MACRON Y SU DILEMA POSELECTORAL
PARÍS.- A sólo dos días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales –y al cierre de esta edición–no parece irreal predecir la reelección de Emmanuel Macron en la Presidencia de Francia, aun si invita a la prudencia el antecedente de las inesperadas victorias de los partidarios del Brexit en Gran Bretaña y de Donald Trump en Estados Unidos en 2016.
Confirman tal hipótesis los sondeos de opinión –favorables al presidente-candidato, que obtendría 57.5% de los votos– y las repercusiones del debate televisivo, seguido en vivo por casi 16.5 millones de franceses, que lo enfrentó con Marine le Pen durante tres horas, el pasado miércoles 20.
Seguro de sí, con la prepotencia del tecnócrata convencido de tener un dominio perfecto de todas las temáticas abordadas, aparentemente respetuoso de su contrincante pero sutilmente insidioso y a veces amablemente cruel, Macron se impuso a Marine le Pen, que hacía esfuerzos sobrehumanos para no dejarse desestabilizar y buscaba defender un programa económico aproximativo y un proyecto de democracia al estilo polaco o húngaro.
Sin embargo, apartar a la líder de la Agrupación Nacional del Elíseo no significa apaciguar el conflictivo ámbito político y social de Francia.
De ganar Emmanuel Macron, sus
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