Palabras De Vida

Por D. L. Moody

Los maravillosos resultados que han producido los trabajos de evangelización en este país de los dos hermanos americanos cuyos nombres son ahora familiares para nosotros como palabras de casa, una vez más han traído a casa a la Iglesia de Dios la gran verdad de que, cuando el Evangelio de Cristo es proclamado fielmente, es el poder de Dios para salvación, y que su suficiencia no es de hombre, sino de Dios. No con palabras tentadoras de la sabiduría del hombre; ni con pretensiones elevadas a un discernimiento espiritual superior, o una oratoria brillante y cautivadora; sino con toda sencillez, con toda claridad de discurso, y con una convicción intensa de su verdad y una seriedad sincera, esa proclamación del Evangelio se ha realizado a miles de personas que han acudido a escucharla de labios del Sr. Moody.
Sin embargo la misma familiaridad y simplicidad que caracterizan a las declaraciones del Sr. Moody, acompañadas por un poder descriptivo más gráfico que surge de sus propios conceptos vivos de verdad, han sido los medios para llevar a la mente popular las grandes verdades que él ha establecido de una manera mucho más fuerte de la que podría haber logrado con la ayuda de un arte más retórico. Y si es con estos que se tendrán en cuenta la experiencia profundamente espiritual y el conocimiento completo de las escrituras que siempre distinguen a las enseñanzas del Sr. Moody, en cierto grado entendemos el éxito que, a través de la bendición de Dios, hasta ahora ha asistido su trabajos.
Tal vez una de las experiencias más comunes de quienes han tenido el privilegio de escuchar al Sr. Moody es que sus palabras llevan consigo una energía recurrente que surge continuamente con un poco de su fuerza original; un claro símbolo de expresión vigorosa y eficaz, aunque, de vez en cuando puede ser cruda y prosaica en su forma. Pero a menudo es como
—— “flores en una mesa,
Más bien algo tosco:
¿Pinchan las ros

• Idioma: Español
• Editorial: CrossReach Publications
• Fecha de lanzamiento: 14 nov 2018
• ISBN: 9781547539949

D. L. Moody

Dwight Lyman Moody, also known as D. L. Moody, was a well-known American evangelist who founded the Moody Church, Northfield School and Mount Hermon School in Massachusetts, Moody Bible Institute, and Moody Publishers.

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CONTENIDO

Entusiasmo Cristiano

Como Mantenerse Apartados del Mundo

Consagración al Servicio de Dios

La Universidad de Dios

Arrogancia

¿la Biblia es verdadera?

Pregunte Grandes Cosas sobre Dios

El Pequeño Solitario

El Buscador del Cielo

Los Si del Demonio

Una Bendición para Todos

La Ansiedad como presagio de la Esperanza

Como Leer la Biblia

Tiempo de Gracia

Gozo Cristiano

Manténgase Comprometido

Demasiado Tarde

El Mayor de los Errores

Cristo el Avivador

¿Qué es Creer?

Dos Compitiendo por el alma

Cerca del Cielo

La Alternativa del Terror

Escuchando para Otros

Cómo busca el Salvador

El Lujo de Ganar Almas

El Gozo de la Salvación

Almas que Brillan

El Agua de Vida

¿El Corazón es Fiel?

Averiguar el Camino

La Morada de Dios

Trabajo por su Propia Recompensa

Buenas Noticias para los Perdidos

Colaboradores de Cristo

El Incentivo al Servicio

Gente de Frontera

El Amigo de los Pobres

El Llamado del Salvador

La Falange de Victoria

Realidades

Nubes Dispersas

Los Hombres para el Servicio de Dios

Todos los Hombres son buscados por Cristo

La Cortina Levantada

Trabajar para Jesús

La Visión del Rey

Unidad entre los Cristianos

El Verdadero Fundamento del Gozo

Medicina para el Alma

Castillo de la Duda

La Santa Muerte

La Maldición del Sectarismo

¿Qué es la Fe?

Verdadero Tesoro

El Deseo del Mundo

Respuestas a la Oración

La Fe que Salva

El Espíritu de Elías

El Salvador que Espera

La Pérdida de un Alma

Las Dos Oraciones

Usted Puede ser Salvado si lo Desea

Consistencia Cristiana

La Corriente y la Fuente

Jesús Nuestro Hermano Mayor

Muriendo sin Esperanza

Creciendo en Gracia

El Cielo se Silencia para Escuchar la Oración del Pecador

Padre Nuestro que Estás en el Cielo

El Infierno del Borracho

Paciencia en el Trabajo

Como Valora Cristo el Alma

El Remedio para el Pecado

La Completa Suficiencia de Cristo

El Nuevo Nacimiento

Un Testimonio por el Cual Vale la Pena Esforzarse

A Cada Hombre su Trabajo

El Hombre está más Seguro Fuera del Edén

Como Continuar con el Trabajo

Estudie la Biblia

Satanás en la Iglesia

La Luz del Mundo

El Trabajo de las Mujeres en la Iglesia

El A.B.C. del Alfabeto de Dios

Aritmética Fácil

El símbolo de la sangre expiatoria

La Medida de Dios de la Bendición

El Mayor Insulto a Dios

El Enemigo de la Incredulidad

Justo Lo Que Dios Quiere

La Mirada de la Fe Hacia Afuera

Ganadores de Almas

Más en el Futuro

Necesidad del Nuevo Nacimiento

Tiren el Lastre

El Bautismo del Espíritu

Esperanza para el Borracho

La Grandeza de los Trabajos Pequeños

Esclavos Liberados

La Virtud Perdurable

La Gran Desilusión de Nuestros Días

Las Glorias no Vistas

El Precio de la Salvación

Fotografías del Corazón

Auto Glorificación

La Salvación no viene por Ordenanzas

La Salvación no es por la Ley

La Prueba de la Conversión

Dios sobre la Razón

La Valía de las Buenas Resoluciones

El Deber de la Acción de Gracias

La Piedra Angular del Amor

Uniéndose a la Iglesia

La Tentación y los Tentados

Los Tres Enemigos del Joven Converso

La Espada de la Palabra

El Pastor y las Ovejas

El Prometedor Fiel

La Promesa Ilimitada

Los Cristianos deben ser Trabajadores

Jóvenes Convertidos Mantenidos por Dios

El Gusano que no Muere

Justificación Más que Perdón

La Biblia es el Vademécum Cristiano

Satanás Vencido por Cristo

Primero Amado, luego Lavado del Pecado

Cristo el Único Salvador

El Toque de la Mano del Salvador

Los Cristianos ya no son de Si Mismos

Alimento para el Alma

Como Comprender la Biblia

Cristo Nuestro Redentor

Dios Usando Instrumentos Humanos

Rechazando el Remedio

La Salvación no está Limitada por la Elección

El Amigo del que Llora

Decídase por Cristo

La Clave para el Estudio de la Biblia

La Voz del Cielo

Cristo el Predecesor de su Pueblo

La Misión de Cristo al Mundo

Un Buen Cambio

No Desprecie las Cosas Pequeñas

Dios Digno de Todo Amor

El Salvador Compasivo

Cristo, un Salvador Personal

Siga la Nube

Redimidos de la Ley

Mantenga sus Ojos en Cristo

Vendido por Nada, Redimido por Sangre

Cristo Nuestro Pastor

El Viaje en el Desierto de la Vida

El Fuego de la Ira de Dios

Una Palabra a la Cual el Demonio Teme

Nuestros Hijos

Cristianos Soleados

La Muerte de Cristo, El Evangelio

El Secreto del Éxito Cristiano

Lo que Dios no Puede Hacer

Perdón para el Pecador

Con El Evangelio no se puede Jugar

Cristo es Nuestra Luz

Venga como Esté

Los Cristianos Reflejando la Luz de Cristo

La Salvación no Puede ser Comprada

Las Nuevas Siete Cosas del Cristiano

Cristo Mal Entendido por el Mundo

El Pecado Apartado por cristo

Esclavos del Pecado

No hay Descanso Aquí

Lo que el Cielo Piensa de Cristo

Pablo el Conquistador

Luchando Contra el Mundo

La Victoria de la Fe a Través de Cristo

La adoración a Mamon

La Gran Recompensa

Valor del Aplauso del Mundo

El Principio Cristiano de la Restitución

Jesús como el Consolador

La Gracia del Hombre y la Gracia de Dios

La Iglesia un Lugar de Trabajo

La Salida de la Infidelidad

La Fe de Abraham

El Tratamiento del Mundo a Cristo

La Recompensa del Mundo

Los Amigos que se Fueron nos Cuidan

El Tesoro Terrenal no es Riqueza

Fe y Amor

La Gracia es Diferente de las Obras

El Cristo de Dios

Súplica con Acción de Gracias

Más de lo Esperado

Que Hará del Cielo Nuestro Hogar

Santos sin Coronas en el Cielo

La Oferta del Salvador

Viviendo por Cristo

Los Hijos del Demonio y los Hijos de Dios

Tres Clases de Cristianos

Los Cristianos y el Mundo

Nuestro Tesoro en el Cielo

Estad Callados Ante el Señor

Fuerza en la Oración

La Profesión no Salva

La Maldición Presente del Cristianismo

Seguridad Cristiana

Todos los Cristianos son Confesores

Cristianos Orantes

Reincidentes, Vuelvan a Casa

El Descanso Eterno

Tres Pasos a la Perdición

Sabiduría dada por Dios

Peregrinos y Residentes Temporales

Formalismo Muerto, Frio

Hacia el Precipicio

Diamantes Escondidos

Unión Cristiana

Simplicidad del Evangelio

Ni Infierno, ni Cielo

Dios Bloqueando el Camino al Infierno

El Evangelio con un Nuevo Comienzo

Los Cristianos se Conocen por sus Vidas

Todos los que Buscan Encuentran

Ceguera de los Pecadores

Cristianos Mundanos

La Doble Naturaleza del Cristiano

Valentía y Perseverancia Cristianas

Leyendo las Escrituras

Detenidos por el Pecado

Confíe en Dios

Un Instrumento de Satanás

Cristo Nuestro Libertador

Hipócritas en la Iglesia

Reyes y Sacerdotes para Dios

Cristo Victorioso sobre la Muerte

La Presión del Negocio

Jesús como un Amigo

No Hay Biblia en el Mundo Perdido

Los Cristianos están Seguros para Siempre

Oración y Alabanza

El Evangelio Antiguo

Jesús Llorando por Jerusalén

El Cofre de Dios Abierto por Medio de la Oración

Orando por Bendiciones Temporales

Despreciando a Moisés y Despreciando a Cristo

Cristianos Mantenidos por Dios

Arraigados en Cristo

El Regreso a Casa del Pueblo de Dios

El Mundo Sediento de Dios

El Poder de la Oración

El Abrumador Pecado del Mundo

La Maldición de la Intemperancia

La Fe Complace a Dios

La Biblia Discernida Espiritualmente

No Hay Tentación en la Presencia de Cristo

Como Amar el Trabajo de Dios

Pasa Jesús de Nazaret

Los que sufrís tribulación

Venid descanso y paz tendréis

Los que alejados camináis

De Dios su gracia poseeréis

Si sois tentados he aquí

Pasa Jesús de Nazaret

Más si su gracia rechazáis

Su amor mirando con desdén

Entristecido marchará

Y en vano luego clamareis

Es tarde ya dirá la voz

Pasó Jesús de Nazaret

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PrefacIO

Los maravillosos resultados que han producido los trabajos de evangelización en este país de los dos hermanos americanos cuyos nombres son ahora familiares para nosotros como palabras de casa, una vez más han traído a casa a la Iglesia de Dios la gran verdad de que, cuando el Evangelio de Cristo es proclamado fielmente, es el poder de Dios para salvación, y que su suficiencia no es de hombre, sino de Dios. No con palabras tentadoras de la sabiduría del hombre; ni con pretensiones elevadas a un discernimiento espiritual superior, o una oratoria brillante y cautivadora; sino con toda sencillez, con toda claridad de discurso, y con una convicción intensa de su verdad y una seriedad sincera, esa proclamación del Evangelio se ha realizado a miles de personas que han acudido a escucharla de labios del Sr. Moody.

Sin embargo la misma familiaridad y simplicidad que caracterizan a las declaraciones del Sr. Moody, acompañadas por un poder descriptivo más gráfico que surge de sus propios conceptos vivos de verdad, han sido los medios para llevar a la mente popular las grandes verdades que él ha establecido de una manera mucho más fuerte de la que podría haber logrado con la ayuda de un arte más retórico. Y si es con estos que se tendrán en cuenta la experiencia profundamente espiritual y el conocimiento completo de las escrituras que siempre distinguen a las enseñanzas del Sr. Moody, en cierto grado entendemos el éxito que, a través de la bendición de Dios, hasta ahora ha asistido su trabajos.

Tal vez una de las experiencias más comunes de quienes han tenido el privilegio de escuchar al Sr. Moody es que sus palabras llevan consigo una energía recurrente que surge continuamente con un poco de su fuerza original; un claro símbolo de expresión vigorosa y eficaz, aunque, de vez en cuando puede ser cruda y prosaica en su forma. Pero a menudo es como

—— "flores en una mesa,

Más bien algo tosco:

¿Pinchan las rosas como espinas?"

Fue el hecho anterior que sugirió la idea de realizar este pequeño volumen, en la creencia de que la compilación en forma de libro de algunos de los pasajes más llamativos de sus discursos sería recibida con gusto por muchos, como un recuerdo duradero de la visita del Sr. Moody a Inglaterra.

Las páginas siguientes contienen una selección de tales pasajes, tomados de notas escritas en taquigrafía de las predicas bridadas por el Sr. Moody en Glasgow, Manchester y Londres; y ahora se presentan con la esperanza de que, en cierta forma, puedan complementar su propio trabajo y ser útiles para despertar al inconsciente, dar luz y fuerza al que siente ansiedad y al de corazón sincero y magnificar el amor y la gracia de Dios.    —G. F. G. Royle.

1 de junio de 1875.

PALABRAS DE VIDA

Entusiasmo Cristiano

ALGUNAS personas se oponen a los reavivamientos de la religión porque piensan que son producto de un entusiasmo temporal.  Pero yo sostengo que este entusiasmo es la gracia de Dios derramada en el corazón. Generalmente encontramos que cuando la gracia de Dios está empezando a trabajar, las personas comienzan a cantar. Se dice que las alondras no cantan cuando están volando hacia abajo; pero a medida que vuelan hacia arriba, comienzan a cantar y siguen haciéndolo a lo largo de su vuelo ascendente. Lo mismo sucede en el despertar religioso; cuando las almas nacidas de nuevo reviven en Dios, se disparan hacia arriba y cantan con alegría. No permitan que nadie condene apresuradamente el entusiasmo; no seamos culpables de marcar el camino para que Dios venga y bendiga nuestras almas.

Como Mantenerse Apartados del Mundo

La mejor forma es mantenerse fuera del mundo y de estar involucrado activamente en el servicio a Dios, para no tener tiempo ni inclinación hacia las distracciones mundanas.

Consagración al Servicio de Dios

Lo que queremos es estar totalmente al lado del Señor, nuestra mente y corazón deben arder por el Señor. Se dice de los hombres poderosos de David eran diestros y zurdos. Ellos estaban completamente consagrados; podían usar su mano derecha o su izquierda para servir al rey. Eso es lo que queremos ahora, hombres que sean diestros y zurdos para el Rey de la gloria; hombres que puedan usar sus ojos, lenguas, oídos y todo para el Señor Jesús.

La Universidad de Dios

Yo prefiero mil veces estar cinco minutos a los pies de Cristo que escuchar toda la vida a todos los sabios del mundo. Si quieres adquirir sabiduría celestial debes pasar por la Universidad de Dios. ¿Sabes dónde es? Se encuentra a los pies de Cristo. María encontró su lugar allí. Un hombre puede ir a Oxford o Cambridge o a cualquier otro lugar, pero si no ha asistido al seminario de Dios, nunca será adecuado para el cielo. Cristo presenta la verdad de forma tan simple que incluso los niños pequeños pueden entenderla.

Arrogancia

Un hombre debe creer que