Año/Cero

«INQUISIDORES» CIVILES

unque al hablar de la caza de brujas suele imaginarse a temibles clérigos ejecutando a acusadas de hechicería, lo cierto es que la sociedad civil de aquellos, que nada tenía que envidiar al . La teoría de Bodin estaba basada en el crimen de lesa majestad divina, es decir, el peor crimen que pueda existir. Y fue precisamente después de la difusión de esta obra cuando el número de hogueras alcanzó su apogeo entre 1580 y 1640. En la región de Lorena, entre Alemania y Francia, el juez Nicholas Rémy, llamado el Torquemada de Lorena, sembró por todas partes el terror, hasta el punto de que los acusados preferían suicidarse antes de ser juzgados. Sus víctimas se contaron por centenares. En 1595, apareció su , que tuvo gran influencia entre los juristas. Otro famoso «inquisidor laico» fue Pierre de Lancre, consejero en el Parlamento de Burdeos. En 1609, el rey Enrique IV le designó para «purificar» el país de Labourd (en euskera, Lapurdi), en la Navarra francesa, que se creía infestado de brujos. Lancre llegó a la conclusión de que «todos los habitantes del Navarra son brujos». No sólo las hogueras se contaban por centenares, sino que se llegó a quemar a 400 personas a la vez. Lancre redactó una obra que alcanzó una gran celebridad en su tiempo: .

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