A mediados del siglo XVII el rosacrucismo estaba en plena ebullición. Tras la publicación de los manifiestos rosacruces, la Fama Fraternitatis y la Confessio Fraternitatis, en los años 1614 y 1615 respectivamente, los ideales de la Rosacruz se empezaron a difundir por toda Europa.

En 1636 ocurre un hecho de particular relevancia: el joven Elias Ashmole, de 24 años edad, se desplaza de Gales a Londres y se convierte en discípulo del rosacruz Robert Fludd.

Fludd había descubierto el rosacrucismo en el continente europeo, donde había visitado Francia, España, Italia y Alemania, y en esos lugares conoció a algunos de sus primeros referentes, y posiblemente también estuvo en contacto con los Hermanos Mayores de la Rosacruz. Sea como sea, Robert Fludd fue el puente entre el rosacrucismo centro-europeo con Inglaterra.