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Bajo un cielo sin limites
Bajo un cielo sin limites
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Libro electrónico119 páginas1 hora

Bajo un cielo sin limites

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En un mundo donde los recuerdos se pueden robar y vender, Alexia, una joven de 22 años, descubre que su memoria ha sido manipulada. Fragmentos de un pasado olvidado emergen en forma de sueños extraños, guiándola hacia un grupo de rebeldes conocidos como "Los Cronistas". Este grupo lucha por desmantelar el sistema corrupto que controla la memoria humana, liderado por una corporación tecnológica omnipotente llamada Mnemesis .

En su búsqueda, Alexia encuentra a Elias, un hacker idealista, y a Rael, un misterioso contrabandista con un oscuro pasado. Juntos, desentrañarán secretos que podrían cambiar el curso de la humanidad. Pero, para lograrlo, Alexia deberá enfrentarse no solo a Mnemesis, sino también a sus propios miedos y a la verdad de quién solía ser.

¿Podrá Alexia salvar los recuerdos de la humanidad sin perderse en el camino?

IdiomaEspañol
EditorialMariatote
Fecha de lanzamiento2 ene 2025
ISBN9798230145356
Bajo un cielo sin limites
Autor

Mariatote

M.J. Cubillos es una apasionada de las historias que exploran emociones intensas, personajes reales y amores que desafían todas las probabilidades. Su estilo combina romance, tensión y un toque de humor que mantiene a los lectores cautivados hasta la última página. Inspirada por la fuerza de las conexiones humanas, M.J. Cubillos crea mundos en los que las segundas oportunidades y la redención son el corazón de cada relato. "Entre Pesas y Miradas" es una obra que mezcla pasión, vulnerabilidad y la valentía de derribar los muros del pasado para abrazar un futuro lleno de posibilidades. Cuando no está escribiendo, puedes encontrarla explorando nuevas historias en el gimnasio, viajando o disfrutando de un café mientras piensa en su próximo proyecto literario.

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    Bajo un cielo sin limites - Mariatote

    ​Sinopsis

    En un mundo donde los recuerdos se pueden robar y vender, Alexia, una joven de 22 años, descubre que su memoria ha sido manipulada. Fragmentos de un pasado olvidado emergen en forma de sueños extraños, guiándola hacia un grupo de rebeldes conocidos como Los Cronistas. Este grupo lucha por desmantelar el sistema corrupto que controla la memoria humana, liderado por una corporación tecnológica omnipotente llamada Mnemesis .

    En su búsqueda, Alexia encuentra a Elias, un hacker idealista, y a Rael, un misterioso contrabandista con un oscuro pasado. Juntos, desentrañarán secretos que podrían cambiar el curso de la humanidad. Pero, para lograrlo, Alexia deberá enfrentarse no solo a Mnemesis, sino también a sus propios miedos y a la verdad de quién solía ser.

    ¿Podrá Alexia salvar los recuerdos de la humanidad sin perderse en el camino?

    ​Capítulo 1: El hueco en la memoria

    Alexia se despertó con un sobresalto, el corazón latiendo con fuerza contra su pecho. El sueño todavía flotaba en los bordes de su mente: un puente colgante sobre un río oscuro, una risa que no podía identificar, y una voz—profunda, familiar—susurrándole su nombre. Alexia, no te olvides.

    Se sentó en la cama, apartando el sudor de su frente. La luz tenue del amanecer se filtraba a través de las persianas mal ajustadas, dibujando líneas pálidas sobre las paredes de su pequeño apartamento. Sabía que había algo extraño en ese sueño, algo que no encajaba. Pero como siempre, apenas intento agarrar los detalles, estos se desvanecieron, dejando solo una sensación de pérdida.

    Sospechó, sacudiéndose la somnolencia. No era la primera vez que tenía sueños como ese. Habían comenzado unas semanas atrás, vagos al principio, pero se estaban volviendo más vívidos, más insistentes. Y cada vez que despertaba, la sensación de que algo faltaba en su vida se hacía más fuerte.

    Se puso de pie y caminó hacia el espejo del baño. Su reflejo le devolvió la mirada: cabello oscuro despeinado, ojos cansados ​​enmarcados por ojeras. ¿Quién soy realmente? La pregunta apareció sin aviso, como un eco lejano que llevaba semanas persiguiéndola. Cerró los ojos un momento, tratando de ahuyentar la inquietud.

    Después de una ducha rápida, se vistió con ropa sencilla: jeans desgastados y una chaqueta de cuero que había encontrado en una tienda de segunda mano. En el bolsillo interior, guardaba una vieja llave que no recordaba haber adquirido. La había encontrado en su bolso hace días, y aunque no tenía idea de qué abriría, no podía deshacerse de ella. Algo dentro de ella le decía que era importante.

    Antes de salir, reviso su agenda en la pantalla de su tableta. Alexia trabajaba en una pequeña cafetería del centro, sirviendo cafés y limpiando mesas mientras soñaba con algo más. Pero últimamente, incluso el significado de ese algo más pareció escaparse. Era como si su vida estuviera incompleta, como si partes de ella hubieran sido arrancadas sin su permiso.

    Mientras caminaba hacia la estación del metro, el bullicio de la ciudad llenó sus oídos: bocinas, fragmentos de conversaciones, pasos apresurados. Todo le resultaba rutinario, predecible. Hasta que vio a un hombre parado al otro lado de la calle, con un abrigo gris y una gorra oscura. Parecía fuera de lugar, inmóvil mientras el mundo giraba a su alrededor. Pero lo más extraño era que la miraba directamente.

    El estómago de Alexia se contrajo. Dio un paso atrás, chocando contra un transeúnte que murmuró una queja antes de seguir caminando. Cuando volvió a mirar hacia donde estaba el hombre, él ya no estaba.

    Su corazón seguía latiendo con fuerza cuando llegó a la estación de metro. Algo no estaba bien. Lo había sentido desde el momento en que abrió los ojos esa mañana, pero ahora la sensación era más fuerte, más opresiva.

    El tren llegó con un zumbido, y Alexia se subió, encontrando un asiento cerca de la ventana. El paisaje urbano se desdibujaba mientras el tren se ponía en marcha. Cerró los ojos, tratando de calmarse, pero la voz del sueño volvió a su mente: No olvides.

    Cuando abrió los ojos, notó algo extraño en la ventana frente a ella. La condensación había formado un patrón peculiar, como si alguien hubiera arrastrado algo allí. Alexia entrecerró los ojos, tratando de descifrarlo. Eran números. Una serie de dígitos desordenados: 13-07-22.

    Trató de recordar si esa fecha significaba algo para ella, pero su mente estaba en blanco. Antes de que pudiera pensar más, el tren se detuvo en su estación. Salió apresuradamente, sintiéndose vigilada. ¿Era solo paranoia, o realmente algo estaba siguiéndola?

    Al llegar al café, su jefe ya estaba regañándola por llegar unos minutos tarde. Alexia asintió, dejando que las palabras pasaran sin afectar su ánimo. Pero mientras comenzaba su turno, la sensación persistía. Como un rompecabezas que necesitaba resolver, como si algo dentro de ella tratara desesperadamente de decirle algo.

    Al final del día, mientras caminaba de regreso a casa, notó que el hombre de la gabardina gris estaba de pie al final de su calle. Su pulso se aceleró. Tomó una decisión rápida: en lugar de entrar a su apartamento, siguió caminando, girando en una esquina y acelerando el paso. Podía sentir su presencia detrás de ella, como una sombra que no podía sacudirse.

    Finalmente, dobló por un callejón y se escondió detrás de un contenedor. Contuvo la respiración, escuchando los pasos que se acercaban. Su mente corría a toda velocidad. ¿Quién era este hombre? ¿Qué quería de ella?

    Los pasos se detuvieron cerca de la entrada del callejón. Alexia cerró los ojos, deseando volverse invisible. Cuando los abrió, una voz suave pero firme rompió el silencio:

    —Alexia. Sabía que te encontraría.

    Ella se giró, y ahí estaba él, sosteniendo un pequeño dispositivo luminoso en la mano. La luz que emitía proyectaba sombras extrañas en las paredes del callejón.

    —¿Quién eres? —exigió Alexia, con un temblor en la voz.

    El hombre dio un paso adelante.

    —Soy alguien que sabe lo que te hicieron. Alguien que puede devolverte tus recuerdos.

    El mundo de Alexia se tambaleó. Por un momento, no supo si correr o escuchar. Pero algo en su interior le decía

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