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Los Que No Pudieron Escoger
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Libro electrónico96 páginas1 hora

Los Que No Pudieron Escoger

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Información de este libro electrónico

Seres que aunque con su alma limpia y su corazn puro, pero a pesar de sus grandes discapacidades han tenido que vivir dependiendo de Dios y de sus padres. Para estos que no escogieron su manera de vivir y que no hicieron decisiones por ellos mismos, sino que han tenido que depender de los que le dieron la vida. Frustracin por no poder ayudarles es el sentimiento que los padres sienten al respecto. Hijos que crecen sin disfrutar la vida en su plenitud. Desde que nacen se toma la decisin de amarlos y cuidarlos.

Finalmente el dolor de despedir a este ngel que regresa a su hogar al cielo donde estar en un cuerpo perfecto. Vivir con un ngel aqu en la tierra es una experiencia que nadie puede explicar ni tampoco entender.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento14 nov 2012
ISBN9781463340834
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    Los Que No Pudieron Escoger - Angela Valdez

    Copyright © 2012 por Angeles Valdez.

    Número de Control de la Biblioteca del

    Congreso de EE. UU.:               2012921169

    ISBN:         Tapa Dura               978-1-4633-4085-8

                      Tapa Blanda            978-1-4633-4084-1

                       Libro Electrónico   978-1-4633-4083-4

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    429985

    Índice

    Prólogo

    Introducción

    Miriam

    Los casos de parálisis cerebral

    Sé más feliz que yo

    Ángeles que ayudan

    Adiós a mamá

    Bienvenido incondicionalmente

    No matarás

    Oportunidad

    Esperanza

    ¡No me dejaron ser!

    Aceptando los retos

    Manifiéstate en mi vida, Señor

    Agua

    Se rompieron las cadenas

    Soledad y dolor

    Amor y ternura

    Corona de vida

    La lámpara se empieza a apagar

    Una vida probada

    Venciendo las barreras

    Paciencia

    Viviendo sin afanes

    La silla vacía

    Flor en el aire

    Observando a la distancia

    La hora del adiós

    Acusaciones

    Duerme

    Amor profundo

    Suspiro de amor

    Rosa con espinas

    El gran amor de los que los rodean les da más seguridad

    La plegaria de los niños inocentes

    Opiniones sobre este libro

    Prólogo

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    Loly Ángela Valdez es una mujer que tiene un corazón conforme al corazón de Dios.

    Por su devoción y su entrega, por el servicio, la perseverancia en la intercesión, y sus largas horas de oración. La he conocido a ella y a su esposo José por más de diez años y nunca he escuchado una palabra de reproche o de amargura; especialmente en los tiempos difíciles que vivimos en este mundo. Proverbios 3:6: «Reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus veredas».

    Al recorrer las páginas de este libro, Dios te mostrará muchas cosas que podrás aprender, admirar y practicar, el testimonio de una mujer conforme al corazón de Dios. Donde podrás ver la fe y la perseverancia. La paciencia y el amor de una madre y un padre para su hija.

    Hoy Joe, Julio e Ileana también tienen paz en sus corazones a pesar de la prueba que han pasado.

    Pastor Osvaldo Pérez

    Jubilee Spanish Christian Center

    San José, California

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    Introducción

    8587.jpg

    Este libro está dedicado con gran cariño, inmensa admiración y un gran respeto a los padres que han dedicado sus vidas a cuidar a esos niños especiales. Ellos también son padres especiales. Para darles palabras de ánimo, así como Dios nos consuela y nos cuida tanto a los padres como a nuestros hijos, y nos recompensa. Muchas veces, ciertamente afligidos, pero también con la certeza de que Él nos sustenta.

    Tenemos que luchar por los que no luchan. Pedir por los que no imploran. Teniendo que vivir con una noble melancolía. A Dios exponemos nuestra queja y Él escucha nuestro clamor. La ciencia no alcanza las fuentes de la vida, todo lo que el hombre puede hacer es muy limitado —humanamente hablando—, y en el caso de nuestros hijos especiales, solo debemos mantener nuestra mirada en las alturas de donde viene nuestro socorro.

    Estos niños son seres maravillosos que no pudieron escoger su forma de vivir y que tampoco quisieron ser una carga o importunarnos con su venida a nuestras vidas.

    Así como el agua silenciosa de la que sientes el cosquilleo en tu ser y que te acaricia y te agrada porque es limpia y clara, así estos pequeños seres, que clavan sus pupilas soñadoras y tiernas, aunque en silencio, nos dan su dulce amor en cada mirada tanto en su llanto como en sus quejas. Son como canciones que nunca sabremos quién las toca.

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    Miriam

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    Somos padres que en un momento de nuestras vidas nos vimos en la situación de ser padres de Miriam, una niña especial. Mi hermosa hija, una niña que sufre de parálisis cerebral severa.

    Cuando el médico dio el diagnóstico, mi corazón tembló dentro de mí. Para mí fue una sentencia muy dura, solo tú que tienes un niño especial puede entenderlo. Pero sí sé que Dios escogió un buen hogar para cada uno de estos pequeños.

    Son historias de la vida real sacadas de lo profundo de los corazones de aquellos padres que hemos decidido caminar al compás del ritmo de la vida dando voces de júbilo cuando otros expresarían derrota.

    No con enfermizas quejas, sino con palabras que brotan del alma mostrando no el lado herido, sino lo mejor del ser humano, que es el te amo, mi amada.

    El Señor ha abierto los ojos de los padres para ver a esos niños como lo que son: hijos que el Señor ve perfectos.

    Cada uno de ellos ha sido para nosotros como padres un acercamiento a Dios. Una purificación para nuestra vida, porque hemos aprendido a confiar más en Él, ya que ha tenido misericordia y nos ha enseñado a no ver solo la apariencia de lo que se ve; su expresión humana tienen una belleza, que nos domina nos cautiva, y los amamos tanto que son nuestra bendición.

    El miedo al futuro se desvanece, la protesta se calla, se vuelve silencio y nace la esperanza, los niños nos dan una vida tranquila y sosegada. El encanto de su naturaleza, que podría haber generado grandes conflictos, todo lo transforma y hoy todo lo que vive y vibra en la mente de los padres es lo que Jesús plasma en nuestros pensamientos: el amor y la armonía con una conciencia plena de pensar y amar a nuestros hijos, sin importar su discapacidad física y mental.

    Profundo dolor. Aún recuerdo el día en que nació mi hija, fue un parto muy difícil y muy doloroso. Más que el dolor físico fue el dolor de mi alma, ya que yo escuché cuando el doctor dijo: «Esta niña va a tener muchos problemas, por la manera como se usó el fórceps».

    Desde ese instante, supe que nos esperaba tanto a ella como a mí un camino que sería diferente al de los demás.

    Cuando ella nació, por las convulsiones que sufrió, su cerebro se dañó. Había perdido el control de sus mandíbulas para succionar el alimento oralmente. En ese momento,

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