OAXACA, OAX.- Mimetizado en la figura presidencial, el gobernador Salomón Jara Cruz, también emanado de las filas de Morena, copió conferencias mañaneras, presentó una Reforma Constitucional para impulsar la revocación del mandato, impuso amigos e incondicionales en su gabinete y defiende a subordinados señalados de violencia de género, corrupción y abuso de autoridad.
De igual forma, ejerció presión política para que renunciara el fiscal general de Oaxaca, Arturo de Jesús Peimbert Calvo, quien se atrevió a encarcelar a su “protegida”, la entonces presidenta municipal de Asunción Nochixtlán, Lizbeth Victoria Huerta, y a tres de sus colaboradores que participaron en la desaparición forzada de la activista Claudia Uruchurtu Cruz, ocurrida el 26 de marzo de 2021.
Esto sin contar que en menos de un mes olvido sus promesas de campaña de no traer gente de fuera y finalmente impuso como su asesor al argentino René Palacios, quien de manera déspota advirtió al gabinete que el primero que haga grilla se va y se refirió de manera despectiva de la prensa de Oaxaca.
Por si fuera poco, Jara Cruz presumió que