EL AZOTE DEL FITNESS
En la sesión de fotos para este artículo, pedimos a James Smith que posara mordiendo varios alimentos proscritos desde el punto de vista nutricional: pan blanco, chocolate con leche y helado. Seguro que muchos profesionales del fitness se habrían negado, pero él obedeció sin poner una pega. Incluso con gusto. Un detalle más de cómo este entrenador online se ha apartado de la senda tradicional. Es más, él ni siquiera condenaría a estos alimentos: “En cualquier matrimonio feliz hay que descansar de vez en cuando de la pareja”, afirma. “Con la dieta pasa lo mismo”.
A sus 30 años, vive a caballo entre Sídney y su Londres natal. Su carrera está subiendo como la espuma en la vertiente digital de una industria a la que asedia constantemente y sin tapujos. Y muchos habituales de los gimnasios se identifican con sus diatribas, a juzgar por sus seguidores en redes sociales (440.000 en Instagram) y los 7.200 suscriptores de su academia online jamessmithacademy.com.
Smith cree que su éxito reside precisamente en no ser como la mayoría de los entrenadores personales. Ni está obsesionado con marcar músculo, ni apuesta por una dieta o sistema de entrenamiento determinados. Lo que sí tiene es un radar para detectar sandeces, y un lenguaje directo, a menudo grosero, para denunciarlas. Sin embargo, con nosotros
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