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Reflexiones sobre la Felicidad y la Positividad
Reflexiones sobre la Felicidad y la Positividad
Reflexiones sobre la Felicidad y la Positividad
Libro electrónico149 páginas2 horas

Reflexiones sobre la Felicidad y la Positividad

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Este prestigioso libro de Su Alteza el Jeque Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, Vicepresidente y Primer Ministro de los Emiratos Árabes Unidos y Gobernante de Dubái, examina dos conceptos sobre los que el Jeque Mohamed deposita un gran interés personal: la felicidad y la positividad. Explora la relación que existe entre ambas y evalúa cómo impactan en el éxito, la productividad y la creatividad.

Escrito por el propio Jeque Mohammed y traducido al francés, este perspicaz libro incluye historias personales y una perspectiva internacional para enfatizar el papel fundamental que la felicidad y la positividad juegan en la formación de estrategias de liderazgo y en el fomento de relaciones entre miembros de un equipo de trabajo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 jun 2017
ISBN9781785960543
Reflexiones sobre la Felicidad y la Positividad
Autor

Mohammed Bin Rashid Al Maktoum

His Highness Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum was born in Dubai in 1949. He studied at Al Ahmadiya School in the UAE and Mons Of cer Cadet School in the United Kingdom. In 1968, Sheikh Mohammed led the Dubai Police Force and, in 1971, was named the world’s youngest Minister of Defence. In 1995, he became the Crown Prince of Dubai, and its Ruler in 2006. In the same year, he was elected Vice President and Prime Minister of the UAE and was assigned the task of forming a new government. Sheikh Mohammed instilled rigorous strategic planning in the UAE government and pioneered excellence in public services and activities at both local and federal levels. His reforms include launching two cycles of the UAE government strategy in 2008 and in 2011, proposing the National Agenda 2014 and the UAE Vision 2021, as well as establishing a systematic national development strategy. Sheikh Mohammed has launched several developmental initiatives in the federal government including the National Innovation Strategy, as well as numerous strategies for achieving progression in education, health, excellence programmes, governmental services development and a range of smart government and smart city initiatives. As a poet, Sheikh Mohammed has penned a number of collections inspired by his love for nature, the desert, the sea and major humanitarian themes. He is also a skilled equestrian who has won global awards in endurance races. The publications of Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum include: • The Diwan of Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum (1990) • The Soiree (1997) • Ro’yatee (My Vision) (2006) • Poems from the Desert (2009) • 40 Poems from the Desert (2011) • Spirit of the Union Lecture (2012) • Flashes of Thought (2013) • Flashes of Verse (2014) • Flashes of Wisdom (2015) • Two Heroic Leaders (2015)

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    Gracias por tan valiosas reflexiones.
    El positivismo diferencia personas y naciones enteras.
    Ser positivo se aprende y se enseña.Busco mis sueños con determinación .Pero cada dia encuentro mensajes de Dios y este fue uno en los momentos que camino solo en el desierto.LO VOY A LOGRAR.
    Antonio

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Reflexiones sobre la Felicidad y la Positividad - Mohammed Bin Rashid Al Maktoum

1. ¿Por qué la felicidad?

Una pregunta planteada con frecuencia, especialmente en los últimos años de gobierno, es «¿por qué centrarse en la felicidad?». ¿Por qué la felicidad se ha convertido en un ingrediente importante del discurso de la nación, del idioma, y de la agenda, las iniciativas y las actividades del gobierno?

Es una pregunta recurrente y, a lo largo de este libro, voy a tratar de darle respuesta. He asociado la felicidad a la idea de la positividad; a lo largo de los próximos capítulos, el lector verá cómo voy desarrollando este tema.

A menudo me he hecho yo mismo esta pregunta: ¿por qué la felicidad? Aunque parezca una deliberación sencilla, se trata de una cuestión muy profunda y, como tal, es muy difícil de responder.

También me pregunto, en un intento por resumir mi papel de líder en los EAU y Dubái, por mi verdadera función como soberano. ¿Cuál es mi labor principal? ¿Dirigir el gobierno? Entonces, ¿cuál es la función del gobierno? ¿Es su función la de promulgar y hacer cumplir leyes y políticas? ¿Es su función la de proteger las ganancias y defender los derechos? ¿Su labor consiste en satisfacer necesidades sociales como la salud, la educación, la vivienda, las carreteras y las infraestructuras? ¿No es posible que el gobierno tenga una función más amplia, más profunda e inspiradora?

Mi respuesta es sí —nuestro trabajo puede ser más profundo, más influyente e inspirador cuando tratamos de hacer feliz a la gente. La función del gobierno es propiciar el entorno en el cual la gente pueda hacer realidad sus sueños y ambiciones, y hacerlo por sí mismos. Nuestra labor es propiciar este entorno y no controlarlo. La responsabilidad del gobierno consiste en capacitar a la gente, no en tener poder sobre ellos. La responsabilidad del gobierno es lograr la felicidad.

¿Somos capaces de imaginar el impacto que estas ideas podrían tener en los cientos de miles de personas que trabajan en el gobierno? Descubrir que su trabajo tiene este significado tan grandioso, que su labor tiene este fin profundo, humanitario y civilizado, que se levantan cada mañana con una dirección a seguir próxima a su corazón como seres humanos: ¿cómo pueden contribuir a la felicidad de la gente?

Muchas personas dedican su carrera a trabajar dentro del sistema gubernamental y, cuando miran atrás, a sus 30 o 40 años de servicio, se sienten orgullosos de haberse pasado la vida en una misión constante orientada a hacer feliz a la gente.

Tratar de hacer feliz a la gente es la encarnación de la felicidad en sí. En el Islam, dar felicidad a los humanos es uno de los mayores actos; la gente más bondadosa es aquella que más beneficia a los demás.

Imaginemos también la reacción de la gente cuando escucha estas respuestas. Comprenden que el gobierno está trabajando para beneficiarles a ellos, tratando de proporcionar oportunidades de ser felices a ellos y a sus hijos, y de darles las herramientas y habilidades necesarias para hacer realidad sus sueños. ¿Se podría concebir la hostilidad entre los gobiernos y su pueblo si el motor principal de todos fuera la verdadera felicidad?

No somos ni unos ilusos ni seres perfectos, ni tampoco somos los primeros en hablar del valor de la felicidad. A lo largo de la historia, la gente ha reflexionado mucho sobre la felicidad y la ha buscado incesantemente. Hace casi 2400 años, Aristóteles mencionó que el propósito del gobierno era lograr la felicidad. Afirmó que el gobierno era un ser vivo que evolucionaba y buscaba lograr la perfección moral y la felicidad de las personas. El famoso historiógrafo árabe del siglo XV Ibn Khaldun, entre otros, presentó la misma idea. La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América garantiza el derecho de todos a buscar la felicidad. Hay peticiones de las Naciones Unidas (la ONU) para que se modifiquen los estándares adoptados para medir el rendimiento de un gobierno, dejando a un lado los parámetros económicos para dar paso a unos referentes relacionados con la felicidad humana. De hecho, la ONU incluso ha bautizado un día mundial para confirmar la importancia de la felicidad.

Muchos son los estudios que confirman que la gente feliz produce más, vive más tiempo y son mejores motores del desarrollo económico. Me sorprende la perplejidad de mucha gente cuando oye al gobierno hablar sobre la felicidad. La felicidad tiene índices, programas y estudios. La felicidad es cuantificable; se puede cultivar y atribuir a un grupo de valores e iniciativas. El optimismo y la felicidad futura de individuos, familias, empleados y la comunidad en general necesitan convertirse en el centro de programas e iniciativas a través de todos los sectores gubernamentales. Cuando decimos que el objetivo de un gobierno es alcanzar la felicidad, lo afirmamos en un sentido literal, y lo implementaremos de un modo literal. Tratamos de lograr este objetivo de acuerdo con las ambiciones y aspiraciones de nuestro pueblo, y acorde con nuestra cultura.

Sí, tratamos de hacer feliz a la gente, y hacer feliz a la gente será nuestro objetivo y nuestra misión hasta que sea una realidad permanente y enraizada. No existe el gobierno perfecto, pero cometeríamos un grave error si dejáramos de lado nuestra función de hacer feliz a la gente. Este libro es, simplemente, un intento de contribuir a lograr este objetivo.

Sí, tratamos de hacer feliz a la gente, y este será nuestro objetivo y misión hasta que se convierta en una realidad permanente y enraizada.

2. Felicidad y positividad: ¿estamos en sintonía con el presente?

Desde que nuestro gobierno comenzó a centrar sus esfuerzos en el concepto de felicidad, de vez en cuando recibo distintos comentarios y opiniones. Uno de estos, digno de mención, fue el de un periodista árabe que comentó sobre las reformas del gobierno que dieron lugar al nombramiento del ministro de Estado para la Felicidad de los EAU, y preguntó: «¿No cree que esto está pasado de moda?».

A lo que repliqué: «Vivimos en esta época y estamos intentando crear esperanza para nuestro presente». Nuestra conversación continuó y le dije: «Ninguna región del mundo necesita de la felicidad y de una actitud positiva tanto como la nuestra. Cargamos con una enorme dosis de pesimismo en la región y emanando de esta».

Una actitud positiva es una manera de pensar y la felicidad un estilo de vida. Es decir, lo que te hace feliz no es aquello que posees ni aquello que haces, sino la percepción que tienes sobre las cosas.

Esta negatividad hace acto de presencia en todos nuestros medios de comunicación, en nuestras noticias, en los artículos de nuestros escritores, en las opiniones de las personas más instruidas y también en las redes sociales.

La tendencia fue confirmada por un informe que encontré hace un tiempo atrás y que pedí que fuese analizado. Se trataba del «Informe Mundial sobre la Felicidad» de 2015, que incluye un estudio sobre el pesimismo y la depresión entre los jóvenes y adolescentes del mundo, y la actitud de los jóvenes está divida geográficamente. ¿Qué región del mundo presentaba el nivel más alto de depresión y pesimismo? Sí, el mundo árabe. Sin buscar culpables, me pregunto: ¿qué clase de futuro nos espera a todos cuando la desesperanza está consumiendo a nuestros jóvenes y adolescentes?

Esta es la razón por la que creo firmemente en la importancia de alimentar el optimismo y la actitud positiva, y de propagar la felicidad. En este libro me centro principalmente en el concepto de positividad y en su impacto para cambiar nuestra visión de vida, de éxito y de trabajo, incluyendo nuestra perspectiva ante las actividades gubernamentales, las oportunidades que nos rodean y el futuro.

La relación entre positividad y felicidad es como la correlación entre una introducción y una conclusión; por eso, es uno de los temas centrales de este libro. La positividad es una manera de pensar y la felicidad es un estilo de vida. Es decir, lo que te hace feliz no es aquello que posees ni aquello que haces, sino la percepción que tienes sobre las cosas. No es la riqueza material lo que te da la felicidad, sino la perspectiva.

Volviendo a mi conversación con el periodista, este quería conseguir una primicia, por lo cual me preguntó: «¿Cuánto va a invertir en estos programas de felicidad en los EAU?».

Le respondí: «La felicidad no se incluye en programas diferentes al trabajo diario del gobierno. La felicidad es el punto central del trabajo del gobierno, y todo el presupuesto del gobierno debe estar dedicado a lograr la felicidad de nuestro pueblo».

Existen dos tipos de felicidad: la personal, que es una ciencia en sí misma, y la de

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