Estamos viendo que los futbolistas de la Selección de Irán, en sus partidos del Mundial de Qatar, callan. Hay una protesta en ese silencio. No es sólo que no quieran entonar un himno que se hizo oficial en 1990, que glorifica el Islam y que representa el régimen que triunfó tras la Revolución de los islamistas. Ese silencio representa a los cientos de miles de iraníes que están protagonizando una nueva revolución en Irán.  Llevamos semanas leyendo por encima y escuchando de paso las manifestaciones que tienen en lugar en todo Irán desde la muerte de la joven Mahsa Amini. Desde entonces, las protestas no paran de crecer, con mujeres desafiando al poder quitándose el velo y cortándose mechones de pelo. Pero al mismo ritmo que crece el apoyo, lo hacen los crímenes del Estado. Es difícil saber la cifra exacta de muertos. Pero de los más de 300 registrados en los últimos dos meses, 40 son niños. Quizá haya un argumento de consuelo. La caída de una de las peores tiranías del mundo está más cerca que dos meses atrás. Una de las víctimas de este régimen criminal es Narges Bazarjani. Huyó de su país, se asentó en España y cuenta su historia en este podcast.