La Biblia para principiantes: Historias bíblicas para niños

Por Kelly Pulley

El best seller de los libros de historias bíblicas con más de 5 millones de ejemplares vendidos enseña a los niños las historias y los personajes de la Biblia.

Ahora, las historias bíblicas favoritas cobran vida con el nuevo arte vibrante e historias cautivadoras, haciendo de este libro el punto de partida perfecto para que los niños aprendan de la Biblia. Disfrutarán de las ilustraciones divertidas de Noé ayudando al elefante a subir al arca, Jonás orando dentro del pez, y mucho más, a medida que descubran el tesoro contenido en estas páginas al igual que ya lo han hecho millones de niños.

• Idioma: Español
• Editorial: Zondervan
• Fecha de lanzamiento: 25 oct 2016
• ISBN: 9780829767483

Kelly Pulley

Kelly Pulley ha ilustrado docenas de libros de la serie The Beginner’s Bible® por más de diez años. Comenzó su carrera como artista trabajando en camisetas de personajes para una empresa de prendas de vestir. Actualmente reside en Tennessee.

Vista previa del libro

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El principio

Génesis 1

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En el principio, la tierra estaba vacía. La

oscuridad lo cubría todo. Pero Dios tenía

un plan.

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Dios separó la luz de la oscuridad. Dijo:

«¡Que haya luz!». Y se prendió la luz.

A la luz la llamó «día»

y a la oscuridad la llamó «noche».

Así terminó el primer día.

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Entonces, Dios dijo: «Voy a separar las

aguas». Y así fue que dejó arriba el agua de

las nubes y puso abajo el agua del océano.

Al espacio que se formó entre ellos lo llamó

«cielo». Y así terminó el segundo día.

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Luego, Dios amontonó las aguas por un

lado para que apareciera la tierra seca.

Hizo brotar plantas de muchas formas y

colores. Formó las montañas, las colinas y

los valles. Y así terminó el tercer día.

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Dios puso al sol brillante en el cielo

para que alumbrara durante el día.

Puso una luna radiante y estrellas

centelleantes en el cielo para la noche.

Y así terminó el cuarto día.

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El quinto día, Dios creó

los peces sinuosos y las criaturas

nadadoras que viven en el océano.

Luego, hizo a los pájaros

para que volaran por el cielo.

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El sexto día, Dios creó los animales que

trepan, se arrastran, saltan y galopan.

Entonces, del polvo formó a la criatura

más maravillosa de todas: una persona.

Dios lo llamó Adán.

El séptimo día, Dios descansó.

Adán y Eva

Génesis 2

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Dios había plantado un hermoso jardín

para Adán en un lugar llamado Edén.

Un río cruzó el jardín.

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Adán estaba encantado con su

nuevo hogar. Su tarea fue poner nombre

a los animales y cuidar el jardín.

Adán quería mucho a los animales,

pero no podía encontrar a ningún

amigo ideal para él.

Entonces, Dios creó a la mujer.

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Adán la llamó Eva.

Era justo la compañera

que Adán necesitaba.

Adán y Eva se amaban.

Juntos cuidaban el jardín de Dios.

La serpiente engañosa

Génesis 3

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En el jardín de Edén había muchos árboles.

Dios les dijo a Adán y Eva: «Pueden comer

el fruto de todos los árboles excepto de

uno. No coman nunca el fruto del árbol del

conocimiento del bien y del mal».

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Pero en el jardín también había una

serpiente engañosa. Un día, la serpiente

vio que Eva estaba cerca de ese árbol

especial. Le susurró: «¿Así que Dios de

veras les dijo que no comieran el fruto de

este árbol?».

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La serpiente quería que Eva desobedeciera

a Dios. Le dijo: «Tendrías que probar un

poco de ese fruto sabroso.

Si lo pruebas, serás como Dios.

Podrás conocer la diferencia

entre el bien y el mal».

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El fruto se veía sabroso.

Eva recordó lo que Dios había dicho,

pero igual comió del fruto.

Después, le dio a probar un poco

a Adán y él también lo comió.

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Mientras el sol se ponía,

Adán y Eva escucharon a Dios

que estaba caminando por el jardín,

buscándolos. Adán y Eva

se escondieron entre los árboles.

Tenían miedo.

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«¿Qué han hecho?», preguntó Dios.

«¿Comieron del fruto del árbol prohibido?».

«Sí, pero fue Eva la que me lo dio», dijo

Adán. «Sí, pero porque la serpiente me

engañó», dijo Eva.

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«Por causa de lo que has hecho, siempre te

arrastrarás sobre tu vientre», dijo Dios a la

serpiente. Y a Adán y Eva les dijo:

«Y ustedes, como me desobedecieron,

ya no vivirán más en el jardín».

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Adán y Eva salieron del jardín.

Dios puso ángeles y una espada ardiente

para custodiar la entrada.

Adán y Eva nunca más podrían

entrar en el jardín.

El arca de Noé

Génesis 6—9

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Después de que Adán y Eva se fueron

del jardín, nacieron muchas personas.

La gente vivía haciendo cosas malas

y se olvidaron de Dios.

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Todos, excepto Noé. Noé amaba a Dios.

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Dios estaba triste porque todos, excepto

Noé, se habían olvidado de él. Le contó

a Noé su plan de comenzar de nuevo.

«Constrúyete un arca», le dijo Dios. «Aquí

te muestro cómo hacerla». Entonces, Noé y

su familia comenzaron a construir el arca.

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Cuando la terminaron, Dios le dijo: «Toma

a tu familia y a una pareja de cada animal

y suban al arca». Los animales entraron

al enorme barco de Noé arrastrándose,

trepando, saltando y galopando.

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Cuando todos habían entrado, comenzó a

llover. Y llovió. Y llovió. Las olas mecían

el arca para un lado y para el otro, y el

agua subía y subía.

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Por fin, paró de llover.

¡Había agua por todos lados!

La gente dentro del arca

estaba a salvo. Noé y su familia

estaban muy contentos.

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Un día,