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El valor de la espera: Quien sabe esperar se lleva lo mejor
El valor de la espera: Quien sabe esperar se lleva lo mejor
El valor de la espera: Quien sabe esperar se lleva lo mejor
Libro electrónico214 páginas3 horas

El valor de la espera: Quien sabe esperar se lleva lo mejor

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Todos hemos tenido que esperar en la vida por algo o por alguien y entrar a la sala llamada "espera", no es fácil.  Es allí donde pueden surgir muchos temores, dudas, inseguridades y las emociones se pueden alterar con facilidad.  Sin embargo, cuando a la fórmula le agregamos que Dios nos ama, está con nosotros y que tiene un plan, es más fácil poder creer que todo ayuda para bien.

En El valor de la espera, Stephanie Campos provee herramientas para ayudar a quienes esperan algo en sus vidas.  Aprenderás:
  • A comprender mejor los procesos de Dios
  • Cómo controlar tus emociones
  • Formas de desarrollar tu carácter y depender de Dios
  • Cual debe ser tu actitud ante la espera
  • ¡Y mucho más!
Quizás sientas que el tiempo ha pasado y creas que no has visto nada.  No obstante, Dios siempre llega a tiempo y recuerda cada una de nuestras peticiones.  ¡Dios es fiel a sus promesas!
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 jul 2016
ISBN9781629989846
El valor de la espera: Quien sabe esperar se lleva lo mejor

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    El valor de la espera - Stephanie Campos

    FAMILIA®

    I

    SOMOS PERSONAS CON PROPÓSITO

    El Señor me dio el siguiente mensaje: Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones.

    —JEREMÍAS 1:4–5 (NTV)

    SIN IMPORTAR LA edad que puedas tener hoy, quiero decirte que Dios te pensó desde antes de la fundación del mundo y no cuando el óvulo de tu madre se unió con el espermatozoide de tu padre. En su mente divina Él ya había soñado contigo desde hace muchos miles de años, el día de tu nacimiento fue el momento donde se concretó aquello que Él ya había plasmado en su diseño divino.

    No eres el resultado de algo humanamente pensando, del fallo de una pastilla o de una mala decisión producto de la juventud de tus padres, hayas nacido dentro de un matrimonio o fuera de él, eres una persona que nació con propósito.

    La Real Academia Española define propósito como la intención de hacer o conseguir algo, es el sentido que se otorga a la vida. La mayoría de nosotros nos hemos hecho preguntas como: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿para qué estoy aquí?, ¿hacia dónde voy? El ser humano necesita intentar responderlas para encontrar el propósito de su existencia.

    Esto ha llevado a muchas personas a buscar respuestas en lugares equivocados, caminan con incertidumbre o con una sed que se vuelve insaciable en sus vidas. En ningún lugar del mundo podemos encontrar las respuestas, solo en una persona: Cristo.

    Desde el inicio (Génesis) se nos habla que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.

    Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra".

    —GÉNESIS 1:26–28, RVR1960,

    ÉNFASIS AÑADIDO

    Debemos de comprender que cada uno de nosotros fuimos creados y bendecidos, se nos dio la autoridad para fructificar, multiplicar, sojuzgar y señorear. Este fue el gran regalo de Dios para el ser humano desde el inicio. Sin embargo, el enemigo se encargó de torcer el plan divino, desde el inicio su propósito ha sido robar ese lugar que se nos dio por gracia y que menospreciemos la autoridad que tenemos en Cristo. Cuando logramos abrir nuestros ojos a esta verdad, todo cambia. Hoy te quiero dar la buena noticia: Dios te creó, lo hizo a su imagen y semejanza, además de eso te dio autoridad para ejecutar su voluntad en esta tierra.

    Es urgente que encontremos y disfrutemos el propósito de Dios para nuestra vida. Si aún no sabes las respuestas a las preguntas que indiqué antes, quiero invitarte a que sigas leyendo. Creo firmemente que Dios hablará a tu corazón y podrás, de una vez por todas, vivir tu vida al máximo.

    Es plan de Dios que seas una persona feliz, plena y completa. La espera se hace más fácil y llevadera cuando logras entender y vivir que eres parte de un propósito divino y que como lo dice la Palabra: TODO ayuda para bien (Romanos 8:28, énfasis añadido), aún aquello que no podamos entender con nuestra mente humana. Recuerda que para Dios un día son como mil años (2 Pedro 3:8), Él tiene una matemática muy diferente a la nuestra.

    Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

    —EFESIOS 2:8–10, RVR1960,

    ÉNFASIS AÑADIDO

    Algo que le da sentido real a nuestra vida es poder creer que somos salvos por la gracia de Dios, esto es un gran regalo que se nos dio en la cruz del Calvario, no tuvimos ni tenemos que hacer nada para recibir ese don (regalo) de Dios que vino a nuestra vida gracias al sacrificio de Cristo. Ninguna obra que hagamos podrá comprar nuestro boleto al cielo, solo la sangre que fue derramada tiene el valor real para darnos entrada hasta ese lugar hermoso que ha sido preparado para los elegidos.

    Nuevamente, vemos en Efesios que hemos sido creados y hechos por Dios y se nos dio una misión especial: andar en las buenas obras que Él preparó de antemano para nosotros. Queda claro que Dios no improvisa hoy lo que hará mañana, sino que todo lo tiene planificado conforme a su voluntad. Él es el mejor gerente de proyectos.

    TIENES UN GRAN VALOR

    Quiero detenerme en la gran verdad que nos muestra que fuimos creados por Él. ¡Esto nos da un valor increíble! Cuando vamos a un centro comercial, es normal ver tiendas con ciertos nombres de marcas reconocidas; esto nos indica que todo lo que hay ahí adentro fue diseñado y creado por esa línea. Si queremos tener ese bolso, zapatos, ropa, joyería, aparatos electrónicos, entre otras cosas, tendremos que pagar una buena cantidad de dinero. La marca da un valor extra.

    Lo mismo pasa con nosotros, solo que muchas veces no lo hemos descubierto o se nos olvida. Tenemos una gran etiqueta que dice: Made in Heaven (hecho en el cielo), quizás muchas veces menospreciamos el gran valor que esto nos da. No solo fuimos creados ahí, sino que las manos del Alfarero dieron forma a cada parte de nuestro cuerpo.

    Algo que afecta a miles de hombres y mujeres en todo el mundo es la baja autoestima; la cual los acompaña muchas veces. Creen que valen por lo que tienen o por lo que hacen y pasan largas horas trabajando para acumular el dinero que les permita tener cierto estatus. No vales por la marca de auto que tengas, cuánto ganes al mes, el residencial donde vivas, el puesto que tengas, cuántos idiomas hables, sino por lo que eres en tú corazón y por lo que Cristo hizo por ti.

    Cuando estás frente al espejo, ¿qué ves? ¿qué dices de ti? Muchas personas andan enojadas, resentidas o en un eterno pleito consigo mismas; se olvidan que la única persona que estará toda la vida junto a uno es uno mismo.

    Cuando una persona no se ama a sí misma, jamás podrá amar a los demás. El diseño de Dios es que lo ames a Él, te ames a ti y luego ames a quienes te rodean, si algo en esa fórmula se altera todo lo demás se verá afectado.

    Quizás alguien dañó tu autoestima cuando eras pequeño. Todos hemos recibido burlas o palabras que nos etiquetaron por algún defecto físico, pero hoy es el día en que puedes hacer un alto y permitir que el amor de Dios te sane, te llene y te muestre cuánto vales para Él.

    La sociedad nos presenta estándares de belleza falsos. A las mujeres nos exige tener una figura específica, vestir ciertas marcas, un cabello espectacular y lucir como una Miss. Sin embargo, cada una de nosotras tiene una genética diferente, nacimos en culturas y realidades diferentes. Es imposible cumplir con esos estándares que, por cierto, ¿quién los estableció como reales? Hoy en día, miles de mujeres luchan con graves problemas de amor propio solo por no tener el porcentaje de grasa idóneo. Creo firmemente que tenemos que cuidar nuestro cuerpo, hacer ejercicio y comer saludablemente, pero no por obsesión o porque eso nos dé valor, sino porque amamos la obra maestra que somos y queremos ser buenas administradoras de lo que Dios nos ha dado. Mujer que lees estás líneas: eres valiosa, hermosa y especial, no por cómo luzcas o por lo que hagas, sino porque eres una hija amada y aceptada del Padre, eres su princesa. Si quieres mejorar algún aspecto de tu vida, hazlo, pero con la intención correcta.

    Lo mismo les pasa a los varones, se ha impuesto el modelo del hombre musculoso, superhéroe, que no tiene derecho a llorar o a sentirse mal, que todo lo tiene que saber y muchas cosas más. Esto está cargando a los varones. Recuerda que eres valioso y Dios te dio el privilegio de ser cabeza de hogar, Él confío en ti, no por lo que hagas, sino por lo eres en Él.

    Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.

    —SALMO 139:13–16, RVR1960,

    ÉNFASIS AÑADIDO

    La próxima vez que dudes de tu valor como persona y te dejes llevar por pensamientos que te quieran desanimar, recuerda que no eres producto de la casualidad. Dios se tomó el tiempo de crear cada parte de tu cuerpo.

    Siempre me ha sorprendido cómo funciona el cuerpo, cada órgano y aparato son formidables. No hay mente humana que pueda igualar lo que Dios ha hecho en nuestro cuerpo. Cada parte es importante, si no, pregúntale a aquellos que se han golpeado el dedo pequeño del pie si les dolió mucho. El hecho de que en nueve meses se forme un ser humano dentro del cuerpo de una mujer es un gran milagro.

    No existe un ser humano en la tierra, aún entre hermanos, que sean exactamente iguales. A pesar de los millones de personas que habitan la tierra, todos tenemos una huella digital diferente. ¡Eres único!

    DENTRO DE TI HAY UN GRAN TESORO

    Dios no se equivocó cuando te formó. Él se tomó muy en serio el tiempo que invirtió en ti. Desde que te pensó buscó el país, la familia, el tiempo, las características físicas, la personalidad, el tono de voz, el color de ojos y cabello; en fin, cada detalle fue escogido con detenimiento. Al pensar en la complejidad del ser humano, nuestro corazón debería de saltar de agradecimiento, somos una obra maravillosa.

    Además, como parte del plan divino, puso en nuestro interior tesoros que tenemos que descubrir y cultivar todos los días. Estos nos ayudarán a disfrutar más la vida y podremos bendecir a quienes nos rodean.

    El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.

    —LUCAS 6:45

    Hoy, las preguntas que nos tenemos que hacer son: ¿conocemos los tesoros que hay dentro de nosotros?, ¿qué hay en nuestro corazón?

    Muchas personas podrían pasar la vida ignorando lo que hay en su interior, lo que los incapacita para que saquen los tesoros más valiosos, depositados por Dios, con un propósito.

    La Palabra nos enseña que todo lo que hemos acumulado en nuestro corazón va a influenciar, para bien o para mal, tanto nuestra vida como en la de aquellos que nos rodean. Es nuestro deber revisar qué hemos guardado por años, qué tenemos que sanar y qué, definitivamente, hay que botar.

    Nuestro Creador colocó tesoros maravillosos en lo más profundo de nuestro ser; sin embargo, con el pasar del tiempo, los afanes de este mundo pueden enterrar esos tesoros, quizás por eso muchas veces vemos personas que alcanzan el éxito, que son felices, que se desarrollan profesional, familiar y económicamente, mientras nosotros nos hemos quedado estancados. ¿Qué pasó?, puede ser que estemos ignorando el material del cual estamos hechos; si así fuera, tenemos que empezar a desenterrar los tesoros que Dios sembró en nuestra vida desde el inicio. Cuando lo hagamos, vamos a tener la convicción de que somos únicos y especiales.

    DISEÑADOS PARA BUENAS OBRAS

    Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

    —EFESIOS 2:10, RVR1960

    Creo firmemente, porque lo he vivido, que cuando tenemos claro nuestro propósito en Dios, nos es más fácil entender que cuando Él nos hace esperar es por alguna razón (a lo largo del libro vamos a ver muchos de estos puntos). Por experiencia propia, sé que esperar no es fácil, a nadie le gusta esperar; sin embargo, existe una gran diferencia entre esperar solo y esperar con Dios. Cuando lo incluimos en la fórmula, todo, absolutamente todo, cambia.

    La Palabra nos enseña que somos hechura de Dios, creados en Él para buenas obras las cuáles fueron preparadas desde el inicio para que andemos en ellas y las ejecutemos.

    Todo en la vida inicia por una creencia. Según el diccionario, una creencia es una idea o un pensamiento que se asume como verdadero. Hoy quiero invitarte para que revises en qué crees realmente, qué tipo de información has venido guardando en tu mente con el paso de los años.

    Pues como piensa dentro de sí, así es.

    —PROVERBIOS 23:7

    Lo que pensamos de nosotros mismos es sumamente importante. Por eso, a la luz de la Biblia, tenemos que creer que fuimos creados en Él para algo bueno, nacimos para accionar, alcanzar y poseer.

    Hay obras, tareas y proyectos que Dios espera que nosotros realicemos. Para esto necesitamos ser equipados con las herramientas y el carácter necesario para llevar a cabo lo que se nos ha asignado. Por esa razón es que Dios trabaja en nuestra vida por medio de procesos y usa la espera como parte fundamental para el desarrollo y crecimiento emocional y, ante todo, espiritual.

    Cada día tenemos un milagro latente: nuestra vida. El corazón humano alcanza la plenitud al encontrarse con Dios y creer que nacimos para algo especial. Cuando decidimos vivir en esta realidad, se nos facilita enfocarnos en potencializar lo que ya tenemos y no en enfocarnos, desesperadamente, en lo que aún no ha

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