Hoy vivimos la sensación de tener vidas prestadas, casi que somos espectadores de una realidad que esta a la espera. Vivimos en un espacio-tiempo heterotopico tal como lo describía Foucault; esta es una condición espacio-temporal que se opone a todos los demás espacios normales en que nos hemos acostumbrado a vivir a lo largo de nuestras vidas. Esta nueva condición nos ha sacado del tiempo normal y cotidiano, un condición que ha cancelado, neutralizado el tiempo para situarnos en medio de una crisis que nos obliga a pensar, afortunadamente. La crisis que vivimos es un aprendizaje para construir nuevas formas de relación social en el futuro y por ende en la construcción material de un espacio más acorde a las condiciones de todos los actores humanos y no humanos que conforman el mundo para que tengan voz propia; seguramente va a cambiar nuestra manera de construir la vida social, seguramente cambiara la noción de espacio tradicional; ese espacio moderno aséptico y neutro, basado solo en la eficacia y la productividad como sistemas organizadores, será otro; esto implicará repensar el sentido del espacio actual. “Si no descubrimos de que forma se puede compartir el mundo, no habrá mas mundo que compartir”