Entre El Cielo Y La Tierra

Por Marina Sierra

El poder cambia a toda alma ambiciosa de deseos egostas y eso es lo que est empezando a destruir poco a poco a la humanidad, pero siempre existe la esperanza de ver un nuevo mundo sin violencia, sin injusticia, ver un cielo azul y respirando paz logrndolo a travs del amor sentimiento ms puro que puede ennoblecer al corazn ms duro si ste deja que entre en l, slo esta esperanza existe en las almas con deseos de poder, poder cambiar para ellos y para los dems y as ayudar a la humanidad con amor y fe.
Elena es una joven universitaria de escasos 21 aos con una familia disfuncional y problemas en la vida, guarda resentimientos hacia sus padres y eso la ha vuelto solitaria e insegura, obstruyndose la posibilidad de ser feliz al no tratar de solucionar aquellos problemas, sin embargo la vida est llena de sorpresas y el destino es tan incierto. Cuando Elena cree estar ms sola que nunca a pesar de tener a un lado a Vctor su gran amigo, conoce a Gina quien es todo lo contrario a ella, es segura de s y vive el momento, con el tiempo ambas se vuelven incondicionales pero eso no es todo, la vida de Elena da un giro completo cuando conoce a Thomas su nuevo profesor de filosofa a quien con el trato y el tiempo empieza a querer de una forma muy especial, con ayuda de sus amigos y con su acercamiento a Thomas empieza a ver la vida de otra manera, se da cuenta que la vida puede ser tan fantstica si as lo desea y que los problemas tienen solucin.
Todo parece mejorar en la vida de Elena sin embargo Thomas oculta un secreto y en Elena el amor empieza a nacer, pero en este mundo la maldad est latente la traicin de Daniel un ngel con ambicin de ser ms que el ser supremo es desterrado convirtindose en demonio quien habita en la tierra con el afn de perturbar a la gente de su maldad y con eso ir alimentando ms su poder, slo que para ello tiene que encontrar un documento que resguarda la iglesia y dicho documento guarda el secreto de la salvacin o perdicin de la humanidad segn como sea manejado, si ste callera en manos de algn demonio los hara ms poderosos ya que el secreto es una persona que pose una marca destinada en todo el mundo para la esperanza de la humanidad cuando empeore y slo la fe de esa persona puede cambiarlo todo. Es por eso que en el cielo los ngeles han sido enviados a la tierra con distintas misiones puesto que una guerra se aproxima entre ngeles y demonios, si aquella persona es encontrada por Daniel o alguno de sus secuaces justo antes de la fecha que indica el documento y su fe es poca todo estar mucho peor para la humanidad pero si su fe es firme surgir todo lo contrario porque la fe puede acabar con todo aquello que obstruye el camino a la felicidad y a un mundo mejor es por eso que puede ser la salvacin o la perdicin en la humanidad, tambin hay algo ms que puede evitar una catstrofe y es slo un ngel con la misin ms importante, cuidar a aquella persona no dejando que sea encontrada.
La esperanza de un mundo mejor est en manos de Thomas aquel ngel enviado para cuidar a Elena aquella persona con la marca que ignora representar algo importante en la vida, sin embargo las circunstancias los acercan demasiado y empiezan a renacer nuevos sentimientos, Elena se enamora de Thomas y Thomas empieza a descubrir nuevas emociones junto a Elena, l tiene que guardar el secreto y evitar enamorarse puesto que en ellos est prohibido. La humanidad est en manos de Elena y Thomas su fe es lo nico que puede cambiar todo, Podrn luchar en contra de su amor? Para no complicar las cosas y cumplir la misin o, Con fe y amor podrn salvar su felicidad y la de la humanidad?

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 20 feb 2013
• ISBN: 9781463345778

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ENTRE EL CIELO

Y LA TIERRA

Marina Sierra

Copyright © 2013 por Marina Sierra.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2012923325

ISBN:        Tapa Blanda               978-1-4633-4578-5

                  Libro Electrónico      978-1-4633-4577-8

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Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

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Era un día caluroso por la tarde de abril, cuando Elena volvía cansada a casa por el calor que hacía y por lo estresante de la escuela, solía irse caminando a la escuela y de igual manera regresar, ya que vivía a unas ocho cuadras de ella.

Elena vivía en una ciudad pequeña pero hermosa por su gran flora y su clima cálido y aún más en esa época del año cuando la primavera adornaba a la ciudad con coloridas y bellas flores. La casa de Elena se encontraba a quince cuadras del parque central, y a su izquierda de éste un gran museo siguiéndole la gran iglesia.

Elena vivía con Laura su madre, quien siempre se la pasaba ocupada trabajando, olvidándose por completo de su hija desde su separación con Leonel padre de Elena. A su paso para llegar a casa se encontraba un pequeño parque y frente de éste una librería, en la cual Elena pasaba la mayor parte de su tiempo ayudando a Víctor su amigo incondicional y el único que tenía, ya que Elena era callada y tímida pero también algo impulsiva y rebelde si la provocaban.

Cuan do Elena llegaba a casa tomó las llaves de su pantalón y abrió la puerta, entro casi arrastrando los pies por lo exhausta que estaba y dirigiéndose a la cocina sirvió agua fresca, tenía una voraz sed que la bebió de inmediato, hallo una nota en la mesa la cual decía; hija no me esperes llagare tarde, pero para Elena ya empezaba a ser algo normal que su mamá casi no estuviera en casa, así que subió a su recamara cuando de pronto suena el teléfono que se encontraba en la sala.

-! Ay no! -dijo quejándose y bajó las escaleras para contestar el teléfono.

-Bueno-contestó.

-¡Hola! Un favor.

-¡Ah! Víctor, ¿Qué paso?

-¿Podrías venir a ayudarme con la librería?

-Está bien voy para allá- al colgar tomó las llaves de la mesa y salió hacia la librería

Minutos después al llegar a la librería Elena saludo a Víctor. –Hola.

-¡Hola! Te ves cansada.

-Algo.

-Disculpa que te moleste pero me salió un imprevisto y no tuve nadie más a quien recurrir.

- No te preocupes yo me haré cargo.

-Entonces al rato nos vemos.

-Sí, cuídate

Al marcharse Víctor, Elena se dispuso a sacudir los muebles y acomodar los libros aún con todo el cansancio que tenía, en un movimiento brusco que hizo, uno de los aretes que tenía puestos cayó bajo un librero, trataba de sacarlo pero al no poder tras varios intentos, de manera brusca empujó el librero más pesado y al moverlo hallo una puerta que estaba oculta, a Elena le llamo mucho la atención pues no sabía que existía esa puerta y jamás Víctor se la había mencionado, tanta fue la curiosidad de Elena que trato de abrirla pero le fue imposible, estaba muy bien cerrada aquella puerta, así que mejor recogió su arete y volvió a poner las cosas en su lugar.

-¡Qué raro Víctor nunca me dijo que tenía una bodega!

Elena continúo acomodando los libros hasta que horas más tarde llego Víctor.

-Disculpa la hora pero apenas termine.

- No te preocupes-respondió Elena y recordó la puerta que había encontrado -. Oye, ¿Qué hay dentro de la puerta que está tras aquel librero? -preguntó señalando.

-¡Qué! – respondió sorprendido - . ¡Ah! La puerta, es sólo una bodega vieja, no le des importancia.

- Si quieres te ayudo a ordenar lo que tienes ahí.

-¡No! Así déjalo.

-Está bien pero no te exaltes.

- Discúlpame, es que no quiero que te esfuerces en limpiarla está tan vieja y arrumbada que tu esfuerzo sería inútil, por qué crees que la cubro por eso no te había comentado nada pero… ¿Cómo fue que jalaste aquel librero? Si está demasiado pesado.

- Se me desprendió un arete, son herencia de mi abuela por eso los cuido mucho y como no podía sacarlo tuve que jalar el librero, aunque me costó pero lo logre.

- Bueno cambiemos el tema, que te parece si vamos a tomar un refresco.

- Sí, vamos.

Víctor cerró la librería, a su paso por una tienda compro dos refrescos y mientras los bebían caminaban hacia el parque, al llegar se sentaron en una banca que se hallaba bajo uno de los tantos árboles de aquel lugar y comenzaron a conversar.

-¿Cómo te va en tu entretenida clase de filosofía? –preguntó con ironía a Elena.

- Pues más o menos, nada más de ver al profesor me da sueño, es tan… alegre – respondió con sarcasmo.

- Y qué me dices de tus padres.

- De mal en peor, el casi no va a casa –decía tristemente mientras agachaba la mirada-. De hecho ya no va y mi madre casi no está, ciertamente estoy sola.

- No, sola no estás, me tienes a mí tu fiel guardián – le decía Víctor irónicamente tratando de animarla.

Elena logro sonreír por lo que había dicho Víctor, ella sabía que Víctor hacía lo mejor para verla feliz, pues él era su único y mejor amigo al cual quería como un hermano, tal vez por eso y por alguna razón Víctor la protegía mucho.

-Así me gusta verte, siempre sonriente – dijo Víctor.

Elena se quedo callada por unos segundos y después mientras tocaba los músculos de Víctor ya que él era muy fuerte y solía usar ropa ajustada haciendo notar su bien marcada anatomía y bronceada piel, le dijo riendo:

-¡Oye sí! Podrías ser algo así como mi guardaespaldas.

-¡Verdad que sí! Te lo voy a demostrar –contestó y jugando cargo a Elena en su espalda y llevó hasta su casa.

-¡Bájame! Estás loco, sólo era una broma – decía Elena entre risas y gritando.

Al día siguiente Elena se levanto temprano para llevarle el desayuno a su madre como muy pocas veces lo acostumbraba, pero hacía lo mejor para que la relación con su madre mejorara, al abrir la puerta de la recamara sólo encontró las sabanas des tendidas, la cama estaba vacía. Laura ya no estaba sólo dejo un mensaje en el contestador que decía; llamaron del trabajo que fuera temprano era urgente, te quiero. Elena sólo frunció la ceja y se fue a la cocina en busca de algo para desayunar, después cogió su mochila se fue a la escuela y en el camino una chica poco a poco se fue acercando a ella.

-¡Hola! –saludo aquella chica a Elena.

-¡Hola! –para Elena era algo sospechosa aquella chica por lo que respondió evasivamente y siguió caminando.

-Soy Regina