TALENTOS OCULTOS (Y NO TAN OCULTOS) DE NUESTROS CHEFS
RODRIGO GARCÍA_ARIMA BASQUE GASTRONOMY
Quizas el último talento oculto que ha salido a la luz es el de Rodrigo García, al frente de su taberna-vermutería vasca. De manera discreta comenzó a publicar su trabajo en su perfil de Instagram bajo el usuario ‘Paintwithlines’. Su muro lo protagonizan esbozos arquitectónicos, muchos de ellos fachadas singulares de restaurantes icónicos por los que ha pasado y a los que guarda un cariño especial. “Todo empieza cuando entro de asesor en el Club Matador y realizo los bocetos de sus platos. Dibujándolos me familiaricé con los colores y la composición y me animé a probar con una casita, un bar, cosas que me molan”, recuerda el chef donostiarra. Pero su faceta artística se remonta a m s tempranas.
Rodrigo apenas tenía seis años cuando empezó a dibujar, “me apunté a una escuela de pintura en Donosti donde pintaba con carboncillo hasta los 11 años. Después seguí pintando a mi bola cosas diversas pero que nunca he expuesto. Antes no existían las redes sociales, así que no había esa facilidad de mostrar a la gente lo que haces”, cuenta. Durante un tiempo guardó el lienzo y, no fue hasta su 40 cumpleaños cuando, al recibir un bloc de dibujo de regalo, lo retomó. Aunque se quite mérito aludiendo a la facilidad de la tarea, sus amigos y compañeros de profesión a los que ha regalado ilustraciones de sus restaurantes los reciben con ilusión, como hizo Pedro Sánchez en Bagá (Jaén) por su segundo aniversario. También se ha atrevido con los rostros, como el de Ricard Camarena, recién galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía, “porque mirando la fachada de su restaurante, la vi horrible y preferí hacer un retrato”, señala entre para dibujar, ya que “me resulta más cómodo; de la otra manera borras, empiezas a tirar papel y se vuelve un coñazo”, añade. Tiempo le dedica el que puede, ratos libres antes y después del servicio que se convierten en momentos de desconexión. “Sobre todo por la noche, que aún estás espídico y como no puedo dormirme, me pongo con la hasta que me quedo dormido con ella encima. Ahora soy más constante, porque al ver todo de lo que soy capaz de hacer, estoy más emocionado”, dice. Además, las manos de Rodrigo no solo pelan patatas, limpian pescado o perfilan dibujos, también esculpen. Ha diseñado vajilla para algunos restaurantes, como el hueso de costilla de vaca que hizo para presentar un de vaca vieja para Club Matador y que “en Arima no puedo usar porque el servicio es caótico y no durarían nada”.
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