De acuerdo con datos del Foro Económico Mundial, el mundo está a 132 años de cerrar la brecha de género. La estimación surge del “Informe Global de Brecha de Género 2022” que se publicó en julio y evalúa la situación en 146 países desde 2006, donde compara el estado actual y la evolución de la paridad en cuatro dimensiones: oportunidad y participación económica, logro educativo, salud y supervivencia, y empoderamiento político. Las empresas saben que es mucho tiempo y no hay otra salida más que acelerar el cambio en pos de la diversidad, aspecto en el cual la agenda de género ocupa un rol fundamental. Pasar a la acción, con hechos y políticas concretas, es el paso más importante que están dando las compañías.
Tamara Vinitzky, socia en KPMG Argentina a cargo de Clientes & Mercados, Marketing & Comunicaciones y Diversidad e Inclusión, y Co-Chair de WomenCorporateDirectors (WCD) Capítulo Argentina, asegura que en los últimos años hubo mejoras pero el ritmo es lento. “El tema está en agenda, pero la gran problemática es ver cómo pasar de un tema en agenda a una realidad”, asegura. Como foto general, describe que en las carreras tradicionales de las universidades entran muchas mujeres; en los rangos más bajos y en los mandos medios hay buena participación, pero a partir de ahí las curvas empiezan a cambiar. “Cuando llegás a la cúpula el porcentaje ronda el 10%. No se mueve mucho y es necesario tener mujeres en las mesas de dirección porque tiene resultados en el negocio. La gran pregunta que nos tenemos que hacer en la comunidad de negocios es qué pasa que se traba en rangos