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Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales: Fundamentos comunicacionales, teóricos y metodológicos
Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales: Fundamentos comunicacionales, teóricos y metodológicos
Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales: Fundamentos comunicacionales, teóricos y metodológicos
Libro electrónico975 páginas29 horas

Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales: Fundamentos comunicacionales, teóricos y metodológicos

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En esta obra exploraremos las necesidades emergentes de los sistemas sociales en línea, las competencias digitales necesarias para su desarrollo, las herramientas posibles para crear una inteligencia colectiva y colaborativa que contribuya al advenimiento de un futuro mejor para nuestros hijos y nosotros mismos, para nuestros sistemas sociales emergentes y para nuestras comunidades de innovación. La idea básica de esta investigación es que el diseño comunáutico —en calidad de diseño comunicacional y colaborativo de sistemas sociales a gran escala, por ejemplo, las comunidades virtuales concebibles como sistemas sociotécnicos— es una actividad de creación de futuro. Los individuos y los grupos asociados a esos sistemas sociales y esas comunidades virtuales se comprometen en el diseño de forma tal que se distribuyen las tareas y los roles en la implantación de los sistemas de innovación que catalizan los cambios deseables.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 nov 2017
ISBN9789587811452
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    Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales - Pierre-Léonard Harvey

    DISEÑO COMUNÁUTICO

    aplicado a los sistemas

    sociales digitales

    Fundamentos comunicacionales,

    teóricos y metodológicos

    Pierre-Léonard Harvey

    Traducción de Carmen Rico de Sotelo

    Rector

    Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S. J.

    Vicerrector de Investigación

    Luis Miguel Renjifo Martínez

    Vicerrector Académico

    Luis David Prieto Martínez

    Vicerrector de Extensión

    Luis Fernando Álvarez, S. J.

    Vicerrector del Medio Universitario

    Luis Alfonso Castellanos, S. J.

    Vicerrectora Administrativa

    Catalina Martínez de Rozo

    Secretario General

    Jairo Humberto Cifuentes Madrid

    Decana de la facultad de Comunicación y Lenguaje

    Marisol Cano Busquets

    Editorial Pontificia Universidad Javeriana Carrera  7.a  n.º  37-25, oficina  1301

    Edificio Lutaima

    Teléfono:  3208320  ext. 4752

    www.javeriana.edu.co/editorial

    editorialpuj@javeriana.edu.co

    Bogotá,  D.  C.

    Reservados todos los derechos

    © Pontificia Universidad Javeriana

    © Presses de L’Université du Québec

    © Pierre-Léonard Harvey

    Título original: Design communautique appliqué aux systèmes sociaux numériques. Fondements communicationnels théories et methodologies.Quebec: Presses de l’Université du Quebec, 2014

    Primera edición en español:

    noviembre de 2017, Bogotá, D. C.

    ISBN: 978-958-781-145-2

    Hecho en Colombia

    Traducción:

    Carmen Rico de Sotelo

    Corrección de estilo:

    Pedro Lama

    Diseño, diagramación y adaptación de gráficos:

    Diana Murcia

    Desarrollo ePub

    Lápiz Blanco S.A.S.

    Harvey, Pierre-Léonard, autor

         Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales: fundamentos comunicacionales, teóricos y metodológicos / Pierre-Léonard Harvey; traducción Carmen Rico de Sotelo. -- Primera edición. -- Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2017.

         lxxvi, 734 páginas: ilustraciones, gráficas, y tablas; 24 cm

         Incluye referencias bibliográficas (páginas 681-732)

    ISBN: 978-958-781-145-2

         Titulo original: Design communautique appliqué aux systèmes sociaux

          numériques. Fondements communicationnels théories et methodologies.

    1. TECNOLOGÍA DE LAS COMUNICACIONES. 2. CIUDADES Y PUEBLOS ELECTRÓNICOS (REDES DE COMPUTADORES). 3. COMUNIDADES VIRTUALES. 4. DISEÑO DE SISTEMA CENTRADO EN EL USUARIO. 5. COMUNICACIONES DIGITALES. 6. INTERACCIÓN HOMBRE COMPUTADOR. I. Rico de Sotelo, Carmen, traductora. II. Pontificia Universidad Javeriana. III. Presses de L’Université du Québec.

    CDD 303.4833 edición 23

    Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca

    inp 25 / 10 / 2016

    Prohibida la reproducción total o parcial de este material sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.

    Pontificia Universidad Javeriana | Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933 del Ministerio de Gobierno.

    Lista de tablas

    Lista de figuras

    Agradecimientos

    Deseo agradecer al Consejo del Tesoro de Quebec por su apoyo a mis investigaciones de los últimos tres años; a la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM)¹ y a mis colegas de la Facultad de Comunicación, mi hogar académico desde hace tres décadas, que me otorgaron la libertad necesaria para la exploración intelectual y la imaginación transdisciplinar; a mis colegas de Hexagram, Instituto de Investigación en Artes y Tecnologías Mediáticas de Montreal, por haber estimulado el nacimiento de una perspectiva del pensamiento de diseño en las ciencias sociales y comunicacionales.

    Un agradecimiento especial a Marie Kettlie André por sus relecturas minuciosas de todo el manuscrito, y ello sin contar las largas horas de discusión sobre los conceptos en él expuestos. Le agradezco, así como a Hassane Beidou, su colaboración en dos capítulos.

    La creación de un libro de base en un dominio científico muy nuevo, necesita esfuerzos ligados a distintos tipos de colaboración. Así, mi gratitud va para el equipo de estudiantes y colaboradores del Laboratorio de Comunáutica Aplicada (LCA) de la UQAM, en particular a Gilles Lemire, mi compañero de investigación desde hace quince años, y a Guy Gendron, tecnopedagogo y uno de los mejores animadores sociales en Quebec, en particular junto a las comunidades atikamekw de Wemotaci, por su apoyo indefectible a mis trabajos desde 2005. Gracias a Geoffroi Garon, antropólogo e informático social, por la concepción y revisión del esquema del libro y por su acompañamiento constante desde hace varios años en mis cursos y conferencias. Gracias a Michel Brière y a su equipo del Centro de Comunicación Adaptada (CCA) y a Monique Chartrand y su equipo de comunáutica.

    Mi reconocimiento va también a todos los colegas que participaron de diversas formas en mis trabajos de investigación a través de múltiples formas de diálogo: Louis-Claude Paquin, Carmen Rico de Sotelo, Isabelle Mahy, Jean-Marie Lafortune, Gaby Hsab y Christian Agbobli. Gracias a Martin Lussier por sus reflexiones y su colaboración en torno a las estrategias de intervención cultural; a Albert Lejeune por sus sugerencias bibliográficas sobre modelización organizacional y arquitecturas de empresa; a Marc Trestini por haberme recibido en Estrasburgo y al profesor Jean-Paul Pinte de Lille por haber participado en mi coloquio sobre el diseño sociotécnico en Sherbrooke en 2011; a Pierre-Michel Riccio y Jean-Michel Peñalva por haberme recibido en la École des Mines en 2006 y haberme permitido publicar en Francia uno de los primeros artículos sobre el diseño comunáutico; a Dotty Age Gupta, a Kjell Erik Rudestan y Judith Schoenholtz-Read del Instituto Fielding de California, que permitieron una difusión más amplia de mis trabajos en diseño comunáutico publicados en dos textos en inglés en Ediciones Sage, así como la elaboración de los conceptos básicos de este libro. Gracias al profesor Jürgen E. Mueller de la Universidad de Bayreuth en Alemania, con quien desarrollamos un seminario de maestría y un proyecto conjunto de investigación en diseño comunáutico en el departamento de gestión de medios de su universidad.

    Mi reconocimiento también para Robert Proulx, rector de la UQAM, Magda Fusaro y Marcel Simoneau, quienes, junto con los numerosos colegas del Comité Institucional sobre los Ambientes Virtuales de Aprendizaje (Ciena)² de la UQAM, contribuyeron especialmente a la aplicación de plataformas sociotécnicas como Moodle en la educación superior. Gracias a los sucesivos decanos de la Facultad de Comunicación, Enrico Carontini y Pierre Mongeau, por su apoyo a mis trabajos y por otorgarme un importante espacio físico para realizarlos; a mis colegas del doctorado en informática cognitiva y de la Tele-Université (Teluq);³ y también a Anne-Marie Field por su apoyo y orientación para mis futuras investigaciones en diseño comunáutico.

    Varias generaciones de estudiantes curiosos y críticos de los tres ciclos universitarios han planteado interesantes cuestionamientos y han llamado mi atención sobre publicaciones pertinentes. Un importante número de lectores de distintas redes sociales en internet han hecho preguntas y críticas y me han ofrecido información. Un buen número de universidades y sociedades expertas en media docena de países me dieron la oportunidad de compartir reflexiones, esperanzas y temores con prestigiosos investigadores y estudiantes destacados en diferentes áreas. Quiero agradecer la participación más reciente de los colegas del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y sus asociados europeos del proyecto Futurict, en particular Dirk Helbing en Zurich y Markus Eisenhauer en Bonn, por haberme recibido en el marco de talleres de discusión de partenariados en torno a la idea de la plataforma colaborativa en las humanidades digitales.

    Dejo para el final lo más importante de esta edición en español: mi inmenso agradecimiento a la doctora Marisol Cano, decana de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Universidad Javeriana de Bogotá, quien lideró la idea de publicar este libro a partir de un encuentro en Burdeos en 2014. A Nicolás Morales, director de la editorial de dicha universidad, y a todo su equipo, mi reconocimiento por su trabajo de gran calidad. Y finalmente, a mi colega y amiga Carmen Rico de Sotelo, quien acometió la titánica tarea de traducir este lote de páginas. Fue un trabajo de largo aliento, durante el cual reinó entre nosotros un gran espíritu de colaboración. Trabajo rico en aprendizajes de nuestras dos lenguas y en el que, apreciada Carmen, creíste desde el principio. Tu compromiso fue constante e indefectible. Toda mi gratitud para ti.

    Espero que este libro sirva de referencia a las futuras generaciones de estudiantes.

    PIERRE-LÉONARD HARVEY

    Prólogo

    Un estudio de las modalidades actuales de las relaciones entre el hombre y el objeto técnico muestra que la noción de información es la que mejor conviene para realizar la integración a la cultura de un contenido representativo y axiológico adecuado a la realidad técnica considerada en su esencia, por cuanto el hombre se convierte, luego de la invención, en el centro activo y el intérprete que puede, solo,

    hacer existir un mundo técnico coherente.

    GILBERT SIMONDON

    El diseño siempre es un sociodiseño, creador de civilización, que busca trabajar en pos de la escultura social. Es además allí, que reside su fundamento moral. No tomar el medio por el fin, tal como se vio, es la única manera que tiene el diseño de inscribir su esfuerzo en una ética. Si el mercado es su medio privilegiado, entonces el fin más esencial es el de trabajar en la escultura de la sociedad más allá del capital. Buscar mejorar nuestro marco de vida componiendo otras formas de vivir, imaginando nuevas maneras de estar juntos,

    buscando afrontar los grandes problemas del futuro: he ahí

    los verdaderos desafíos del diseño.

    STÉPHANE VIAL

    Lo que llamo ciencia del diseño tiene la función de resolver problemas por medio de la introducción de nuevos artefactos en un ambiente cuya disponibilidad inducirá su uso espontáneo por parte de los seres humanos y, de forma simultánea, hará que estos abandonen sus previas conductas y dispositivos que ocasionan problemas. Por ejemplo, cuando los seres humanos tengan la necesidad vital de cruzar los rápidos rugientes de un río, como científico del diseño les diseñaría un puente, lo que tengo la certeza les haría abandonar espontáneamente y para siempre el arriesgar sus vidas tratando de nadar a la otra orilla.

    R. BUCKMINSTER FULLER

    Los últimos cinco años han sido muy estimulantes para mí y para los miembros del Laboratorio de Comunáutica Aplicada (LCA) de la Universidad de Quebec en Montreal, cuyo núcleo de investigadores lo integraban Marie Kettlie André, Gilles Lemire, Guy Gendron, Hassane Beidou, Abdel Ourahou, Guylaine Lavoie, Jean-François Roussy, Michel Brière, Marina Palarchevska, Lionel y Pascal Audant, Geoffroi Garon y varios estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM)⁴. Como corresponsables de la investigación Mi Portal Col@b y diseño comunáutico, trabajamos con decenas de personas provenientes del mundo empresarial, de la universidad, del Gobierno, de la sociedad civil y del medio comunitario y asociativo, en el marco de talleres y grupos de discusión llamados 5 a 7⁵, Encuentros col@b. Al inicio del proyecto, el Gobierno de Quebec y su Ministerio de Servicios Gubernamentales quisieron comprender mejor la importancia de la emergencia de una cultura participativa en las comunidades de práctica de internet, emergencia coincidente con el deseo de la comunidad científica quebequense de dominar mejor la manera en que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se imbrican en la política, la economía y la sociedad en general para generar la innovación. En 2012, la Secretaría del Consejo del Tesoro retomó la iniciativa del programa de Apoyo al Paso a la Sociedad de la Información (APSI)⁶ conservando los mismos socios del proyecto original, quienes aseguraron su seguimiento. Varios acontecimientos mayores en nuestro país y en el extranjero incidieron en esos trabajos.

    En particular, diversos programas de la Comisión Europea en torno a las iniciativas de los laboratorios ciudadanos (living labs) y el deseo de asegurar una mejor gobernanza de la compleja articulación entre tecnología y sociedad dieron lugar a una emergencia nunca vista del esfuerzo de evaluación de los efectos de la valorización de la tecnología sobre la sociedad (citemos por ejemplo el vasto proyecto FuturICT). Vimos además organizarse todo un grupo de investigadores de alto nivel en torno a las recientes políticas de la National Science Foundation estadounidense, en el marco del concepto/programa de la participación social mediada por computadora (Shneiderman, 2011). El contexto actual, marcado por la proliferación de la web colaborativa y por las nociones de usuario/diseñador y de comunidades de innovación, llevó al Fondo de Investigación de Quebec Naturaleza y Tecnologías (FQRNT)⁷ a posicionarse como un actor importante de la transferencia del conocimiento y de la valorización de la investigación. La imbricación creciente de la innovación en los sectores prioritarios, así como de la complejidad tecnológica, conduce a los actores a desear comprender mejor el impacto de las redes y de las tecnologías colaborativas sobre el conjunto de la economía. El Gobierno de Quebec apuesta al desarrollo de partenariados entre las universidades, las empresas, los centros de innovación gubernamentales y la sociedad civil para contribuir a la transferencia tecnológica con vistas a la mejora de la capacidad de innovación de las empresas quebequenses. El reciente nombramiento de Rémi Quirion para el cargo de director científico de Quebec muestra ya iniciativas prometedoras.

    El 1 de junio el ministro canadiense de Ciencias y Tecnología, Gary Goodyear, anunció en una alocución en la Universidad de Queen que el Gobierno de Canadá invertiría 29.6 millones de dólares a través del Programa Foncer⁸ para ayudar a jóvenes científicos e ingenieros a adquirir las competencias profesionales, la aptitud para el liderazgo y las habilidades empresariales necesarias para acometer una transición exitosa en el medio laboral y para asegurar el crecimiento de la economía canadiense. En el marco de otra iniciativa, el ministro Goodyear y el ministro de Industria, Christian Paradis, recibieron un informe sobre la situación actual publicado por el Consejo de las Ciencias, Tecnología e Innovación (CSTI, 2011) titulado De la imaginación a la innovación: el recorrido de Canadá hacia la prosperidad. Este informe se enfoca en el desempeño de Canadá en lo concerniente a la innovación y provee puntos de referencia que permiten medir la innovación a escala mundial. Se centra en la innovación de las empresas y en la manera en que los participantes establecen asociaciones en el seno del sistema de innovación. Asimismo, estudia la innovación de producto, la innovación de procedimiento y la innovación organizacional, así como las inversiones en las TIC.

    El movimiento de fondo actual de las TIC y su relación con la innovación tienen tanta amplitud que me recuerdan el movimiento colaborativo centrado en la introducción de la computadora en las escuelas y las empresas a principios de los ochenta. Ese movimiento unió toda clase de disciplinas y de socios que nos ayudaron a comprender los desafíos sociales de las TIC en nuestras sociedades. Estas pasaron del frío determinismo tecnológico de los años ochenta a la apropiación social y comunitaria de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) para el descubrimiento y la innovación. El potencial de ganancias para la sociedad es enorme. La sociedad civil quebequense no se equivoca aquí y reclama un plan y una plataforma digital de conjunto para la provincia de Quebec. El proyecto de investigación Mi Portal Col@b fue elaborado de acuerdo con el nuevo modelo de referencia denominado de diseño comunáutico. Pretende contribuir a una era estimulante, pues dicho proyecto se inscribe en el movimiento internacional de innovación, que hasta ahora se había extendido primero a las ciencias puras a través de las redes (sistemas) y las plataformas colaborativas de áreas científicas, como las matemáticas, la biología y la física. Hoy se amplía notoriamente a las ciencias de la comunicación y a las ciencias sociales a través de nuevas expresiones y lenguajes cibernéticos: cibercomunicación y ciberciencias sociales.

    El trabajo que hemos realizado hasta ahora no es más que una modesta contribución y una suerte de preludio a un programa de investigación internacional que se desarrollará durante varios años. A más corto plazo, nuestro grupo de investigación de la UQAM elaboró una hoja de ruta que se extendió hasta 2015, y que apunta a dinamizar la comunidad quebequense de las ciencias puras y las ciencias sociales en torno a la complejidad, la inteligencia colectiva y la inteligencia colaborativa, dentro de un marco que llamamos diseño comunáutico para la innovación. Este libro también pretende ser una contribución a la implementación de la plataforma digital de Quebec en proceso de construcción.

    El apoyo de las investigaciones transdisciplinares está bien lejos de ser cosa fácil en cualquier ambiente de creación y de actividad. Y la definición de un marco de referencia que agrupe conceptos del pensamiento del diseño (design thinking), de la ciencia, de las artes digitales, de la complejidad y de las ciencias sociales, es una tarea aún más ardua. A mediano plazo, este trabajo de largo aliento que supera ampliamente nuestros propios trabajos recurrirá a centenares de personas de varias decenas de colaboratorios, aquí y en todo el mundo. Para subrayar el efecto de valorización de la tecnología en la sociedad, nuestro proyecto estableció puentes conceptuales importantes entre las comunidades de prácticas y las teorías de la innovación, de la complejidad y de las ciencias sociales. Con el apoyo de nuevas políticas de investigación, esperamos que nuestro proyecto encuentre eco en diversos niveles de gobierno para obtener su financiamiento futuro y su desarrollo en las comunidades de innovación. El informe que presentamos a nuestros patrocinadores, asociados y futuros codiseñadores del conocimiento representa una ocasión única para la economía de Quebec. No podemos desperdiciar esta oportunidad. ¿Por qué? Porque entramos en una nueva era de creatividad y de reflexividad sobre la imaginación de mundos y desarrollos socioeconómicos más sustentables.

    El paradigma de la imaginación ubicua

    La imaginación ubicua es el concepto que sirve de plataforma de creatividad al Laboratorio de Comunáutica Aplicada de la UQAM. Este concepto sostiene la idea de que la producción de conocimientos y la cultura de la innovación participativa están omnipresentes en nuestras sociedades avanzadas, y que actualmente ellas producen un desplazamiento paradigmático que, más allá de la era de la información, nos transporta a una época en la que la creatividad, la imaginación y el diseño colaborativo sobresalen en el escenario económico y cultural. Estos conceptos han sustituido al análisis, al pensamiento crítico, a la duda y al cinismo generalizados de las últimas dos o tres décadas. Llamamos sociedad del diseño a este movimiento de fondo de la innovación, en nuestras sociedades masivamente colaborativas. Este se convierte en el primer creador de empleo y de valor económico. La imaginación, apoyada por los instrumentos de telepresencia y las metodologías de intervención y de innovación sociocultural, reemplaza el paradigma reduccionista de la información y de su tratamiento. Lo completa con los conceptos de conocimiento y pensamiento crítico, pero sin dejarse encerrar por ellos. La duda y la crítica son sin duda actividades sanas cuando se quiere ver con mayor claridad los procesos socioeconómicos y cuando se desea restablecer la confianza en la democracia. Además, el cinismo sirve a veces para protegernos de problemas que nos superan. Sin embargo, llevados a un extremo, la duda, el pensamiento crítico y el cinismo, aunque benevolentes, tienen efectos perversos. Son al cambio social, lo que el inmovilismo es a un tren que posee un motor defectuoso. Esas posturas o actitudes tienen, en principio, una función de acompañamiento del cambio, así como el tren conserva intrínsecamente en su estructura la función de avanzar. Pero en los hechos, simplemente ya no tienen la capacidad de asegurar dicha función. El concepto de capacidad remite a la idea de competencias operacionales en el diseño genérico de las tecnologías de la información y la comunicación como la realidad virtual, los medios ubicuos (everyware), la generación de contenidos por los usuarios y, en la actualidad, el diseño comunicacional socialmente responsable. Estos conceptos remiten a una situación totalmente nueva de la interacción social y de la comunicación entre los seres humanos: todos los ciudadanos, masivamente y a gran escala, tienen la capacidad operativa de contribuir al desarrollo de diseños de organizaciones, de sistemas sociales virtuales y de diversos servicios y aplicaciones que sirven para actualizarlos de forma ubicua y descentralizada. El concepto clave de medios ubicuos traduce la progresión actual de los ambientes inmersivos y colaborativos, del ciberespacio creativo y de los metauniversos de la innovación, que tienen el potencial de aumentar y difundir la cultura de la imaginación generalmente atribuida a los trabajadores del conocimiento, a los ingenieros de software, a los artistas, a los guionistas y a los creadores culturales, desplazándola hacia un conjunto sociocultural de usuarios/diseñadores, cuyo movimiento global recién está comenzando. Contrariamente a la cultura analítica y racional de la era de la información, la era de la imaginación ubicua establecerá la creatividad como cimiento prioritario de la cultura y la economía. ¿Querrán todos convertirse en diseñadores o innovadores? Probablemente no, pero sería un error subestimar dicha tendencia.

    En unos años, asistiremos a fenómenos de innovación masiva y de creación colectiva nunca vistos en la historia. Las generaciones jóvenes se convierten progresivamente en participantes activos de la era de la imaginación ubicua, en embajadores de la cultura quebequense y canadiense, al introducir en la conversación científica global en fase de desarrollo, ideas, costumbres, tradiciones, rituales, creencias, que antes permanecían confinadas a microambientes de especialistas o a miembros de los medios masivos. Los usos actuales de los medios ubicuos, los ubimedios, pueden contribuir a adaptar, a hacer compartir y a vehiculizar contenidos susceptibles de colaborar en la construcción de un nuevo humanismo en el ciberespacio. Al hacerlo, pueden contribuir al desarrollo de la identidad cultural (una identimática) y, al mismo tiempo, valorizar una interdependencia recíproca con la riqueza de otras culturas. La transformación cultural y el desarrollo económico apoyado por las tecnologías son complejos procesos evolutivos y creativos (una imaginática), que no se pueden dejar desarrollar totalmente según las leyes del azar, las contingencias del momento o factores externos. Sin una adecuada comprensión ética de los mecanismos de desarrollo sostenible y de la influencia que ejerce la tecnología sobre la identidad, de la colaboración entre culturas extranjeras, de la resolución de catástrofes naturales o de la inseguridad, nos condenaremos a vivir en la incertidumbre, o incluso con graves conflictos. La imaginación ubicua en la sociedad del diseño apunta a combinar una de las mayores funciones cognitivas del ser humano, la imaginación, con una de las actividades más viejas y más importantes de la historia de la humanidad, el diseño, y con las teorías de la complejidad organizada, con ayuda de los ubimedios al servicio del desarrollo humano. Pero la apropiación de los ubimedios sin voluntad de orientación por el diseño consciente de los usuarios, también comporta amenazas. He aquí un enorme programa de investigación para las ciencias sociales y comunicacionales que en el curso de los próximos años deberán profundizar más aún su inserción en el movimiento internacional del desarrollo sostenible.

    La imaginación ubicua caracteriza así a una sociedad del diseño cuya cultura es la imaginática, es decir, la innovación socioeconómica omnipresente, continua, abierta y en tiempo real, apoyada por los instrumentos de diseño de la web colaborativa. Esta cultura se ha hecho posible gracias a los ubimedios, que debemos circunscribir mejor, en el sentido de un mundo más favorable a lo humano. La idea remite al hecho de que así como la sociedad agraria engendró ciertos tipos de cultura y de formas artísticas y la sociedad industrial vio emerger ciertas formas de organizaciones políticas (democracia, fascismo, militarismo, comunismo) conjuntamente con los medios que las acompañan (radio, televisión, disco, periódicos, libros), la sociedad del diseño engendra nuevas formas sociales, de las que las organizaciones virtuales y los sistemas sociales virtuales son ejemplos apoyados en su desarrollo por los ubimedios sociocolaborativos (inteligencia artificial, máquinas inteligentes, instrumentos de modelización y de simulación social). Pero, sea como sea, esas nuevas formas mediáticas engendran nuevas organizaciones e instituciones con las que deberemos contar para nuestra prosperidad futura. En realidad, no son futuras: actualmente proliferan de un punto a otro del planeta.

    Esta sociedad del diseño provoca la emergencia de una economía del diseño para todos y por todos, que necesita una alfabetización en las TIC, inclusive una multialfabetización digital que haga emerger una economía de la innovación, más intangible, más abstracta y que necesita nuevas competencias cívicas y profesionales de todos los ciudadanos. Esto no es otra cosa que una estrategia de salida de la crisis, en el momento en que nuestras economías han permitido la externalización y la deslocalización del pensamiento lógico y racional de la época industrial hacia otras economías emergentes. Nuestras economías van de los oficios industriales e informacionales a una economía de la imaginación. Todos los empleos en el área de publicaciones están en descenso, mientras que todo el sector de la arquitectura, de la creación de software, de la asesoría informática, de la animación cultural, de las estrategias de producción, del cine y, sobre todo, de los videojuegos atraviesan un crecimiento exponencial. El equipo del LCA ve esta multialfabetización digital como una jerarquía compuesta de al menos tres niveles:

    La apropiación de los instrumentos de base (correo electrónico, uso de los medios sociales).

    La producción y adecuación de contenidos escriptovisuales que apuntan a diversos públicos y a diversos mercados con valor agregado a nivel micro, meso y macrosocial.

    El diseño comunáutico y la configuración de herramientas colaborativas adaptadas, configuradas y personalizadas según los grupos y las comunidades de forma deslocalizada.

    Esta jerarquía de competencias individuales y colectivas está bien evidenciada en nuestras investigaciones y en el presente estudio realizado en el marco del programa APSI. Ilustra el hecho de que las competencias digitales constituyen el primer recurso fundamental de nuestras economías; recurso que va de las competencias básicas en la creación de valor hasta las competencias de más alto nivel necesarias al razonamiento intuitivo y a la inteligencia emocional y sensorial, pasando por las competencias digitales colectivas de la imaginación ubicua que se tornan indispensables en la sociedad de comunicación. La hipótesis de intervención es que cada nivel superior aporta un aumento de creación de valor en el nivel inferior, y el resultado de la globalización y de la generatividad de competencias en diseño es que el conjunto hace que un gran número de trabajadores del saber esté cada vez más disponible; trabajadores que, a cambio, crean más valor aún. Actualmente, esas competencias se desarrollan en toda la provincia de Quebec en toda suerte de comunidades colaborativas, desde pequeños grupos de creación cultural hasta grandes grupos de ingenieros reunidos en redes colaborativas, pasando por el sector asociativo y el sector municipal. Todas estas actividades de diseño se articulan alrededor de nuevas soluciones técnicas de la experiencia del usuario, del cambio social y cultural y de la democracia participativa, de la inteligencia colaborativa y de la imaginación de sistemas sociales sustentables apoyados por un diseño comunicacional más responsable. De acuerdo con nuestro grupo, la comprensión de los desafíos globales que enfrenta nuestro país y el planeta engendra la necesidad de intervenir de la forma más apropiada. La reelección del presidente Obama da cuenta en buena parte de esta preocupación. Recoger este desafío supone la integración reforzada de las ciencias sociales, las ciencias de la comunicación, las ciencias de la complejidad, las ciencias de la informática y de los sistemas de información comunitarios.

    La imaginación tribal de un nuevo relato

    científico global

    ¿Qué se puede aprender de una de las más viejas culturas del mundo sobre la distribución compartida de los conocimientos puestos al servicio de los sistemas sociales más sustentables?

    Durante mi último año sabático tuve el privilegio de viajar al continente australiano. Los académicos de ese país creen que los primeros habitantes que poblaron Australia llegaron hace 50 000 o 80 000 años. Algunos creen incluso que habitaban el continente desde hace 130 000 años. La cultura de los aborígenes australianos representa probablemente la más antigua de las culturas sobrevivientes del planeta. Cuando se piensa que los ingleses llegaron a América del Norte en 1788, la imaginación es sacudida por la fuerza de sobrevivencia de esas comunidades, que, a pesar de sus medios técnicos aparentemente débiles, instituyeron un formidable modelo de sobrevivencia y de gobernanza sustentable. Esta constatación nos lleva a inspirarnos de las mejores prácticas y de las lecciones de la experiencia que los aborígenes de Australia pueden ofrecer a los actuales discursos sobre el desarrollo sustentable.

    Esa imagen de longevidad de la cultura aborigen despertó mi interés profundamente durante una primera estadía en Australia en 2006 junto a mi colega Albert Lejeune. Con ocasión de mi participación en una conferencia internacional sobre la gestión del conocimiento en salud, conocí al profesor Karl Erik Sveiby y a la señora Dorothy Léonard Barton, especialistas en gestión de conocimiento y en diseño empático (orientado a las necesidades del usuario), respectivamente. Ellos eran los conferencistas principales del Gobierno australiano y del Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica. Me llamó particularmente la atención la conferencia del profesor Sveiby, quien anunció la inminente publicación de un libro en el que mostraría cómo los relatos tradicionales de los aborígenes y sus prácticas artísticas servían para transmitir y compartir conocimientos de una generación a otra, ya fuera en medio ambiente, leyes, relaciones humanas o aun en interconectividad entre las comunidades. Él subrayaba el importante rol de los cuentos y de los relatos comunitarios en cuatro niveles:

    Las historias contadas a los niños en torno al mundo natural y el comportamiento animal.

    Las relaciones, la distribución compartida de los conocimientos y el reparto de roles entre la gente y al interior de la comunidad.

    Las relaciones entre la comunidad y el entorno más amplio, la importancia del nomadismo para la conservación de los recursos.

    Las competencias psíquicas, las prácticas y la experiencia que explican cómo el arte escondido de los relatos y lecciones de vida era utilizado para compartir los conocimientos, constituyendo así la base de aprendizaje de una sociedad sustentable.

    Me interesaron particularmente estas afirmaciones, pero el libro aún no estaba disponible y olvidé la futura publicación anunciada por el conferencista. Solo recientemente, durante una nueva estadía en Australia en 2012, encontré el famoso libro en una librería de Sídney. Este libro de Sveiby, publicado en 2006, con la colaboración de Tex Skuthorpe (pintor, educador y especialista en relatos), cuenta cómo la población de los aborígenes nhunggabarra y su cultura lograron hacer de esta civilización una de las culturas más robustas y durables de nuestra era, en el más pleno sentido de lo que hoy se denomina la economía del conocimiento. La principal tesis del libro es que, mientras que numerosas sociedades fuera de Australia han emergido, prosperado y desaparecido, las comunidades aborígenes australianas resistieron y demostraron su sustentabilidad durante decenas de miles de años a través de incontables acontecimientos dramáticos, entre los cuales la llegada de los británicos hace 225 años no fue el de menor importancia. El modelo de desarrollo de las comunidades aborígenes australianas, según Sveiby, es el más longevo del que se tenga noticias en la Tierra.

    Este modelo, transmitido a través del diálogo, las conversaciones y las historias intergeneracionales, es el origen del título de nuestro libro. La visión de una sociedad sustentable compartida por esas comunidades, su capacidad de imaginar el futuro a largo plazo, su capacidad de innovación, el uso responsable de los recursos y el equilibrio de su desarrollo, nos convenció del poder creativo de los relatos de vida y del diálogo ciudadano en la imaginación colectiva de las organizaciones y de las comunidades sustentables del futuro. A través del poder del lenguaje, del diálogo, de la comunicación, llegamos a transmitir tanto los fenómenos y los procesos más intangibles como los más prácticos, lo que tiene como ventaja el aumento de nuestra comprensión del futuro y al mismo tiempo contribuye a la orientación de este. Esta actitud está vinculada al poder de los relatos de imaginar y de inspirar nuevos mundos más responsables. Es mediante el intercambio de visiones y del diálogo que las generaciones jóvenes aprenden la esperanza y el gusto de imaginar nuestras sociedades de otra manera.

    En ese viaje cautivante, tuve el inmenso placer de pasar varios días con mi compañera, Véronique Lacher, en la bella ciudad de Alice Springs, construida en el corazón del continente austral. Allí, bien alejado de los rumores urbanos de Melbourne y de Adelaida, la inmensidad fascinante del desierto y la lectura del libro me condujeron a reflexionar sobre dos cuestiones: ¿por qué construir todos esos sistemas sociotécnicos, esas comunidades virtuales y esas plataformas de medios sociales? ¿Cómo orientar la investigación en el ámbito de las TIC hacia el desarrollo sustentable imaginativo?

    Para responder a la primera pregunta, debemos reconocer el rol fundamental de la comunicación no solo a nivel de ciertos asuntos humanos, sino en el conjunto de la cultura y del ambiente. Los científicos, los expertos, los Gobiernos, las empresas y la sociedad civil deben valorar el poder actual de la imaginación de nuevos mundos más sustentables mediante un mejor dominio cognitivo de los fenómenos sociotécnicos sostenidos a gran escala por las plataformas digitales.

    Uno de los primeros comentaristas de este tema, Fritjof Capra, emplea en su obra de 2002 la expresión las conexiones invisibles (que da título a su libro), que traduce esa actitud proactiva al mostrar los vínculos entre fenómenos tan disímiles como las manifestaciones a favor de la ecología, la introducción de las tecnologías en las problemáticas de la biodiversidad, los movimientos sociales en pro de las energías verdes, la investigación académica en biotecnología, las asociaciones para el desarrollo humano. Los medios y las redes sociales son ante todo redes de comunicación y de conversación globales que ponen en juego lenguajes simbólicos, manifestaciones culturales, relaciones de poder, consensos globales sobre la responsabilidad y el diseño de ambientes virtuales al servicio del codiseño de ambientes complejos. La dimensión a menudo invisible del sentido y de los significados emergentes de esos instrumentos de síntesis muestra que son solo apoyos para una conversación global mediada por la computadora. Ella ilustra el poder movilizador y las capacidades de aprendizaje real de esas nuevas herramientas ubimedios que se puede intentar poner al servicio de la sobrevivencia de todos los seres humanos. Nos invita, por tanto, a mejor orientar éticamente el desarrollo en todos los niveles de nuestras sociedades.

    La segunda cuestión remite al cómo: ¿por dónde y cómo tenemos que comenzar nuestras intervenciones? En los primeros tiempos de la humanidad y en la base de nuestras sociedades modernas, las personas le daban sentido a su mundo a través de los relatos que compartían. El relato está en la base de todas las ciencias en calidad de discurso sobre la realidad. El pueblo nhunggabarra de Australia no es más que un ejemplo de tradición oral que ha desarrollado la práctica del relato. Encontramos muchos otros a través de las prácticas discursivas de las poblaciones autóctonas de la provincia de Quebec, de Canadá, de las Américas y de otras partes. Al cabo del tiempo, esos relatos y esas historias de vida se complejizaron, y algunos dieron incluso nacimiento a ciencias, a organizaciones y a instituciones muy complejas de organización y legitimación de conocimientos, tal como las universidades. Nos enseñaron a entender que el hombre no existe fuera de la naturaleza, sino que es parte de ella y del universo. La separación del observador y del objeto en la ciencia se basa en conceptos imaginativos restrictivos y reductores de la complejidad de los sistemas vivientes, tal como la realizaba la primera fase de la ciencia. En la segunda fase, hemos aprendido a plantear mejores preguntas y a construir mejores objetos. Si la primera fase de la ciencia situaba al objeto fuera del hombre, la segunda intentó negociar de manera más flexible con la subjetividad y la cognición del investigador en la observación de los fenómenos. Sin dejar de tratar de reducir la realidad a un objeto externo, la segunda fase trató de situar su observación en un contexto ampliado y menos reduccionista. Pero había que ir más allá. Nuestra época favorece la emergencia colectiva de una tercera fase de la ciencia, por la integración de múltiples puntos de vista, la transdisciplinariedad en los partenariados de investigación y el desarrollo complejo, y el compromiso de los usuarios y ciudadanos en nuevos procesos de producción de conocimientos.

    En este libro presentamos un nuevo campo científico basado en la ciencia de tercera fase e inspirado en el redescubrimiento del relato como modo de aprehensión del mundo, como modalidad de aprendizaje y de diseño colectivos, en el que diversos modos de diálogo proponen una visión que restablece el lugar de lo humano en el mundo, la naturaleza y la tecnología: el diseño comunáutico. Consideramos esta ciencia aplicada como un medio de comprender y adaptar las situaciones sociales complejas de nuestro tiempo que nos libera de los silos científicos reduccionistas de las dos primeras fases de la ciencia. Volveremos sobre ello en los diversos capítulos de la obra. Las comunidades colaborativas en ascenso de la web social son los actores de esta tercera fase de la ciencia, en la que el objeto es observado según una dialéctica de confrontación/tensión/equilibrio entre los puntos de vista realistas, subjetivistas e individuales, por una parte, y socioconstructivistas, colectivos e interaccionistas, por otra. Se observa en esos nuevos contextos plurales y comunicacionales la explosión de diversos modos de lenguaje y de relatos científicos interconectados, en los que la interdependencia recíproca de millones de usuarios/diseñadores permite compartir perspectivas transdisciplinares, transculturales, transprofesionales en torno a problemáticas de interés global. No obstante, sería un error creer que esta nueva ciencia que integra las comunidades de observadores se basa solo en los relatos, el sentido común, las leyendas y los mitos, e incluso en la falta de rigor, y que en ella la ausencia de formalismo o de sistematización sería la norma. Muy por el contrario. La conversación científica global, con la ayuda de las sociotecnologías de internet, interpela hoy a todos los grupos sociales. Es por eso que ella nos invita a aprehender las nuevas situaciones de colaboración permitidas por la tecnología para construir mejor nuestros objetos de investigación; documentar los problemas mediante múltiples ángulos de observación y profundizar nuestro examen de los mecanismos, a menudo difíciles de comprender, del cambio social a gran escala, así como de la aceleración de la innovación a través de un nuevo diálogo sociocientífico de reflexión y de acción global, que representa el rol prioritario del área del diseño comunáutico: acompañar el reconocimiento cultural y ciudadano del cambio social intencional, de acuerdo con los valores del desarrollo sustentable.

    Sin embargo, a pesar del esfuerzo de sistematización de sus actividades, la imaginación ubicua apoyada por el diseño comunáutico no se concibe en absoluto como un nuevo triunfo de la razón sobre el mito y los relatos de las primeras comunidades del planeta. Nos invita más bien a inspirarnos de ellos metafóricamente en tanto nuevo modo de evolución de la ciencia, basado en una visión del mundo más humilde, más abierta y más colaborativa, que busca integrar múltiples visiones del mundo; al tiempo que nos estimula a entender ese momento privilegiado de la historia reciente en el que todos nosotros experimentamos por primera vez el potencial de la imaginación ubicua en el diseño de soluciones más apropiadas a problemas globales. La tradición filosófica y científica occidental parece redescubrir esta fuerza inspirada de los indígenas de los pueblos originarios: sentarse en tribu alrededor de un fuego, formando así un círculo efervescente donde la imaginación se cataliza por el relato, por la llama de los espíritus creativos inspiradores de múltiples soluciones a partir de numerosos diálogos. Es bien curioso que nuestras sociedades hayan redescubierto tan recientemente esta forma poderosa de sabiduría ancestral, animada por nuestra voluntad de observar el mundo, de comprenderlo mejor con vistas a resolver juntos los problemas sociotécnicos a gran escala, para circunscribir mejor las grandes dimensiones vinculadas a las problemáticas características de nuestra época. ¿Podremos encontrar, en esta tradición preservada en las prácticas sociales de los sistemas sociales tribales, una nueva situación de la comunicación social y científica? ¿Un nuevo paradigma para el estudio y desarrollo de los sistemas sociales virtuales complejos? Lejos de los excesos de los medios sociales puestos en evidencia y denunciados con justicia por la prensa local e internacional, ¿nos invitará esta nueva cultura colaborativa a reflexionar sobre un nuevo discurso humanista y científico global basado en la imaginación ubicua y colectiva de nuestro porvenir?

    PIERRE-LÉONARD HARVEY

    Montreal, Saint-Henri-de-Tailllon, Alice Springs, 2012-2013.

    Introducción

    Debido a que típicamente se percibe a la ciencia de los sistemas como de muy amplio ámbito y de gran alcance en sus implicaciones para quienes la practican, no es irracional suponer que la ciencia de los sistemas podría verse cumpliendo múltiples roles científicos. Para cumplir con esta perspectiva común, la ciencia de los sistemas debería estar en capacidad de aparecer en al menos cinco roles: como una ciencia de la descripción (en la que el papel original de la ciencia, la descripción del mundo físico y la representación de las interacciones entre algunos de sus componentes, se amplía para permitir la descripción de situaciones problemáticas, cualquiera que sea la naturaleza de estas situaciones); como una ciencia del diseño genérico (en la que aquellos aspectos del diseño de sistemas que con frecuencia se dejan a cargo de la intuición son libres de la prisión del pensamiento intuitivo y, en su lugar, se convierten en beneficiarios identificables de métodos que no dependen de disciplinas específicas, sino de fuentes neutrales que claramente son esenciales para el desarrollo de cualquier ciencia; de esta manera sirven a un amplio universo de situaciones de diseño); como una ciencia de la complejidad (en la que la ciencia de los sistemas es extensible a los confines de la competencia humana, lo que amplía el dominio de los resultados demostrables al servicio de la humanidad, basados en una gran discursividad y un control de calidad cuidadoso); como una ciencia de la acción (en la que se identifican patrones de comportamiento claros, esenciales para la resolución de situaciones problemáticas y se especifica claramente las necesidades lingüísticas y de infraestructura para llevar a cabo tales acciones); como una ciencia abierta a las importaciones procedentes de otras disciplinas e incorpora medios de identificación e integración de los componentes esenciales de esas disciplinas, cuando de manera evidente así se requiere en una situación problemática.

    JOHN N. WARFIELD

    Un nuevo modelo de innovación se está inventando: pasamos de un proceso jerárquico, producido desde arriba para descender hacia las aplicaciones, a la innovación ascendente. Las tecnologías digitales han permitido esta mutación. Una verdadera infraestructura de la contribución se desarrolla desde hace veinte años en internet, donde ya no hay productores de un lado y consumidores de otro, sino toda suerte de contribuyentes. Es así que se constituye un nuevo modelo industrial: la economía de la contribución.

    BERNARD STIEGLER

    Vivimos en la sociedad de la información y las comunicaciones. Dicha sociedad se ha convertido en una fuerza global y evolutiva en nuestras vidas cotidianas. Pero las promesas de ventajas significativas de esta transformación, calificada desde hace mucho tiempo de revolución por los expertos de la tecnología, no se realizarán sin una planificación global y un esfuerzo de diseño genérico de los sistemas de información y comunicación. Estos deben convertirse en una parte integral y emergente de la cultura participativa de los usuarios/diseñadores. En términos socioculturales, los sistemas de información y de comunicación han de ser puestos al servicio de las personas y de las colectividades. Deben ser confiables, amigables, intuitivamente significativos y estar disponibles siempre y en todo lugar. En esta importante fase de la era de la información, se vuelve esencial el diseño para todos.

    En tal contexto, este libro representa un esfuerzo de desarrollo de los fundamentos y del marco de referencia de una forma de diseño colaborativo cada vez más practicada por numerosas comunidades de usuarios en Quebec: el diseño comunáutico. Este se apoya en el informe de una investigación desarrollada por el Laboratorio de Comunáutica Aplicada (LCA) de la Universidad de Quebec en Montreal y ofrece algunas respuestas planteadas por el programa de Apoyo al Paso a la Sociedad de la Información (APSI) de la Secretaría del Consejo del Tesoro de Quebec, con respecto a los niveles de apropiación de los ubimedios y de las herramientas colaborativas de diversas comunidades distribuidas a través de nuestro vasto territorio. Entre 2010 y 2012, el equipo de profesores y estudiantes de nuestro laboratorio se planteó las preguntas siguientes formuladas en tres hipótesis generales. El proyecto de investigación Mi Portal Col@b y diseño comunáutico tenía por objetivo realizar estudios de caso, redactar un cuestionario de evaluación de las prácticas de diseño e identificar tendencias interaccionales y organizacionales con los siguientes propósitos:

    Explorar infraestructuras, plataformas o portales con varios años de existencia en el seno de distintas organizaciones, para identificar su estructura y sus procesos.

    Contribuir a concebir y producir un modelo de portal multiplataforma que se ajuste a las necesidades de distintas organizaciones, a partir del análisis de varios ciclos de vida de proyecto. Combinamos los conocimientos de varios proyectos y de múltiples estudios para presentar un marco de referencia de alto nivel que sirve para inspirar otras investigaciones y prácticas en el campo de la modelización de las organizaciones virtuales en red (hipótesis 1).

    Poner a prueba un diseño de sistemas de información organizacional (o diseño comunáutico) que contribuya a animar a las comunidades virtuales, así como a impulsar los estudios transdisciplinarios que involucren a técnicos informáticos, comunicólogos, sociólogos y artistas.

    Elaboramos un marco de referencia, una estrategia de instanciación y una lista de verificación fundamental necesaria a la modelización de las funcionalidades tecnológicas, comunicativas y organizacionales, para asegurarnos de que las futuras organizaciones y los sistemas sociales virtuales arranquen de la mejor forma (hipótesis 2).

    Las organizaciones virtuales son coconstruidas en tanto que sistemas sociales y tecnológicos (un sistema sociotécnico). A su vez, ellas suponen:

    Factores humanos (personas o sujetos).

    Mundos de conocimientos a compartir (contenidos).

    Plataformas sociocolaborativas adaptables a las necesidades de cada organización (herramientas o instrumentos de la computación en la nube [cloud computing] y de la informática ubicua).

    En el plano epistemológico, la investigación APSI contribuirá a definir las bases científicas del diseño comunáutico, es decir del diseño de organizaciones y de comunidades virtuales como ambientes sociotécnicos apoyados por medios ubicuos (ubimedios) (Greenfield, 2007). Esos ambientes son recibidos como nuevos ecosistemas socioeconómicos (hipótesis 3). El proyecto de investigación Mi Portal Col@b y diseño comunáutico realizó varios estudios de caso, en Quebec y en el extranjero, con la finalidad de transformar en casos tipo las experiencias vividas con internet y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC); dichas actividades fueron desarrolladas por organizaciones (el Laboratorio de Comunáutica Aplicada [LCA], Comunidades de Práctica [CdP], el Centro de Comunicación Adaptada [CCA], entre otros) y más concretamente por empresas y personas. Esos procedimientos de investigación deberían proveer un enfoque epistemológico sobre las transformaciones impuestas por la evolución reciente de internet. Estas conciernen a su instrumentación, sus formas de comunicación y de organización comunáutica, así como a la instalación de redes sociales constituidas por personas, organizaciones o comunidades de todo tipo. Se trata de sistemas que se complejizan y se especializan en múltiples vínculos con las herramientas y los contenidos del mundo digital.

    En las últimas décadas, la informática social tenía como objetivos principales lograr hacer trabajar a las personas en espacios virtuales y permitirles lograr una mejor productividad con herramientas que favorecían los usos digitales de la información, tales como textos, imágenes, sonidos y videos. La emergencia reciente de una informática social, ubicua y amigable, como la de los nuevos medios de la Web 2.0 (Linkedin, MySpace, YouTube, Flickr, Facebook), las plataformas colaborativas (Ning, Google Group, Vox, Apprendre 2.0) y las plataformas de diseño colectivo (Proyecto CIEL, Laboranova, Servicio Diseño de Roberta Tassi, Habitats de Wenger y Smith), hace ingresar el mundo del internet ciudadano en una nueva fase más creativa del desarrollo de los sistemas sociotécnicos (Whitworth y De Moor, 2009; De Moor, 2005; Barab y Squire, 2004; Barab, Kling y Gray, 2004). Y son las configuraciones de módulos o de plataformas en ambientes diversificados, con frecuencia móviles, las que se imponen: el proyecto de investigación Mi Portal Col@b contribuirá a la concepción, el boceto de los portales y la producción de portales personalizados (customized)⁹, construyendo un prototipo de portal de ayuda al diseño comunáutico de sistemas sociales virtuales. Ello implica que los usuarios —organizaciones y personas— en diversos grados y distintos niveles de la sociedad, a través de usos situados y los actuales medios sociales ubicuos, desarrollarán nuevos deseos de autonomía y participación en la sociedad de la información y las comunicaciones.

    Para ello, nuestro equipo del LCA debió desarrollar una nueva metodología de soporte al desarrollo de comunidades de usuarios, lo que se tornó necesario por el deseo de hacer más sistemático el procedimiento general: el ciclo de vida. El proyecto de investigación Mi Portal Col@b busca despejar las incertidumbres vinculadas con la evolución de los usos de la web, teniendo en cuenta la circulación de la información, las relaciones con los mundos de conocimientos y los usos más participativos de los instrumentos evidenciados por la explotación de los sistemas sociotécnicos y la apropiación generalizada de los ubimedios. La verificación y la evaluación de los usos actuales y del pasado (estudios de caso), al igual que la observación de los nuevos usos (cuestionario) ligados con la conceptualización y la producción de Mi Portal Col@b (matrices de descubrimiento), personalizados y explotados por cada uno de los participantes de esta investigación, nos aportaron elementos útiles para invalidar o confirmar nuestras hipótesis y construir nuestros modelos.

    El contexto sociohistórico

    Las preocupaciones ambientales a gran escala, las catástrofes naturales y meteorológicas, la actual crisis financiera mundial, las guerras que asolan varias zonas del mundo, la fractura social que se intensifica en las democracias, el crecimiento acelerado de la población en los países de Asia, las reformas sucesivas y continuas de los sistemas de salud y de educación nacionales, la progresión de las epidemias y de los crímenes cibernéticos demuestran que la humanidad enfrenta desafíos sin precedentes. Esos cambios afectan la vida de cada persona, de cada familia, de cada comunidad y de cada país y definen el porvenir de lo humano.

    No obstante, ingresamos en la segunda década del tercer milenio con organizaciones concebidas en su mayoría en el siglo XIX. La mejora o la reestructuración de los sistemas existentes basados en las técnicas de la era industrial de la máquina ya no está funcionando. La población se da cuenta de que los cambios societales masivos y las transformaciones globales actuales se reflejan en las nuevas realidades de la era postindustrial, de la sociedad del conocimiento y de la economía de la información. Solo un esfuerzo de imaginación ubicua y de innovación masiva, en nuestra manera de orientar colectivamente el cambio y de concebir de forma colaborativa nuestras organizaciones y nuestros sistemas sociales, nos permitirá afrontar las exigencias de las nuevas realidades y de las aspiraciones de nuestra época y contener los riesgos de desilusión generalizada de la juventud y el cinismo colectivo.

    Surgen varias preguntas: ¿cuál es el rol de cada ciudadano en esos cambios masivos? ¿Tiene voz y medios? ¿Cómo pasar de una visión de la innovación social centrada en la estructura de las innovaciones locales cerradas a una visión orientada a los nuevos sistemas de interacción por las TIC, que podría permitirnos comprender los sistemas sociales complejos que hemos creado en el ciberespacio y los fenómenos colectivos emergentes que caracterizan su evolución? ¿Cómo pasar de una visión del mundo geocéntrica a una visión heliocéntrica que nos permita captar las transformaciones del mundo de la economía y de la sociedad? ¿Cómo captar la sociodinámica de la cultura digital y las transiciones entre diversos paradigmas del cambio? ¿Cómo orientar nuestro porvenir mediante el desarrollo de una nueva perspectiva de la ciencia, de la tecnología y de la sociedad que apunte a asegurar la gobernanza de esos mundos complejos y a analizar las nuevas organizaciones humanas en la interconectividad global?

    Nos gustaría contribuir, con el presente libro, a responder esas preguntas. El proyecto Mi Portal Col@b y diseño comunáutico, en fase de desarrollo, combinará el poder de los instrumentos de creatividad y de las tecnologías de la información y de la comunicación con los conocimientos de las ciencias de la complejidad, de la teoría de los sistemas sociales, de las ciencias sociales y de la informática. Mostraremos que el paso de una actitud de investigación basada exclusivamente en la crítica de los sistemas existentes, a una cultura del diseño comunáutico, es decir, a una orientación de la investigación que combine la fuerza del análisis crítico y de la concepción/simulación de los múltiples aspectos de un fenómeno evolutivo, no solo es posible, sino que provocará en las ciencias sociales un salto cualitativo hacia la nueva era del diseño de los sistemas complejos de información. Las ciencias de la complejidad y el pensamiento de los sistemas sociales emergentes proporcionarán una nueva perspectiva sobre fenómenos tales como las comunidades virtuales y las comunidades de innovación, así como sobre una multitud de organizaciones, empresas virtuales y sistemas sociales interactivos en los que se producen los conocimientos que influirán en nuestro futuro, a una velocidad jamás vista aún en la historia.

    En esta obra exploraremos las necesidades emergentes de los sistemas sociales en línea, las competencias digitales necesarias a su desarrollo, las herramientas posibles para crear una inteligencia colectiva y colaborativa que contribuya al advenimiento de un futuro mejor para nuestros hijos y nosotros mismos, para nuestros sistemas sociales emergentes y para nuestras comunidades de innovación. La idea básica de esta investigación es que el diseño comunáutico —en calidad de diseño comunicacional y colaborativo de sistemas sociales a gran escala, como las comunidades virtuales concebibles como sistemas sociotécnicos— es una actividad de creación de futuro. Los individuos y los grupos asociados a esos sistemas sociales y esas comunidades virtuales se comprometen en el diseño de forma tal que se distribuyen las tareas y los roles en la implantación de los sistemas de innovación que les corresponden, que se les parecen y que catalizan los cambios deseables. O más aún, pueden mejorar y reestructurar los sistemas existentes de acuerdo con lo que consideren que es un sistema más favorable para ellos y que armoniza con sus valores colectivos. Las ciencias de la complejidad iluminarán sustancialmente los fenómenos emergentes tales como los sistemas interactivos sociales. Las ciencias sociales, y en particular las de la comunicación social y pública, mejorarán nuestra comprensión de las perspectivas y los riesgos ligados a los sistemas sociales fuertemente interconectados, en particular los sistemas de información comunitaria de internet. Veremos cómo esos análisis crearán nuevos enfoques teóricos, nuevos métodos y nuevas herramientas que permitan aprehender las transformaciones del siglo XXI. Además, crearán los nuevos empleos de la sociedad de la comunicación.

    Así, partiendo del estudio de las necesidades, competencias y prácticas que realizamos en territorio quebequense, analizamos lo que hemos denominado las 8C del diseño comunáutico, que representan los principales conceptos de nuestra investigación APSI: cognición, comunicación, conversación, cooperación, colaboración, coordinación, competencias, contratos. En una época en que la velocidad, la intensidad y la complejidad de los cambios se incrementan de manera constante y exponencial, la habilidad de las comunidades humanas para modelar y dar forma a los cambios, en lugar de ser sus meros espectadores o víctimas, depende cada vez más de las competencias digitales de análisis, de síntesis, de producción y de distribución de los conocimientos en red. Una competencia genérica en diseño, o incluso multicompetencias, y una gran motivación para guiar la evolución intencional de nuestros sistemas sociales, de nuestras comunidades y organizaciones se tornará en pocos años en una de las prioridades de educación de las naciones occidentales, a todos los niveles de la organización societal.

    El codiseño racional de los sistemas sociales y programas similares podrían volverse a corto plazo uno de los programas científicos más importantes de nuestra época, así como la inteligencia artificial y la investigación operacional lo fueron en su tiempo para las ciencias puras. ¿Por qué? Simplemente porque este programa revelará las estructuras, los procesos, las competencias y los principios éticos que permiten a los sistemas sociales interactivos funcionar bien, inspirando la apropiación y la creación social de nuevas herramientas de innovación que permiten explorar las conexiones invisibles (Capra, 2004, 1997) que influencian nuestro devenir colectivo, sobre todo al instaurar una era del diseño comunicacional socialmente responsable y un portal de innovación inspirados por la inteligencia colectiva que emergen de esas nuevas organizaciones colaborativas en redemática. Este programa construirá la base de conocimientos necesaria a su acompañamiento: la filosofía, las teorías, las metodologías y las aplicaciones y la instrumentación del diseño

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