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Reflexiones en tiempo de pandemia
Reflexiones en tiempo de pandemia
Reflexiones en tiempo de pandemia
Libro electrónico317 páginas6 horas

Reflexiones en tiempo de pandemia

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Información de este libro electrónico

¿Ha sentido que repite ciclos? ¿Tropieza con la misma piedra una y otra vez? ¿Qué pensaría usted si le dijera que todos, absolutamente todos los habitantes de este planeta sufrimos de una pandemia que ataca al hombre desde el origen de los tiempos? Y si bien no lo mata físicamente, atenta contra el sentido de su vida y existencia sobre la faz de la tierra, llevándolo a repetir ciclos a lo largo de las generaciones, a vivir enfermedades en su alma, en sus emociones y en su mente, lo que inevitablemente se refleja también en su cuerpo. Esta pandemia se llama IGNORANCIA y no se debe a la falta de conocimiento o de estudios, sino a no entender el sentido de la vida del hombre y lo que Dios pensó al momento de crearlo.
En pleno siglo XXI la humanidad volvió a sufrir una pandemia. Aún en tiempos donde la tecnología y los avances científicos han evolucionado a gran escala, un germen microscópico se escabulló cruzando fronteras, océanos y puso a toda la humanidad a su merced.
Las reflexiones que el autor expone en este libro, pretenden ayudarle a combatir la pandemia de ignorar lo que Dios quiere para su vida. Comparte lo que lo sanó de algunos gérmenes de la religión, en diferentes temas de la vida y cree que pueden ser un aporte de salud para su vida también.
Explorar cada tema puede traer una medida de entendimiento, que añada una nueva manera de expresar argumentos de verdad ante tanta mentira y engaño que nos rodea y pretende alejarnos cada vez más de la vida que aporta la palabra viva de Dios.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 nov 2022
ISBN9789878731995
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    Vista previa del libro

    Reflexiones en tiempo de pandemia - Iván Ballistreri

    cover.jpg

    Iván Ballistreri

    Reflexiones en tiempo de pandemia

    Ballistreri, Iván

    Reflexiones en tiempo de pandemia / Iván Ballistreri. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

    Libro digital, EPUB

    Archivo Digital: descarga y online

    ISBN 978-987-87-3199-5

    1. Narrativa. I. Título.

    CDD A863

    EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

    www.autoresdeargentina.com

    info@autoresdeargentina.com

    Tabla de contenidos

    AGRADECIMIENTOS

    PRÓLOGO

    INTRODUCCIÓN

    Me siento seguro

    La comida

    Te están oyendo

    La confesión

    Espectador o protagonista

    Qué estás declarando

    Lo que no ves

    Aclaración libro Volviendo a la forma original

    Lo mejor no está por venir, lo mejor está sucediendo

    ¿Quién fue Alicia Sara Protasowicki?

    Laberinto al corazón

    El susurro de Dios

    Perdón ¿Bailamos?

    Conocer a Dios - PRIMERA PARTE

    Conocer a Dios - SEGUNDA PARTE

    La autopsia

    Preguntas incómodas

    Preguntar o dudar

    Deja que tome tu mano

    No tengo, pero...

    El bajalenguas y el bisturí

    En – Con – Para

    Valles y Montañas

    Una generación desobediente produce hijos que no conocen a Dios

    Árbol junto a la corriente

    El cinturón que se echó a perder

    Posición ante lo falso

    La confianza

    El punto final

    Rey sin reino

    Pentagrama y música

    Me da lo mismo...

    No lo separe el hombre

    La justicia de la cruz

    Colaboradores en la derrotade los enemigos de Dios

    No te agravio

    El árbol de la ciencia del bien y el mal

    ¿Es lo mismo creer que tener fe?

    La fe ¿Es ciega?

    No le cortes la oreja

    La debilidad como diseño

    La vida es un regalo

    No te comas el envase

    Identidad

    La lógica de las circunstancias

    Obediencia por conocimiento

    Quien ama, espera - PRIMERA PARTE

    Quien ama, espera - SEGUNDA PARTE

    Qué ves en el espejo

    El centímetro cerebral

    Qué dicen los carteles

    La verdadera libertad

    Eficacia y eficiencia

    La oveja perdida

    No hay excusas

    Respuesta y solución

    Enamorado

    No al aborto

    Parábola de la bala y el arma

    Castigo vs. disciplina

    Mala praxis

    Creado - Formado - Plantado

    Reset

    Redes Sociales

    Leyes naturales

    Catabolismo - Anabolismo

    Religión

    Decisiones

    Dolor - Molestia - Incomodidad

    La palabra de Dios

    Sentir el impacto, pero no quebrarse

    Gozo y alegría

    Contenido y continente

    De la comodidad a la conquista

    Salmo 23

    La Violencia

    Aprender vs. conocer

    El grito de la naturaleza

    La justicia divina

    Recta y segmento

    Revelación y verdad

    La luz

    Absoluto y Relativo

    El peligro

    Me gusta vs. Te apoyo

    Día del médico

    AGRADECIMIENTOS

    Primeramente, a Dios, dador de toda vida y creativo como nadie, que inspira corazones dándoles herramientas para ser útiles a su propósito eterno.

    Luego a mi familia, mi esposa Sole, que es mi apoyo constante y parte esencial de todo lo que hacemos. Sus palabras de ánimo, de exhortación y llenas de amor siempre me llevan a lo más y mejor. Mis hijos Ian y Berenice, que son una luz en mi camino, me inspiran, me enseñan y acompañan en todo tiempo.

    También a la Institución que me alberga, me vio nacer y nos da el ámbito de expresión Manantial de Vida y principalmente a mi Apóstol y papá Juan Ballistreri, que es un referente para mí; a mis hermanos y consiervos en toda labor ministerial.

    Agradecer a la Iglesia MDV en Argüello, que han sido y son un lugar de entrenamiento y perfeccionamiento en toda buena obra, para la extensión del Cuerpo de Cristo hasta lo último de la tierra.

    Por último, a todos los que no les interesa aparecer con sus nombres, pero permanentemente están apoyando mi vida y la de mi familia de todas las maneras posibles, haciéndonos participantes de sus éxitos y avances, dando honra a nuestras vidas con expresiones de madurez continua.

    A todos muchas gracias.

    PRÓLOGO

    El apóstol Pedro escribe en su segunda carta universal que el corazón es un lugar oscuro que necesita ser alumbrado una y otra vez, hasta que la luz de Cristo la alumbre por completo. La ignorancia es mucho más que falta de conocimiento o entendimiento. La ignorancia son tinieblas que forman parte de una edificación interior. Para que la ignorancia forme parte de la vida de una persona son necesarias fuertes construcciones que la protegen y provean las condiciones necesarias para su proliferación. Vivimos inmersos en un mundo lleno de ignorancia y los resultados inevitables son muy difíciles de ocultar. Aún cuando los medios de comunicación se multiplican, los avances tecnológicos no dejan de asombrar y el acceso a la información es cada día más fácil, la ignorancia parece multiplicarse sin control.

    Podríamos pasar mucho tiempo buscando las razones que mantienen a la generación atrapadas en las tinieblas de la imaginación y la vanidad, pero sería tiempo desperdiciado. Tenemos algo mucho mejor que hacer, aquellos que hemos sido llamados a la luz del Señor. Dedicarnos a la luz es dedicarnos a nuestra mayor y mejor profesión. Es imposible vencer las tinieblas si la luz no se hace parte de nuestra forma de vivir. No se trata solo de entender o saber sobre la biblia, sino más bien volvernos la expresión del amor de Dios, manifestando su gobierno en todo lo que somos y hacemos.

    2° Pedro 1:19-21 dice: Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; (20) entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, (21) porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

    ¿Notamos que hay lugares oscuros en nuestros corazones? No temamos alumbrarlos, confiando en que el Señor nos conoce más que a nosotros mismos y sabe a lo que hemos sido llamados. Por momentos la ignorancia puede ser cómoda y placentera, pero el Espíritu Santo de Dios no nos dejará en esa condición, si en verdad somos portadores de una fe no fingida.

    Mi recomendación es que disponga de aquella calidad de tiempo que le permite meditar y profundizar en los párrafos de este libro. No se conforme con solo entender los conceptos, sino procure que algo en usted sea expuesto a la luz. Seguramente verá que Dios ha provisto tiempo a su favor para dedicar a los asuntos eternos y cuando invertimos bien ese tiempo, se multiplica a nuestro favor.

    PR. ABEL BALLISTRERI

    INTRODUCCIÓN

    Recién estamos saliendo de una pandemia viral, causada por el virus SARS COV-19. Esta pandemia contagiosa y altamente efectiva, tanto en enfermar como para matar, nos ha marcado a todos como generación, pero existe otro tipo de pandemia que es igualmente infecciosa y altamente mortal, que es la ignorancia.

    Siempre que se escucha la palabra ignorancia nadie se siente identificado, claro que, si le dices a alguien ignorante esa palabra es ofensiva, porque a causa de esto es que es tan exitosa esta pandemia, nadie se hace cargo y nadie quiere ser ofendido frente a magno juicio.

    Por este motivo no es mi interés ofender a nadie, pero de alguna manera es necesario que nos paremos y reconozcamos nuestra ignorancia para que, a punto de partida de este diagnóstico, podamos acercarnos al tratamiento correcto.

    Nunca la ignorancia se trata de información ni de saber mucho o poco, sino de una sola cosa: no entender cómo opera la vida de Dios en la vida del hombre.

    Es por eso que ningún hombre puede decirle a otro que es ignorante, porque tienen el mismo germen, pero Dios si puede diagnosticarlo y cuando con su amor nos enseña algo entonces su voz disipa toda ignorancia.

    Con esto no quiero decir que mis palabras van a romper la ignorancia sino solo serán el vehículo, a manera de una jeringa, para que Su vida traspase las palabras trayendo luz y sabiduría, haciendo retroceder la ignorancia acerca de Dios en las personas, en ideas preconcebidas, oídas a vuelo de pájaro, mal enseñadas o sesgadas por la religión y el humanismo.

    Solo quisiera pedirte que te dejes poner la vacuna, sentirás el pinchazo por las palabras, pero es mi anhelo que la voz de Dios sea la sustancia que te ilumine y traiga su gozo, paz y sabiduría para avanzar en todas las áreas de tu vida, como lo ha sido para mí.

    Gracias por haber adquirido este libro, quiero expresarte mi anhelo de compartirte de lo que Dios me ha dado, y me es imposible callar, por amor.

    Me siento seguro

    La seguridad es un aspecto siempre buscado por el hombre. Sentirse seguro se ha convertido en una de las necesidades básicas de todo ser humano. Esto no es por diseño sino por causa de la inseguridad que experimenta en el medio donde se encuentra. Por lo tanto, puedo decir que la seguridad es altamente determinada por el ambiente que nos rodea.

    Ahora bien, esta búsqueda de seguridad tiene un fundamento y es la vulnerabilidad, es decir sentir que cualquier cosa puede dañarnos. Esto ha sido alimentado en el hombre por las experiencias que ha vivido.

    Cuando el hombre fue expresándose en poblaciones mayores, más tecnología y sobre todo la distribución de los recursos, surgieron entonces niveles de poder que fueron puestos a prueba todo el tiempo, y aun hoy continúan, ejerciendo un efecto sistemático de daño, lográndose así un estatus humano de aparente equilibrio.

    Pensemos en el primer ser humano que se sintió inseguro, dijo con mi cuerpo no puedo defenderme, necesito un elemento que permita provocar mayor daño y que no ponga en evidencia mi debilidad, esto llevo a que se generara una búsqueda de la manera de ejercer daño y que cada vez sea más letal, manteniendo su integridad lo más protegida posible, y así llegamos al mundo que tenemos hoy.

    Por eso es que un arma de cualquier índole que sea, da esa sensación de control y de seguridad, pero al mismo tiempo oculta un sentimiento de debilidad y vulnerabilidad.

    Así es como el hombre se ha fortalecido desde afuera hacia adentro pensando que esto calmaría su sed de seguridad, pero ha demostrado que nunca ha sido suficiente. Tanto es así que no estamos seguros de absolutamente nada. Lo demostraron las bombas atómicas en Japón.

    Cuando nos acercamos a Dios, frente a este absoluto fracaso de encontrar seguridad en aspectos humanos, y Él nos dice que es nuestra fortaleza, que nada de lo que el hombre pueda hacer nos dañará, no está pretendiendo darte sensación de seguridad, sino que saques el foco de lo que quieres cuidar y te enfoques en lo que Dios cuida.

    Cuando nos damos cuenta que le damos tanto valor a algunas cosas que Dios no se lo da, entonces allí podemos entender qué es lo que Dios cuida. Lo que Él cuida, aunque atraviese momentos difíciles, tiene un dictamen de victoria asegurada.

    La seguridad depende de lo que quieras cuidar. ¿De qué te sirve ganar todo el oro del mundo y perder tu alma?, nos exhorta a poner nuestra energía y vitalidad en aquello que nadie puede robar.

    Si Dios fortalece, entonces no respondes con violencia para evitar que te lastimen, sino que respondes con vida, por eso la biblia le llama fruto, porque lo que damos no lastima, sino que alimenta, y si alimenta debe fortalecer al otro.

    La violencia nos hace más adictos a la seguridad, pero el fruto de la vida del Espíritu produce en todos los que te rodean mayor fortaleza, sustento y disfrute de lo que tienen.

    La inseguridad siempre estará gobernada por el temor, la angustia y la falta de disfrute de lo que tienes. Pero en Dios, lo poco o mucho que tienes está al servicio de fortalecer a otros y aunque parezca increíble, esto te mantiene fuerte y seguro a ti, no por lo que podrías perder, sino por lo que puedes dar.

    La comida

    Cuando tienes hambre y te ofrecen un pedazo de pan lo comes con ansias, como si fuera el mejor plato que pudieras comer.

    Este ha sido un clásico comportamiento en la vida del ser humano, está tan necesitado por la sensación profunda de falta de propósito que todo lo que venga con un poco de alivio, alegría o disfrute lo come como si fuera su última comida.

    Todo sistema humano está basado en este principio, por eso es que son tan efectivos los sistemas de este mundo para conquistar el corazón del hombre, le ofrecen un alivio inmediato, aunque temporal, de esta necesidad imperiosa de suplir sus deseos más profundos. El asunto es que una vez que terminas de consumir lo que te ofrece vuelves a sentirte vacío, y quieres más, y allí está una forma de esclavitud en pensamientos, filosofías y formas de decidir como enfrentar la vida.

    Por lo tanto, no bastará con solo un poco, siempre querremos más y más, y es así como el alma y la carne se vuelven cada vez más

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