Cleopatra VII: Mujeres Legendarias de la Historia Mundial, #9

Por Laurel A. Rockefeller

¡La emocionante historia real de la reina más famosa de Egipto!

Cleopatra Thea Philopator se negó a hacer lo que le dijeron. En una época en la que el patriarcado negaba la ciudadanía plena incluso a las mujeres romanas más elitistas, Cleopatra gobernaba su Egipto decidida a mantenerlo independiente y libre del control romano, a cualquier precio que fuera necesario. Demonizada como una simple seductora por Cayo Julio César Octavio (el futuro César Augusto) y sus aliados políticos, Cleopatra VII demostró ser igual a tres de los hombres más poderosos del mundo romano: Cayo Julio César, Marco Antonio y Octavio César.

Incluye una cronología detallada, una lista de lecturas y bibliografía sugeridas; así como un huevo de Pascua especial para los fanáticos de Doctor Who.

• Idioma: Español
• Editorial: Laurel A. Rockefeller Books
• Fecha de lanzamiento: 11 sept 2020
• ISBN: 9781071565544

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ALERTA DE DETALLE ESCONDIDO (EASTER EGG)

Dentro de este libro se encuentran dos Easter Eggs para el deleite de los fans del Doctor Who. El primero es un personaje nombrado en honor a alguien que viajó dentro del TARDIS. El Segundo es una frase utilizada frecuentemente por el doceavo doctor. Usando tu conocimiento de Doctor Who (interpretado por David Tenant, Matt Smith y Peter Capaldi) y las temporadas 2 a la 10, ve y encuéntralos.

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Tabla de Contenidos

Prólogo

Capítulo uno

Capítulo dos

Capítulo Tres

Capítulo Cuatro

Capítulo Cinco

Capítulo Seis

Capítulo Siete

Epílogo

Línea del Tiempo

Lecturas Sugeridas y Bibliografía

Acerca de esta serie

Prólogo

Sinesio de Cirene deambulaba por la biblioteca en el Serapeum, su techo masivo abovedado, un recordatorio de que era una obra maestra griega y no egipcia. Caminaba pocos metros, se detenía y miraba las etiquetas en los estantes delante de él. Finalmente, después de unos veinte minutos vio la pequeña figura de su señora de pie junto a un estante lejano mientras ella ordenaba los rollos sobre este. Sonriendo, Sinesio se aproximó hacia ella y con una reverencia la saludó, ¡Salve Augusta Señora!

Hipatia se volteó hacia él y con un gesto lo invitó a levantarse, ¿Qué te trae a la biblioteca tan temprano, Sinesio? Pensaba que tenías que terminar una lectura antes de la clase de hoy por la tarde.

Terminé esa lectura y me gustaría que se me asignasen textos adicionales para mi iluminación y esperando que pueda entender mejor a la mente de Dios, proclamó Sinesio con un toque de orgullo en su voz.

Sorprendida, Hipatia trató de contener la risa que la llenaba por dentro, Un estudiante que pide más trabajo. Eres un hombre inusual Sinesio.

Estoy emocionado y honorado de aprender de usted Señora. Puede que no piense nada de su fama, pero su nombre brilla como las estrellas mismas. Todos han oído de usted – en Cirene, Jerusalén, Constantinopla, Roma, Alejandría, incluso en las ciudades del norte donde las personas se pintan de azul antes de ir a la batalla. Todos conocen a la gran Hipatia de Alejandría; ¡todos quieren aprender de usted!

No los seguidores de este Patriarca Teófilo o los cristianos trinitarios que lo siguen.

"Perdóneme, Señora. Ellos toman sus ideas del emperador Teodosio en vez de pensar por sí mismos.

‘Asegúrate que nadie te haga cautivo a través de una filosofía hueca y engañosa, que depende de la tradición humana y de fuerzas elementales de este mundo en lugar de Cristo. Pues en Cristo la completa plenitud de la Deidad vive en forma corporal y en Cristo es donde ha sido llevad a la plenitud. Él es la cabeza sobre todo el poder y autoridad.’ La carta de Pablo a los Colosenses, segundo capítulo, versículo ocho al diez, citó Hipatia. "Hombres como Teófilo enseñan que lo que aprendemos aquí en el Serapeum es peligroso y de ben ser destruidos. Incluso las historias de esta tierra. Todos los textos sobre las más antiguas y apreciadas creencias.

Mucho antes de que Abraham de los hebreos supuestamente naciera, los nisu – los reyes de esta tierra eran llamados en la lengua de los hebreos como ‘faraones’ – gastaron una cantidad inimaginable de dinero pagando a los artesanos más hábiles para construir sus tumbas. Viaja a lo largo del Nilo y los verás; monumentos de un tiempo pasado. Dioses como Horus con su cabeza de halcón o como Sobek con cabeza de cocodrilo y quien creó el Nilo. Mira a tu alrededor y encontrarás libros que aún recuerdan lo que creían los primeros pueblos de esta tierra. Diosas como Hathor con cabeza de vaca o la mitad gata Bast. Pero de entre todas las diosas ninguna era más famosa que Isis, la madre divina de los reyes. En egipcio antiguo su nombre es expresado como Eset, el asiento, una referencia al trono. De Isis fluye el poder y el derecho a gobernar. Nadie puede gobernar Egipto sin su consentimiento. Ni siquiera Roma, se rió Hipatia con nostalgia.

Señora, estoy confundido Roma – o por lo menos Constantinopla – gobierna esta tierra. Los días de Egipto independiente no son más que un recuerdo, respondió Sinesio en modo respetuoso.

Hipatia se deslizó hacia un estante cercano y tomó dos rollos, Lee esto y entenderás.

Sinesio miró los títulos, ¿Estos son de la dinastía Ptolomeica?

Específicamente sobre los últimos descendientes de Ptolomeo Soter que gobernaron un Egipto independiente, Cleopatra VII, hija de Isis, madre de Ptolomeo XV Philometor Caesar – Cesarión como se le llama usualmente. Ella fue la última verdadera faraona de Egipto y la única griega en gobernar esta tierra que hablaba egipcio, reflexionó Hipatia. Si ella no e inspira a ver la mente de Dios de manera más clara, ¡no sé qué lo hará!"

Capítulo uno

La isla de Antirhodos brillaba en naranja y oro con el amanecer de dedos rosados mientras las olas del Mediterráneo golpeaban ruidosamente el cabo Lochias. Al otro lado del cabo, desde la isla con su magnífico palacio, el poderoso faro de Pharos vigilaba los numerosos barcos comerciales, de placer y militares que se movían, se agitaban y suspiraban hacia el puerto real, el Poseidum y el puerto principal de Alejandría. Trabajadores emergían de sus camas mientras daban la bienvenida a lo que esperaban que fuese un buen día para los negocios. El olor del pan recién horneado llenaba el aire salado del mar. Un día normal para Alejandría – o eso esperaban todos.

Al otro lado del delta del Nilo, en el puerto pantanoso de Pelusium, los trabajadores también se dirigieron a los muelles para recibir la carga de los buques mercantes y para cargar los barcos con bienes exóticos de Arabia y de rutas lejanas que se extendían a lo largo de la Ruta de la Seda hasta Chang-An. Las trompetas sonaron, obligando a los trabajadores a dejar lo que estaban haciendo.

¡Abran paso! ¡Abran paso!  ¡Abran paso a su suprema Majestad El rey Ptolomeo Theos Philopator, hijo de Zeus, rey de reyes y señor de señores!, gritó el heraldo en griego y luego en egipcio cuando el faraón, sentado en una silla de cedro llevada por ocho esclavos, desembarcó de la barca de oro junto con una docena de criados y cortesanos.

Mientras Ptolomeo pasaba por el puerto hacia su mansión real, su tutor, Teodoto caminó lentamente cerca del trono del rey, un reporte se encontraba en su puño. Teodoto se inclinó profundamente mientras los esclavos bajaron la silla de Ptolomeo y le ayudaron a pararse, ¿Cómo estuvo su viaje Señor?

Estoy cansado, se quejó Ptolomeo, cansado y aburrido, ¡quiero algo de deportes! ¿Hy criminales que podamos colocar en la arena el día de hoy? ¡Necesito que haya sangre!

Puede que obtenga más sangre de la que desea si estos reportes son acertados, respondió Teodoto.

¿Qué es lo que quieres decir?

Su hermana, Cleopatra Thea Philopator ha regresado de Siria.

Si es tan estúpida como para volver, entonces ¡nos desharemos de ella! gritó Ptolomeo decidido.

"Si viniera sola, eso