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Entre la lectura, la escritura y la educación: Paradigmas de investigación en Didáctica de la Literatura y la Lengua
Entre la lectura, la escritura y la educación: Paradigmas de investigación en Didáctica de la Literatura y la Lengua
Entre la lectura, la escritura y la educación: Paradigmas de investigación en Didáctica de la Literatura y la Lengua
Libro electrónico532 páginas16 horas

Entre la lectura, la escritura y la educación: Paradigmas de investigación en Didáctica de la Literatura y la Lengua

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Se cumplen ahora 30 años de la fundación de la Sociedad Española de Didáctica de la Lengua y la Literatura (SEDLL), vinculados a la disciplina y a su profesorado e investigadores. La efeméride representa un hito en el trayecto vital de la entidad y constituye un espacio idóneo para la reflexión, la revisión en profundidad de la historia del área, la cartografía de su situación actual a partir de sus retos y objetivos, y la reflexión en torno a sus perspectivas de futuro con las sociedades contemporáneas.
El presente volumen responde por tanto, a la necesidad de ofrecer un texto de referencia para investigadores y profesorado de didáctica de las literaturas y las lenguas (DLL). De acuerdo con esta finalidad se ha reunido a un destacado número de expertos que desde su dilatada trayectoria han contribuido a la consolidación de la disciplina y han inaugurado líneas de trabajo para las investigaciones de los años venideros.
A través de esta monografía se facilita el acceso a voces relevantes, dispersas hasta ahora en las diferentes vías de difusión de la investigación, desde las que aproximarse a las temáticas y ejes centrales en DLL, pero también se efectúa un certero diagnóstico de la disciplina en el momento actual mediante la fructífera combinación entre la mirada histórica y la reflexión crítica en forma de revisión de sus finalidades, líneas de investigación y retos a los que dar respuesta.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento29 abr 2021
ISBN9788427727823
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    Entre la lectura, la escritura y la educación - Narcea Ediciones

    bibliográficas

    PRESENTACIÓN

    Un cinco de diciembre de 1990, en la antigua Escuela Universitaria de Magisterio de Sevilla, se funda la Sociedad Española de Didáctica de la Lengua y la Literatura, por lo que en el momento de publicación de estas páginas cumple 30 años de historia, vinculados a la disciplina y a su profesorado e investigadores. Sin embargo, el reconocimiento del área de Didáctica de la Lengua y la Literatura no será tan longevo, pues se plasma en el Real Decreto 18888/1984 de 25 de septiembre, publicado en el Boletín Oficial del Estado de 26 de octubre de 1984.

    Además de felicitarnos por la conmemoración de tan señalada fecha y aprovechar la ocasión para ofrecer valoraciones en torno a la velocidad del paso del tiempo en sus tres decenios de vida o, en función de la percepción del transcurso de este periodo y de su comparación con las fechas fundacionales de otras disciplinas, calificaciones relativas a su juventud o madurez, la efeméride representa un hito en el trayecto vital de la entidad y, por tanto, constituye un espacio idóneo para la reflexión, la revisión en profundidad de la historia del área, la cartografía de su situación actual a partir de sus retos, objetivos y líneas de trabajo y la reflexión en torno a sus perspectivas de futuro y compromisos con las sociedades contemporáneas.

    No pretendemos con las fechas anteriores esbozar una caracterización del área de conocimiento centrada en la adscripción a una etapa vital del ser humano como juventud o adolescencia, sino subrayar la conveniencia del momento actual para cartografiar el itinerario recorrido hasta nuestros días desde una perspectiva crítica y plural que nos permita el doble objetivo de incentivar el desarrollo del conocimiento en la disciplina e inaugurar líneas de trabajo, investigación e innovación.

    Uno de los referentes más destacados en este sentido, Antonio Mendoza, expresidente de SEDLL y exdirector de su revista, Lenguaje y Textos, se enfrentó a una tarea similar en otro momento histórico que culminó en 1998 con la publicación de Conceptos clave en didáctica de la lengua y la literatura. Pese al anuncio del título, el libro no responde a un diccionario de términos de referencia, sino que trasciende ese marco a través de una estructura de 26 capítulos de diferente extensión en los que distintos investigadores destacados trazan un completo panorama del estado del área, sus preocupaciones y líneas de trabajo. A nuestro juicio, la obra ha envejecido extraordinariamente bien, pues constituye todavía un punto de partida clave para el lector que desea profundizar en el área de didáctica de la lengua y la literatura, más allá de las recopilaciones ofrecidas por los diferentes manuales.

    Sin embargo, obviamente, el área no es la misma en 1998 que en 2020. Por este motivo, el volumen que el lector ahora tiene en sus manos pretende seguir la estela marcada por Mendoza y actualizar sus líneas y conceptos clave a nuestros días. Sin perder, por supuesto, el hilo conector entre las finalidades, retos e inquietudes del área en cada uno de los momentos socio históricos, hereda además el testigo de esta obra fundacional en cuanto a la necesaria implicación del lector para obtener la visión general del mosaico a través de la interacción entre las diferentes teselas que las voces seleccionadas suponen.

    El objetivo por tanto de estas páginas no radica en sumar diferentes contribuciones sin relación entre sí a manera de miscelánea o de un compendio producido tras la celebración de un evento académico con distintas aportaciones, sino en generar un texto de referencia para investigadores y profesorado de didáctica de las lenguas y las literaturas que, al igual que el coordinado por Mendoza, permita su revisión décadas después sin haber perdido su vigencia. De acuerdo con esta finalidad se ha invitado a diferentes expertos; profesorado e investigadores con decenios de experiencia en didáctica de la lengua y la literatura y con méritos reconocidos a través de las agencias de acreditación pertinentes, así como voces no necesariamente adscritas al área pero que han contribuido decisivamente a su afianzamiento y apuntan futuras directrices de trabajo.

    Como coordinadores hemos intentado huir del dirigismo a la hora de plantear determinadas temáticas, como también del adoctrinamiento encubierto del lector a través de la elección de una única voz investigadora para abordar temas de creciente complejidad. Desde nuestra óptica, el lector competente requiere de diferentes perspectivas para la conformación de su propio juicio, por lo que se le ha intentado brindar una aproximación plural a aspectos clave por parte de algunos de los autores más representativos en cada una de las temáticas. Si bien debido a las circunstancias sanitarias vigentes durante distintos periodos de preparación de este libro, no están todas las voces que en un principio se pensaron, el elenco de autores finalmente configurado esboza una destacada nómina de expertos que no había sido reunido con anterioridad en un estudio de estas características.

    El lector modelo de este volumen contempla diferentes perfiles entre los que, sin duda, destaca el profesorado dedicado a la enseñanza de las lenguas y las literaturas de los diferentes niveles educativos, pero también los investigadores e interesados en la de la disciplina. Nos referimos tanto al alumnado que cursa algún máster específico del área, como al investigador que tiene su primer contacto con alguna de sus temáticas propias o al profesorado que desemboca por primera vez en Didáctica de la Lengua y la Literatura gracias a un concurso universitario y no conoce sus opciones para desarrollar su trayectoria profesional en ella. Para todos estos perfiles la presente monografía ofrece un paso más que algunos de los textos consultados durante el grado universitario, pues no solo facilita el acceso a voces destacadas de otro modo dispersas en las diferentes fuentes de transferencia de la investigación, sino que permite aproximarse a temáticas centrales en didáctica de la literatura y de la lengua y trasciende esa primera caracterización del libro específico en torno a un concepto, desarrollado a través de sucesivos capítulos. Del mismo modo, también ofrece una aproximación rigurosa al recién llegado de otra disciplina en forma de panorama crítico que le permite conocer todo el abanico de posibilidades que en forma de líneas de investigación en curso y retos a los que dar respuesta se despliega en él.

    De acuerdo con una estructura tripartita, Entre la lectura, la escritura y la educación. Paradigmas de investigación en didáctica de la literatura y la lengua, presenta tres grandes ejes temáticos. En el primero, Horizontes y espacios de la educación literaria y lingüística, compuesto por cinco aportaciones a través de las que se recorren las bases fundacionales del área, se traza un panorama histórico que desemboca en una radiografía de su situación en la universidad pública y se apuntan algunos de los problemas y las líneas actuales de investigación. Inauguran la sección Josep Ballester-Roca y Noelia Ibarra-Rius (Universitat de València) a través de una rigurosa aproximación a la identidad, finalidad y rasgos caracterizadores de la investigación del área de didáctica de las lenguas como pilar fundacional del volumen, en la que se fusiona la perspectiva histórica, con la mirada crítica contemporánea y el diálogo con numerosas fuentes que han contribuido a la consolidación y desarrollo de la disciplina. A continuación, Gabriel Núñez (Universidad de Almería) opta por la visión histórica para abordar los problemas de la formación de las Escuelas Normales y sus profesionales y apunta las condiciones necesarias para la creación de centros específicos de formación de maestros y la modernización de la primera enseñanza.

    Por su parte, Consol Aguilar Ródenas (Universitat Jaume I) radiografía de forma certera el estado actual de la disciplina en la universidad pública a través de sus departamentos y denominaciones, su profesorado y su adscripción a las diferentes categorías contractuales, las publicaciones científicas, los grupos de investigación, así como las líneas e intereses preferentes de investigación, entre otros ejes de análisis. A través de su itinerario personal en la lectoescritura, Daniel Cassany (Universitat Pompeu Fabra) desglosa los temas de interés de cada momento, los términos empleados o los giros epistemológicos preferidos, así como la progresiva extensión del campo de estudio para desembocar en la alfabetización y la invitación al debate en torno a las preguntas de investigación más relevantes, las metodologías idóneas o los procedimientos de investigación. Cierran este primer bloque Xosé Antón González Riaño y Alberto Fernández Costales (Universidad de Oviedo) con una interesante aproximación a la investigación e innovación educativa y su aplicación al área de didáctica de la lengua y la literatura y los problemas derivados de una errónea comprensión de estos términos en la disciplina.

    En la segunda sección, Alfabetizaciones lingüísticas, comunicativas y mediáticas, seis contribuciones se centran en la alfabetización desde una perspectiva amplia que permite incorporar la reflexión en torno a la educación plurilingüe e intercultural, así como los retos de las tecnologías de la información y la comunicación en la denominada era transmedia. Como apertura de esta sección Anna Camps (Universitat Autònoma de Barcelona) se pregunta por el lugar de la enseñanza de la gramática y señala la necesidad de repensarla a partir de una clarificadora síntesis de sus fundamentos. En segundo lugar, Amando López Valero y Eduardo Encabo (Universidad de Murcia) se interrogan en torno al sentido del área de didáctica de la lengua y la literatura y apuntan su perspectiva fundamentada sobre lo que debe ser, cómo debe desarrollarse y los colectivos a los que debe afectar, a través del trayecto va de la competencia lingüística a la competencia comunicativa. Tras esta declaración de intenciones, María Amor Pérez Rodríguez (Universidad de Huelva) esboza el reto del profesorado en cuanto al desarrollo de la competencia comunicativa en el actual escenario contemporáneo, marcado por la primacía de las imágenes, la abundancia de información y la dependencia de lo mediático y tecnológico, y señala los vínculos entre la competencia lingüística y digital como básicas para el desarrollo de la alfabetización en el siglo XXI.

    Prosiguen Juli Palou Sangrà y Montserrat Fons Esteve (Universitat de Barcelona) con una personal aportación sobre la educación plurilingüe e intercultural y defienden la necesidad de un cambio de paradigma en el aprendizaje de las lenguas a través de un completo estudio de caso. Después, Montserrat Casanovas Català (Universitat de Lleida) reflexiona sobre algunos de los elementos transformadores de la tecnología en los procesos de lectura y escritura académica del alumnado universitario y subraya la función de la didáctica de las lenguas y las literaturas en la necesaria adquisición de las nuevas competencias derivadas de ellos. Por último, Jasone Cenoz (Universidad del País Vasco) parte de la noción de competencia comunicativa y sus dimensiones para centrarse en el análisis del enfoque plurilingüe y la competencia plurilingüe como una profunda transformación en la teoría y práctica de la lingüística aplicada y la didáctica de las lenguas.

    Finalmente, la tercera de las secciones, De la competencia lectora a la educación literaria, clausura la reflexión con cinco aportaciones desde las que se examinan las distintas opciones, compromisos y problemas en la formación de lectores y se apuntan líneas de investigación e innovación futuras para el área. Desde la personal voz que la fusión de experiencia, vivencia y reflexión constituyen, Gloria García Rivera y Eloy Martos Núñez (Universidad de Extremadura) describen el recorrido histórico de la enseñanza de la literatura y su profesorado en España al compás de la revisión de sus respectivos paradigmas y autores de referencia para desembocar en la transición que la educación literaria constituye, y abogan por el redescubrimiento de todos los territorios posibles de la lectura y la literatura como vía para potenciar el necesario compromiso social que la disciplina supone.

    A continuación, Josep Ballester-Roca y Noelia Ibarra-Rius (Universitat de València) apuntalan las bases de la educación literaria contemporánea y construyen para su lector un caleidoscopio crítico de sus principales ámbitos de investigación e innovación a partir de un personal esbozo de las posibilidades metodológicas y didácticas por las que se ha adentrado la disciplina y en las que puede transitar en los días venideros. De la función y evolución de la literatura infantil y juvenil en la formación de lectores se ocupan con detalle Santiago Yubero y Sandra Sánchez García y Elisa Larrañaga (Universidad de Castilla-La Mancha. CEPLI) mediante un atractivo recorrido histórico por la disciplina en España que llega hasta las lecturas y lectores del siglo XXI y defiende la necesidad de seguir trabajando para que la LIJ tenga un papel destacado en la formación del profesorado. En esta línea de revisión de la educación literaria en paralelo a los cambios sociales acontecidos, Mar Campos Fernández Fígares (Universidad de Almería) aboga por las corrientes ecológicas y el trabajo interdisciplinar en educación literaria como muestra destacada de su compromiso con el entorno. Por último, las palabras de Antonio Díez Mediavilla (Universitat d’Alacant) cierran el volumen con una particular aproximación a la enseñanza de la lectura y la utilidad didáctica de la ley de la frontera en este aprendizaje.

    Una vez presentadas de forma breve las diferentes aportaciones que componen esta obra, animamos a su lector a adentrarse en cada una de ellas no sin antes reiterar nuestro agradecimiento a todos los especialistas que han participado, por su interés e implicación en el desarrollo de sus aportaciones, pese a las adversas circunstancias personales y colectivas, consecuencia de la pandemia de la COVID-19 y la sobrecarga de trabajo en un contexto lleno de incertidumbres. Esperamos que su compromiso se vea recompensado con esta especial forma de celebrar de una forma reflexiva y crítica el 30 aniversario de la Sociedad Española de Didáctica de la Lengua y la Literatura y que la obra se convierta en un texto de referencia para todos, profesorado y especialistas en didáctica de las lenguas y las literaturas.

    Noelia Ibarra-Rius

    Josep Ballester-Roca

    SECCIÓN 1

    HORIZONTES Y ESPACIOS

    DE LA EDUCACIÓN LITERARIA

    Y LINGÜÍSTICA

    1

    El área de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Identidad e investigación

    Josep Ballester-Roca y Noelia Ibarra-Rius

    Esta obra intenta ser un ejercicio de pensamiento crítico y de reflexión sobre el ámbito de la educación literaria y lingüística. La Sociedad Española de la Lengua y la Literatura (SEDLL) se funda un cinco de diciembre de 1990 en la antigua Escuela Universitaria de Magisterio de Sevilla. Por tanto, este año celebramos un aniversario importante, una significativa efeméride que supone una excelente oportunidad para repensar la entidad que recoge al profesorado e investigadoras e investigadores del área de las lenguas y las literaturas en los diferentes niveles educativos, pero también para meditar, reflexionar y actualizar la Didáctica de la Lengua y la Literatura, sus líneas de trabajo e investigación actuales y las futuras, puesto que deberán dar respuesta a las exigencias y a los retos educativos de la sociedad actual y de los próximos años.

    El área de conocimiento de Didáctica de la Lengua y la Literatura se crea en 1984 (Real Decreto 18888/1984 de 25 de septiembre, publicado en el BOE de 26 de octubre de 1984). Se introduce en el Catálogo del Consejo de Universidades publicado en el citado BOE que incluye nuevas áreas científicas, entre las que se encuentra la nuestra. En relación a su creación Isidoro González (2002: 8) destaca:

    De esta manera se inicia desde un punto de vista institucional y formal nuestra área de conocimiento. Entre otras consecuencias, su nacimiento provoca una transformación radical en los modelos de formación literaria y lingüística de la enseñanza en todos los niveles del sistema educativo español. Guillén (2012) señala, entre otros, como logros inmediatos de la existencia de la nueva disciplina científica los siguientes:

    La aparición de departamentos con la denominación del área o que integran a esta dentro de estructuras más amplias.

    Los concursos-oposición a plazas de los diversos cuerpos de profesorado del área en relación con las diferentes lenguas presentes en el sistema educativo (español, gallego, catalán, euskera, francés, inglés, etc.).

    La vinculación y dependencia del área de un conjunto de asignaturas especialmente en las titulaciones de maestro, en los programas de doctorado, los cursos de posgrado, de especialización.

    La creación en 1990 de la Sociedad Española de Didáctica de la Lengua y la Literatura, integrada por profesorado de literaturas y de lenguas de todos los niveles educativos y que ha desarrollado desde entonces una incesante labor de dignificación científica en nuestro ámbito.

    La organización de reuniones académicas (congresos, simposios nacionales e internacionales, jornadas, conferencias, etc.) muchas de ellas, llevadas a cabo, por la SEDLL.

    La aparición de revistas científicas como Lenguaje y Textos, creada en 1991 por la SEDLL; Signos, adscrita al CPR de Gijón durante el periodo 1990-1997; Didáctica. Lengua y Literatura, auspiciada por la Universidad Complutense de Madrid en 1993, o Porta Linguarum, editada por la Universidad de Granada desde el año 2004. Además de otras muchas de importante impacto dentro del área como Textosde Didáctica de la Lengua y la Literatura o Articles. Didàctica de la Llengua i de la Literatura (surgidas ambas en 1994 por iniciativa de la editorial Graó); Ocnos. Revista de estudios sobre lectura, bajo el auspicio del Cepli y de la Universidad de Castilla-La Mancha desde 2005; Tejuelo, editada desde 2008 en la Universidad de Extremadura; Bellaterra. Journal of Teaching&Learning Language&Literature desde 2009 en la Universitat Autònoma de Barcelona; Álabe. Revista de investigación sobre lectura y escritura creada en 2010 desde la Red Internacional de Universidades Lectoras o El Guiniguada. Revista de investigaciones y experiencias en Ciencias de la Educación, que desde 1984, año de su inicio en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria ha dedicado una parte no poco considerable a temáticas de nuestra disciplina.

    Una importante producción de investigación y de innovación con un amplio abanico de líneas y paradigmas de trabajo dentro de nuestra área científica.

    En estas casi cuatro décadas de existencia a nivel formal y universitario, la Didáctica de la Lengua y la Literatura ha tenido mucho que decir y que aportar en la enseñanza-aprendizaje de las lenguas y las literaturas. Y ahora, para el presente más inmediato, en plena época Covid, y para el futuro deberá marcar el camino a seguir con su profunda vocación no solo educativa, sino en cuanto a la evolución del saber que genera nuestra disciplina. No olvidemos que enseñar y aprender lengua y literatura no solo supone saber, también implica saber hacer.

    En un libro sobre la educación lectora, lingüística y literaria, resulta imprescindible inaugurar sus páginas desde la reflexión en torno a la delimitación de la disciplina, propia de su área de conocimiento. En sentido estricto, el concepto de didáctica de... alude al ámbito de la enseñanza-aprendizaje de un determinado saber: se circunscribe al hecho de enseñar-aprender unas materias o habilidades concretas y también al hecho de aprenderlas o de incorporarlas a los conocimientos y competencias ya adquiridas.

    La didáctica de las lenguas y las literaturas nació, en un principio, para tratar problemas de enseñanza y de aprendizaje de las lenguas extranjeras vivas. De hecho, desde esta perspectiva, existía de forma implícita desde el siglo XVI, recordemos Comenius en el capítulo XXII que dedica a la enseñanza de las lenguas en su célebre Didactica Magna. Pero es solo a partir de la segunda mitad del siglo XX se explícita y comienza a emplearse la denominación didáctica de las lenguas con una cierta asiduidad. El éxito del término y la extraordinaria rapidez en su difusión y en la generalización de su uso pueden explicarse en el contexto de la enseñanza de lenguas en el periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, caracterizado entre otros aspectos, por el despliegue de nuevas metodologías de enseñanza (Bronckart y Schenewly, 1991).

    Recordemos que hasta el año 1971 no se introdujo la denominación de didáctica de la literatura y la lengua en las Escuelas de Magisterio, aunque bajo este sintagma se continuó, en no pocas ocasiones, explicando literatura y lengua como disciplinas filológicas durante un periodo más extenso del que nos gustaría consignar en estas líneas. La publicación del primer manual no se dará hasta el año 1979, obra de Romera Castillo, en el que se recoge una orientación comunicativa que la vincula con varias disciplinas con las que tiene relación. Años después, en 1984 se convertirá en un área de conocimiento de la universidad española, tal como hemos apuntado. Todos estos acontecimientos tuvieron lugar después del denominado periodo precientífico que para Coste (1994), se cierra con las aportaciones fundamentales, en la década de los 70 del siglo pasado, de Peytard y Genouvrier (1970), Hymes (1972), Krashen (1973), Galisson (1977), Halliday (1978), Coste (1978), Widdowson (1978) o Bronckart y Besson (1978) entre otros, que muestran y definen un horizonte más preciso de la Didáctica de la Lengua y la Literatura con las intervenciones y transposiciones didácticas apuntadas por Chevallard (1985):

    A continuación, nos adentraremos en la delimitación de la didáctica las literaturas y las lenguas, a partir de algunas aportaciones clave que han contribuido a su concreción. Así, mediante básicamente Galisson (1986) y (1995), Álvarez Méndez (1987), Camps (1993), Bronckart y Shneuwly (1991), Garcia Rivera (1995), Mendoza, López Valero y Martos (1996), López Valero (1997), Colomer (1998), Mendoza (1998), Ballester (1999 y 2015), Mendoza y Cantero (2003), Prado (2004) Chiss, David y Reuter (2005), Cerrillo (2007), Dolz, Gagnon y Mosquera (2009), Guillén (2012), Lomas (2015) o Palau y Fons (2016a y 2016b) o Aguilar (2016 y 2017) efectuaremos un breve repaso de las principales formulaciones en torno al origen, objeto, contexto y finalidades de la disciplina.

    En un primer momento, resultará fundamental comenzar por el esbozo del camino recorrido, para a continuación, poder apuntar el trayecto por el que deberíamos avanzar en la disciplina. Recordemos no obstante, que los límites y las redefiniciones se han ido modificando y continuarán cambiando debido a la influencia de las transformaciones sociales y educativas, como también los avances científicos de nuestra área de acción y los avances de las diferentes disciplinas de referencia. No olvidemos que como sucede en toda ciencia viva y activa es necesario revisar las bases de sus paradigmas de manera constante y eficaz para poder dar respuesta a los retos que nos marca la realidad en cada momento.

    Así, de acuerdo con Galisson (1995) debemos distinguir tres etapas. Una primera donde la disciplina dependía directamente de la lingüística y cuyo objetivo esencial radicaba en tratar de responder a las cuestiones ¿qué? y ¿cómo? En una segunda fase penetran con fuerza la psicología y las teorías del aprendizaje, por lo que todavía podemos considerarla como lingüística aplicada, aunque a las dos cuestiones anteriores había que añadir una preocupación metodológica. En la última fase, el conjunto de disciplinas de las ciencias del lenguaje y de la literatura, psicológicas y de la educación fomenta una didáctica de la literatura y de la lengua que intenta responder a los interrogantes: ¿por qué enseñar lengua y literatura?, ¿qué enseñar?, ¿a quién?, ¿cómo? y ¿dónde y cuándo?

    El carácter de disciplina de confluencia por el que destaca nuestra área permite que a menudo enlace con otras disciplinas, pero esta característica no desdibuja ni su independencia ni su fundamentación teórica ni científica. Bailey et al. (1991) nos muestra algunas de las líneas esenciales de orientación a seguir en la investigación en didáctica de la lengua y la literatura. Entre otras, destaca la necesidad de interconexión entre la teoría, la orientación investigadora y el avance teórico-práctico de la enseñanza. En cuanto a la temática investigadora, menciona los aspectos lingüísticos de la enseñanza, los aspectos pragmáticos de la literatura y de la lengua (uso, discurso y recepción), y los aspectos cognitivos del aprendizaje y sus procesos. Y, entre los prioritarios, señala: a) estudios de adquisición de dominios comunicativos, desde una perspectiva cultural y pragmática; b) necesidades de aprendizaje; y c) rol del profesorado. Todo este trasfondo, tanto metodológico como científico, justificaría la aplicación didáctica.

    Recordemos que todos los trabajos de investigación tendrán como finalidad última unos modelos y unas propuestas para la aplicación en el aula. Como disciplina de intervención, los avances que se produzcan revertirán en aspectos concretos del desarrollo de la actividad docente. Sin descuidar la relevancia de tener una concepción característica del aula de literatura y de lengua:

    Así, la didáctica de las literaturas y de las lenguas constituye una disciplina que elabora los principios teóricos indispensables para la resolución efectiva de los aspectos relacionados con los objetivos, los contenidos, la metodología, los medios, las actividades y la evaluación de la enseñanza-aprendizaje de la lengua y la literatura en los diferentes niveles educativos (Álvarez Méndez, 2007). No obstante, sin olvidar, entre otros aspectos, los condicionantes de contexto en todos los niveles que se producen en el desarrollo de la adquisición comunicativa de cualquier ser humano.

    El marco epistemológico en el que se desenvuelve nuestra disciplina realmente resulta complejo por su ámbito de intersección entre varias disciplinas. Estas conexiones y correlaciones las mantiene con dos grandes bloques científicos: por una parte, la Lingüística, la Pragmática y los Estudios literarios (Teoría, Crítica, Historia y Comparatismo literarios) y, por otra parte, las Ciencias de la Educación y la Psicología pedagógica. Del contraste surge la especificidad de la didáctica de la lengua y la literatura.

    El espacio de nuestra disciplina se configura como un ámbito de intervención en los procedimientos de enseñanza-aprendizaje, partiendo de los condicionantes que regulan la adquisición del dominio comunicativo. La estabilización del concepto de didáctica de la literatura y de la lengua se produce paralelamente al abandono progresivo de las diferentes formas de lingüística o de psicología aplicada a la educación. Además, para Bronckart y Scheneuwly (1991) el mencionado abandono, consumado a comienzos de los años ochenta del siglo XX, coincide con la introducción del concepto de didáctica en el campo de la enseñanza de la lengua materna.

    De acuerdo con Álvarez Méndez (1987), nuestra disciplina es una didáctica específica, que elabora los principios teóricos para la resolución de los aspectos relacionados con los objetivos, los contenidos, los métodos, los medios y la evaluación de la enseñanza y del aprendizaje de la lengua y la literatura en los diversos niveles educativos. De una manera especial, la función del docente tiene como tarea fundamental establecer los nexos entre los contenidos lingüísticos que deben ser enseñados y las estructuras cognitivas del alumnado que deben ser enseñadas.

    Para Camps y Milian (1990), el espacio de la didáctica de la lengua y la literatura se configura, en primer lugar, como un espacio de acción sobre los procedimientos de enseñanza y de formación que nace como respuesta a los deseos de eficacia o de rentabilidad pedagógica –que pueden ser de grados diversos en función de la importancia que se otorga en el tejido social a los saberes o a las habilidades adquiridas–. En segundo lugar, es un espacio de integración de las disciplinas que aluden a lo que se enseña y al hecho de enseñar. En realidad, el área de la didáctica de las literaturas y de las lenguas se configura como un espacio de interrelación de varios campos, pero no como una suma de sus aportaciones, sino como un espacio de transformación de los datos proporcionados desde estos ámbitos para cumplir con su objetivo esencial: la eficacia.

    En este sentido, Camps y Milian (1990) representan los marcos de referencia de la didáctica de la lengua y la literatura en cuatro grandes ámbitos: marco epistemológico, marco socio-cultural, marco educacional y marco individual. En consecuencia, se trata de delimitar el espacio de la didáctica de las lenguas y de las literaturas de forma que no se reduzca a la simple aplicación de algunas de las disciplinas referidas y que tampoco se defina solamente como un punto de encuentro de estas. Hay que añadir al carácter transversal, transmisor e instrumental de nuestra disciplina un carácter fundamentalmente dinamizador en todos sus ámbitos.

    Nos gustaría dejar muy patente que la educación literaria y lingüística obligatoria debería ir encaminada al dominio expresivo, comprensivo y productivo de los mecanismos verbales y no verbales de la comunicación humana, y esta competencia repercutirá en el desarrollo posterior del conocimiento del individuo en el significado más amplio de la palabra. En este sentido, reproducimos unas ilustradoras palabras de Lomas (1996: 14):

    Aunque parece una idea obvia, los investigadores que en los últimos años se han ocupado del tema coinciden en señalar que el campo de la didáctica de las lenguas se configura por los tres elementos que componen el triángulo de la interacción didáctica: "la enseñanza y el aprendizaje de la lengua y de la literatura".

    Para Bronckart y Scheneuwly (1991) la intervención en la didáctica de la literatura y la lengua se debe desplegar en tres fases:

    La identificación y conceptualización de los problemas.

    El análisis de las condiciones de la intervención didáctica, que debe considerar:

    a) Las concepciones sobre la disciplina como fruto de la historia de su enseñanza.

    b) El contexto institucional y material.

    c) La detección de las necesidades de formación del profesorado.

    La elaboración de propuestas didácticas.

    Los autores mencionados subrayan que la investigación en este campo parte, en general, de la constatación de algún problema o insuficiencia en las relaciones de enseñanza-aprendizaje de la lengua en situación escolar y de la elaboración de propuestas que, a modo de hipótesis, se puedan poner en marcha para resolver el problema planteado.

    El carácter de disciplina de confluencia de la didáctica de la lengua y de la literatura provoca con frecuencia que sus límites se aproximen a los de otras disciplinas; pero su investigación específica permite perfilarla en su máxima autonomía y especificidad, fomentar los aspectos teóricos y elaborar la construcción científica del conocimiento, así como también motivar la evolución y el perfeccionamiento. (Mendoza, López Valero y Martos, 1996)¹.

    Por otro lado, hay que señalar que las investigaciones en didáctica de las lenguas y las literaturas se realizan, cada vez más, en las situaciones reales de enseñanza-aprendizaje, es decir, en el contexto escolar. Estos trabajos disponen así de un amplio campo de referencia y explican los resultados obtenidos a partir del conocimiento de la lengua empleada en el aula, de las interacciones entre los participantes, de la especificidad del contexto en el que se producen los textos, de las expectativas sociales. En otros términos, se trata de estudiar directamente y en su marco real las realizaciones didácticas. Esta premisa exige métodos de investigación que permitan desentrañar la complejidad del sistema didáctico en funcionamiento; en este sentido, determinados instrumentos metodológicos desarrollados por otras disciplinas pueden gozar de una cierta influencia y ofrecer su cota de ayuda, sin embargo, resulta evidente que el marco epistemológico que posibilita la explicación de los resultados obtenidos no puede considerarse, en modo alguno, exclusivo de estas disciplinas y que, además, encuentra su especificidad justamente en la compleja red de interrelaciones que existen en el sistema didáctico (Camps, 1993).

    En consecuencia, siguiendo a Camps, el análisis de la práctica docente en toda su complejidad debe constituir el punto de partida para la elaboración de una teoría de la acción didáctica y una metodología de investigación que no se limite a tomar como referencia una suma de disciplinas más o menos interconectadas, pues no sólo significa una disciplina de intervención restringida a la ampliación del saber de los alumnos, sino que también implica la modificación de su comportamiento comunicativo y, por tanto, social.

    Además, tiene por objeto revisar los planteamientos teóricos, seleccionar y organizar contenidos, establecer objetivos en relación con unos métodos y unas orientaciones técnico-teóricas sobre la singularidad del aprendizaje de lengua y literatura, y, consecuentemente, proceder a la distribución de la materia en bloques o unidades que sean asimilables por el alumnado, por lo que también deberá ocuparse de cómo elaborar y valorar las actividades previstas para conseguir los objetivos generales y particulares. (Hymes, 1984 y 2004).

    En cuanto al concepto y al objeto de la didáctica de la literatura y de la lengua podemos citar los diferentes autores y trabajos ya mencionados hasta ahora, pues todos ellos exhiben concomitancias en sus delimitaciones del objeto en torno a la intervención en la identificación de los problemas relacionados con la enseñanza-aprendizaje de la lengua y la literatura, a partir de la investigación, como también mediante la presentación de propuestas válidas para su mejora desde el análisis de todos los condicionantes implicados en el proceso didáctico.

    A grandes rasgos, todos apuntan el hecho de encontrarnos ante un área de conocimiento esencialmente interdisciplinar, de intersección, en la que la atención se centra en los procesos, ya sean estos comunicativos y literarios, cognitivos, de desarrollo o de adecuación, puesto que la finalidad esencial radica en la intervención, formar hablantes competentes y lectores eficaces, buenos redactores, individuos plenamente desarrollados y capaces de relacionarse con los demás en palabras de Mendoza y Cantero (2003: 11-13).

    La definición extensiva de estos autores se matiza y completa mediante

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