INTERNACIONAL
PARÍS.– “La UNRWA está al borde del colapso”, advirtió el 3 de marzo último Philippe Lazzarini ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Al comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) le sobran razones de preocupación.
Acusada por las autoridades israelíes de ser cómplice de la terrorista Hamas, la organización que dirige el economista y diplomático –una de las más antiguas y respetadas de la ONU, que además condenó de manera contundente el sangriento atentado del 7 de octubre último, perpetrado contra Israel por la organización terrorista– es el blanco de violentos e incesantes ataques de parte de militares y políticos hebreos, empezando por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Desde el inicio de la guerra de Gaza, 166 de sus empleados fueron asesinados en operativos lanzados en su contra y más de 150 de sus instalaciones fueron parcial o totalmente destruidas.
Lazzarini recordó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que el 18 de enero último las autoridades israelíes le habían informado que 12 de los 13 mil empleados de la agencia que operan en Gaza estuvieron involucrados en los atentados del 7 de octubre pasado. Lazzarini insistió en que estas mismas autoridades no le habían entregado pruebas para sostener estas acusaciones, mientras que habían filtrado “documentos confidenciales” a medios de comunicación