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El presente como historia: Dos siglos de cambios y frustración en Chile
El presente como historia: Dos siglos de cambios y frustración en Chile
El presente como historia: Dos siglos de cambios y frustración en Chile
Libro electrónico456 páginas6 horas

El presente como historia: Dos siglos de cambios y frustración en Chile

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Este libro recorre dos siglos de evolución de la economía chilena. Destaca tres grandes ciclos de cambio, auge, declinación, crisis y frustración experimentadosdesde la Independencia hasta la década de 1970. Y plantea la posibilidad que actualmente nos encontremos en la etapa de auge de un cuarto ciclo.

El primer ciclo se extendió desde los años treinta hasta mediados de los sesenta del siglo XIX y sentó las bases del Estado Nacional. El segundo se inició en la década siguiente con el auge salitrero y tuvo amplios efectos positivos sobre múltiples aspectos del desarrollo nacional. Pero la especialización salitrera con su falta de diversificación productiva y exportadora pasó la cuenta al país en conjunto con la Gran Crisis Mundial de 1930. El tercer ciclo se inicia con la Corporación de Fomento de la Producción, en 1939 y se caracterizó durante tres décadas por políticas de desarrollo productivo y social que innovaron en aspectos fundamentales de la institucionalidad pública, la economía y la sociedad. Entró en decadencia a fines de la década de 1960 y tuvo su dramática crisis terminal con el golpe militar de 1973.

Después de la crisis de la deuda externa de comienzos de los años ochenta, que puso fin al experimento neoliberal a ultranza puesto en vigor por la dictadura, el país inicia un cuarto período de grandes cambios e intenso auge económico y transformación social, que ha generado en algunos la esperanza que Chile se encuentre ya en el umbral del desarrollo. El autor no comparte esa ilusión. No obstante los innegables logros en materia de modernización, crecimiento y reducción de la pobreza, llama la atención sobre la tenaz persistencia de profundas brechas de productividad en la estructura productiva. Este es un factor determinante de las agudas desigualdades laborales y sociales existentes, lo que a su vez constituye una severa amenaza al actual ciclo de expansión. De no corregirse a tiempo y a fondo, estas características del modelo de crecimiento vigente podrían acarrear, una vez más, decadencia, crisis y frustración.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento27 dic 2017
ISBN9789563240924
El presente como historia: Dos siglos de cambios y frustración en Chile

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    El presente como historia - Osvaldo Sunkel

    nuestros.

    Presentación 

    Ricardo Ffrench-Davis

    Conocí a Osvaldo Sunkel Weil en los años sesenta, cuando se desempeñaba como profesor investigador en el pionero Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, cuya formación había él mismo impulsado junto con el historiador y sociólogo Claudio Véliz. Fue en un seminario sobre desarrollo y relaciones internacionales, en el local del instituto en Miguel Claro, en la comuna de Providencia. La región vivía por entonces los tormentosos años que precedieron a la instalación de las dictaduras y el predominio de la ideología de la seguridad nacional, combinada con el neoliberalismo extremo en los países del Cono Sur. Era un escenario convulsionado por los efectos de la guerra fría, mientras la dependencia y la pobreza se erguían como una deuda no resuelta del periodo de la llamada industrialización sustitutiva. Entonces, amplios sectores de la población hacían oír con energía sus demandas en busca de mayor participación en las decisiones que los afectaban y presionaban en pos de transformaciones sistémicas que permitieran resolver sus problemas. Poderosos vientos de cambios soplaban en Chile y numerosos intelectuales aportaban al debate sobre las reformas en curso y se sumaban así a las esperanzas y sueños colectivos de avanzar en el camino hacia el desarrollo. Estas utopías se desmoronarían después, en los años setenta, víctimas tanto de la resistencia enconada de quienes se negaban a perder sus privilegios para repartirlos entre las mayorías, como de los propios y numerosos errores cometidos por quienes impulsaban las transformaciones.

    De esos tiempos de debate y fervor se nutrían la pluma, el rigor y el talento de Sunkel, un ingeniero comercial formado en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Chile, con estudios de postgrado en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y en la London School of Economics and Political Science. Hacia mediados de los años sesenta Sunkel era ya bastante conocido, aunque todavía no escribía algunos de los trabajos que le otorgarían el amplio y merecido prestigio del que hoy disfruta en América Latina y en el mundo entero, como uno de los progenitores del pensamiento estructuralista desde una perspectiva no sólo económica, sino multidisciplinaria. Reconocido como un fecundo formador de nuevas generaciones de economistas a través de su actividad docente, y como un investigador que ha perseverado sin tregua en iluminar la decisiva influencia que tienen en el desarrollo socioeconómico las características estructurales y las trayectorias sociopolíticas de los países, las transformaciones que coetáneamente ocurren a nivel internacional, el papel crítico de la educación, la ciencia y la innovación tecnológica, y los acuciantes dilemas de la sustentabilidad ambiental.

    Nacido en Puerto Montt en 1929 en el seno de una familia de clase media, descendiente de inmigrantes europeos, Osvaldo Sunkel estudió en la ciudad de Osorno y terminó su enseñanza media en Santiago, en el Internado Nacional Barros Arana. Todavía recuerda de esos años que cuando viajaba al sur del país en el auto de un pariente, no existía la Carretera Panamericana, el camino era en su mayor parte de tierra y ripio, en algunos puntos poco más que una huella, y con frecuencia la vía se interrumpía durante semanas por el barro. Para llamar por teléfono a Santiago había que pedir hora con anticipación a la operadora y, luego de esperas prolongadas, se producía la comunicación y apenas se escuchaba.

    Tras terminar la carrera de Economía en la Universidad de Chile participó entre los años 1952-1953 como becario en un curso de capacitación sobre Problemas del Desarrollo Económico, que impartía Jorge Ahumada, aquel notable economista chileno, en la Cepal, en Santiago, donde sus alumnos recuerdan hasta el presente que debían leer y discutir en once meses cerca de 11.000 páginas de libros, estudios, documentos e investigaciones sobre el desarrollo de América Latina.

    Enseguida, partió becado a Inglaterra, a estudiar entre 1953-1955 en la London School of Economics and Political Science, en un programa de investigación para estudiantes de postgrado, al cual acudían jóvenes talentosos de diferentes regiones del mundo. Fue en esas aulas londinenses donde Sunkel comenzó a indagar en el problema de la inflación, un mal entonces endémico de los países de América Latina. El mismo rememora que cuando quiso continuar en Londres con sus estudios en desarrollo económico, el director de esa escuela, el famoso economista Lionel Robbins, le replicó con una pregunta: ¿Qué es eso? Si le interesan esas cosas, tiene que estudiar demografía. Con las lecturas, debates y seminarios a los que asistió empezaron a formarse sus propias ideas sobre las causas y consecuencias del fenómeno inflacionario en los países de la región, más complejas por cierto que las teorías monetaristas en boga en esos años. Sus ideas maduraron después en la Cepal con el aporte de Juan Noyola, y se plasmaron posteriormente en su conocido estudio publicado en 1958 por El Trimestre Económico, La inflación chilena: un enfoque heterodoxo, incluido en este libro en una versión revisada, y que constituye un clásico en la materia.

    Desde Londres Sunkel regresó a la región en 1955 para incorporarse como investigador en la Cepal, descartando ofrecimientos de estudios de postgrado en universidades prestigiosas de Estados Unidos y Canadá. Es en el seno de esta fecunda institución, la Cepal, donde Sunkel ha realizado la mayor parte de su labor, desempeñándose en dos períodos diferentes. En una primera etapa de trece años, entre 1955 y 1968 fue investigador en la División de Desarrollo Económico, después fundador y director de la oficina de Cepal en Brasil y de los cursos de Desarrollo Económico. Al retornar a Santiago en 1962 dirigió primero el Programa de Capacitación del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES), una de las entidades integrantes de la Cepal, y después fue Director de la División de Desarrollo Económico. En un segundo período, Sunkel volvió a la Cepal para trabajar como Coordinador de la Unidad de Desarrollo y Medio Ambiente durante once años, entre 1978 y 1988. Posteriormente, ha sido Asesor Especial del Secretario Ejecutivo de la Cepal y en la actualidad es Presidente del Consejo Editorial de la Revista Cepal.

    A Sunkel se le puede considerar como uno de los autores esenciales para entender el pensamiento cepalino, que cobija a la vertiente estructuralista y neoestructuralista, para la cual los fenómenos económicos, sociales y políticos se encuentran estrechamente interrelacionados entre sí y la raíz de los problemas del desarrollo estriba en causas y factores estructurales, y no sólo en imperfecciones de los mercados, sin perjuicio de que estas, desde luego, sean en algunos casos muy profundas e incidan también de modo determinante. Esta vertiente sostiene que las sociedades, y por tanto las economías, funcionan de acuerdo con las estructuras que las forman, entendiendo por tales al conjunto de las instituciones, el comportamiento, la cultura y la tecnología, entre otras variables, es decir, a sus elementos más persistentes en el tiempo. En materia económica, como sostiene Raúl Prebisch, existe un sistema jerárquico mundial, con un centro y una periferia, cuyos componentes se relacionan de manera que entre los países del centro y los de la periferia existe una desigual distribución del progreso técnico y de los términos del intercambio, generando un desequilibrio estructural, que explica buena parte del atraso o subdesarrollo de los países latinoamericanos. Se trata de una visión holística, que en cierto sentido anticipa perspectivas propias del período actual de la globalización, como la del Premio Nobel de Economía Douglas North sobre el nuevo institucionalismo.

    El pensamiento de Sunkel contribuye posteriormente a la corriente neoestructuralista, que revisita y ahonda en diversos aspectos del estructuralismo, a partir del nuevo escenario económico mundial que comienza a configurarse en los años sesenta y se plasma en los setenta con el shock del alza de precios del petróleo y el estreno de la OPEP en la escena internacional. Fija atención en los fenómenos financieros internacionales y en los desequilibrios macroeconómicos de los países, a los cuales se concedía menos atención en los años cincuenta y sesenta, porque las políticas nacionales tenían entonces un margen de maniobra mayor en asuntos como el control del tipo de cambio y los movimientos de capitales. En el fondo, el neoestructuralismo constituye un aporte analítico a los efectos de la expansión del comercio internacional en los años sesenta, del sistema financiero internacional en los años setenta y a las sucesivas respuestas a los shocks de las décadas posteriores.

    En todos estos terrenos, Sunkel ha efectuado aportaciones notablemente relevantes. Es conocido por sus estudios sobre la especificidad del desarrollo latinoamericano y sus implicancias para la teoría del desarrollo. Su libro con Pedro Paz, El subdesarrollo de América Latina y la teoría del desarrollo, tiene más de una treintena de ediciones desde 1970. Se anticipó en casi una década a las insuficiencias y críticas a las políticas neoliberales en El desarrollo desde dentro: un enfoque neoestructuralista para América Latina, publicado en 1991. En materia de historia económica es coautor junto con Carmen Cariola –su esposa desde 1956– de Un siglo de historia económica de Chile: 1830-1930, incluido también en este libro en una versión revisada y condensada, una investigación que aporta nuevas perspectivas sobre la importancia del salitre en el desarrollo del país. Es también autor de un artículo sobre Capitalismo transnacional y desintegración nacional en América Latina, publicado en 1971, y que ha sido reproducido en siete idiomas, donde analiza la transnacionalización y la dependencia, en una visión que es un notable anticipo de la temática actual de la globalización. En su segunda etapa en la Cepal ha sido precursor en los temas de medio ambiente y desarrollo sustentable, hoy de plena actualidad y vigencia, que abordó a comienzos de los ochenta en su artículo Estilos de desarrollo y medio ambiente, así como en otras obras. En Debt and Development Crises in Latin America, the End of an Ilusion, publicado por Oxford University Press en 1986 y 1988 (también traducido al español y portugués), analizó con Stephany Griffith-Jones los efectos de la crisis de la deuda externa en los países de la región.

    La obra polifacética y prolífica de Sunkel, que conforman 33 libros y textos de estudio, y 152 artículos y capítulos de libros, la mayoría de ellos en español e inglés, ha sido ampliamente reconocida a nivel internacional. La asociación académica mundial de especialistas en asuntos latinoamericanos, Latin American Studies Association, le confirió en 1994 el premio Kalman Silvert Award, su máxima distinción, que sólo ha sido otorgada a cinco latinoamericanos en las 18 distinciones entregadas desde 1983. En 1966 fue elegido Miembro del International Scientific Advisory Board de la Unesco y durante 1997-1998 fue presidente del Comité Organizador de la V Conferencia Bienal de la Sociedad Internacional de Economía Ecológica.

    Los ex Presidentes de Chile y Brasil, Ricardo Lagos y Fernando Henrique Cardoso, respectivamente, resaltaron en una carta en 2009 de apoyo a la postulación al Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales de Sunkel, que este ha realizado también una importante contribución a la creación y consolidación de instituciones académicas. En la Universidad de Chile contribuyó desde muy joven al desarrollo y fortalecimiento de la Facultad de Economía, luego fue cofundador e impulsor del Instituto de Estudios Internacionales y más recientemente del Instituto de Asuntos Públicos. También colaboró en la creación de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, así como de las respectivas comisiones de las Universidades de Chile y Católica.

    A su vez, el ex Presidente Patricio Aylwin señaló en 2009, en una carta de respaldo a esta misma postulación al Premio Nacional de Ciencias Sociales, que el desarrollo educativo de América Latina y el Caribe también se ha beneficiado en los últimos 15 años de la labor de Sunkel. El ha sido corresponsable, conjuntamente con el Presidente del Diálogo Interamericano de Washington, del Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina (Preal), que ha formado una red de especialistas en educación agrupados en 23 centros, en 12 países de América Latina y el Caribe, y que ha desarrollado una intensa actividad de asesoría, investigación, evaluación, publicaciones y difusión a favor del desarrollo educativo de la región.

    La trayectoria académica de Sunkel es amplia y diversificada en países y temas. Además de ejercer como Profesor Titular en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, ha sido Profesor Investigador del Instituto de Estudios Internacionales, Coordinador del Programa de Desarrollo Sustentable, Director del Centro de Análisis de Políticas Públicas) y Director del Instituto de Asuntos Públicos, todos de esta misma casa de estudios. Se ha desempeñado también como Profesor Invitado en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Durante doce años fue Professorial Fellow del Institute of Development Studies de la Universidad de Sussex y ha sido Profesor Visitante de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), de El Colegio de México, de la Universidad de París, del Max Planck Gesellschaft en Munich, Alemania, y en Estados Unidos, de las universidades de Texas en Austin, de Duke, de California (Los Angeles) y de Florida. Generaciones completas de economistas de Chile y otros países han sido sus alumnos.

    Contribuyó a fundar y dirigió durante más de una década Pensamiento Iberoamericano. Revista de Economía Política, que llegó a ser uno de los medios más importantes de intercambio académico en materia de ciencias sociales en los países iberoamericanos. Y en la actualidad es Presidente del Consejo Editorial de la Revista Cepal.

    Sunkel ha transitado por la vía del pensamiento cepalino junto a autores de talla e influencia no sólo latinoamericana sino mundial, como Fernando Henrique Cardoso, Enzo Faletto y Celso Furtado. En su trayectoria tiene el privilegio de haber sido discípulo del fundador de la Cepal, el economista Raúl Prebish, así como ayudante de Aníbal Pinto Santa Cruz en su curso de Desarrollo Económico, y de Jorge Ahumada y Juan Noyola.

    Siendo un hombre progresista, aunque nunca ha militado en un partido político, y sin duda un resuelto partidario de la democracia como el mejor sistema de gobierno que existe, Sunkel ha sufrido la contradicción que suele asaltar a los intelectuales que participan en la política, entre la libertad del pensamiento que requiere la creación, y la necesidad de alinearse en ciertas orientaciones que requiere a menudo la acción política. En su caso, ha predominado la seducción de la libertad por sobre la del poder.

    Hacia fines de los años sesenta, cuando Osvaldo Sunkel ya no estaba en la Cepal, recuerdo haberlo invitado junto con Alejandro Foxley a participar en la confección del programa de gobierno del candidato de la Democracia Cristiana, Radomiro Tomic. El agradeció nuestro ofrecimiento, pero lo rechazó gentilmente: ya estaba en una labor similar para el programa del candidato de la Unidad Popular, Salvador Allende, trabajando con el equipo que formaban Pedro Vuskovic, Gonzalo Martner, Carlos Matus y Max Nolff. Por un lado, la anécdota refleja que la distancia entre las candidaturas de Allende y de Tomic era menor de lo que hoy parece, a la distancia, y también que había personas que podían alinearse con una u otra, dada la cercanía de estas. En 1971, según me ha relatado el propio Osvaldo Sunkel, durante un encuentro internacional sobre la Vía Chilena al Socialismo, al que asistieron invitados de varios países, cuando el Presidente Allende ingresó al recinto a inaugurar la reunión se detuvo un momento junto a Sunkel y le dijo: qué pena, pero no he podido con los partidos. Fue la forma que empleó para explicarle por qué no había sido llamado al gobierno.

    Como muchos intelectuales, el preveía la inminencia del golpe militar, pero no la brutalidad de la represión que se desencadenó en un país donde había existido democracia y tolerancia durante décadas. En la mayor parte del período inicial de la dictadura chilena, Sunkel vivió en el exterior realizando docencia en diferentes países. Sólo regresó a Santiago cuando el entonces Secretario Ejecutivo de la Cepal, Enrique Iglesias, lo invitó a reintegrarse a este organismo en el cargo de Coordinador de la Unidad de Desarrollo y Medio Ambiente.

    Para Sunkel fue una oportunidad valiosa de regresar a la patria, donde ya surgían las primeras tímidas manifestaciones públicas de descontento con la falta de libertades, las violaciones a los derechos humanos y las consecuencias de la contrarrevolución neoliberal en curso. Representaba, además, la posibilidad de situarse, de nuevo, tal como en los años cincuenta, en un tema emergente, pionero, el del medio ambiente, sobre el cual había muy pocos avances en Chile, aunque algo más en otros países de la región, como Brasil y México. Su perspectiva fue singular: buscar la intersección entre la preservación del medio ambiente y el desarrollo, el desarrollo sustentable.

    Su responsabilidad en materia de medio ambiente partió por trazar diagnósticos, formar equipos y especialistas en el tema, y en sensibilizar a los gobiernos y el sector privado sobre la necesidad de contar con regulaciones y políticas. Muchos de quienes elaboran políticas públicas medioambientales hoy en América Latina estuvieron relacionados en algún momento de sus trayectorias con la unidad que dirigió en la Cepal.

    Al término de esta actividad en Naciones Unidas, Sunkel emigró hacia el campo editorial, primero en Pensamiento Iberoamericano y después en Revista Cepal. Entretanto, se ha mantenido en el campo de la docencia, es presidente de la Corporación de Investigaciones para el Desarrollo (Cinde), Corresponsable del Programa para la Promoción de la Reforma Educativa en América Latina (Preal), Miembro de la Comisión Internacional sobre Educación, Equidad y Competitividad Económica en América Latina y el Caribe, y Académico de Número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, entre otras variadas responsabilidades.

    En su línea de reflexión y trabajo más reciente, se ha dedicado a examinar las insuficiencias del desarrollo en el país y de las democracias renacientes en América Latina, que reemplazaron a las dictaduras y modificaron las políticas económicas, para culminar señalando propuestas alternativas, que han sido publicadas en diversos artículos y libros. El último de estos libros, titulado Hacia el desarrollo inclusivo. El caso de Chile, un texto coeditado con Ricardo Infante, recibió el apoyo de Chile 21, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Propone en esas páginas la adopción de una estrategia de desarrollo inclusivo con equidad creciente, de largo plazo y puesta en práctica gradual, que tome en cuenta la diferente situación de los estratos productivos y sociales en el proceso de crecimiento. Según postula, la superación de la heterogeneidad estructural característica del desarrollo en Chile y América Latina constituye un requisito esencial para avanzar en el crecimiento inclusivo, y el objetivo implica reducir el diferencial de productividades al interior de los sectores y a la vez entre estos mismos, mientras se desarrollan políticas que buscan hacer más denso el tejido productivo.

    Este libro, cuya lectura recomiendo con entusiasmo, constituye una obra valiosa para una mejor comprensión del desarrollo chileno durante los últimos dos siglos y del pensamiento neoestructuralista. El autor nos presenta en este texto un compendio revisado y editado de sus trabajos más importantes sobre Chile, estructurados en seis capítulos, que abarcan la mayor parte del bicentenario de vida independiente del país. Su lectura, en mi caso su relectura, permitió encontrar paralelos, relaciones y sesgos comunes, así como diferencias y particularidades en diversos estadios del desarrollo del país, confirmando la hipótesis del desarrollo pendular entre la alternación de los periodos estadocéntricos y mercadocéntricos que han marcado la historia chilena, para utilizar los conceptos acuñados por Sunkel.

    Se trata de un texto altamente recomendable e imprescindible para un estudio riguroso del pasado, la única forma que tenemos en el presente para evitar cometer hoy los mismos errores de quienes nos antecedieron. Muchos de los problemas contemporáneos han surgido también en el pasado, en otros contextos y con diferentes actores. De sus páginas surgen respuestas a algunos de los más acuciantes retos contemporáneos y nuevas interrogantes para seguir investigando.

    Para los que tenemos el privilegio de contarnos entre quienes hemos seguido la trayectoria y la producción intelectual de Osvaldo Sunkel, y que además somos sus amigos, este libro constituye el pago de una deuda que él tenía pendiente desde hace años con sus lectores y consigo mismo. Con estas páginas, cuya lectura aconsejo en forma calurosa, él salda esa deuda y nos abre el apetito por sus próximos trabajos.

    Agosto de 2011

    Introducción

    Este libro surgió de una idea que permaneció en estado latente, sin concretarse hasta que comencé a trabajar en ella a mediados del año 2010: compilar en una versión revisada y condensada los principales trabajos que he publicado sobre la situación económica, social, ambiental y política chilena, en definitiva, sobre el desarrollo nacional, durante mis casi 60 años de labor académica, de dirección de proyectos e investigación tanto en organismos internacionales como en instituciones educacionales y organizaciones no gubernamentales, desde comienzos de los años cincuenta hasta el presente.

    Dada mi cercanía obvia con los trabajos que he escrito, quise tener un juicio previo e independiente del mío sobre el eventual interés que estos textos podrían suscitar en una versión condensada. Acudí a varios amigos que me indicaron sus criterios. Existía materia prima como para emprender esta labor, me señalaron. También fue muy alentador para mí el interés que me manifestó Arturo Infante, editor de Catalonia Libros, para publicar esta obra, desde que conoció el proyecto, y la entusiasta disponibilidad de Manuel Délano para ayudarme en esta tarea.

    El siguiente paso fue seleccionar los textos. El universo donde era posible elegir los trabajos que se pueden integrar en esta antología está conformado por un total de 33 libros y 152 documentos o capítulos de libros de los que he sido autor o coautor, incluyendo algunos en los que dirigí un equipo redactor o responsable o fui uno de sus integrantes¹. Despejando aquellos que no se refieren a la situación chilena, sino a América Latina o a problemas más teóricos, así como otros que son el mismo texto publicado en diferentes idiomas, países o instituciones, logré llegar a un grupo más acotado de textos. De ese conjunto elegí aquellos trabajos que, por su contenido, posibilitan presentar una visión sintética de las reflexiones y aportes que he procurado entregar en las últimas décadas sobre el desarrollo del país.

    No obstante la heterogeneidad de los textos seleccionados, y de su diferente nivel de profundidad, metodología e incluso de fines, se encuentra en ellos un gran tópico unificador, una suerte de común denominador de todos: en el desarrollo chileno de largo plazo, descrito y analizado en diferentes etapas, que en algunos casos se superponen y en otros dejan ciertos espacios entre ellos, se observan periodos de notable progreso y cambios, seguidos invariablemente de otros de acumulación de tensiones, frustraciones, crisis y colapso.

    Cada capítulo de esta obra se basa sobre uno o más textos del autor, sin perjuicio de que se citen otros trabajos propios y, desde luego, de otros autores. En su gran mayoría los estudios originales fueron revisados, editados y condensados para lograr en esta versión un contenido que, sin perder el espíritu del o de los trabajos en que se basa(n), tuvieran coherencia en una extensión ceñida a la de un capítulo. A la vez, quise evitar hasta donde fuera posible reiteraciones entre ellos –algo hasta cierto punto inevitable, dado que el autor es el mismo–, y procurar que se concentraran más en aquellos aspectos que conservan vigencia e interés hasta el presente.

    Abordar con la metodología descrita los textos propios constituye un privilegio inmenso para un autor. La revisión misma de los artículos requirió de una lectura crítica de mis propios trabajos, lo que permitió desbrozar y separar el trigo de la maleza, lo perenne de aquello más perecedero. Y sobre todo, puede facilitar al lector la percepción de una línea de pensamiento consistente y abierta a nuevas influencias y temáticas.

    Cada capítulo de este libro se puede leer en forma independiente del resto. Esto permite, por ejemplo, una lectura flexible, sea lineal, siguiendo el orden propuesto, o bien saltándose algunos capítulos, para prestar atención sólo a aquellos que interesen más específicamente.

    La organización de los siete capítulos de esta obra fue de carácter cronológico, concentrada en los dos siglos de vida independiente de Chile, a fin de resaltar la evolución de mi pensamiento en algunos tópicos, pero también en torno a la presentación de determinados conceptos o debates en los que he participado, en diferentes periodos históricos. Ciertos hitos de la historia nacional están presentes en más de un capítulo y, de alguna manera, operan como bisagras que unen y separan etapas distintas.

    Lo que terminó de convencerme de la necesidad y oportunidad de publicar este libro fue mi angustia de que esta historia de cambio, frustración y crisis vuelva a repetirse, como en el caso del auge y colapso del salitre (capítulo III). Vivimos nuevamente un periodo de espectacular auge exportador, que si no es aprovechado con inteligencia y audacia, conducirá nuevamente a la frustración y crisis.

    Como se muestra detalladamente en el capítulo VII, en el segmento moderno, competitivo y de elevada productividad –es el caso del orientado al comercio exterior, los servicios financieros y el retail– los grupos sociales (minoritarios) vinculados a ellos y las áreas geográficas pertinentes, se expanden dinámicamente, muy por encima del promedio, pero con escasa creación de empleos. Los segmentos de productividad mediana o baja, que incluyen el grueso del empleo informal y precario, los grupos sociales pertinentes (mayoritarios) y los espacios geográficos en que se localizan, corresponden a actividades de crecimiento lento que tienen escasos vínculos con los sectores de punta. Participan solo en forma tangencial en el crecimiento y, en consecuencia, por más elevado que este sea no genera los resultados esperados para la mediana, pequeña y microempresa y para los sectores sociales de medianos y menores ingresos correspondientes.

    Se trata de una dinámica divergente, con efectos socioculturales y políticos contradictorios. Quienes se insertan en el proceso de globalización satisfacen plenamente las expectativas socioculturales y de consumo que este genera; son los ganadores. Los que quedan al margen se ilusionan con el bombardeo televisivo y publicitario de la globalización a nivel virtual, que genera delirantes expectativas de consumo pagadero en cómodas cuotas mensuales. Se genera así una aguda contradicción entre expectativas y realidad, acentuada por el agobio del endeudamiento creciente a que da lugar no solo la exacerbación del consumo, sino también la privatización de los servicios sociales que ha afectado en especial a los sectores medios.

    Posiblemente se encuentre aquí una de las causas de la desafección e insatisfacción social crecientes respecto de la democracia, e incluso de conductas antisistémicas tales como las reiteradas protestas violentas, la delincuencia y la drogadicción, que no parecieran tener correspondencia con el exitoso crecimiento económico.

    En este contexto, la acción del Estado está centrada en implementar políticas públicas asistencialistas en favor de los excluidos, sobre todo de los más pobres. Esto ha permitido atenuar las carencias de estos grupos sociales, pero no ha resuelto los problemas de la pobreza relativa y de la equidad, es decir, no se ha logrado disminuir las enormes diferencias entre los grupos sociales excluidos y los de mayores niveles de ingreso.

    Como lo revela la experiencia reciente, los efectos sociales de esta dinámica disociadora y divergente pueden en el mejor de los casos atenuarse con tasas más elevadas de crecimiento y una mayor y mejor utilización del gasto social, pero incluso esta realidad tiene sus límites. De ahí que para enfrentar decididamente este problema haya que pensar en cambiar radicalmente el enfoque de las políticas públicas, adoptando una estrategia de largo plazo de desarrollo inclusivo que permita superar gradualmente la heterogeneidad estructural prevaleciente en los diferentes estratos, sectores y regiones de la matriz productiva y social del país, puesto que además de la concentración de la riqueza y el mal funcionamiento del mercado de trabajo, esa diversidad extrema de capacidades productivas entre unas minorías privilegiadas y mayorías postergadas es uno de los principales obstáculos que impiden lograr el crecimiento con equidad y contribuir así a mejorar la convivencia ciudadana y la democracia.

    Tras la presentación y de esta breve introducción, en el primer capítulo de este libro abordo el periodo histórico más reciente, desde el término de la industrialización sustitutiva con el golpe militar que derrocó el gobierno del Presidente Salvador Allende, el inicio de las políticas neoliberales en la dictadura y sus consecuencias, y el estreno de la democracia en 1990 y su evolución que, en 2010, nos conduce hasta el presente: una sociedad que muestra rasgos contradictorios entre un alto crecimiento económico y poca equidad social por las diferencias de ingresos entre ricos y pobres. En el segundo capítulo retrocedo al pasado para examinar la construcción de Chile como República, en torno a los dos grandes ciclos de expansión económica, entre 1830 y 1870 y entre 1879 y 1929. Se examina un siglo en que el país experimentó gran crecimiento, pero con enormes desequilibrios y grave inestabilidad. El tercer capítulo analiza con mayor detenimiento la expansión basada en el salitre y las transformaciones y efectos socioeconómicos que trajo consigo, entre 1880 y 1930. El cuarto capítulo se concentra en la Gran Depresión de los años treinta y sus consecuencias, en especial, el inicio de la industrialización sustitutiva con la creación de la Corfo, hasta su decadencia a comienzos de los años setenta. El quinto capítulo se dedica al análisis de las raíces estructurales de la inflación, a propósito de la crisis que el país vivió a mediados de los años cincuenta y del ajuste monetarista que aplicó para estabilizar la economía, en un anticipo de lo que harían los neoliberales en los años setenta y ochenta. El sexto capítulo presenta un nuevo desafío que emerge en la sociedad chilena –y en todo el mundo–, el del desarrollo sustentable. El séptimo y último capítulo, Chile: hacia un desarrollo inclusivo, presenta la línea de trabajo que he desarrollado en el último decenio y hasta la actualidad. El libro culmina con un anexo en el que se presentan en forma ordenada cronológicamente las publicaciones que he realizado.

    En los dos siglos examinados se advierte una constante, que explica el título de este libro: en cada período el cambio tan anhelado y querido por muchos ha ido acompañado de cuotas importantes de frustración posterior, porque no se logró todo aquello por lo que se luchó con ahínco. Y en esa desazón se incuba el siguiente cambio en el devenir histórico, en un flujo permanente y dialéctico de transformaciones.

    Termino estas breves líneas agradeciendo, en primer lugar, a dos economistas que fueron fundamentales en mi formación: a Aníbal Pinto Santa Cruz, de quien fui su discípulo, ayudante y colaborador, y a Jorge Ahumada, de quien fui su alumno, ayudante y sucesor en la Universidad de Chile.

    En especial quiero agradecer a dos amigos, Manuel Délano, cuyo apoyo fue fundamental en la concepción y organización de los capítulos y en superar algunos vacíos entre ellos, y a Ricardo Ffrench-Davis, por los elogiosos e inmerecidos términos y conceptos que me dedica en la presentación de este libro.

    Osvaldo Sunkel

    Agosto de 2011

    Capítulo I

    De las décadas turbulentas a la recuperación de la democracia, 1970-2010

    1. Introducción

    En materia de economía política la comprensión del presente requiere ineludiblemente el conocimiento del pasado, donde se incuban no sólo las causas sino en buena medida las explicaciones que arrojan más luz sobre la conducta de los actores sociales y políticos. Esto se observa también con el periodo democrático que comienza en 1990 y llega hasta el presente. Fenómenos propios de los años noventa y dos mil, tales como la aceptación, a regañadientes en ciertos casos, del modelo de economía capitalista y de las reglas del juego de mercado por parte de quienes la habían históricamente rechazado, la actuación unida en el gobierno del centro democratacristiano y la izquierda socialdemócrata, que estuvieron separados como adversarios hasta mediados de los años setenta y sólo vinieron a reunirse en una coalición política en los años ochenta, así como la unión con fórceps entre los sectores liberales y conservadores de la derecha chilena, que se enfrentaron durante buena parte del siglo XX, y la convivencia democrática estable que se ha podido establecer desde el gobierno del Presidente Patricio Aylwin, a pesar de la continuidad de la presencia en la escena política del ex dictador Augusto Pinochet hasta 1998, primero como comandante en jefe del ejército y después como senador, se entienden con mucha mayor claridad si se examinan bajo el prisma del pasado reciente. (Huneeus, 2001; Ffrench-Davis, 2003; Sunkel, 2002).

    El quiebre de la democracia chilena en septiembre de 1973, una de las más antiguas de América Latina, significó la muerte del Presidente Salvador Allende, el término de un régimen político de libertades, el cierre del Congreso Nacional, la proscripción de los partidos de izquierda y la represión directa de

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