![f0100-01.jpg](https://article-imgs.scribdassets.com/5dh56v6b9causv83/images/file4RSGZODT.jpg)
![f0102-01.jpg](https://article-imgs.scribdassets.com/5dh56v6b9causv83/images/fileP8N721RG.jpg)
![f0102-02.jpg](https://article-imgs.scribdassets.com/5dh56v6b9causv83/images/file9PFOFLVO.jpg)
![f0102-03.jpg](https://article-imgs.scribdassets.com/5dh56v6b9causv83/images/fileU22OSS5U.jpg)
![f0102-04.jpg](https://article-imgs.scribdassets.com/5dh56v6b9causv83/images/fileXV7TR0UL.jpg)
MUCHO RUIDO O ESCÁNDALO se necesita para inquietar a las habitualmente adormecidas ovejas de la campiña galesa. Carros destartalados, pelotones de ciclistas con culotes de lycra e incluso un grupo de rugientes supercoches probados por una revista apenas distraen a los bovinos de su cometido principal, que es rumiar la corta y húmeda hierba. Sin embargo, esta vez pudimos comprobar cómo un imponente SUV pintado de púrpura y oro, acercándose amenazante a la cerrada curva, cerca de la que se alimentan, consigue lo imposible. Debe ser el especial y grave sonido del escape el que las alarmó… Porque no han sido seguramente los colores los que espantaron a las ovejas. Carrocería purpura, ruedas doradas…. No muy estilo Jaguar. Contra lo que uno podría pensar en función de su decoración, el Jaguar F-Pace SVR “Edition 1988” parece incluso elegante y mucho más sutil de lo que sus colores sugieren. El acabado satinado dorado champagne de sus llantas forjadas parece incluso recatado bajo este cielo indeciso, entre gris y celeste, tras una breve lluvia.
El “Edition 1988” debe su nombre a la