Putin acaba de lanzar un mensaje claro. Está perdiendo en Ucrania. Nada está saliendo según lo previsto. Falló el plan A: un ataque relámpago para acabar con la presidencia de Zelenski y colocar algún títere. Falló el plan B: centrarse en el Donbás y el sur del país para conectarlos con Crimea. Y ahora apuesta por un plan C. Mucho más arriesgado, mucho más desesperado, mucho más peligroso. Consiste en enviar otros cientos de miles de soldados al frente, después de haber perdido unos 50.000, y promover referendos de anexión absolutamente trucados, como es natural, para justificar cualquier acción en Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Luhansk. Y en ese contexto lanzó un aviso. Quien quiera meterse por medio se arriesgará a un ataque nuclear. ¿Es creíble? Sí. ¿Es probable? Sí. ¿Hay que entrar en pánico? No. Vamos a explicar por qué. Me acompaña el analista de seguridad y defensa Rodrigo Rodríguez Costa.