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Cómo experimentar el perdón: Disfrute la paz de dar y recibir gracia
Cómo experimentar el perdón: Disfrute la paz de dar y recibir gracia
Cómo experimentar el perdón: Disfrute la paz de dar y recibir gracia
Libro electrónico158 páginas2 horas

Cómo experimentar el perdón: Disfrute la paz de dar y recibir gracia

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Como parte de La Serie Estudios Bíblicos de Charles F. Stanley, Cómo experimentar el perdón se enfoca en cómo encontrar la libertad que viene con el perdón.

Dios quiere que experimentemos su completo perdón y la libertad de abrazar todas las bendiciones, desafíos y alegrías que tiene para nosotros, tanto ahora como en el futuro. Desafortunadamente, muchos de nosotros vivimos en la esclavitud de la culpa y la falta de perdón que sofocan nuestra capacidad de amar y recibir amor.

En Cómo experimentar el perdón, el doctor Charles Stanley identifica los componentes del perdón y nos enseña cómo:

  • Perdonar a los demás
  • Aceptar el perdón de Dios de nuestros pecados
  • Encontrar la libertad y las bendiciones de una vida plena y abundante

La Serie Estudios Bíblicos de Charles F. Stanley es un enfoque único para el estudio bíblico, que incorpora la verdad bíblica, las perspectivas personales, las respuestas emocionales y un llamado a la acción. Cada estudio se basa en los muchos años que el doctor Stanley ha enseñado los principios rectores que se encuentran en la Palabra de Dios, mostrando cómo podemos aplicarlos de manera práctica a cada situación que enfrentamos.

Experiencing Forgiveness

God wants us to experience His complete forgiveness and the freedom to embrace all of the blessings, challenges, and joys that He has for us–both now and in our future. Unfortunately, many of us live in bondage to guilt and unforgiveness that stifle our ability to love and receive love. In Experiencing Forgiveness, Dr. Charles Stanley identifies the components of forgiveness and teaches us how to forgive others, accept God’s forgiveness of sins, and find the freedom and blessings of a full and abundant life.

The Charles F. Stanley Bible Study Series is a unique approach to Bible study, incorporating biblical truth, personal insights, emotional responses, and a call to action. Each study draws on Dr. Stanley’s many years of teaching the guiding principles found in God’s Word, showing how we can apply them in practical ways to every situation we face.

IdiomaEspañol
EditorialThomas Nelson
Fecha de lanzamiento4 may 2021
ISBN9781400221660
Cómo experimentar el perdón: Disfrute la paz de dar y recibir gracia
Autor

Charles F. Stanley

Dr. Charles F. Stanley was the founder of In Touch Ministries and pastor emeritus of First Baptist Church Atlanta, Georgia, where he served more than fifty years. He was also a New York Times bestselling author of more than seventy books. Until his death in 2023, Dr. Stanley’s mission was to get the gospel to “as many people as possible, as quickly as possible, as clearly as possible, as irresistibly as possible, through the power of the Holy Spirit to the glory of God.” This is a calling that In Touch Ministries continues to pursue by transmitting his teachings as widely and effectively as possible. Dr. Stanley’s messages can be heard daily on In Touch with Dr. Charles Stanley broadcasts on television, radio, and satellite networks and stations around the world; on the internet at intouch.org and through In Touch+; and via the In Touch Messenger Lab. Excerpts from Dr. Stanley’s inspiring messages are also published in the award-winning In Touch devotional magazine.

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    Cómo experimentar el perdón - Charles F. Stanley

    INTRODUCCIÓN

    PERSPECTIVA DE DIOS SOBRE EL PERDÓN

    Cada uno de nosotros tiene una perspectiva sobre el mundo y la vida: una manera de ver las cosas, de juzgarlas, de mantenerlas en nuestros recuerdos. Debemos reconocer que nuestra perspectiva es algo que hemos aprendido, y que podríamos haber adoptado un entendimiento erróneo de ciertas cosas.

    En mis años de ministerio he descubierto que una perspectiva equivocada es muy común cuando se trata del perdón. Muchos de nosotros tenemos conceptos erróneos sobre por qué Dios nos perdona, a quién perdona, qué significa ser perdonados, cómo debemos ser perdonados, cómo debemos perdonarnos y cómo perdonar a los demás.

    Para obtener la perspectiva correcta sobre el perdón debemos ir a la Palabra de Dios y permanecer en ella. La Biblia es la principal comunicación de Dios hacia nosotros sobre este tema. Es la referencia a la cual debemos regresar continuamente con el fin de comparar lo que ocurre en nosotros con lo que debería estar sucediéndonos. Nuestra perspectiva es equivocada cada vez que no corresponde con la verdad eterna de Dios.

    Esta obra puede usarla usted solo y con varias personas en un estudio de grupo pequeño. En diferentes ocasiones se le pedirá que se relacione con el material en una de las cuatro maneras siguientes:

    Primera, ¿qué ideas nuevas se le han ocurrido? Tome notas de las perspectivas que Dios le vaya revelando. Tal vez quiera escribirlas en su Biblia o en un diario separado. Mientras reflexiona en su nuevo entendimiento, es probable que comprenda el modo en que Dios ha obrado en su vida.

    Segunda, ¿cómo se relaciona con el material? Usted enfoca la Biblia a partir de su formación exclusiva . . . su conjunto propio y particular de entendimientos sobre el mundo que trae consigo cuando abre la Palabra de Dios. Por eso es importante considerar de qué manera sus experiencias conforman su comprensión y le permiten ser receptivo a la verdad que Dios revela, aunque no necesariamente sea la que usted espera. Al hacer esto permite que la Palabra de Dios sea lámpara a sus pies y lumbrera a su camino (ver Salmos 119:105).

    Tercera, ¿ cómo se siente usted respecto al material presentado? Aunque no debe depender únicamente de sus emociones como indicador de su fe, es importante que esté consciente de sus sentimientos al estudiar un pasaje de las Escrituras y que tenga la libertad de expresarle sus emociones a Dios. A veces el Espíritu Santo utilizará las emociones que usted siente para obligarlo a ver su vida de un modo diferente o desafiante.

    Cuarta, ¿en qué manera se siente usted retado a reaccionar o actuar? La Palabra de Dios puede inspirarlo o desafiarlo a adoptar una acción particular. Asuma con seriedad este reto y encuentre maneras de seguir adelante. Si Dios le revela una necesidad particular que desea que usted satisfaga, tómela como una «orden de marcha». Él le conferirá poder para hacer algo con el desafío que acaba de darle.

    Empiece y concluya con oración sus sesiones de estudio bíblico. Pídale a Dios que le dé ojos espirituales para ver y oídos espirituales para escuchar. Al concluir el estudio, pídale al Señor que selle lo que usted ha aprendido a fin de que no lo olvide. Pídale que le ayude a crecer en la plenitud de la naturaleza y el carácter de Jesucristo.

    Una vez más, le animo a mantener la Biblia en el centro de su estudio. Un estudio bíblico verdadero se mantiene enfocado en la Palabra de Dios y promueve fe creciente y mayor cercanía con el Espíritu Santo en cada persona que participa.

    LECCIÓN 1

    DIOS TIENE UN PROPÓSITO PARA TODO

    EN ESTA LECCIÓN

    Enseñanza: ¿Qué es exactamente el perdón?

    Crecimiento: ¿De qué manera puedo dejar de ser alguien que no perdona?

    «¿Perdonarme? ¿Cómo podría Dios perdonarme alguna vez? Usted no sabe lo que he hecho». «¿Perdonar a esa persona después de lo que me hizo? ¡Usted debe estar bromeando!». «No puedo creer que yo haya hecho algo tan horrible. Nunca podré perdonarme por hacer eso».

    Estas son confidencias que a menudo escucho como pastor. Son confesiones de personas que tienen padres piadosos, de quienes se criaron en la iglesia y que toda la vida han oído prédicas sobre el perdón. Sin embargo, persisten en creer que hay algo único respecto a su situación que los pone fuera del alcance del perdón de Dios. El resultado es esclavitud.

    Esta esclavitud de vivir con culpa y falta de perdón les limita su capacidad de amar y recibir amor. Les atrofia el desarrollo de sus matrimonios y amistades. Les impide acceder a todo lo que el Señor podría tener para ellos en forma de ministerio o alcance. Les impide disfrutar la vida abundante y plena que Cristo prometió a quienes creen en Él (ver Juan 10:10). Esclavitud no es el deseo de Dios para sus hijos.

    El anhelo de Dios es que seamos libres en nuestro espíritu, libres para aceptar las bendiciones, los retos y las alegrías que Él tiene para nosotros ahora y en el futuro. El deseo de Dios es que experimentemos perdón completo; es decir, clemencia por nuestros pecados, restauración plena de nuestra relación con Él, indulgencia hacia quienes nos han perjudicado, y compasión para nosotros mismos.

    El perdón limitado nunca servirá. Si de manera personal y total hemos de conocer que Dios es nuestro amoroso Padre celestial, y si alguna vez en esta vida hemos de alcanzar nuestro destino personal, se requiere perdón total de nuestra parte.

    ¿En qué ocasiones de su vida ha luchado usted con asuntos de perdón y falta de perdón?

    [Tus Notas]

    ¿Ha experimentado usted el perdón de Dios en su vida? ¿Ha experimentado perdón de alguien más? Explique.

    [Tus Notas]

    LO QUE NO SIGNIFICA PERDONAR

    Al inicio de este estudio debemos definir qué no es perdonar. En primer lugar, perdón no significa: «No me importó eso». Si alguien nos ha ofendido, o si hemos cometido un pecado, eso importa. No hay justificación para el pecado que se alza en la presencia de Dios. Si hemos pecado, debemos reconocer que se trata de una mancha en nuestra alma . . . una que no podemos, y por tanto no deberíamos, intentar barrer debajo de la alfombra o hacerle caso omiso. El pecado importa. Herida, dolor, esclavitud y culpa vienen después de pecar, y no sería prudente negar la realidad de estas consecuencias.

    Segundo, perdón no significa: «Lo superaré con el tiempo». El recuerdo de un incidente o acción particular puede desvanecerse con el tiempo, pero nunca desaparece. Si hemos cometido un pecado delante de Dios, sus efectos permanecen en nuestra vida hasta que recibamos el perdón de Dios por ese pecado. Tal vez no sintamos de inmediato las consecuencias de nuestra acción, lo cual puede hacernos creer que Dios la ha pasado por alto o que de alguna manera se ha resuelto, pero las consecuencias de pecar se manifestarán. Yacen en nuestra vida como «malas hierbas» latentes.

    Lo mismo ocurre con una ofensa que otra persona nos hace. Podríamos creer que el tiempo curará lo sucedido, pero el tiempo en sí no curará nada. Solo el Señor Jesucristo y su perdón actuando en nuestra situación, y a través de ella, puede curar la herida que sentimos. Un error que intentemos enterrar únicamente se pudrirá en nuestro corazón y fácilmente podrá convertirse en amargura, ira y odio. Todas estas son emociones destructivas para quien las alberga, y también son la razón de comportamiento destructivo que puede afectar a otras personas.

    Tercero, perdonar no significa: «No habrá castigo». Algunas personas creen que al examinarles el corazón, Dios pasará por alto ciertos pecados. Esta generalmente es la respuesta de aquellos que esperan que Dios haga un desvío alrededor del pecado que han cometido y que al final se saldrán con la suya.

    Sin embargo, hay otras ocasiones en que tememos que Dios se olvide de disciplinar a quienes nos han ofendido. Podría parecer que prosperan, y sentimos la necesidad de aferrarnos a nuestra falta de perdón hasta estar seguros de que serán castigados de alguna manera. Nos aferramos a la prerrogativa de venganza «por si acaso» Dios se haya olvidado del incidente o no pretenda hacer nada al respecto. Otras veces estamos conscientes de que merecemos un castigo, pero parece que Dios no va a tomar ninguna medida contra nosotros, por lo que nos negamos a perdonarnos como una forma de castigo autoimpuesto.

    Estas definiciones carecen de fundamento cuando se someten a la verdad de la Palabra de Dios. El pecado importa. Siempre importa. El pecado y sus efectos no desaparecen por sí mismos con el tiempo. El pecado siempre tiene consecuencias. Siempre lleva consigo la pena máxima de muerte.

    ¿Qué malinterpretaciones sobre el perdón ha tenido usted en el pasado? Cuando alguien lo ha ofendido, ¿cuál es el peligro de pensar: «Superaré esto con el tiempo»?

    [Tus Notas]

    ¿Por qué es importante recordar que Dios simplemente no «pasa por alto» el pecado de otra persona? ¿Por qué es importante que usted recuerde eso con relación a sus propios pecados?

    [Tus Notas]

    LO QUE SIGNIFICA PERDONAR

    ¿Qué es entonces el perdón? El perdón es la acción de liberar a alguien de una obligación hacia nosotros, que resulta de algo malo que nos hicieron, e implica tres elementos:

    Herida. Se comete una injusticia. Se experimenta dolor, daño, sufrimiento o culpa (de manera consciente o inconsciente).

    Deuda que resulta de la herida. Hay una consecuencia que siempre es perjudicial y que pone a alguien en alguna clase de estado de déficit.

    Cancelación de la deuda. Perdonar implica la acción consciente de decidir no mantener la obligación contra la otra persona.

    En este estudio examinaremos con mayor profundidad cada uno de estos elementos. Los tres están involucrados en perdón de toda clase: perdón por parte de Dios, perdón a otros y perdón a sí mismos.

    «No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley» (Romanos 13:8). ¿Qué tipo de «deuda» dice Pablo que es aceptable que los creyentes en Cristo tengan hacia otros?

    [Tus Notas]

    «Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos» (Romanos 13:11). ¿Qué razón establece aquí Pablo para que elijamos cancelar nuestras deudas con otros y caminar con Cristo?

    [Tus Notas]

    PERSONAS NO PERDONADAS

    Quienes no han recibido el perdón de Dios sufren, pues tienen una herida supurante en el alma. Hay un muro en el espíritu que los mantiene encarcelados. Puede que no reconozcan que están en estado de falta de perdón, pero muchos que se sienten frustrados, cargados, impacientes, enojados,

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