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Metafísica para todos
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Libro electrónico185 páginas2 horas

Metafísica para todos

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Podríamos considerar Metafísica para todos como un manual de espiritualidad. Sería muy lícito. En él vamos a encontrar todo tipo de explicaciones acerca de los qués, por qués, para qués… del Hombre y la Creación, del Hombre como Creación, del Hombre en la Creación. Sin embargo, Metafísica para todos está muy lejos de ser una disquisición intelectual o teórica. Antes es un ejercicio de conexión. De conexión a ti. Contigo. Una llamada al Despertar.

Metafísica para todos es el libro destinado a aquellos Trabajadores de Luz que quieran entender quiénes son realmente y cuál es su cometido. Destinado a quienes, ya sabiéndolo, quieran analizar en conciencia su labor en pro de una espiritualidad activa y comprometida, cada vez más necesaria en el presente del aquí y el ahora.

Un libro dirigido a la comprensión de la Luz, el Poder y la Voluntad divinas que sustentan tu Alma como paso esencial para desgranar, desde la paz y el bienestar, esta hermosa experiencia de aprendizaje que llamamos Vida.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 sept 2023
ISBN9788411814140
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    Metafísica para todos - Gabriel Padilla López

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Gabriel Padilla López

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz

    Diseño de portada: Rubén García

    Ilustración: Alejandra Yannello

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1181-414-0

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    Para Elia,

    en sus primeras aventuras

    de esta experiencia llamada vida.

    PRÓLOGO

    Podríamos considerar Metafísica para todos como un manual de espiritualidad. Podríamos. En él vamos a encontrar todo tipo de explicaciones acerca de qués, por qués, para qués… sobre las grandes preguntas que a todos nos rondan por la cabeza pero que, si además somos de aquellos que sospechamos o entendemos que la realidad física, visible, no es la única ni la última, la trascendencia de tales cuestiones va a adquirir una dimensión, nunca mejor dicho, distinta. Una dimensión… a explorar.

    El problema de la exploración es que uno se lleva en la mochila el material con el que cuenta en casa, creyendo, en demasiadas ocasiones, que esa otra realidad se va a corresponder con una traducción de la que conoce y vive, de modo que uno aplica sus creencias, ideas, costumbres… Tal cual ocurre con Dios. Comprendemos que estamos hechos a su imagen y semejanza solo a partir de hacerlo a Él a nuestra imagen y semejanza. Tanto, tanto, que hemos acabado por adjudicarle todos nuestros errores y defectos.

    Metafísica para todos es una obra en la que cualquier lector novel en cuestiones espirituales va a encontrar, como decíamos líneas atrás, muchas respuestas y comprensión acerca del funcionamiento de este Multiverso en el que vivimos y con el que, como irás viendo, mantenemos una interacción constante (seguramente tú la llamas «intuición», «corazonada»). Eso sí, por favor te pido, no creas nada simplemente porque esté escrito o argumentado. Toma aquello que entiendas, presta atención a aquello que te resuene y permítete leer el resto con curiosidad.

    Para el lector que empieza a querer comprender esa otra realidad que intuye con fuerza (sí, tú ya hablas de «sincronicidades», «señales»…), encontrará en la presente obra un recorrido perfecto e hilado de todos aquellos temas sobre los que, probablemente, has ido recogiendo conocimiento, pero que hasta ahora te parecían grandes puzles de juegos distintos.

    Mas si, por el contrario, ya eres un lector curtido en temas metafísicos o un compañero canal, sanador, divulgador, formador… etc., vas a encontrar la revisión de algunos temas importantes que te harán ir más allá de tu marco de conocimiento, así como información verdaderamente novedosa que se nos ha dado revelada para esta obra y que estoy seguro que sabrás apreciar tanto como yo cuando la recibí.

    Metafísica para todos tiene como objetivo dar respuestas a la mente, pero como puente para hablarle al Alma. Solo cuando la mente entiende, se relaja. Entonces el Alma puede manifestar mejor su presencia. Ocurre cuando dormimos, meditamos o alcanzamos el suficiente nivel de paz, conciencia, compasión… a través del trabajo interior. A partir de hacer resonar en la mente lo que el Alma ya sabe, la pretensión es que esta aflore, encuentre nuevas formas de asomarse a nosotros, para acomodarse en su espacio y dirigir nuestros pasos.

    Metafísica para todos no es un ejercicio intelectual. Es un ejercicio de conexión. De ti, contigo. Y así lo han podido atestiguar quienes ya lo leyeron o quienes siguen releyéndolo.

    Metafísica para todos es la materialización de mi primer gran cometido como canal espiritual, cuando una mañana de domingo, apenas había abierto los ojos, mi sentir recogió la voz de mi guía diciéndome: «Tienes que escribir un libro. Se llamará Metafísica angélica».

    Frente a todo pronóstico, no fue un libro de ángeles, sino un libro para que los «ángeles» encarnados aquí en la Tierra, todo nosotros, fuésemos capaces de comprender, pero también de reconocer y enaltecer, la gran labor que venimos realizando en nuestras vidas, en nuestras existencias y en nuestra labor universal. A través de él se nos ha querido dar respuesta acerca de las cuestiones que desde el humano nos planteamos; al entendimiento del hombre y la Creación; del hombre como Creación y del hombre en la Creación. Pero también una llamada al despertar.

    La mañana del 12/12/12 acabé de escribir el libro que finalmente titulé Metafísica angélica. La llamada del Guerrero (2012-2020), dado que era un recurso más que la Hermandad Blanca pretendía poner sobre la mesa para que tomásemos consciencia de la ingente labor que todavía quedaba por hacer para caminar social, política, económicamente… por el sendero de Acuario, en esta recién estrenada era, de cara al nuevo período que se iniciaría en 2020-2021, del cual nunca se me dio, afortunadamente, información más allá de «un final de etapa».

    Aquella obra, amigo/a lector/a, es la que ahora tienes en tus manos, reeditada bajo un nuevo título para que la especificación temporal que figuraba en el anterior no cancele la vigencia de un mensaje más necesario que nunca: trabajar activamente por expandir la Luz, el Poder y la Voluntad divina que sostiene nuestras almas y da vida a todo cuanto existe manifestándose en la equidad, la convivencia, el amor, la compasión, la ayuda, la justicia y la unidad en pro de un bien común.

    Salvo alguna leve corrección de estilo, la obra mantiene fidedignamente el texto que escribí a partir de la información que Guías y Maestros me proporcionaban, en el orden en que me la proporcionaban y con los matices que esta requería para mantener su energía y cometido. Es, por tanto, una obra suya. Mi labor se ha limitado a hacer accesible tal información y asumo cualquier error, desliz o malinterpretación que pudiera haber en ella.

    Como verá el lector, el libro se estructura siguiendo el recorrido energético que suponen las frecuencias de los siete Rayos Universales, desde donde ha partido el contenido que recoge cada capítulo. Y como ocurre con estos, se divide en una primera parte, constituida por los Rayos Principales o de Atributo (los tres primeros, que conforman la Llama Trina, la tripartita esencia divina), tal y como los nombra el maestro Saint Germain en sus obras, y una segunda parte, constituida por los Rayos Secundarios o de Aspecto (los cuatro siguientes). En la primera parte, el lector hallará una sólida introducción a todos los temas que se recogen en la obra, un primer panorama general, y en la segunda, un desarrollo amplio y pormenorizado de los mismos, en el que descubrirá cómo los temas se interrelacionan entre sí, permitiéndonos comprender el funcionamiento general del Multiverso que habitamos, así como el importante papel que cumplimos en él, a partir de los procesos que vivimos como humanos, en el planeta Tierra.

    Estimado/a lector/a, ahora el mensaje está en tus manos. «Quien tenga ojos para ver que vea».

    PARTE PRIMERA

    RAYO AZUL

    EL GUERRERO DE LUZ

    «El Primer Rayo tiene como cualidad fundamental ejercer la Voluntad divina. Es el primer y más alto catalizador de la Voluntad del Logos en sus diferentes reinos de manifestación. Es el que cierra los ciclos anteriores y abre los nuevos, es el que cierra el círculo en el momento de la consumación de los tiempos».

    Saint Germain

    Plan divino y contratos de vida

    El Universo fue creado por voluntad de Dios, pero es por empeño y voluntad nuestra que mantiene una actividad continua de evolución material y vibracional.

    Desde su aparición en un punto temporal Alpha (A) es la propia dinámica existencial de las criaturas¹ que lo habitan la que va dirigiendo la evolución hacia el punto Omega (Ω), el estadio final en el que, tras alcanzar el máximo nivel de perfección, al entrar en comunión directa con la propia pureza primigenia, podremos reintegrarnos en el flujo de Todo lo que Es y Será en la fuente origen del Todo, en los brazos de Dios Padre, nuestro Hacedor. Tal pretensión, así como los esfuerzos que de ello se derivan, es lo que se conoce como Plan Rector o Plan Divino.

    Todos y cada uno de los seres pertenecientes a la Creación trabajamos para ello en un doblete perfecto que nos atañe colectiva e individualmente a la vez. Todos y cada uno de nosotros estamos abocados a realizar nuestra propia labor de perfeccionamiento a través de las vidas que vayamos viviendo: conociendo todas las caras del poliédrico universo humano, saldando karma, eliminando nuestras partes de sombra, el ego, las falsas creencias, los prejuicios, los votos kármicos²… y cumpliendo los cometidos concretos que se nos adjudiquen o que nos propongamos cumplir.

    Iremos hablando sobre el tema a lo largo del libro, pero de momento sepamos que los seres humanos, antes de bajar a la Tierra en forma corporal decidimos en el plano espiritual con qué acción vamos a apoyar al Plan Rector, cuál va a ser nuestra «misión»³, aunque siempre, y esto es importante, subyugado a la conveniencia de nuestro propio desarrollo. Es lo que se conoce como Contrato de Vida.

    Puede que nuestro Contrato de Vida sea simplemente mejorar espiritualmente, si somos almas jóvenes o si aun ya viejas⁴, hemos mantenido una postura alejada de lo que realmente deberíamos haber hecho. Pero puede que se dé el caso contrario y bajemos a este plano con parte de nuestras capacidades despiertas para ser guías de Almas, elevar espíritus desencarnados, realizar sanaciones⁵… Aunque puede también que no tengas ningún cometido digno de considerar «espectacular». En su inmensa mayoría los Contratos de Vida se resuelven desde las más comunes de las posiciones. Alejémonos de prejuicios o pretensiones egocéntricas. Un bróker, un ama de casa, un empresario, un lampista o un pescador… pudieran estar sirviendo infinitamente con mucho más acierto al Plan Rector que todos los que nos dedicamos a la contemplación, a la espiritualidad… Sin embargo —tracemos ya el abanico completo— también están los contratos más difíciles. Aquellos cuyo papel debe representar un revulsivo, un ejemplo ab contrariis para la sociedad: sería el caso de algún asesino, algún violador, algún terrorista… Lo que no hace que su actuación deba ser en absoluto exculpada. Precisamente ahí es donde radica la dificultad de su, para nosotros, incomprensible misión: que no lo sea⁶. Pero en este caso, como en todos los demás, es la persona —su identidad de Luz— la que está de acuerdo en asumir la tarea encomendada⁷.

    Sea colectivamente (Plan Rector) o individualmente (Contrato de Vida), los cometidos a los que nos enfrentamos tienen unas características universales muy bien definidas⁸. Son las siguientes:

    La labor siempre es individual. Todas y cada una de las criaturas con conciencia tienen la misión de evolucionar.

    La labor siempre es individualizada. Se adecúa a cada una de ellas, atendiendo a su nivel evolutivo y a sus capacidades. De modo que la labor que alguien deje de hacer no será hecha por nadie más.

    Cada criatura es responsable de sus actos.

    La evolución es personal y colectiva a la vez. Los beneficios alcanzados por los individuos redundan en el desarrollo global del Plan, del mismo modo en que el desarrollo global del Plan lo hace sobre el individuo. Estamos pues ante una evolución que se retroalimenta de sí misma.

    La evolución es deseable y necesaria, pero no forzosa. Las criaturas pueden o no llevar a cabo esta labor por error, incapacidad, … Siempre asumiendo la responsabilidad que conlleve y sabiendo que siempre tenemos la oportunidad de retomar la cuenta de nuestro progreso.

    Para entenderlas mejor, si se me permite, utilicemos el símil de una yincana.

    Todos y cada uno de los miembros conscientes de la Creación estamos inscritos en este «juego» sine die donde lo que importa no es la rapidez con la que se llegue al objetivo —podemos tardar cuanto necesitemos—, sino cuánto vamos creciendo por el camino. Esta es una yincana iniciática, podríamos decir. Por ello, cada participante empieza o continúa el camino según el nivel que haya logrado en cada etapa. Las pruebas se le adaptan con precisión según sus necesidades y capacidades. De hecho, muchas de ellas se consensuan entre este y la organización, e incluso se deja constancia en forma de contrato para que no haya nunca duda alguna al respecto. Más que nada porque, al volver a continuar la carrera, la mayor parte olvida lo que debía hacer. Muchos lo acaban cumpliendo a medias, sin ser conscientes, aunque se han ido facilitando los recursos para que esto sea cada vez más

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