AL PAN, PAN
Hace un tiempo que en España no se comía buen pan, al menos en las grandes ciudades. Había que irse a los pueblos para encontrar una hogaza de buena corteza y exquisita miga, el de las urbes tenía más bien una calidad ramplona, sin sabor y sin sustancia. Pero como habrán notado, hablamos en pasado. Han proliferado pequeñas panaderías y, con ellas, los panaderos artesanos que saben hacer buen pan, que dejan reposar la masa las horas necesarias y que innovan con semillas e ingredientes.
Asistimos al renacer del buen pan. Que, al igual que la gastronomía, está de moda: un 82% de los hogares españoles consideran el pan como uno de sus alimentos preferidos durante las comidas, según datos de la asociación . Los españoles consumimos un total de 32 kilos por persona durante 2018, y es que no hay que olvidar la importancia de este alimento en la dieta mediterránea que, sin embargo, no ha tenido nunca buena prensa, quizá porque se le asocia con ganar
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