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Dios, nueva temporada: Miradas teológicas al cine y la televisión en el siglo XXI
Dios, nueva temporada: Miradas teológicas al cine y la televisión en el siglo XXI
Dios, nueva temporada: Miradas teológicas al cine y la televisión en el siglo XXI
Libro electrónico348 páginas7 horas

Dios, nueva temporada: Miradas teológicas al cine y la televisión en el siglo XXI

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Información de este libro electrónico

Nunca se sacia el ojo de ver. (Eclesiastés 1:8)
Raúl Méndez Yáñez y Samuel Lagunas nos introducen en un viaje teológico, donde la contemplación es el rompeolas de un mar de largas horas de adicción a las series de televisión y al cine.
Esta obra deriva de horas y horas de contemplación mística frente a la pantalla cinematográfica y televisiva. Abre con una Ley 4.0 de las narrativas de entretenimiento, continúa con siete Ensayos Mayores que exploran los apóstatas aquelarres de la brujería posmoderna, esperan la resurrección de los zombis, buscan las dimensiones cristológicas de los superhéroes y la soteriología de los viajes en el tiempo hasta llegar a los actos litúrgicos y sacramentales de las sagas juveniles y el animé. Al cierre, tenemos una parrilla miscelánea de Ensayos Menores: un recorrido a través de aquellas películas, series y personajes que confirman, una y otra vez, las palabras del Eclesiastés: "nunca se sacia el ojo de ver".
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento27 oct 2020
ISBN9781951539535
Dios, nueva temporada: Miradas teológicas al cine y la televisión en el siglo XXI

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    Dios, nueva temporada - Samuel Lagunas

    Copyright © 2020 by Samuel Lagunas Cerda y Raúl Méndez Yáñez.

    Dios, nueva temporada.

    Miradas teológicas al cine y la televisión en el Siglo XXI.

    de Samuel Lagunas & Raúl Méndez Yáñez. 2020, JUANUNO1 Ediciones.

    All Rights Reserved. | Todos los Derechos Reservados.

    Published in the United States by JUANUNO1 Ediciones,

    an imprint of the JuanUno1 Publishing House, LLC.

    Publicado en los Estados Unidos por JUANUNO1 Ediciones,

    un sello editorial de JuanUno1 Publishing House, LLC.

    www.juanuno1.com

    JUANUNO1 EDICIONES, logos and its open books colophon, are registered trademarks of JuanUno1 Publishing House, LLC. | JUANUNO1 EDICIONES, los logotipos y las terminaciones de los libros, son marcas registradas de JuanUno1 Publishing House, LLC.

    Library of Congress Cataloging-in-Publication Data

    Name: Lagunas, Samuel, author

    Méndez Yáñez, Raúl, author

    Dios, nueva temporada : Miradas teológicas al cine y la televisión en el Siglo XXI / Samuel Lagunas, Raúl Méndez Yáñez.

    Published: Miami : JUANUNO1 Ediciones, 2020

    Identifiers: LCCN 2020947234

    LC record available at https://lccn.loc.gov/2020947234

    REL013000 RELIGION / Christianity / Literature & the Arts

    REL102000 RELIGION / Theology

    REL067000 RELIGION / Christian Theology / General

    Paperback ISBN 978-1-951539-42-9

    Ebook ISBN 978-1-951539-53-5

    Arte de Portada: Reminiscencias de Raquel Estrada Jayme

    Diagramación Interior: María Gabriela Centurión

    Diagramación y Realización Ebook: JuanUno1 Publishing House

    Director de Publicaciones: Hernán Dalbes

    First Edition | Primera Edición

    Miami, FL. USA.

    -Octubre 2020-

    Indice

    Cover

    Portadas

    Legales

    Guía de abreviaturas bíblicas

    Alerta permanente de Spoilers

    Prólogo

    Cargando…

    LA LEY 4.0

    Primera tabla

    Segunda tabla

    ENSAYOS MAYORES

    Sabrina, la bruja apóstata postevangélica. Raúl Méndez

    Los zombis y sus antídotos. Imágenes del fundamentalismo. Samuel Lagunas

    Lucifer y la cristología sin Cristo. Raúl Méndez

    Animación. Las nuevas moradas del siglo XXI. Samuel Lagunas

    La liturgia cuir de Ranma ½. Raúl Méndez

    Vidas más allá: viajes en el tiempo, ciencia ficción y la búsqueda del cielo. Samuel Lagunas

    Harry Potter y el misterio de la piedad. Raúl Méndez

    ENSAYOS MENORES

    La voluntad del guionista en The Truman Show y Más extraño que la ficción. Milena Forero

    Fin del invierno: Por mano de mujer. Génesis Amayrani Garza

    Los Dioses de Zack Snyder. Becka Salas

    Los santos según Bruno Dumont. Gabriel Brisola da Cunha

    Lazzaro feliz. Alegoría del hombre bueno. Karina Solórzano

    La culpa y la venganza como motor de la justicia en The Sinner. Arturo Olvera Trejo

    Rick, el dios de Morty. Sergio Ramírez Lozano

    La escatología Workahólica de Aggretsuko. Raúl Méndez

    Hereditary. El horror de la esperanza. Samuel Lagunas

    El toque final. Acerca de Paul Schrader y el contacto redentor. Juan Ramón Ríos

    Referencias bibliográficas

    Películas y series consultadas

    Guía de abreviaturas bíblicas

    Nunca se sacia el ojo de ver.

    Eclesiastés 1:8

    Alerta permanente de Spoilers

    Este libro posee una estructura paródica. Cada una de las secciones, La ley 4.0, Ensayos mayores y Ensayos menores remiten a la clasificación tradicional que en el mundo evangélico y protestante se hace de la Biblia hebrea. En Ensayos mayores la organización de los textos es ascendente, de la oscuridad a la luz, pasando por demonios y zombis hasta llegar a la esperanza de los últimos tiempos.

    En Dios, nueva temporada hemos invitado a 12 autores y autoras (¡12 nuevos apóstoles y apóstolas!) para sumar sus miradas a las nuestras. La mayoría de ellas la encontrarán en la sección de Ensayos menores, que intenta construir una parrilla diversa de contenidos donde quien lee podrá elegir qué ver y por qué.

    El libro es atravesado por un Salterio, conformado por recursos litúrgicos, específicamente íconos y canciones, cada uno acompañado de una breve exégesis. Sirvan estos recursos como descanso y como pivote de la mente y el corazón.

    Agradecemos y reconocemos el empeño y el cariño de cada una de las manos y las voces que se comprometieron con este libro: Milena, Becka, Caro, Sergio, Gabriel, Bladimir, Arturo, Génesis, Juan Ramón, Anay, Karla, Karina; así como a Raquel y a Lucas, que colaboraron con la portada y el prólogo respectivamente; y a todo el equipo editorial de JuanUno1.

    Finalmente, no está de más decirlo, advertimos que en este libro se cuentan, explican y descifran las tramas de numerosas películas y series. Pero, ¿revelar los misterios de la historia no es acaso una de las funciones de la teología?

    Prólogo

    Lucas Magnin*

    Para no perder continuidad narrativa, empecemos con un Previously on…

    En las primeras páginas de La era protestante, Paul Tillich se hizo la pregunta sobre qué es la teología. A ese enigma respondió, concisa pero significativamente, que es la mediación entre el eterno criterio de verdad tal como se manifiesta en la figura de Jesús como el Cristo y las cambiantes experiencias de individuos y grupos, sus problemas variables y sus categorías de percepción de la realidad. Como siempre y (paradójicamente) como nunca antes, la teología del siglo XXI se ve en la titánica tarea de establecer la mediación entre esos eternos criterios y nuestras cambiantes experiencias; el kraken ha sido liberado y su furia aterra a los espectadores de este drama cósmico.

    Cada vez que el cine vuelve a visitar algún clásico, las sospechas y especulaciones se multiplican. Epítome de todas esas tensiones son los estrenos, de tanto en tanto, de un nuevo episodio de Star Wars, con sus aclamados aciertos —Padme, Kylo Ren, El despertar de la Fuerza— y sus incluso más célebres fiascos —el nuevo Han Solo, el deslucido Hayden Christensen, y, no podía faltar, Jar Binks—. ¿Será la misma historia de siempre, pero con más efectos especiales? ¿Respetará la trama canónica, sus personajes tan queridos, sus dilemas y simbología? ¿Irá por el camino de un reboot que solo recupere lo icónico de aquel referente, sin mayores compromisos argumentales? En el deseo de adaptar la historia a los nuevos espectadores, ¿terminará por desdibujar toda aquella impalpable esencia que la convirtió en un clásico?

    Todas esas son las preguntas que, de diferentes maneras, los autores y autoras de este libro intentan abordar. En sus manos tiene usted una travesía insólita dentro de la producción teológica latinoamericana. Es un paseo por una variedad de miradas teológicas al cine y la televisión en el siglo XXI, como reza el subtítulo, y quizás, de manera más intrínseca, una epopeya en busca de Dios en este siglo, como condensan también los autores. La invitación de estas páginas es justamente: encontrar y crear nuevos y más frescos guiones para hablar de Dios.

    Por ser un libro polifónico y firmado por muchas manos, conviven aquí todo tipo de miradas y guiones en torno a esa búsqueda. Algunas son suspicaces, ácidas, buscan la ruptura y la provocación de aquello que se identifica como dado, canónico e intocable de la tradición teológica del cristianismo. Otras sugieren una proyección más introspectiva y pastoral, específicamente creyente, en su diálogo con las contradicciones de la vida cristiana y a la luz de los estímulos de la pantalla. Incluso otras hablan desde la periferia de lo teológico, más cerca de los avatares de las humanidades que de la teología propiamente dicha (aunque lo religioso, ciertamente, aparezca de múltiples y significativas maneras).

    De cualquier forma, y sacándole provecho a los difusos límites que hoy se manejan en las disciplinas académicas, este concierto de miradas comparte un modus operandi. No aspira a ser una teología del cine, o algo por el estilo, sino, más bien, como un tapiz, teje un ejercicio de crítica cultural con hilos tomados del universo religioso (especialmente, del cristianismo). Para llegar a ese puerto, autores y autoras recurren, a lo largo de la obra, a intuiciones propias de la antropología de la religión, la filosofía, la sociología, la industria cultural y el showbiz, y por supuesto, la teología cristiana (sobre todo, la del siglo XX).

    Al margen de las pertinentes diferencias entre cada uno de los ensayos que componen este volumen, hay aspectos formales que recorren toda la obra: una implícita convivencia de modos culturales disímiles, un estilo literario fragmentario, casi telegráfico, una argumentación que, a modo de collage, hace coexistir lo que el purismo quizás colocaría en las antípodas. La discusión entre alta y baja cultura no tiene poder aquí. No hay culpa ni vergüenza en estos textos a la hora de poner, en la misma oración, al burro de Shrek y a la apropiación bultmanniana de las ideas existencialistas de Heidegger. Si la frase ¿qué haces besando a la lisiada? se ha colado con dignidad en un texto con intenciones teológicas, ¿será que estamos ya en los últimos tiempos?

    También comparten estos ensayos un similar gesto satírico que asume plenamente la tradición para jugar y hacer piruetas con ella. Esa mordacidad no quita que este texto ofrezca también pasajes de una sensibilidad desgarradora, como el fragmento Dios es el guionista más cruel…. La parodia brota de estas páginas como una ofrenda con olor fragante a posmodernidad. Y aunque semejantes modales suenen ingratos y ofensivos a algunos oídos, lo cierto es que pocas declaraciones de gratitud son tan explícitas y autoconscientes como las parodias. Bajo la sombra docente de Rubem Alves, la teología es aquí juego, ejercicio de ficción teológica (teoficción, proponen los autores). La filosofía y la teología —decía Borges lacónicamente— son dos especies de literatura fantástica.

    Si estos ensayos se leen como un manual (como, lamentablemente, tantos libros de la tradición evangélica nos han enseñado a leer), pueden espantar a los desprevenidos. Esto aplica especialmente al adentrarnos en senderos que los firmantes de esta obra (Samuel Lagunas y Raúl Méndez Yáñez) recorren de diferentes maneras: lo liminal, lo monstruoso, lo escatológico, en el primer caso; lo demoníaco, lo oscuro, lo heterodoxo en el segundo. Las consecuencias de mezclar anime, teología y metal están a la vista de todos.

    Sin imaginación, sin un espíritu lúdico, este libro (y, por qué no decirlo, la vida misma también) se vuelve una superficie árida, espinosa, problemática. Pero son bienaventurados los que siguen teniendo un poco de humor, incluso cuando hablan del Dios omnipotente, aquel que se esconde y se revela, el Padre de las luces. No nos vendría nada mal entender, aunque sea una vez cada tanto, que la gracia de Dios también puede ser un reconocimiento de su maravilloso sentido del humor.

    Este es un libro escrito en caliente, diríamos en Argentina. Los temas, las formas, las referencias, las preocupaciones, los guiños, todo lo que configura esta obra surge de la plena actualidad de los fenómenos y las producciones culturales. Es que esta nueva temporada de Dios se vino con profundos cambios en su trama y nadie —ni sus partidarios, ni sus detractores— puede quedarse al margen de esta avalancha de presente continuo.

    Noé Jitrik definió lo canónico como lo regular, lo establecido, lo admitido como garantía de un sistema, mientras que la marginalidad es lo que se aparta voluntariamente o lo que resulta apartado porque precisamente no admite o no entiende la exigencia canónica. Estas páginas encuentran su ritmo en el terreno de lo heterodoxo, en el desplazamiento de lo establecido. Nadie es heterodoxo o marginal per se, no son un a priori, sino un modo de posicionarse y responder a un campo específico.

    Todos los ensayos se apropian creativamente de los tópicos, sentidos y palabras de la historia de la salvación que ofrece la tradición cristiana. Esa apropiación es también un bucear por los recovecos de esa herencia, sus declaraciones dogmáticas, sus textos fundacionales, sus implicaciones sociales y eclesiásticas. El libro se apropia desfachatadamente del legado del cristianismo mediante asociaciones de sentido libres. No apunta a la exégesis metódica del cine, del canon, de la ortodoxia ni de la Biblia, sino que intenta dinamitar las posibilidades hermenéuticas de lo religioso que se encuentran dormidas en la cultura. Los y las ensayistas se mueven a gusto y piacere por el texto bíblico y la teología, como en su propia casa, con el tipo de soltura que tienen aquellos que han habitado esas paredes por mucho tiempo.

    Y en ese sentido, conviene destacar la omnipresente sombra del octavo pasajero de este libro: lo evangélico, ese nombre con el que, en América Latina, identificamos a la rama del protestantismo que forjó su identidad a la luz del puritanismo, el pietismo, los movimientos de santidad y los grandes avivamientos, y que desde hace tiempo tiene su centro cultural neurálgico en los Estados Unidos. La herencia de evangelicalismo aparece frecuentemente como un debate tenso entre lo recibido y lo rechazado. Estoy tratando de ser lo más cristológicamente ortodoxo, y esto casi suena a una herejía. A nuestros oídos modernos, sin duda la ortodoxia estricta sonará a blasfemia, dice uno de los ensayos. Quedan en evidencia las paradójicas realidades de la iglesia evangélica latinoamericana, sus limitaciones, sus luces y sombras. Los autores que firman esta obra entretejen su deconstrucción teológica con biografías innegablemente marcadas a fuego por esta tradición; ¿quién más podría conocer qué significan los tratados de Chick, frases como Dios es un caballero o nombres como Guardian o Petra?

    Los ensayos ponen también el dedo en algo que resulta llamativo: el evidente crecimiento (tanto de calidad como de cantidad) en la representación del ámbito de lo religioso, y muy especialmente del mundillo evangélico, en la pantalla. Durante años, Hollywood retrató la experiencia de fe de las iglesias de forma pueril, artificial, casi una caricatura de la vivencia real, las motivaciones y el universo de sentido de los y las creyentes. Pero en los últimos diez años, por motivos aún por dilucidar, la mirada se ha refinado.

    La lectura atenta quizás habrá ya notado que, detrás de este insólito libro sobre cine y teología, en realidad subyace un terreno común: el poder incuestionable de la cultura estadounidense y de su American way of life, que permea por igual el entretenimiento y la religión (para no hablar de política o economía). La meca del cine y de la iglesia evangélica es también el molde que ha configurado el esqueleto de la cultura global contemporánea; como han reconocido autores tan disímiles como Mark Hertsgaard y Jean-François Revel, hablar de globalización es en realidad y en buena medida, hacer referencia concretamente a la norteamericanización de la cultura global. Estamos en presencia de dos fenómenos que, a pesar de las mutuas excomuniones, tienen más en común de lo que quisiéramos reconocer. A fin de cuentas, entre el Cinturón de la Biblia y Hollywood no hay más de dos mil kilómetros.

    Esta afirmación vale también para reconocer la continuidad entre los acentos propios de la cultura global y el discurso del cristianismo contemporáneo. En estas páginas se encuentran desperdigados muchos ejercicios de esa especie de arqueología de la traducción: descubrir que lo que el mundo del espectáculo dice en películas y canciones, las iglesias parafrasean a menudo después en sermones y worship. Hegel afirmó que la filosofía es frecuentemente la forma más refinada de las ideas que una sociedad posee ya en un nivel popular; algo similar puede decirse en este universo: ¿Cuánto se ha exportado sin mucha meditación del mundo del espectáculo a la experiencia espiritual? Porque, aunque Hollywood se vista de iglesia, Hollywood se queda.

    De diferentes formas, Dios, nueva temporada ofrece una meditación sobre la sutil (pero permanente e inexorable) construcción de una ética y una espiritualidad forjadas por la cultura popular. Las ideas que se cuelan en la pantalla no solo reflejan el mundo (el arte como espejo de la vida), sino que, de una forma cada vez más evidente, moldean la realidad. El cine es, sugieren por ahí estas páginas, una remozada liturgia secular, la proliferación sin fin de las pequeñas historias para una sociedad que se niega a abrazar ya a las grandes. Es el tipo de contemplación estática que nos rapta, durante dos horas de emociones intensas, pero que no requiere mayor fidelidad; en el mejor de los casos, la liturgia de la pantalla perdurará en nuestra cotidianidad en forma de objetos fetichistas, referencias sutiles, efímeros memes y consumo irónico. Quizás Arquímedes nunca encontró aquel punto de apoyo con el que quería mover el mundo, pero la industria del entretenimiento ha logrado rotar su eje una y otra vez sobre la base de libros, canciones, series y películas. La cultura popular es caldo de cultivo ideológico en el que vivimos, nos movemos y somos. Sus raíces teológicas crecen en el inconsciente colectivo con la fuerza imparable que le gustaría tener a los mejores apologetas.

    Cierro con una analogía. Los memes siguen teniendo fuerza de tracción en tanto y en cuanto las personas sigan aplicándolos a diferentes escenarios. En las primeras semanas de la pandemia del Covid-19, el meme de los africanos que bailan con el ataúd (con toda propiedad: Coffin Dance/Dancing Pallbearers) parecía destinado a monopolizar la red; pero su aplicación, novedad y gracia se desgastaron rápidamente. La muerte del meme del ataúd –valga la redundancia– y de todos los demás llega cuando deja de ser reutilizado, cuando los usuarios ya no se lo apropian para llevarlo a nuevos terrenos. Poco después, el cetro pasó al meme de los dos perritos (Swole Doge vs. Cheems, para la gente elegante), que de alguna manera logró estirar su utilidad donde sus rítmicos rivales africanos habían fracasado.

    La teología, al igual que los memes, está viva cada vez que nos apropiamos de ella, la miramos con ojos de sorpresa, la llevamos a terrenos insólitos o desolados. Un libro como este, fruto de las búsquedas y hallazgos de una generación joven y ecléctica, hace justamente eso: es la prueba de que la reflexión teológica está vivita y coleando, y puede sentirse a gusto entre textos milenarios y pantallas táctiles por igual. Y más aún: un libro como este es, en el mejor de los sentidos, innecesario; no existe por fatal necesidad, sino por pura voluntad. Creo que eso nos dice algo sobre el desarrollo de la teología (en especial, la protestante) en este lado del mundo. Después de mucho habitar en su rudimentario y seguro capullo, parece que se ha largado valientemente, como Forrest, a recorrer el mundo. Está saliendo de los márgenes de lo estrictamente pragmático, lo que tiene un fin devocional o una utilidad inmediata, para entregarse a la aventura de buscar a Dios mientras puede ser hallado.

    —No tengas miedo —le dijo el ángel a María y lo sigue diciendo hoy.

    —Mira —podrían agregar Mufasa o quizás el Logos hecho carne—: todo lo que toca la luz de la pantalla también es nuestro reino.


    * Argentino, compositor, cantante y autor de los libros Arte y fe y Cristianismo y posmodernidad: La rebelión de los santos.

    Cargando…

    En el último capítulo del siglo XIX, cuyo arco narrativo fue el de la teoría de la evolución, en una escena inesperada que le dio un giro total a la historia, Dios muere.

    —¡Y nosotros lo asesinamos! —grita en la plaza un frenético Federico Nietzsche mirando a la cámara en un abigarrado close-up donde se revela un gesto eufórico que prefigura al del doctor Rotwang, en la cinta Metrópolis (1927), al insuflar vida a un trozo de metal. Mientras tanto escuchamos al fondo Tristán e Isolda de Wagner y, fuera de cuadro, se levantan los gritos de protesta de la naciente revolución comunista a la que había incitado Carlos Marx años atrás.

    Pantalla oscura…

    A lo lejos, en Viena, el Hombre-Rata despierta azorado y narra sus bajos instintos a un meditativo Sigmund Freud quien descubre que la religión es, como la de su paciente, solo una neurosis grave de la que tal vez pronto se recupere. O quizá no. En 1895, el 28 de diciembre, en el salón Indien del Grand Café un grupo de personas inaugura, con un poco con incredulidad, pero luego con devoción frenética, una nueva liturgia. Gracias a

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