El pequeño libro de la vida

Por Anselm Grün

Anselm Grün pregunta: ¿Puede ser que estemos escapando de algo al correr de la forma en que lo hacemos? ¿Dónde está el fuego interior cuando nos sentimos tan consumidos? ¿Cuál es el motivo del aburrimiento prevaleciente? Y si la vida nos resulta tan gravosa, ¿qué tenemos dentro de la pesada mochila que arrastramos sobre nuestras espaldas y nos forma una sombra tan larga?

Los textos de Anselm Grün tratan a menudo de bloqueos internos, de trampas que nosotros mismos nos ponemos. Él aconseja verlos, y ante todo llegar a nuestro interior, observar nuestros auténticos sentimientos y pensamientos. Sería menester conocer ambos para la propia felicidad: conocer los propios límites, pero también los sueños y anhelos propios.

EDITORIAL BONUM ARGENTINA.

Este libro contiene el desarrollo de los siguientes temas entre otros:

- Reconcíliate contigo mismo.
- Cuando la felicidad viene de visita.
- Presta atención al milagro Liberación.
– El camino real hacia la felicidad Olvídate de ti mismo y sé libreDesdicha o felicidad.
– Depende de nosotros Cómo de las crisis surgen oportunidadesLa felicidad se expande Dar amor, recibir amorNo corras
– ViveCalma y tranquilidad.

Con este libro aprenderá a hacer uso de sus emociones positivas y negativas como una fuente de aprendizaje.


¡Descargue ya este libro y comience a aprender sobre esta enseñanza del Padre Grün!


TAGS: Anselm Grun, Inteligencia emocional, sanación emotiva, emocionas positivas, como ser feliz, terapia cognitiva, expandir felicidad.

• Idioma: Español
• Editorial: Ariel Publisher
• Fecha de lanzamiento: 8 ago 2024
• ISBN: 9798227278661

Anselm Grün

Anselm Grün, OSB is a German Benedictine monk in the Münsterschwarzach Abbey. He teaches courses and lectures, offers spiritual direction, and is author of approximately 300 books focusing on spirituality, which have sold more than 15 million copies in 30 languages. Born Wilhelm Grün on January 14, 1945, in Junkershausen, he grew up with his parents and six siblings in Lochham near Munich. In 1958, he came to the boarding school of the Abbey of Münsterschwarzach and graduated from the Würzburg Riemenschneider Gymnasium in 1964. He then studied Catholic theology and philosophy from 1965 to 1971 in St. Ottilien and in Sant'Anselmo in Rome, and earned his doctorate in 1974. From 1974 to 1976, Father Anselm additionally studied business administration in Nuremberg. From 1977 to 2013, Father Anselm Grün was responsible for the economic affairs of the Abbey of Münsterschwarzach as the Cellarer. His first book, titled Gebet und Selbsterkenntnis (Prayer and Self-Knowledge), was published by the Münsterschwarzach Vier-Türme-Verlag in 1979 as part of the Münsterschwarzach Small Writings series. In 1991, Father Anselm, together with Wunibald Müller, founded the Recollectio House, where he has served as the spiritual director to this day. In 2007, Father Anselm received the Federal Cross of Merit, and in 2011, he was awarded the Bavarian Order of Merit.  

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Prólogo

El cuento Hans im Glück* tiene algo irritante. Los demás se aprovechan de Hans, él pierde todos sus bienes y finalmente no queda como el tonto si- no como el feliz. La sabiduría de este cuento está destinada más a los adultos que a los niños y signi- fica que no existe una relación directa entre la pose- sión material y la felicidad personal. La cuenta ban- caria puede ser abundante y el alma estar vacía. Na- da cambia más que las circunstancias exteriores.

La pregunta permanece: ¿Cómo se crea la propia felicidad? ¿En qué radica hacer que perdure? ¿Qué relación existe entre lo interior y lo exterior?

La palabra felicidad no aparece con frecuencia en los textos de este libro. No se promete nada. No existen las recetas rápidas. Pero el punto central se- creto de todos los pensamientos es la convicción de que ninguna persona ha nacido para ser infeliz.

* Hans es feliz cuando encuentra una pepita de oro para su tra- bajo. Pero luego canjea el oro por un caballo, luego por una vaca, más tarde por un cerdo, por un ganso, por una piedra. Con cada cambio es feliz por recibir algo nuevo. Pero siempre vuelve a re- sultarle molesto. Cuando finalmente la piedra se le cae al agua se siente el hombre más feliz de la tierra.

Tampoco para el temor ni el padecimiento en sí mis- ma o en su entorno. En realidad, estamos destinados a la alegría, al placer de vivir, a la libertad interior.

Todos queremos ser felices, en lo posible ahora mismo y para siempre. No existe persona alguna que no lo sueñe. ¿Pero cómo puede ser entonces que tantos hayan convertido la infelicidad en una maes- tría de destreza? Y sin embargo realizan sin pausa todo lo posible por lograr su felicidad. Sacrifican su tiempo. Persiguen afanosamente sus deseos. Quie- ren hacer lo que corresponde para todos, quieren ser perfectos. Aprietan los dientes y ponen fuerza. Se aseguran frente a cualquier riesgo y están abiertos a lo que la vida les ofrezca.

Anselm Grün pregunta: ¿Puede ser que estemos escapando de algo al correr de esta forma? ¿Dónde es- tá el fuego interior cuando nos sentimos tan consumi- dos? ¿Cuál es el motivo del aburrimiento prevalecien- te? Y si la vida nos resulta tan gravosa, ¿qué tenemos dentro de la pesada mochila que arrastramos sobre nuestras espaldas y nos forma una sombra tan larga? Los textos de Anselm Grün tratan a menudo de blo- queos internos, de trampas que nosotros mismos nos ponemos. Él aconseja verlos, y ante todo llegar a nuestro interior, observar nuestros auténticos senti- mientos y pensamientos. Sería menester conocer ambos para la propia felicidad: conocer los propios límites pero también los sueños y anhelos propios.

La felicidad es un ave silente. Al igual que el dormir o el soñar, no vendrá cuando la llamemos.

Extiende plácidamente tu mano y puede suceder que se pose en ella. Trata de tomarla y escapará. Perse- guir consciente y voluntariamente la felicidad no da resultado. La felicidad no es un objetivo para el cual haya que abrirse paso peleando. Es sorpresa y aña- didura.

La felicidad es un don afable que podemos recibir en nuestro regazo. Por lo tanto: proceder en forma afable, ser misericordioso con uno mismo. Dar amor y ser amado. Amar y estar abierto al amor. No es el afán de tener sino la entrega la que hace sentirse vi- vo. Y quien recibe con agradecimiento lo que el otro nos obsequia, será rico. La felicidad es un regalo.

La felicidad nos cae en suerte. No obstante, no se trata de mera casualidad. Es posible hacer algo por la felicidad. A veces es necesario frotarse los ojos. O quitarse los anteojos oscuros que opacan la observa- ción. También se trata de estar atento frente al secre- to de la propia vida. Estar preparado para la visita inesperada y no bloquear la puerta frente a la felici- dad.

Ésta es la paradoja: no hallamos la paz interior a través de la conquista de todo el mundo sino dentro de nosotros mismos. Al amarnos nosotros mismos somos dignos de amor. Al irradiar algo también transformamos a los demás. Quien se aferra impide la felicidad. Por ende: no mantengas nada con abso- luta firmeza, ni las cosas ni los sentimientos, ni las posesiones ni las opiniones. Tampoco las imágenes, ni las tuyas ni las de los demás.

No tiene sentido estar presente en todos lados. Estar es más, es estar en la propia vida, hoy y aquí, dedicados a nosotros mismos y abiertos a los demás, permeables a la imagen soñada de nuestra felicidad: sigue el sendero de tu vida, dice Anselm Grün. Este sendero conduce a través de la propia cotidia- neidad hacia el Eros de la vida, hacia el placer de la existencia, hacia la imagen de la propia vida como un festejo indescriptible. La alegría previa ya es la más pura felicidad.

Reconcíliate contigo mismo

El camino hacia el corazón en calma

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Éste que soy yo, saluda melancólicamente a aquél que quisiera ser. Detrás de esta frase del filó- sofo danés Kierkegaard se esconde una experiencia que todos conocemos: nuestra realidad –tal como somos– nuestro ideal –nuestra representación de có- mo querríamos ser en realidad– a menudo distan mucho entre sí. Es absolutamente comprensible que cada persona desee representarse con gusto un ideal. Los ideales son, básicamente, completamente posi- tivos y tienen la fuerza de estimular nuestro creci- miento; necesitamos los ideales para ser arrancados de nuestra comodidad. Pero lamentablemente mu- chos se identifican con su ideal en tal medida que ya no tienen la valentía de aceptarse como son y se re- sisten a aceptar su realidad. Ellos opinan que sólo se los querría, que los demás sólo los reconocerían si pudieran demostrar algo, si pudieran realizar algo mejor que los otros.