El futuro de Cuba existe

Por Elena Ferro

El Futuro de Cuba existe fue escrito entre los años 2005 y 2006. La idea nació casi por casualidad, como jugando: como ciudadana honoraria de la Provincia de La Habana sentía la exigencia de comunicar al mayor numero posible de personas como era la realidad de ésta tierra, mas allá de la propaganda política (que además me ha visto protagonista cuando he tenido la oportunidad) y de las noticias parciales, que nos llegan de aquel pueblo, obstinado como es el mundo en el censurar, en el esconder, en el interpretar a modo suyo la vida, los valores, las ideas de gente que no se deja homologar a la cultura dominante.
Y esto, se tenga bien en consideración, no es un valor en sí mismo. Lo es cuando resistir a la indiferenciación se vuelve un modo para proclamar con fuerza el derecho a la propria diversidad, a la posibilidad de existir, a la libertad de todos los pueblos decidir el proprio futuro.

Este libro de viajes hoy sigue siendo muy actual, particularmente después de el abandono de la vida politica activa de Fidel en favor de su hermano Raúl y las recientes declaraciones de el Presidente de Los EEUU Obama al final del 2014.
Lo que vi y descrivo en este diario confirma la fuerza radicada en la identidad de un pueblo que condujo Cuba hasta el día de hoy. Un pueblo determinado y convencido que da testimonio que otro mundo es posible.
El futuro de Cuba existe porque su historia y su presente viven.

• Idioma: Español
• Editorial: Elena Ferro
• Fecha de lanzamiento: 26 abr 2015
• ISBN: 9786050374896

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​Prefacio a la ediccion castillana

¡El Futuro de Cuba existe! fue escrito entre los años 2005 y 2006. 

Teníamos la idea de realizar un documental sobre Cuba con los materiales audio visuales producidos durante el viaje, para compartir todo lo visto y vivido. 

Nunca pude recuperar el material para realizar todo lo que prometimos a nuestros amigos cubanos. Es así que nació este libro de viajes que hoy sigue siendo muy actual, particularmente después de el abandono de la vida politica activa de Fidel en favor de su hermano Raúl y las recientes declaraciones de el Presidente de Los EEUU Obama al final del 2014. 

Lo que vi y descrivo en este diario confirma la fuerza radicada en la identidad de un pueblo que condujo Cuba hasta el día de hoy. 

Un pueblo determinado y convencido que da testimonio que otro mundo es posible.

El futuro de Cuba existe porque su historia y su presente viven.

Torino, avril 2015

Comentarios

Existen lugares en el mundo que te dejan dentro las ganas de contar antes que juzgar.

Creo que para Elena este reportaje sobre Cuba concretice estas ganas, que entiendo, y que yo también he probado en regreso de mis viajes a esta isla de caribe.

Muchas veces se juzga Cuba no por lo que ha alcanzado (educación, sanidad, organización social, cultura, deporte), sino por sus limites (calidad de vida y una inacabada democracia o inacabada libertad). Muchas veces, también por parte de los intelectuales de izquierda, este juicio no cambia. Si, por ejemplo, el huracán Mitch borrase enteras parte de naciones de Centro América como Honduras, Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Cuba mandase miles de médicos y crease de inmediato una escuela de medicina Latinoaméricana para transformar, en tres años, miles de jóvenes de esos países martirizados en médicos de urgencia o en personal paramédico, absolutamente inexistente o inadecuados en la realidad de Centro América, aunque así las opiniones no cambian. Hay que recordar que Cuba ha enviado a Africa del Sur cientos de arquitectos y médicos para el desarrollo de proyectos de construcción de viviendas a bajo costo y para garantizar servicios médicos en los campos.

Leyendo el reportaje, he vuelto a pensar a una frase cortante de Manuel Vázquez Montalbán, cuando en La Habana, durante la visita del Papa a finales del mes de enero '98, con respecto a los especiales televisivos que los enviados de muchas redes televisivas europeas seguían emitiendo, él comentó: Cuando se habla de Cuba prevalece todavía y siempre la invencible mirada del colonizator!.

Pues bien, no es con esta mirada que los ojos de Elena se posan sobre aquella tierra y prueban a contarla. Elena habla de un pueblo honrado y orgulloso que lucha para seguir adelante y que prueba a transmitir a las nuevas generaciones las mismas ganas de luchar por la libertad, en nombre del socialismo, en nombre de la revolución.

Existen diferentes maneras de contar Cuba, pero que sentido tiene seguir haciéndolo y afirmando su decadencia sin haber visto antes las Villas Miseras de Caracas en Venezuela o el asentamiento de Chalco, en Ciudad de México, donde cinco millones de personas, en menos de diez años, se han atrincherados en una aglomeración urbana que no tiene servicios higiénicos, calles, y que roba la luz de las instalaciones eléctricas de los militares. Tampoco es intelectulamente honesto contar de un niño que te pide el jabón si no se recuerda antes que Cuba es una isla anómala en un continente herido por veinte millones de niños vagabundos, doce sólo en Brasil (que es también el sexto País productor de alimentos en el mundo). Muchos de estos niños en Brasil, Mexico, en Centro América con un cuchillo o una pistola en mano no te piden jabón sino: todo lo que tienes encima. Estos niños enteros o por partes (por el trafico de órganos) son vendidos cada día por las calles de latino América en los más infames de los mercados entre Norte y Sur, y eso cuando no acaban muertos a sangre fría por la policía que hace como segundo trabajo el justiciero, pagados por los comerciantes cansados de sufrir los robos de esta infancia.  Cuba esta infamia, hasta ora, la ha evitado y Elena cuenta esto. Cuba de hecho tiene la media de vida más alta del continete (más de 70 años) y la más baja mortalidad infantil (9 por mil) antes del primer año de vida. Come Suecia y más que el distrito de Colombia donde esta Washington, la capital de Estados Unidos. ¿Cómo puedo hablar de derechos humanos en Cuba – ha dicho una vez Frei Betto, teólogo de la Liberación – cuando en Latinoamérica millones de personas no han todavía conseguido los derechos animales, los de tener un techo, un trapo para protegerse de la lluvia y del sol, comida todo los días para sus proprios hijos y los más débiles?.

En la salida del aeropuerto de La Habana un cartel pone: Hoy doscientos millones de niños en el mundo duermen en la calle, ninguno es cubano. No hay duda que se trata de propaganda política, y de un hecho irrefutable.

Los ojos de Elena sobre Cuba son aquellos que también yo he visto. Estoy convencido que este reportaje pueda ayudar a mirar al futuro de aquel pueblo y también, quizás, un poco al nuestro.

Pino Chiezzi

La lectura del reportaje de Elena me ha solicitado una reflexíon en una parte de mi memoria que había dejado inactiva, la gana de muchos entre nosotros de contar de primera persona los encuentros y las esploraciones ocurridas en la experiencias internacionales (muy parciales, internacionalistas como practica, antes que como ideología) en las que se participa en pequeños