La mejor forma de ordenar su biblioteca

Por Diego Ortuño Rosales

En este libro, La mejor forma de ordenar su biblioteca: fórmula sencilla para lectores y comunidades, se resumen y traducen los principios de los sistemas usados por las grandes bibliotecas en el ordenamiento y clasificación de libros, para los coleccionistas de libros domésticos y las comunidades de lectores que desean conformar bibliotecas comunitarias.

 

Se incluye: 

— Cómo clasificar sus libros según el sistema de clasificación de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de forma intuitiva.

— Cómo crear varias colecciones distintas de libros, según su necesidad profesional o afición personal, cuando no desee juntar los libros en un solo sitio.

— Cómo aprovechar de mejor manera sus estanterías y cuál es la mejor manera de colocar los libros en cada estante según la forma de la estantería.

— La mejor forma de mantener limpia su biblioteca.

— Todo lo necesario para convertir la biblioteca en un organismo vivo e interactivo.

 

Cada colección de libros es distinta, responde a las necesidades y aficiones de su dueño. Este libro busca cerrar la confusión alrededor de los cientos de consejos genéricos y brinda un contexto completo para que el lector pueda crear un orden particular.

 

Fernando Pinto Sojos, quien fuera director de una de las bibliotecas más grandes del Ecuador y América del Sur hasta su retiro, leyó este libro y comentó lo siguiente: «Esta fórmula mágica funciona muy bien. Es sencilla y fácil de aplicar. Se trata de una simplificación muy bien lograda del sistema con el que funcionan bien las grandes bibliotecas. El autor nos acerca con mucha habilidad al mundo cautivante de la bibliotecología.»

• Idioma: Español
• Editorial: Diego Ortuño Rosales
• Fecha de lanzamiento: 28 dic 2020
• ISBN: 9781393487982

Diego Ortuño Rosales

Diego Ortuño Rosales vive en Ecuador, ordena libros como oficio ya casi 10 años y se involucró con bibliotecas desde que aprendió a leer. Colecciona libros, se considera un minero en biblioteca y anda en búsquedas de tesoros. Querido lector, en las noticias de mi correo cuento sobre mis aventuras, hallazgos y nuevos proyectos. Te invito a suscribirte en mi sitio web: dortunor.com

Vista previa del libro

Introducción

Como el tiempo, querido lector, es muy importante, comparto en primer lugar la fórmula prometida y le cuento hacia donde se desarrollará este libro:

La fórmula mágica

En cualquier Colección general de libros, estos deben ordenarse por Categorías temáticas, Apellido del autor, Título del libro (en orden alfabético), y cuando hay más de dos libros del mismo título, por año de Edición. La fórmula toma las iniciales de estos criterios: CATE.

Como alternativa, cuando un libro tiene más de tres autores (o no se encuentra ninguno), el criterio principal sería el Título del libro, mientras los demás criterios serían los mismos. La fórmula se lee: CTE.

Si el número de volúmenes de una categoría en una biblioteca es amplio debe dividirse en categorías primarias y secundarias, a fin de evitar confusión.

En la categoría de Literatura (narrativa, poesía, ensayo literario) la fórmula varía, porque daremos por sentada la categoría principal y entonces los libros deben ordenarse por Nacionalidad del autor, Apellido del autor, Título del libro, año de Edición. La fórmula se lee:  NATE.

Todos los libros pueden ser clasificados en una sola Colección general o pueden crearse colecciones particulares, separadas de una colección mayor o principal. En varias bibliotecas, particulares o comunitarias, suelen encontrarse grupos de diccionarios y enciclopedias. Lo recomendable es ponerlos juntos, al principio de todo, como una colección propia: Referencia.

¿Por qué usar una o más de estas fórmulas? Porque son prácticas. ¿Quiénes usan estas fórmula? Grandes bibliotecas de todo el mundo, con distintos sistemas de clasificación.

Mi objetivo principal es brindar al lector de este libro la visión de unos principios muy prácticos, para de ahí en adelante sepa siempre qué hacer a la hora de agregar un libro a su biblioteca o cómo darle una nueva forma. La fórmula es mágica porque trae de vuelta toda esta visión.

Además:

En este libro se detalla cómo ordenar las bibliotecas de acuerdo con el tipo de repisas o estantes. Cómo reordenar una biblioteca ya montada sin sacar todos los libros de las estanterías a la vez; es más, puede ser más fácil de este modo.

Explicaré cómo los principios dados para el ordenamiento sirven también para libros en formato de archivos digitales.

Recomendaré cómo es preferible limpiar una biblioteca.

Indicaré cómo ordenar o reordenar la biblioteca en 5 o 6 pasos, con los planes de trabajo más simples del mundo.

En la segunda parte de este libro se verá la mejor forma de llevar un registro o catálogo eficiente, si se volviera necesario, sin entrar en detalles muy especializados.

En la tercera parte daré detalles sobre el libro como objeto en sí y cómo esto interesa a quien lleva el orden en una biblioteca doméstica, comunitaria o profesional.

Sobre todo esto y más ampliaré en este libro, de la forma más clara y amena posible.

Quizás indique detalles que parecen muy obvios, como el sugerir órdenes alfabéticos o numéricos, según el caso. Simplemente escribo para todos, no doy por sentado nada y creo que nadie nace sabiendo. Mi trabajo es cubrir todas las aristas del asunto y proveer todas las lecturas y soluciones posibles para cualquier problema.

Por qué escribí este libro

Cuando descubrí la biblioteca (de la escuela) me convertí en el ratón de la caricatura. Brotó en mí una necesidad de recorrerla entera para encontrar los tesoros guardados. En aquel momento no presté atención a cómo se ordenan los libros a propósito, sino solamente a en dónde podía encontrar los libros de mi disfrute.

Los libros de esta biblioteca estaban custodiados detrás de un mostrador y en su momento, las bibliotecarias de la escuela me dieron rienda suelta para atenderme a mí mismo, siempre que yo siguiera los protocolos de préstamos y cuidara el orden establecido de los libros. Más adelante me encontré cambiando de puesto los libros de los libreros de mi casa, quizás en un afán lúdico y un poco perfeccionista. Luego, en las visitas a las casas de familiares y amigos estaría curioseando cada biblioteca doméstica.

Conocí las librerías, donde pude llevarme unos libros a los cuales ya no llamé prestados, sino míos. Formé mi propia biblioteca y creció. En un momento su orden tomó forma de un modo intuitivo, como si juntar diccionarios en este primer estante, libros de zoología en este otro y novelas de aventura más allá fuera la cosa más natural del mundo.

Hoy ordeno libros como oficio y si bien observo a muchos lectores asiduos con una habilidad nata para organizar sus colecciones, veo también como la sola