El Camino de la Santificacion

Por Zacharias Tanee Fomum

Los temas abordados en este libro son fundamentales. Dios llama a todo aquel que es Suyo a una vida santificada. Si en la vida de un creyente reina el pecado, esta es una vida subnormal. Sin embargo, muchos creyentes se hallan a sí mismos ligados con el pecado. Estos son como Lázaro saliendo de la tumba con vida, pero en esclavitud.
Por medio de este libro hemos intentado mostrar, de la forma más clara posible, el camino para la liberación del pecado. No creemos que nadie pueda estar libre de pecado como lo estuvo el Señor Jesús mientras esté en este cuerpo de carne; pero tal estado puede ser alcanzado en el Señor Jesús y, por consiguiente, podemos ser liberados de una vez y por todas de las ligaduras del pecado. También vemos que esta liberación, aunque iniciada como una crisis, debe ser mantenida diariamente a través de caminar bien cerca del Señor Jesús, en completa cooperación con ÉL, para el uso de la mente santificada.
El Salmista preguntó,
“¿Con qué limpiará el joven su camino?” Y nos provee como respuesta lo siguiente: “Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti. ¡Bendito seas tú, oh Jehovah! Enséñame tus leyes. Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios más que sobre toda riqueza. En tus ordenanzas meditaré; consideraré tus caminos. Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras”. (Salmo 119:9-16)
Creemos que es indispensable el estudio diario de la Biblia y la oración para mantener una vida santificada, la cual es primeramente iniciada por fe en el trabajo terminado de Cristo.
La santidad no es solo la ausencia de pecado. Esta incluye conformidad de Dios. La santificación es un aspecto de la Santidad. Nuestra oración es que el Señor use este libro para trabajar en la santificación de muchas vidas y que muchos logren alcanzar “la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”

• Idioma: Español
• Editorial: ZTF Books Online
• Fecha de lanzamiento: 4 abr 2017
• ISBN: 9781370344543

Zacharias Tanee Fomum

For FREE books from Zacharias Tanee Fomum: https://books.bookfunnel.com/ztf-free-ebooks. Professor Zacharias Tanee FOMUM was a man of uncommon spirituality, a leading voice for revival, a workaholic, a prophet-teacher, and a world-shaping spiritual genius. He was a bestselling Christian author (with over 350 books, over 10 million copies in circulation in over 100 languages) and a professor of Organic Chemistry (with over 160 published scientific works of high distinction (earning him the award of a Doctor of Science degree from the University of Durham, Great Britain). His books and the millions of people he influenced in more than 40 years of Christian ministry continue to impact the world with the Gospel today. He founded Christian Missionary Fellowship International (CMFI), a missionary movement that has planted churches in more than 120 nations on all continents. He believed in a life of simplicity and with the support and dedication of his wife and their seven children, his all—time, money, heart, and soul— was dedicated to spreading the Gospel. He carried out exploits for God through the making of disciples for Christ, planting of churches, building spiritual leaders according to the model of the Bible, and serving the body of Christ, especially as a teacher on prayer. Learn more and read exclusive excerpts at: https://ztfomum.org

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EL CAMINO DE LA SANTIFICACION

Por

Zacharias Tanee Fomum

(c) 1983 Z.T FOMUM

Todos los Derechos Reservados.

Editado por

la unidad de la edición electrónica del ministerio del libro de la CMCI

http://www.cmfionline.org

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Dedico este libro a

LA ASAMBLEA EN BEPANDA (DOUALA)

en el grato conocimiento de su amor, ánimo y ayuda de muchas formas a través de los años.

TABLA DE CONTENIDOS

Prefacio

El Hombre Natural

El Creyente Carnal

El Camino De La Liberación Introducción

El Camino De La Liberación - 1: Conociendo

El Camino Hacia La Liberación - 2: Contando

El Camino Hacia La Liberación - 3: Cediendo (someterse)

El Camino Hacia La Liberación - 4: Liberación De La Ley

El Camino Hacia La Liberación - 5: La Ley Del Espíritu De Vida En Cristo Jesús

El Camino Hacia La Liberación - 6: Caminando En El Espíritu

El Camino Hacia La Liberación - 7: La Mente Y El Caminar En El Espíritu

Santidad Día A Día

Sobre El Autor

PREFACIO

Este libro es el cuarto de la series del camino Cristiano. Los libros de esta serie son:

Libro 1: El Camino De La Vida

Libro 2: El Camino De La Obediencia

Libro 3: El Camino Del Discipulado

Libro 4: El Camino De La Santificación

Libro 5: El Camino Del Carácter Cristiano

Libro 6: El Camino Del Poder Espiritual

Libro 7: El Camino Del Servicio Cristiano

Libro 8: El Camino De La Guerra Espiritual

Libro 9: El Camino De La Persecución

Libro 10: El Camino Para La Oracion Victoriosa

Libro 11: El Camino De Los Vencedores

Libro 12: El Camino Para El Ánimo Espiritual

Libro 13: El Camino De Amar Al Señor

Libro 14: El Camino Para La Eterna Unión

Los temas abordados en este libro son fundamentales. Dios llama a todo aquel que es Suyo a una vida santificada. Si en la vida de un creyente reina el pecado, esta es una vida subnormal. Sin embargo, muchos creyentes se hallan a sí mismos ligados con el pecado. Estos son como Lázaro saliendo de la tumba con vida, pero en esclavitud.

Por medio de este libro hemos intentado mostrar, de la forma más clara posible, el camino para la liberación del pecado. No creemos que nadie pueda estar libre de pecado como lo estuvo el Señor Jesús mientras esté en este cuerpo de carne; pero tal estado puede ser alcanzado en el Señor Jesús y, por consiguiente, podemos ser liberados de una vez y por todas de las ligaduras del pecado. También vemos que esta liberación, aunque iniciada como una crisis, debe ser mantenida diariamente a través de caminar bien cerca del Señor Jesús, en completa cooperación con ÉL, para el uso de la mente santificada.

El Salmista preguntó,

"¿Con qué limpiará el joven su camino?" Y nos provee como respuesta lo siguiente: Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti. ¡Bendito seas tú, oh Jehovah! Enséñame tus leyes. Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios más que sobre toda riqueza. En tus ordenanzas meditaré; consideraré tus caminos. Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras. (Salmo 119:9-16)

Creemos que es indispensable el estudio diario de la Biblia y la oración para mantener una vida santificada, la cual es primeramente iniciada por fe en el trabajo terminado de Cristo.

La santidad no es solo la ausencia de pecado. Esta incluye conformidad de Dios. La santificación es un aspecto de la Santidad. Nuestra oración es que el Señor use este libro para trabajar en la santificación de muchas vidas y que muchos logren alcanzar la santidad, sin la cual nadie verá al Señor

Abril, 1983.

Zacharías TANEE FOMUM

P.O. BOX 6090,

Yaundé - CAMERÚN.

Capítulo 1

EL HOMBRE NATURAL

Enfocaremos nuestro estudio del camino de la santificación, mirando al hombre natural. El hombre natural es aquel no ha recibido al Señor Jesús como Señor y Salvador. Éste está tal y como Lázaro estaba en la tumba: muerto. El hombre no se vuelve un pecador, sino que nace pecador. Como un pecador, el hombre tiene tres amos y estos son:

El mundo

El demonio

La carne

El hombre ama al mundo y las cosas que están en él. El demonio lo mantiene bajo control y practica las obras de la carne libremente, entre las cuales se incluyen:

Fornicación

Ira

Impureza

Egoísmo

Libertinaje

Desacuerdos

Idolatría

Espíritu festivo

Hechicería

Envidia

Enemistades

Embriaguez

Contiendas

Hacer juerga

Celos

entre otros

El tal es un esclavo de estas obras de la carne. El tal pudiera decir, por ejemplo, que no quiere fornicar y pudiera decir con su mente que esto es incorrecto, pero al encarar a la tentación, sus determinaciones se vuelven impotentes y comete el pecado.

A veces pudiera resistir al pecado pero esto no está fuera de lo normal. Éste, normalmente, habrá de ceder; debido a la educación que haya recibido pudiera resistir por algún tiempo, pero su resistencia pronto se quiebra y se encontrará en el pecado. ¿Por qué ocurre esto así? Ocurre así porque una ley llamada la ley del pecado y la muerte opera en él. Él se encuentra bajo esta ley del pecado y la muerte y la ley debe ser obedecida. Incluso, si determinara por su propia voluntad no inclinarse ante esta ley, no obstante, cederá a la misma. Podemos ilustrarlo de este modo:

RECTITUD

La ley de la no regenerada mente humana hace algún esfuerzo para empujarlo hacia arriba, pero esto no encaja para la ley del pecado y la muerte ya que la mente está obscurecida.

EL PECADO DEL HOMBRE NATURAL

La ley del pecado y la muerte lo empuja hacia abajo.

A causa de que la ley del pecado y la muerte opera en el hombre natural, éste siempre habrá de descender en la dirección del pecado. Tal vez pueda desear ser recto, pero no hay fuerza en él que lo empuje en dirección a la rectitud. El hombre natural, muerto como Lázaro estaba en la tumba, solo puede descomponerse. La descomposición es inevitable. Un hombre muerto solo puede ser preservado de la corrupción por la formalina o algún otro compuesto químico, pero el conservante no durará para siempre. Sus efectos se agotarán y la persona se descompondrá. Las obras de la carne son solo el hedor de un hombre descomponiéndose.

¡Cuán frecuentemente los creyentes están enojados con incrédulos por ser esto y aquello o por hacer esta o aquella cosa! Eso de estar culpando al incrédulo es en algún sentido necedad de parte del creyente. ¿Es normal culpar a un cadáver de estarse descomponiendo? ¿No sería extraño si éste no se descompusiera? ¿No consideraríamos a un cadáver anormal si no se descompusiera? Éste siempre se descompone. Incluso, si la descomposición del cadáver no fuese obvia, éste seguiría siendo un cadáver. Un cadáver es un cadáver. ¿Quién ama incluso a un cadáver fresco? Incluso si un cadáver fuese vestido con ropas caras, seguiría siendo un objeto digno de aborrecer. Nada que se le ponga a un cadáver, lo hará jamás una cosa admirable. Siempre habrá de ser aborrecido. Nada de lo que una persona natural haga puede complacer a Dios.

Capítulo 2

EL CREYENTE CARNAL

EL NUEVO NACIMIENTO

Un cadáver habrá de permanecer como cadáver hasta que algo le sea hecho. El tal no puede hacer nada para cambiar su condición. Dejarlo por su cuenta, solo provocará que continúe descomponiéndose. Lázaro permaneció en la tumba como un cadáver hasta que el Señor Jesús le hizo algo.

El nuevo nacimiento es algo sobrenatural. Es algo que viene desde arriba, de Dios. El hombre no puede hacer nada para darse a sí mismo un nuevo nacimiento. Esto debe ser hecho por Dios. En el nuevo nacimiento, Dios hace algo por el pecador. A causa de la muerte del Señor Jesucristo en la cruz, la vida de Dios le es dada al cadáver, o sea, al cadáver le es conferida la vida de Dios.

LA POSTURA DE LA NUEVA CREACIÓN

En el momento del nuevo nacimiento, Dios le confiere al cadáver, de Su vida en su totalidad. En este sentido, la nueva creación posee todo de la vida de Dios. Dios no imparte Su vida en pequeñas medidas. Él da todo en su totalidad.

Él es el sacrificio ofrecido de una vez y para siempre. La Biblia dice:

¡Heme aquí para hacer tu voluntad! Él quita lo primero, para establecer lo segundo. Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. (Hebreos 10:9-10). Todo sacerdote se ha presentado, día tras día, para servir en el culto y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados. Pero éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la diestra de Dios, esperando de allí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Porque con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los santificados. (Hebreos 10:11-14).

Aquí la Palabra de Dios plantea que todos los creyentes han sido santificados por medio del ofrecimiento de Cristo. Después expone que, por la sola ofrenda de Cristo, para siempre aquellos son santificados. Esto significa que a causa del ofrecimiento de Cristo en la cruz, todos los creyentes han sido:

Santificados

Perfeccionados

La santificación y la perfección son de una vez y para siempre, ésta no puede jamás ser repetida. (Por medio del ofrecimiento de Cristo).

La Biblia dice:

"Porque le convenía a Dios — por causa de quien y por medio de quien todas las cosas existen — perfeccionar al Autor de la salvación de ellos, por medio de los padecimientos, para conducir a muchos hijos a la gloria. Pues tanto el que santifica como los que son santificados, todos provienen de uno." (Hebreos 2:10-11).

Nuevamente, aquí la Biblia considera a todos los verdaderos creyentes, como aquellos que son santificados.

Por lo tanto, también Jesús padeció fuera de la puerta de la ciudad para santificar al pueblo por medio de su propia sangre. (Hebreos 13:12).

Así que la santificación fue alcanzada en la cruz, no como algo que el hombre hiciera por sí mismo, sino como algo que Cristo hizo y que está en la historia de los creyentes del pasado.

La Biblia luego dice:

Pero ahora, libres del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis como vuestra recompensa la santificación, y al fin la vida eterna. (Romanos 6:22).

Así que el creyente tiene una posición ante Dios, como aquel que es enteramente santificado y por consiguiente, posicionalmente, de una vez y por todas enteramente santificado. ¿Cómo podría ilustrar esto? Esto es como el hijo de un rey, quien tiene todo lo que habrá de volverlo rey un día, simplemente por la virtud del nacimiento, aunque aún pueda desconocer sobre muchas cosas.

La Biblia dice:

Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, a quien Dios hizo para nosotros sabiduría, justificación, santificación y redención… (1 Corintios 1:30)

Cristo ya ha santificado al creyente. Desde este punto de vista el creyente ha sido santificado.

Todo esto está en el pasado. Esto habla sobre cosas que han sido hechas y terminadas, que no pueden ser repetidas y que no serán repetidas. Dios ha justificado al pecador 100% (por medio de Jesucristo). Esto no es algo que el pecador pueda jamás hacer para ampliar, mejorar, o hacer más efectiva su justificación. Antes, él fue condenado, pero Dios (Jesucristo) llevó a cabo su justificación y al hacerlo, no dejó alguna parte sin hacer, o a medias. Nada puede ser agregado a esto. Al conferirle la naturaleza divina a la