Vikingo Celta

Por Lexy Timms

En un mundo asolado por la oscuridad, ella será su salvación.

Nadie le dio a Erik la posibilidad de elegir si pelearía. El deber a la corona le pertenecía. El legado de su padre, remanente más allá de la tumba.

Cautivada por la belleza de los campos a su alrededor, Linzi haría lo que fuese necesario para proteger las tierras de su padre. Britania está bajo ataque y la sigue Escocia. En una época en la cual debería estar ocupándose de los pretendientes, los hombres de su país han ido a la guerra, dejándola sola.

El amor llamará a su puerta, pero ¿será la pasión provocada por las caricias del enemigo capaz de derrocar su fortaleza?
 

Enamórate de esta historia de Amor Romántico Vikingo Celta.

* Esta saga está compuesta de 3 libros. El libro 1 terminará en suspenso. *

*Nota: NO es Erótica. Es una historia de amor romántico. *

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 12 ago 2017
• ISBN: 9781507170823

Lexy Timms

"Love should be something that lasts forever, not is lost forever."  Visit USA TODAY BESTSELLING AUTHOR, LEXY TIMMS https://www.facebook.com/SavingForever *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* Sign up for news and updates and freebies - I like spoiling my readers! http://eepurl.com/9i0vD website: www.lexytimms.com Dealing in Antique Jewelry and hanging out with her awesome hubby and three kids, Lexy Timms loves writing in her free time.  MANAGING THE BOSSES is a bestselling 10-part series dipping into the lives of Alex Reid and Jamie Connors. Can a secretary really fall for her billionaire boss?

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Copyright 2015 por Lexy Timms

Saga Corazón de la Batalla

Vikingo Celta

Libro 1

Runa Celta

Libro 2

Hombre Celta

Libro 3

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En un mundo asolado por la oscuridad, ella será su salvación.

Nadie le dio a Erik la posibilidad de elegir luchar. El deber a la corona le pertenecía. El legado de su padre, remanente más allá de la tumba.

Cautivada por la belleza de los campos a su alrededor, Linzi haría lo que fuese necesario para proteger las tierras de su padre. Britania está bajo ataque y la sigue Escocia. En una época en la cual debería ocuparse de los pretendientes, los hombres de su país han ido a la guerra, dejándola sola.

El amor llamará a su puerta, pero ¿será la pasión provocada por las caricias del enemigo capaz de derrocar su fortaleza?

** NO es Erótica. Es una historia de Amor Romántico. **

* Este es el primer libro de la serie. *

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CAPÍTULO 1

872 d.C.

En algún lugar al noreste de Inglaterra

La niebla inundaba el aire como el hábito que pertenece a un monje, que nunca deja su cuerpo. Era imposible ver más allá de veinte metros a la redonda. Los ingleses podrían estar avanzando en medio del campo de batalla y nadie lo sabría hasta no chocarse con el ejército Sajón. Los 39 habían estado despiertos desde el amanecer, pero ninguno tenía idea de la hora, ya que las nubes grises no dejaban entrever el sol. ¿Estarían los Sajones dispuestos a luchar y a morir por este país?

Erik entornó los ojos para intentar ver a través de la niebla gris y espesa. Podía imaginarse el campo delante de sí, sin la niebla, con el exuberante verde de la hierba y los árboles alrededor. La tierra era perfecta para la agricultura, no para la batalla. Intentó mantener sus pensamientos bajo control. A los veinte, se suponía que estaría de vuelta en Dinamarca, tal vez dedicado a la agricultura y, definitivamente, casado; con una multitud de hijos varones y algunas hijas mujeres. Pero se encontraba allí, en la fría y húmeda tierra de este maldito país. Su entrenamiento y educación lo convertían en un excelente comandante militar. El único problema era que, él sólo deseaba una vida sencilla. 

—Los hombres dicen que el Rey Halfdan hablará con nosotros. Se acerca junto a sus guardias por la retaguardia de la montaña —dijo Marcus, volviéndolo al presente.

—¿Rey Halfdan? ¿Quién lo llama así ahora, primo? —Erik mantuvo su rostro impasible, aunque su interior hervía.

Marcus permaneció de pie junto a él con una sonrisa en el rostro.

—Creo y, es seguro asumir, que quien inició los rumores fue el propio Rey. Piensa liderar la batalla contra el Gran Ejército Pagano.

Erik observó la pequeña distancia que alcanzaba a ver frente a él. Todo su cuerpo se mantenía erguido y le costó un gran esfuerzo aflojar su mandíbula.

—No somos el Gran Ejército Pagano. Es el Gran Ejército Danés. —Se mordió el interior de la boca, saboreando la sangre—. Halfdan no será quien nos lidere hoy. Él es un hombre de palabra. —Erik no pudo evitar resoplar— y lo suficientemente inteligente como para no arriesgar su vida en vistas de parecer heroico en esta maldita niebla. Él hará lo que siempre: hablar con los comandantes, cabalgar entre sus hombres y esconderse detrás de su propio rabo.

Marcus inspiró profundamente.

—Por mucho que te desagrade el hombre, sugiero que guardes esas opiniones dentro de tu cabeza o en la privacidad de tu tienda. Comprendo cómo te sientes, primo, pero muchos discrepan contigo.

—El hombre es un tirano. Su único objetivo es saquear y conquistar la mayor cantidad de territorio posible. No respeta a las personas cuyo arduo trabajo ha permitido que estas tierras sean habitables. Preferiría quemarlos o matarlos a todos—. Sintió el codo de Marcus clavarse en sus costillas, aún a través de su malla metálica. Había visto la carnicería que era capaz de crear Halfdan a través Europa. Luchar junto a él no era algo que hubiese elegido.

—¡Suficiente! Si tu padre te escuchase...

—Estoy seguro de que se está retorciendo en su tumba. Sé quién era mi padre y lo que deseaba para mí. Aquí estoy, ¿no es así? Aún cumplo con mi deber, años tras su muerte.

—Al menos intenta disfrutarlo. —Las intenciones de Marcus eran buenas; Erik estaba orgulloso de su primo menor. Él había sido criado entre las filas, por decisión propia, pero también bajo la guía de Erik.

Erik también era consciente de que sólo él tenía el poder de expresar sus opiniones y que ninguno de los demás comandantes se atrevería a desafiarlo. Podía ser uno de los líderes más jóvenes de los Vikingos, pero había luchado y organizado batallas junto a su padre desde que tenía memoria; eso le había hecho ganar el respeto de todos. 

Los hombres comenzaron a murmurar. Erik pudo escuchar la ligera plática antes de que aquellos en su línea de visión formaran dos líneas y se inclinaran hacia adelante sobre una de sus rodillas. Marcus se agachó con la mano derecha formando un puño sobre su corazón. Erik extendió la mano para frotar el hocico de su yegua árabe marrón y así calmarla. Él no se inclinaría ante ningún líder que dijera llamarse rey. Su rey se encontraba en Dinamarca, a salvo en el castillo.

Halfdan viajaba sobre un gran caballo blanco. Erik no comprendía toda la cuestión acerca de los caballos blancos. Se destacaban en la batalla, como un objetivo. Tal vez sería mejor que el hombre se mantuviera en la retaguardia durante la escaramuza de hoy. Por mucho que Halfdan amaba la lucha y la matanza, se marcaba a sí mismo para una muerte segura.

—Erik —habló Halfdan con la voz áspera y profunda.

—Sí... Señor —añadió éste a regañadientes y encontró la mirada inmutable de Halfdan sin temor alguno. Los ojos de Halfdan estaban repletos de frío y de odio, incluso al hablar entre sus propios hombres. Ambos tenían la misma altura, pero Erik era esbelto, musculoso y de piernas largas. Halfdan tenía hombros anchos, aún en buen estado, pero la edad había comenzado a alcanzarle. Ocultaba su ligera barriga debajo de su capa de piel de cuerpo entero.

—¿Los hombres se encuentran listos para pelear? —Sonaba como si necesitase aclarar su garganta, aunque el hombre nunca tosía.

—Lo están, pero la visibilidad es muy limitada. La niebla parece estar conectara con el suelo y se rehúsa a disiparse.

Halfdan hizo un ademán con la mano como si espantara una mosca.

—Agudizará los sentidos de los hombres. Tendrán que ser minuciosos; cualquier inglés parcialmente vivo será capaz de matarlos.

—Sí.

Halfdan observó a Erik con curiosidad.

—¿No temes morir?

—No.

—Eres intrépido, tal vez estúpido, pero los soldados te siguen y eso es suficiente para mí. Lidera a los hombres hoy y, cuando salgamos victoriosos, me darás todo el crédito. Serás recompensado por tu trabajo. Sé el ejemplo para las demás personas en este maldito país.

Erik frotó el cuello de su yegua. El animal resopló y dio un paso al costado. Erik se obligó a relajarse y rascó al animal detrás de las orejas para acercarlo. No le respondió nada a Halfdan.

—Los hombres podrán saquear la villa más cercana después y quedarse con cualquier cosa valiosa, alimentos o ganado. —Halfdan giró para irse, pero antes paseó su caballo alrededor. Miró a Erik con una sonrisa macabra en los labios—. Son bienvenidos a hacer lo que deseen, pero adviérteles de no tocar a las mujeres; deben matarlas. Nada de gratificación por parte de nuestros hombres. Clavaré mi espada en cualquier hombre que lo haga. No debilitaremos nuestra sangre de Vikingos