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Amores perrunos
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Libro electrónico132 páginas1 hora

Amores perrunos

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To help with difficulties one runs into when owning a dog, this book will teach you how the mind of a dog functions and how you can communicate with it, as to create an emotional link between you two. By means of exercises and advice, you will be able to educate dogs of any age.

En este libro aprenderÁs cÓmo funciona la mente de tu perro, cÓmo te puedes comunicar con Él, asÍ como el vÍnculo emocional que tienen. Por medio de ejercicios y consejos podrÁs educar a cachorros y perros adultos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 abr 2020
ISBN9786078237869
Amores perrunos

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    Amores perrunos - Sara Cortés

    placentera.

    Mente canina

    Mente canina es un concepto que me gustaría que todos los que poseen un perro conocieran. Éste nos permite entender la diferencia entre cómo los humanos estructuran y manejan sus comportamientos y cómo lo hacen los animales, en este caso concreto los perros.

    Para entender este concepto es preciso recurrir a la disposición del cerebro humano, en el cual podemos encontrar tres tipos de estructuras distintas: el cerebro reptiliano, el cerebro límbico o mamífero, y el cerebro neocórtex. El reptiliano, el más primitivo de los tres, regula las funciones fisiológicas involuntarias de nuestro cuerpo; es, además, el responsable de la acción reflejo-respuesta y es incapaz de hacernos sentir emociones; sin embargo, actúa sobre el control hormonal, la temperatura, el hambre, la sed, la motivación reproductiva y la respiración. Es muy parecido al de los reptiles, como los cocodrilos, pues, en términos prácticos, se puede describir como algo que se acciona o se apaga, y no tiene la capacidad de modularse: el cocodrilo puede estar reposando y en el momento en que ve a su presa, accionarse y morder con toda su fuerza.

    A diferencia del anterior, el cerebro límbico, o mamífero, contiene el almacén de nuestras emociones y recuerdos. En él se encuentra la amígdala, considerada la base de la memoria afectiva. Entre las funciones y las motivaciones del límbico están el miedo, la rabia, el amor maternal, las relaciones sociales y los celos, entre otros. Es un cerebro más evolucionado y tiene la capacidad de modularse, es decir, ayuda a decidir qué tan rápido correr y qué tan fuerte morder; por ejemplo, un perro puede solamente tocar con sus dientes tu mano o agredirte y desgarrarte como si fueras su presa. Las mamás caninas pueden modular este tipo de acciones y levantar a su cachorro del cuello y trasladarlo de un lado a otro sin necesidad de matarlo; esta característica es muy importante y es la razón por la cual durante siglos se ha recurrido a los perros para colaborar en las tareas humanas.

    El neocórtex, o cerebro racional, es el más desarrollado y permite decidir, a nivel cerebral, lo que se quiere hacer y lo que no; por ejemplo, yo puedo tener muchas ganas de ir al baño, pero si estoy en un lugar que es inapropiado, puedo retener y condicionarme a sólo ir en ciertos lugares evitando dejarme guiar meramente por el instinto. Este cerebro posibilita tener conciencia y controlar las emociones, a la vez que desarrolla las capacidades cognitivas como la memoria, la concentración, la autorreflexión y la habilidad de escoger el comportamiento adecuado. Es la parte consciente de la persona, tanto a nivel fisiológico como emocional.

    Para comprender de manera sencilla esta clasificación le daremos el nombre de cerebro emocional a la conjunción del cerebro reptiliano y el límbico, y al tercero lo llamaremos cerebro racional consciente. Gracias a estas estructuras cerebrales los humanos tenemos la capacidad de seleccionar los estímulos externos e internos a los cuales queremos responder y cómo queremos hacerlo, no se trata de un proceso meramente automatizado como ocurre en el caso del cerebro reptiliano. Por otra parte, este tipo de capacidades pueden desarrollarse también por un canino a pesar de no poseer una estructura neurofisiológica tan compleja como la de los humanos. Por este motivo es importante saber cómo funciona su cerebro para poder reconocer sus capacidades y limitantes.

    Debido a que el perro moderno evolucionó de cazar animales a convertirse en animal de compañía, su corteza cerebral, la que controla el sentido del olfato, es mucho más grande que la misma parte en el cerebro humano. En contraste, la sección del cerebro humano que razona y piensa es mayor que la del perro. Esta estructura cerebral es la que los humanos empleamos para desarrollar muchas de nuestras actividades diarias relacionadas con la resolución de problemas; es aquí donde se originó tu idea de leer este libro para conseguir herramientas para lograr incidir en lo que ya definimos como cerebro emocional de tu perro y realizar cambios en su

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