objeto. Empieza a ir a varios doctores y no encuentra nada, llega a un bioenergoterapéuta y le dice que alguien lo ató. Evidentemente no lo cree, encuentra a otro que le dice lo mismo. Empieza a preguntarse: Pero si… Y sigue así hasta que se entera. Yo estuve así unos meses hasta que encontré a alguien que me dijo que me pasaba por culpa de la madre descontenta de una novia. ¿Para qué tener piedad? Solo que el profesor, protegiendo a sus doctores como protege una llueca sus huevos, se enojó así que me tuve que ir.

    A él de ninguna manera lo hubiese golpeado. Aunque no estaba de acuerdo con su manera de crecer a sus médicos (me parecía demasiado cuidadoso), él era el profesor y lo respetaba por todo lo que sabía. Existe también el acceso al inconsciente colectivo y de aquí la capacidad de manipular situaciones. Aquí tuve buenos profesores que se podían pasar de los deseos de los santos. ¡Parece increíble, pero un perro vivo vale más que un león muerto! Y así van a aprender todos, por voluntad o por necesidad. No me parece justo que un doctor solo prescriba medicinas a un enfermo psíquico sin hacer nada más por este. Una enfermera que pasó unos años junto a un doctor, sabe prescribir medicinas. Un doctor debe saber que significa una enfermedad y ayudarlo a pasar de este umbral, y si no que los dejen en las manos de otros que quieren aprender y ayudar a los de más.

    Me asombró algo en todo el cuento de la muerte del profesor, de hecho varias cosas. Primero que tenía el dolor del corazón y no fue a ver un especialista, aunque había sido programado por su asistente para hacerse un EKG; segundo, aun sabiendo que había sufrido un infarto llamó a su hermano y no una ambulancia, como si no hubiese querido estar solo al encontrar a la Gran Señora; tercero, que últimamente hablaba mucho sobre la muerte y la vida del más allá con una amiga cercana.

    Sé que era un ortodoxo practicante, que tomaba la comunión por lo menos en las Pascuas y esto supone conocer los valores cristianos, por eso no me puedo detener hacer una simple especulación, teniendo en cuenta también las dos huellas de pensamientos que detecté en sus campos. Estoy casi seguro (90%) que el profesor Ionescu fue víctima de un experimento acertado. Creo que fueron unas cuantas personas (profesores de psiquiatría) que participaron, por lo menos energéticamente, en un ataque en cuanto al profesor, con su acuerdo – un experimento que querría demostrar la posibilidad de matar a alguien a través de la concentración de un grupo. Parece una locura, pero no mayor que la del profesor Mina Minovici, que se ahorcó para que lo resucitaran y así poder echar un vistazo al más allá. El propósito del experimento era establecer un contacto mental desde la otra parte, transmitir unas informaciones pertinentes sobre las relaciones de aquella dimensión, el sentido de la vida, verificar la existencia del destino y la posibilidad de pasarte de este (si uno tiene vida y si se le puede quitar aunque no se le ha terminado). El experimento creo que fue uno acertado y esto porque el profesor Ionescu fue el mejor en el dominio de la telepatía y sobretodo en el de la terapia telepática, es decir en cambiar el hombre desde el nivel más profundo de su mental. De todas formas me molesta que me haya usado. Sabía que le podía hacer la protección en el más allá, que le podía poner en contacto con otros que le ayuden cambiar las cosas en las que el mismo había creído. Lo que me molesta es que no me lo dijo – lo hubiera ayudado. Solo que no habría estado de acuerdo que se fuera para siempre y esto porque, desde su posición, tenía más posibilidades de cambiar algo en la medicina y la enseñanza rumana, que tengo yo estando fuera del sistema. Fue su decisión, creo que se había aburrido de lo que hacía, aún más teniendo la posibilidad de descubrir en donde se había equivocado como médico.

    Sé que un último caso en que trabajo, una depresión resistente a cualquier tratamiento que había venido de un médico suyo de Brasov; había logrado curarla con Antideprin. ¡No se curó gracias a la pastilla! Creo que había descubierto la medicina de los chakras y supo aplicarla desde la distancia. Después de su muerte yo mismo tuve una paciente depresiva a la que no le encontraba el remedio. Un día busqué por casualidad en un libro y encontré que en las depresiones todos los chakras están cerrados, puse el péndulo sobre ella y así era, en otro caso entré a una librería y encontré un libro de Reiki en que se hablaba del tratamiento con la luz en las depresiones. ¡Funcionó! No sé si el profesor guió mis pasos, pero creo que tengo más amigos en el otro mundo que en la tierra. Si me da pena, es porque no sigue con nosotros, apenas ahora me doy cuenta cuanta falta me hace su consejo. Son varios los a quienes dedico este libro, sin los cuales no hubiera podido ser lo que soy hoy. Pasados en la eternidad o no, para que no me desdijera, en la dimensión atemporal: el cura Dosoftei, el cura Ilarion Argatu, el cura Pantelimon Hodorog, el cura Visarion, Dan Seracu, y no en último lugar, el profesor George Ionescu, al que le debo muchas excusas porque no supe apreciar sus esfuerzos de sacar de mi un buen doctor. En mi terquedad de no usar medicinas (porque de alguna manera estropeaban el cuadro clínico del enfermo) le contesté una vez cuando me preguntó sobre el tratamiento que prescribiría a un paciente en un episodio psicótico: ¿que si le diéramos una aspirina, a ver si tiene efecto placebo? Y no me echó como lo merecía, sino me mandó pacientes hasta que llegué solo a la conclusión de que a veces no existe otra posibilidad. Al final la verdad, pienso ahora, esta en medio, como de costumbre: medicación como soporte hasta que te enteras que es lo que determinó el problema psíquico.

    Al fin y al cabo, el esquema de tratamiento se reduce a combinaciones de Halo, Plego y Día o mejor monoterapia,

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1