LOS PRIMEROS PEREGRINOS CRISTIANOS EN JERUSALÉN
n el año 333, un ciudadano de Burdeos fue hasta la “tierra prometida” y dejó escrito su largo periplo en el el registro más antiguo conocido de un peregrinaje de un cristiano a Jerusalén. Casi medio siglo después, en 381, una monja llamada Egeria, perteneciente a la nobleza romana y originaria de la Gallaecia, probablemente de la zona del Bierzo, hizo el mismo viaje. Durante tres años recorrió Oriente Próximo y Palestina hasta la ciudad sagrada, donde permaneció tres meses. En su describió algunos enclaves. Y, ya en el siglo XII, el rabino Benjamín de Tudela cayó rendido ante los encantos de la ciudad. En su describe monumentos como las tumbas de los reyes de Judá, incluidas las de los fundadores de la dinastía: David y Salomón.
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