El silencio absoluto realmente no existe en el Universo, otra cosa es que el sonido no se propague. Nos encanta buscar silencios en un momento determinado, pero lo que llamamos silencio no es tal, salvo que nos metamos en dispositivos en los que realmente no hay sonido, empezamos al rato a oír los sonidos de nuestro propio cuerpo y no podemos soportarlo y necesitamos salir. Pero otras formas de silencio es lo que se pretende desde los estamentos que nos quieren someter, un silencio que en realidad es una censura para que no existan opiniones contrarias, disidentes.

El silencio y la censura: dos caras de la misma moneda
El silencio es una forma de comunicación que puede transmitir muchos significados, dependiendo del contexto y la intención. El silencio puede expresar asentimiento, desacuerdo, respeto, desprecio, sorpresa, miedo, confianza, duda, etc. El silencio también puede ser una forma de manipulación, de censura o de violación de los derechos humanos.
La censura es la opresión y el silenciamiento de pensamientos disidentes, así como la imposición de límites sobre lo que se puede expresar, con la intención de controlar la opinión pública, con la justificación de proteger a la sociedad. La censura señala qué hay que expresar y qué callar. De esta forma, el silencio se impone; asigna lo que se omite, lo que no se puede ni debe enunciar abiertamente.
El silencio y la censura son dos caras de la misma moneda, que se retroalimentan y se refuerzan mutuamente. El silencio es el resultado de la censura, pero también es su instrumento. La censura genera silencio, pero también se nutre de él. El silencio y la censura son mecanismos de poder que buscan anular la diversidad, la pluralidad y la libertad de expresión.
En la historia de la humanidad, el silencio y la censura han sido utilizados por regímenes autoritarios, dictaduras, grupos religiosos, corporaciones, medios de comunicación, entre otros, para imponer una visión única del mundo, para ocultar la verdad, para reprimir la disidencia, para eliminar la crítica, para controlar la información, para manipular la opinión pública, para adoctrinar a las masas, para legitimar la violencia, para perpetuar la injusticia.
El silencio y la censura han sido también formas de resistencia, de protesta, de rebeldía, de subversión, de solidaridad, de complicidad, de dignidad, de esperanza. El silencio y la censura han sido desafiados por personas, movimientos, organizaciones, colectivos, artistas, periodistas, escritores, entre otros, que han alzado su voz, que han roto el silencio, que han denunciado la censura, que han defendido la libertad de expresión, que han difundido la verdad, que han creado cultura, que han transformado la realidad.
El silencio y la censura son, por tanto, fenómenos complejos, dinámicos y contradictorios, que nos interpelan como individuos y como sociedad. El silencio y la censura nos plantean preguntas sobre qué decimos y qué callamos, sobre qué escuchamos y qué ignoramos, sobre qué leemos y qué escribimos, sobre qué vemos y qué mostramos, sobre qué pensamos y qué sentimos, sobre qué hacemos y qué dejamos de hacer.
El silencio y la censura nos invitan a reflexionar sobre el valor de la palabra, sobre el poder de la comunicación, sobre el sentido de la cultura, sobre el papel de los medios, sobre el derecho a la información, sobre la responsabilidad de la ciudadanía, sobre el compromiso con la democracia.
El silencio y la censura nos retan a actuar, a participar, a dialogar, a debatir, a criticar, a crear, a compartir, a colaborar, a aprender, a enseñar, a inspirar, a soñar.
El silencio y la censura nos desafían a romper el silencio y la censura.

Otros temas en el programa:
31:23 La rivalidad en los dibujos animados
40:25 Misterios de Notre Dame
56:58 Interpretación de los sueños en la Edad Media
No soy un serial killer - Capítulo 12

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