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La Diaspora en el Socialismo del Siglo XXI: Tomo I
La Diaspora en el Socialismo del Siglo XXI: Tomo I
La Diaspora en el Socialismo del Siglo XXI: Tomo I
Libro electrónico175 páginas1 hora

La Diaspora en el Socialismo del Siglo XXI: Tomo I

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Hasta la llegada al poder del teniente coronel (retirado) Hugo Chávez por vía del voto popular en febrero de 1999, tras fracasar en un cruento intento de golpe de Estado Militar para derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez el 4 de febrero de 1992, Venezuela había sido un país receptor de migrantes procedentes de Europa y América Latina.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 jun 2024
ISBN9798330250721
La Diaspora en el Socialismo del Siglo XXI: Tomo I
Autor

Rodulfo Gonzalez

Eladio Rodulfo González, quien firma su obra en prosa o en verso con los dos apellidos, nació en el caserío Marabal, convertido después en parroquia homónima del Municipio Mariño, Estado Sucre, Venezuela, del matrimonio constituido por Guzmán Rodulfo y Nicomedes González, quien falleció cuando éste era un niño de corta edad y a la cual no conoció ni en retrato. Fue criado por la segunda esposa de su padre, Martina Salazar. Su nacimiento se produjo el 18 de febrero de 1935. Es licenciado en Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, trabajador social, poeta e investigador cultural. Con su esposa, Briceida Moya, procreó a Gabriela Lucila, Juan Ramón, Gustavo Adolfo y Katiuska Alfonsina, llamados así en honor a los poetas Gabriela Mistral, Juan Ramón Jiménez, Gustado Adolfo Bécquer y Alfonsina Storni. En los primeros años de su vida fue dependiente en la bodega del padre, obrero petrolero de la empresa Creole Petroleum Corporation en Lagunillas, Estado Zulia, localidad donde inició el bachillerato en el Colegio Santa Rosa de Lima, que continuó en los liceos Alcázar y Juan Vicente González y la Escuela Nacional de Trabajo Social, ambas instituciones situadas en Caracas. También fue co-fundador de la División de Menores del extinto Cuerpo Técnico de Policía Judicial y de la Seccional Nueva Esparta del Colegio Nacional de Periodistas, donde integró el directorio en varias secretarías y además presidió el Instituto de Previsión Social del Periodista. En la extinta Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, transformada en Escuela de Comunicación Social después, el 9 de octubre de 1969 obtuvo el título de licenciado en Periodismo. Más tarde realizó un posgrado en Administración Pública, mención Organización y Métodos, y un curso de Investigación de Investigación Cultural. Asimismo, hizo cursos policiales en Washington, D.C. y en Fort Bragg, Carolina del Norte.

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    La Diaspora en el Socialismo del Siglo XXI - Rodulfo Gonzalez

    PREFACIO

    Hasta la llegada al poder del teniente coronel (retirado) Hugo Chávez por vía del voto popular en febrero de 1999, tras fracasar en un cruento intento de golpe de Estado Militar para derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez el 4 de febrero de 1992, Venezuela había sido un país receptor de migrantes procedentes de Europa y América Latina.

    Pero a partir de esa nefasta fecha, que hizo retroceder a la República a etapas ya superadas de su historia en materia económica, calidad de vida, habitacional, cultural, social, servicios de salud, educativos, electrificación, telefonía, agua potable, gas, gasolina, y diésel; infraestructura vial, agroindustria, comercio, seguridad pública, militar, respeto a la propiedad privada, mantenimiento de edificaciones públicas, transporte aéreo, marítimo, terrestre, fluvial, lacustre y subterráneo, servicios penitenciarios, derechos humanos, etc., por primera vez los venezolanos, que antes de la implantación del socialismo del siglo XXI, viajaban al exterior como turistas, para tratarse en los establecimientos hospitalarios de alto nivel científico, los pudientes, claro está, o bien a estudiar pregrados o posgrados en universidades prestigiosas de Europa o de Estados Unidos, ante la debacle socio-económica inducida por el régimen a los fines de pauperizar a la población y facilitar el control colectivo mediante dádivas y bolsas de comidas, que según los expertos médicos, no cubren ni el 10% de las necesidades nutricionales de quienes las reciben.

    Todas esas calamidades han convertido a millones de venezolanos en emigrantes, luego de caminar millares de kilómetros, exponiéndose a diversos peligros, que van desde la trata de personas, abusos y arbitrariedades de las autoridades, robos, violaciones, a la muerte cruzando caudalosos ríos, cruzando la región del Darién o por parte de criminales e inclusive funcionarios, etc.

    Y como van en tan calamitosas condiciones, en los países donde logran establecerse son objetos, muchos de ellos, de ataques de xenofobia o aporofobia, término éste acuñado en 1995 por la profesora española Adela Cortina, que significa rechazo, aversión temor y desprecio hacia el pobre. En países como Argentina los profesionales venezolanos, por su cualidad de extranjeros, reciben una paga inferior al nativo, aunque el trabajo sea el mismo. Cabe recordar que millares de argentinos recibieron acogida en nuestro país cuando la hora negra de los gorilas militares y no fueron discriminados ni en la administración pública ni en el sector privado.

    La historia de Venezuela si registra cuatro migraciones internas. La primera ocurrió en el siglo XIX, concretamente el 7 de julio de 1814. Se le conoce como la Emigración Oriente, y se produjo a raíz de la serie de derrotas sufridas por el ejército independentista de parte de las fuerzas realistas bajo el mando de José Tomás Boves.

    En efecto, y como estrategia de Simón Bolívar para enfrentarse al ejército realista, tras la opinión favorable de las Juntas de Arbitrios y de Guerra creadas a tal fin, numerosas familias caraqueñas se desplazaron hacia el oriente del país a fin de dejar la plaza libre y de ese modo derrotar a los realistas.

    Entre las migrantes iba la joven Luisa Cáceres, quien se residenció en la isla de Margarita, contrayendo nupcias luego con el general Juan Bautista Arismendi, héroe de la independencia, sometida a prisión en el Castillo de Santa Rosa, sito en La Asunción, La heroína, conocida después como Luisa Cáceres de Arismendi, prefirió la cárcel antes que traicionar la causa patriótica.

    La segunda migración interna comenzó a mediados del siglo XX, como consecuencia de la explotación petrolera, cuando millares de agricultores dejaron sus sembradíos para buscar trabajo en los campos petrolíferos de los estados Monagas, Anzoátegui y Zulia y mejorar su calidad de vida. Se le denominó éxodo campesino y la economía basada en los productos del campo dio paso a la economía petrolera.

    Para ese momento las posibilidades del venezolano de ascender en la escala social y mejorar su calidad de vida eran ínfimas por cuanto los recursos provenientes del campo eran insuficientes y no permitían la creación de escuelas, liceos y universidades en número suficiente para la formación ciudadana, el atraso era evidente, escaseaban las carreteras asfaltadas, así como los servicios hospitalarios, de acueductos, de alcantarillados para las aguas servidas, que iban directamente a al mar, a los ríos y a los lagos, de electrificación y de gas, por citar algunas carencias, sólo disponible en los campos petroleros y en los llamados mechurrios.

    La tercera, a partir de la caída de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, cuando millares de campesinos y desempleados se trasladaron a Caracas, ubicándose en viviendas improvisadas (ranchos), u ocupando los bloques habitacionales de la entonces llamada urbanización 2 de diciembre convertida luego en lo hoy en día es la Parroquia 13 de enero, y en otras ciudades, con miras a lograr una mejor calidad de vida.

    La cuarta, conocida como el desastre de Vargas, ocurrida 15 de diciembre de 1999, en el Estado Vargas, debido a deslaves e inundaciones producto de intensas lluvias que dejaron más de 30.000 víctimas y sectores urbanos completamente desaparecidos bajo el lodo y los escombros. Todavía se desconoce el destino de decenas de niños entonces.

    Por otra parte, las fuerzas de exterminio del régimen, que todavía no se había convertido en dictadura, fueron a acusadas del asesinato de muchos damnificados.

    El para la fecha del desastre incipiente gobierno envió a muchas familias damnificadas al interior y, además, por instrucciones del dictador cubano Fidel Castro, se negó a recibir ayuda humanitaria y equipos especializados para recuperar la destrozada vialidad.

    Y con el socialismo del siglo XXI, por primera vez el país pasó de ser receptor de migrantes de diversas partes del mundo a proveedor de éstos, sin estar en guerra interna ni externa y en plena bonanza económica debido al exorbitante aumento de los precios petroleros, recursos que no fueron empleados por el teniente coronel (retirado) Hugo Chávez para mejorar la calidad de vida del pueblo, como tampoco lo hizo su sucesor, el exconductor del Metro de Caracas Nicolás Maduro, sino para alimentar el monstruo de la corrupción y ganar la adhesión de los miembros del CARICOM, de las fuerzas armadas, de Cuba, que de hecho convirtió a Venezuela en una de sus provincias, de Nicaragua, Brasil en tiempos de Lula da Silva, Nicaragua, Ecuador, Argentina, etc.

    Para dar una idea de la magnitud de esta diáspora, cuantitativamente ha significado una merma en la demografía del país, según datos de la ONU divulgados en febrero de 2023, de 7,1 millones de habitantes, que cada día aumenta porque la emigración no cesa debido a la miserización constante del salario, y cualitativamente ha significado la pérdida de millares de profesionales en medicina, enfermería, en todos los niveles educativos, electricidad, ingeniería, telefonía, petróleo, periodismo, trabajo social, gastronomía, computación y otras ramas del conocimiento humano formados en universidades e institutos técnicos, lo cuales han sido aprovechados por los países receptores con sueldos dignos.

    En noventa países hay presencia venezolana y nuestra cultura ha dejado su huella allí donde se encuentra. En Chile, por ejemplo, los venezolanos procedentes de Margarita, Estado Nueva Esparta, celebran cada 8 de septiembre las festividades patronales de Nuestra Señora del Valle.

    Muchos migrantes para llegar a sus destinos, en muchos de los cuales no han sido bien acogidos, se vieron obligados antes recorrer a pie grandes distancias con la esperanza de encontrar la calidad de vida que el socialismo del siglo XXI les había negado por una razón obvia, arruinar al país para controlarlo mediante los colectivos, los patriotas cooperantes, la corrupción institucionalizada y la cubanización.

    Algunos han tenido éxito en el exterior haciendo posible las remesas a los familiares que quedaron en Venezuela, de las cuales la narcodictadura, como en la tiranía cubana, han querido pechar. Otros, han fracasado en el intento, inclusive con la vida o sometidos a tráfico de personas.

    Pocos han regresado por iniciativa propia o aprovechando las facilidades del programa Vuelta a la patria, promovido con fines políticos por la narcodictadura. Pero no fueron recogidos como hijos pródigos, sino que al llegar a Venezuela se les ha insultado y confinado en centros ad hoc, donde se les ha privado de alimentación y cuidados de la salud. Los regresados por las trochas situadas en la frontera Venezuela-Colombia han tildados de bioterroristas por el jesuita chavista Numa Molinta y personero de la propia narcodictadura.

    La xenofobia o la aporofobia han estado presentes en la diáspora venezolana, con presencia en 90 países, especialmente en Chile, Perú y Ecuador, a pesar de la deuda que ambos países tienen con Venezuela a raíz de las dictaduras de Augusto Pinochet y Manuel Odría, en los dos primeros países, y por una mejor calidad de vida, Ecuador.

    En modo alguno pretendo agotar el tema de este libro, que forma parte de un proyecto de investigación dirigido a dejar para la posteridad el testimonio de la barbarie del castrochavismo-madurismo-militarismo, que no sólo originó la diáspora sin estar en guerra, sino que despedazó a todo el país retrotrayéndolo a horas oscuras de su historia.

    Y es que la fuga de un país, como calificó el dirigente de Acción Democrática, Carlos Canache Mata, no cesa, porque la situación de Venezuela empeora cada día, y seguirá in crescendo si las fuerzas democráticas no se unen para derrotar electoralmente al candidato del socialismo del siglo XXI.

    Por otro lado, hay que destacar que la migración forzosa de venezolanos al exterior ha hecho aportes a los países de acogida en materia médica, culinaria, musical, artes plásticas y otras áreas del conocimiento humano.

    REFUGIADOS EN ECUADOR 0 Imagen

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