Antes del COVID-19, los universitarios de bajos ingresos batallaban para seguir en la escuela. La pandemia lo complicó más
CHICAGO — Cuando Ximena Castillo necesita concentrarse en sus estudios universitarios, camina por el pasillo de su apartamento en un sótano del barrio Gage Park de Chicago y se instala en su nuevo lugar de estudio: la lavandería.
Nadie la molesta allí. Es tranquilo y la temperatura es agradable; hasta que uno de sus vecinos necesita lavar o secar una carga.
Pero Castillo, una estudiante de tercer año de la Dominican University en River Forest, sigue prefiriendo trabajar allí que en la pequeña unidad que comparte con sus padres, que está llena de distracciones. Antes vivía en el campus, pero se mudó a su casa después de que estallara la pandemia de coronavirus y ya no tiene su propio dormitorio.
"No me siento cómoda yendo a un café o algo así en este momento", comentó Castillo, de 20 años, a quien le preocupa que pueda exponer a sus familiares al COVID-19. La lavandería "no es lo mejor, pero tampoco lo peor. Preferiría estar afuera con mis perros porque me gusta sentarme en la naturaleza, pero hace demasiado frío para eso ahora".
Encontrar un ambiente propicio para el trabajo escolar es solo uno de los innumerables desafíos que enfrentan los estudiantes universitarios de bajos ingresos al tratar de continuar su educación pese a los reveses relacionados con la pandemia.
Algunos estudiantes se han dado de baja
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