El uso de la denominación “macrobiótica” fue aplicado por primera vez por el filósofo japonés Georges Ohsawa. El sintió que ese término reflejaba el espíritu de cómo una persona sana debería sentirse, con una Gran Vida, ya que “Macro” quiere decir grande; y “Bios”, vida. Aunque su origen se pierde en la milenaria cultura oriental, la idea de que el mundo y todos los seres que lo ocupan responden a un principio de dualidad -para el cual todo, absolutamente todo, es el resultado del equilibrio entre dos fuerzas opuestas- aparece en nuestro mundo occidental como un concepto revolucionario. La armonía entre contracción y expansión se traducirá en un estado de salud plena; así como cualquier ruptura del equilibrio Yin-Yang nos llevará indefectiblemente a un estado de enfermedad (“sanpaku” para los japoneses). De eso se trata: modificar nuestro estilo de vida para aliviar el sanpaku. “El eterno juego del Yin y del Yang está siempre presente en todos los actos del hombre, y su aplicación práctica es una solución radical para los
