Intimidad sexual en el matrimonio
Por William Cutrer
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William Cutrer
William Cutrer, M.D., is a licensed obstetrician/gynecologist, a certified Christian sex therapist, an expert in reproductive technologies, and an ordained minister. He serves as the C. Edwin Gheens Professor of Christian Ministry, and Director, Gheens Center for Family Ministry at The Southern Baptist Theological Seminary in Louisville, Kentucky. He is also on the faculty of The Institute for Sexual Wholeness, staffs the clinic at The Southern Baptist Theological Seminary, and is medical director of A Woman's Choice Clinic. Prior to his current ministry he served as an area director for the Christian Medical and Dental Associations. Dr. Cutrer holds an master's degree in biblical studies from Dallas Theological Seminary. Dr. Cutrer is the author of Under the Fig Leaves, Family Building: Fact, Fallacy, and Faith, and Choices: A Pregnancy Guide and The Church Leader's Handbook. He has coauthored seven works: When Empty Arms Become a Heavy Burden: Encouragement for Couples Facing Infertility; Sexual Intimacy in Marriage (now in its third edition); Lethal Harvest (a best-selling Christy fiction finalist); Deadly Cure; False Positive; The Infertility Companion; and The Contraception Guidebook: Options, Risks, and Answers for Christian Couples. He has contributed to several additional works, including Genetic Engineering: A Christian Response; Kregel's "Biobasics" series; and FamilyLife's popular Simply Romantic Nights. Dr. Cutrer teaches a variety of workshops on marriage, infertility, spiritual disciplines, and healthcare.
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Intimidad sexual en el matrimonio - William Cutrer
«Este libro, de fácil lectura, combina perfectamente el disfrute del sexo con las realidades de la vida. Va dirigido a personas reales en un mundo real, sin comprometer el maravilloso diseño divino ni el propósito del sexo.
No cabe duda de que esta obra pionera del Dr. William Cutrer y de Sandi Glahn es la respuesta para aquellas personas que desean abordar el tema del sexo sin caer en lo soez. Ayudará a los lectores a conformar sus acciones y actitudes respecto al sexo a la luz del propósito único de Dios para la humanidad. También proporcionará esperanza, ánimo y guía a las personas que estén abiertas y dispuestas a poner su sexualidad bajo el señorío de Jesucristo».
Del prólogo del Dr. Tony y Lois Evans
Oak Cliff Bible Fellowship
Dallas, Texas
«Intimidad sexual en el matrimonio es científicamente preciso, tiene una base bíblica, es tremendamente práctico, y está escrito con una gran dosis de humor. Cualquier matrimonio cristiano que desee mejorar su relación, debería comprar y leer esta obra».
Dr. David Stevens
Presidente de la Christian Medical & Dental Society
«Este libro aporta conocimientos sobre uno de los aspectos más importantes del matrimonio, que a pesar de serlo, no suele tratarse. Es práctico y bíblico; la experiencia como médico del autor, Bill Cutrer, hace que este libro sea especialmente útil».
Dres. Les y Leslie Parrott
Seattle Pacific University
Autores de Saving Your Marriage Before It Starts
«Dentro del campo del romance en el matrimonio, la ignorancia suele ser con frecuencia, el mayor enemigo de la felicidad y de la satisfacción. Intimidad sexual en el matrimonio cubre en gran medida nuestras necesidades de información, ayudando a las parejas a disfrutar en común de su vida sexual, en el mayor grado posible. Si usted desea ser el amante
que su pareja desea y necesita, este libro le será toda una bendición».
Daniel L. Akin
Decano de la School of Theology
The Southern Baptist Theological Seminary
Louisville, Kentucky
«Tremendamente agudo y bien escrito, Intimidad sexual en el matrimonio constituye una guía fiable, informativa y práctica de la sexualidad humana, para matrimonios y parejas de novios a punto de casarse. Los autores, Bill Cutrer y Sandra Glahn, nos proporcionan un excelente recurso que ayudará a que las parejas comprendan más plenamente las intenciones de Dios respecto a sus relaciones sexuales».
Carol B. Hanshew
Directora de Life & Health Resources
Christian Medical & Dental Society
La misión de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad—con integridad y excelencia—, desde una perspectiva bíblica y confiable, que animen a las personas a conocer y servir a Jesucristo.
Título del original: Sexual Intimacy in Marriage, © 1998 por William Cutrer y Sandra Glahn y publicado por Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49501
Edición en castellano: Intimidad sexual en el matrimonio ©1999 por Editorial Portavoz, Grand Rapids, Michigan 49501. Todos los derechos reservados.
Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin el permiso escrito previo de los editores, con la excepción de citas breves o reseñas.
Traducción: Daniel Menezo
EDITORIAL PORTAVOZ
P.O. Box 2607
Grand Rapids, Michigan 49501 USA
Visítenos en: www.portavoz.com
ISBN 978-0-8254-1145-8
4 5 6 7 8 edición / año 16 15 14 13 12
Impreso en los Estados Unidos de América
Printed in the United States of America
A mi querida esposa, Jane,
y a mi preciosa hija Jennie.
Con mi más profunda gratitud a Dios
por bendecir mi vida
con cada una de ellas
Bill Cutrer
Contenido
Cubierta
Portada
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos
Prólogo
1. En el lugar secreto
2. ¿Qué es el sexo?
3. La anatomía masculina
4. La anatomía femenina
5. El ciclo de respuesta sexual
6. La noche de bodas y lo que viene después
7. Preguntas acerca de los diversos grados de interés
8. Preguntas acerca del orgasmo
9. Otras preguntas que formulan las parejas
10. ¿Qué es el matrimonio?
11. Unas palabras para los maridos
12. Unas palabras para las esposas
13. ¿Celebrante o célibe?
14. Cómo proteger su sexualidad
15. Cómo desarrollar un corazón fiel
16. Algunos pensamientos finales
Apéndice A: Ejercicios para desarrollar la intimidad
Apéndice B: ¿Anticonceptivos? ¡Oh, Señor!… Quizás…
Notas
Agradecimientos
Los autores dan las gracias a Grolier Incorporated por su amable permiso para reproducir los diagramas de las páginas 22, 30 y 157, que están sacados de la Encyclopedia Americana, edición de 1985. Copyright © de Grolier Incorporated.
A menos que se haga constar expresamente, las citas de las Escrituras están extraídas de la Biblia Reina-Valera. © 1960.
Los autores y el editor no se dedican a proporcionar servicios médicos o psicológicos, y este libro no está pensado como una guía para diagnosticar o tratar problemas de este tipo. Si el lector precisa ayuda médica, psicológica o de cualquier otro tipo específico, le rogamos acuda a los servicios de su propio médico de cabecera o consejero profesional.
Prólogo
La mayoría de los libros que hablan del sexo, caen en uno de dos extremos posibles. Algunos son tan espirituales que pasan por alto las realidades humanas inherentes al tema. Tales obras evitan los aspectos mentales y emocionales del sexo; recurren a explicaciones esotéricas con las que apenas pueden identificarse las personas reales que viven en un mundo real.
En el otro extremo, se encuentran los libros que tratan el tema del sexo como si este tuviera una relación escasa o inexistente con lo divino. En tales obras, el sexo se seculariza hasta tal punto, que se convierte en algo puramente biológico, animal. Al no ofrecer a las personas una perspectiva sobre el compromiso o la singularidad del sexo dentro del contexto del matrimonio, éstas concentran su atención en lo físico, en detrimento de lo espiritual.
Intimidad sexual en el matrimonio no cae en ninguno de estos extremos. Este libro, de fácil lectura, combina perfectamente el disfrute del sexo con las realidades de la vida. Va dirigido a personas reales en un mundo real, sin comprometer el maravilloso diseño divino ni el propósito de Su don del sexo. Esta obra tiene en gran estima la institución del matrimonio, y concede a la relación sexual el lugar que le corresponde dentro de ese contexto.
No cabe duda de que esta obra pionera del Dr. William Cutrer y de Sandi Glahn es la respuesta para aquellas personas que desean abordar el tema del sexo sin caer en lo soez. Ayudará a los lectores a conformar sus acciones y actitudes respecto al sexo, a la luz del propósito único de Dios para la humanidad. También proporcionará esperanza, ánimo y guía a las personas que estén abiertas y dispuestas a poner su sexualidad bajo el señorío de Jesucristo.
El hecho de que el Dr. Bill Cutrer se haya involucrado en esta obra hace que sea especial para nosotros. Él ha trabajado durante muchos años como ginecólogo de las féminas de nuestra familia Evans, y también ha impartido un enfoque cristiano sobre la medicina en la Conferencia de Desarrollo Eclesial anual. Su experiencia como médico, unida a su formación y dedicación cristianas, le proporcionan una combinación única de unas manos hábiles y un corazón bondadoso, combinación que ha beneficiado tremendamente a nuestra familia y a nuestra relación como matrimonios.
En Intimidad sexual en el matrimonio encontramos, por fin, un libro que coloca ese tema tan sensible como es el sexo, en un nivel lo bastante asequible a todo el mundo; pero dotándolo a la vez de un rango lo bastante elevado como para honrar a Dios. Una vez leído este libro, usted comprenderá por qué el matrimonio es el único contexto en el que es posible la verdadera intimidad sexual. Además, descubrirá un enfoque práctico sobre muchos de los problemas y desafíos sexuales a los que se enfrentan los matrimonios. Y lo que es más importante: crecerá el amor que siente usted hacia el Creador, que nos ha concedido un don tan grande a fin de que podamos disfrutarlo.
Dr. Tony y Lois Evans
1
En el lugar secreto
Toda pareja, en algún momento de su relación, si no a lo largo de todos los años que pasan juntos, se enfrenta a dificultades sexuales o épocas de transición, que les exigen adaptación, cambios y flexibilidad. Una de las creencias más destructivas es la que afirma: «Somos los únicos que tienen problemas. Todos los demás tienen una vida amorosa perfecta». Eso es completamente falso. Veamos unos pocos ejemplos sacados de mi experiencia (como médico), que nos hablan sobre cosas que pueden ir mal.
• Trina y Jim regresaban en avión a su hogar, después de su luna de miel, cuando Jim comentó: «Cuando hayamos caído en la rutina y dejemos de tener relaciones sexuales cada día…» Antes de que pudiera terminar la frase, Trina se puso a llorar. «¿Por qué no podremos tenerlas cada día?». Quiso saber.
• Después de una luna de miel desastrosa, vino a verme una pareja en busca de ayuda. La esposa me comentó: «No esperaba que el sexo fuera algo tan doloroso. Además, él quiere que lo practiquemos cada día. Tengo miedo de que se convierta en algún tipo de pervertido».
• Lonnie solía llegar al orgasmo con demasiada rapidez, lo cual hacía que su esposa se sintiera insatisfecha y frustrada. Vino a verme para preguntarme qué podía hacer al respecto.
• Tom le dijo a su mujer: «Nuestra vida amorosa me aburre». Su esposa, imaginando una nueva variedad de ambientes románticos, le respondió: «¡Genial! ¡Cambiémosla!» Se quedó de piedra cuando esa noche él entró en la habitación, llevando tan sólo un sombrero de vaquero y un par de pistolas de juguete.
• Kathie, la esposa de un cirujano dentista, era tan guapa que podía haber aparecido en la portada de alguna revista de moda, pero sin embargo su marido casi no le prestaba atención. Igual que la esposa de muchos adictos al trabajo, los sentimientos de Kathie respecto al sexo habían pasado de ser un impulso normal, a convertirse en una tremenda necesidad. Se compró montones de prendas de lencería, de Victoria’s Secret, pero ni aún así parecía que su esposo le hiciera mucho caso.
• Fred y Dana, por primera vez en su matrimonio, se enfrentaban a ciertos problemas sexuales. Durante el embarazo de Dana, ésta tuvo que pasar por los típicos retos que supone mantener una vida sexual normal. Ambos intentaron hacer todo lo posible se tomaron con humor las comprensibles dificultades. Sin embargo, una vez nacido el bebé, Dana se sentía agotada, y el sexo no le atraía demasiado. Fred sintió que el bebé le había sustituido, y le dijo a su esposa que se sentía degradado: de ser «el rey», había pasado a ser «el criado».
• Becky y Brad habían recibido cierto asesoramiento prematrimonial, que les había hecho pensar que la meta del sexo debe ser el orgasmo simultáneo de ambos miembros de la pareja. La presión que Becky sentía debida a su incapacidad para «cronometrar» bien, hizo que le fuera imposible alcanzar el orgasmo durante sus relaciones sexuales.
¿No le suenan algunos de estos casos? Son muy frecuentes. Puede que nos sintamos aislados, perdidos en medio de nuestros esfuerzos, y que consideremos que nuestras experiencias son únicas, lo cual nos hará vacilar a la hora de buscar ayuda. Sin embargo, las cosas más personales suelen ser también las más universales. Afortunadamente, en esta área resulta fácil obtener ayuda.
Tanto si creemos que los hombres y las mujeres son básicamente iguales, como si pensamos que son fundamentalmente distintos, todos estaremos de acuerdo en que la anatomía masculina y la femenina son diferentes. Este libro parte del punto de vista de que Dios creó el cuerpo del hombre y de la mujer para que se complementen a la perfección. Si bien hemos denominado esta obra «una guía cristiana para la intimidad sexual», quizá sea necesario clarificar que el «sexo cristiano» no existe. Lo que sí existe es un sexo donde los participantes son cristianos. Puede que ellos reflejen o no un punto de vista cristiano, de la misma manera que los artistas cristianos no usan caballetes o pinceles «cristianos», aunque se los puede utilizar para ilustrar una historia del Nuevo Testamento, como la parábola del hijo pródigo.
Para mí (Dr. Bill), este manual es el resultado de más de quince años de práctica como tocólogo/ginecólogo. A medida que realizaba exámenes y sesiones de asesoramiento prematrimonial, me sorprendió enormemente la falta de información de que disponen las parejas que se uniran «para lo bueno y para lo malo». Muchas de estas personas jóvenes (y otras que no lo eran tanto) iban dando tumbos en medio de una espesa niebla de informaciones erróneas y medias verdades sobre el sexo, esperando que todo «saliera bien». Después de analizar la precisión, practicabilidad y profundidad de la información que muchos pastores facilitan en su asesoramiento prematrimonial, me sentí decepcionado. Parece ser que dentro del área de la sexualidad y la intimidad matrimonial, muchos consejeros están haciendo perder el tiempo a las personas, perpetuando unos mitos nocivos o aún más triste, guiándolas por caminos equivocados.
Después de retirarme de la práctica de la medicina, serví al Señor como pastor a tiempo total. Sólo entonces me di cuenta de la dificultad que supone esta labor. El problema, que para muchos resulta insuperable, son los límites de la información de que dispone el pastor. No todos los pastores son conscientes de las diversas áreas de información necesarias a fin de guiar con éxito a una pareja en sus relaciones íntimas. Solamente al contribuir a forjar una relación funcional a nivel físico, un consejero necesita ser capaz de acceder a (1) un historial sexual detallado, (2) un examen físico y (3) un profundo conocimiento de la medicación que pueda necesitar algún miembro de la pareja. Estas cosas deben preceder, por lógica, a sus consejos y a su guía.
Y sin embargo, es muy probable que un consejero espiritual se sienta muy incómodo si tiene que preguntar «¿A qué edad te convertiste en alguien sexualmente activo?» u otras preguntas similares propias del historial sexual de la persona. Además, el consejero no puede tocar un músculo y decir «Cuando el sexo no funcione, esta es la zona que debes relajar». Puede que el consejero tampoco se dé cuenta de que las píldoras anticonceptivas que toma la mujer han hecho que disminuyera su apetito sexual, un dato que le ahorraría meses y meses de un asesoramiento que intentará localizar las fuentes de la rabia contenida o de la mentalidad sustentadora de que «el sexo es malo».
Lo ideal sería que el equipo de asesoría espiritual incluyera a médicos cristianos que participaran en la evaluación y educación premaritales. Entonces, siguiendo la evaluación médica inicial y la consiguiente «luz verde», el consejero podría guiar con éxito a la pareja a través de los vericuetos teológicos y matrimoniales en la relación, a medida que esta se va desarrollando. Este enfoque basado en el equipo de asesores ayudará a solventar algunas de las devastadoras situaciones, tan propias de la vida real, que relatamos en los capítulos siguientes. Mi deseo es que este libro salve el abismo entre la medicina y el ministerio, y como tal, resulte ser una guía útil que abra el diálogo entre el personal dedicado al ministerio y las parejas deseosas alcanzar la expresión más profunda del amor dentro de su matrimonio.
Como creemos que Dios ha diseñado el sexo no sólo como algo que conduce a la plenitud y a la unión, sino también como una fuente de gozo dentro de los límites del matrimonio; hemos decidido adoptar, adrede, un tono más bien ligero. Sin embargo, somos conscientes de que las dificultades de tipo sexual no son nada graciosas. Esperamos y pedimos al Señor que la información que ofrecemos de esta manera pueda sanar y prevenir una parte del sufrimiento físico y emocional que a veces hace que la intimidad sexual ne sea esa experiencia gozosa y satisfactoria que Dios planeó.
«Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña,
en lo escondido de escarpados parajes,
muéstrame tu rostro,
hazme oír tu voz;
porque dulce es la voz tuya,
y hermoso tu aspecto».
Cantares 2:14
2
¿Qué es el sexo?
Yo vine a mi huerto.
—Cantares 5:1
¿Q ué es el sexo? Puede parecer absurdo formular esta pregunta. ¿Hay algo sobre el sexo que no hayamos aprendido ya del Dr. Ruth, Howard Stern o las emisiones radiotelevisivas, cada vez más numerosas? The Joy of Sex (El goce de amar) es más conocido que The Joy of Cooking (El goce de cocinar). El éxito de ventas Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar ha estado en el mercado por más de una generación, y ha derivado incontables variaciones sobre este título. Vivimos en una sociedad saturada de mensajes sobre el sexo, que nos bombardean: desde periódicos y carteleras, revistas, la televisión, películas de cine e Internet. Sin embargo, muchas personas hablan de lo que no saben.
Aun así, el conocimiento que se desprende de un libro de texto no es la única limitación posible. Hay evidencias indicadoras de que la naturaleza de las disfunciones sexuales, incluso en parejas de médicos, muy bien informados sobre anatomía y fisiología, no es distinta de la del resto de profesionales.¹ Así, a pesar de que necesitamos algo más que una buena comprensión de la fisiología, partimos de ella.
Consideremos a aquella pareja cuya historia comienza con una cita rutinaria en mi oficina. Llevaban casados un año cuando la mujer se dio cuenta del retraso de su menstruacion en varias semanas. Entonces se hizo un test de embarazo, que dio positivo.
A medida que iban respondiendo preguntas sobre su historial médico, ella confesó que jamás le habían practicado un examen ginecológico. Habían emigrado a los Estados Unidos saliendo de otra cultura en la que no se practicaban tales exámenes, por pudor. De modo que decidí practicarle un sonograma para empezar, un proceso menos traumático. Primero les enseñaría la placenta, para romper el hielo, y luego procedería al examen. Pero el sonograma requería que ella tuviera la vejiga llena y, como no se dio el caso, el sonograma abdominal quedaba descartado. Les expliqué que podía practicarle un sonograma vaginal, y ellos estuvieron de acuerdo.
Preparé el instrumento que, a pesar de ser muy fino, no cabe duda de que a ella la asustó bastante. Le expliqué en qué consistía el procedimiento, y así intentar que se relajara, pero no funcionó. No pude ver nada en la pantalla, de modo que, además de sentirse incómodos, se empezaban a preocupar por el bebé, porque yo no era capaz de sacar nada en pantalla. Como ginecólogo experimentado, me enorgullecía de conocer bastante la geografía anatómica, y de mi misteriosa habilidad de localizar una vagina, con una sonda de sonograma, incluso en una habitación a oscuras.
Pero el procedimiento no estaba saliendo bien. No era capaz de encontrar la vagina de aquella mujer. Le dije a mi enfermera que necesitaríamos un examen especular y ver qué pasaba. (Por lo general, soy capaz de realizar un sonograma sin tocar a una paciente nerviosa, y de charlar con facilidad sobre las «fotos del bebé», pero todas las técnicas usadas no estaban dando resultado.) No cabía dudas de que aquella paciente estaba nerviosa, porque por primera vez en su vida se hallaba en la posición de «litotomía dorsal» (esa postura tan vulnerable, propia de un examen ginecológico). La enfermera me entregó un espéculo normal.
No encontré la abertura vaginal.
Y pensé: Esta mujer está embarazada. Tiene que haber alguna vía de acceso. Tomé el pequeño espéculo pediátrico y comencé a examinarla justo por debajo de la uretra. Descubrí que la vagina estaba completamente cubierta de un grueso himen, excepto en un lugar, donde había una abertura del tamaño de la cabeza de una sonda. Era con lo único con que podría explorarla: por aquella abertura ni siquiera cabía mi dedo meñique.
Deduje, a priori, que la relación sexual había sido de todo menos íntima: no se había producido la penetración. Una división tozuda y bien orientada del esperma había llegado a su objetivo, siguiendo un camino muy largo desde la abertura vaginal, pasando por el conducto vaginal y la Trompa de Falopio. Les dije que había descubierto una pequeña irregularidad, y le pedí a ella que se vistiera y que viniera luego a mi despacho.
Intenté pensar en una forma de decírselo que no fuera: «¿A que no lo adivina? Sólo pensaron que estaban teniendo una relación sexual». Le pregunté al marido si había tenido alguna dificultad durante el coito, imaginando que el único que podría haber tenido éxito en aquel caso habría sido «el increíble hombre menguante». Me dijo que no. De hecho, le había parecido «de lo más agradable». Recuerdo que semejante comentario me resultó tremendamente chocante.
Con mi voz más suave y profesional, les expliqué cuál era la situación y la intervención quirúrgica necesaria, la cual podría esperar hasta el momento del parto, si ella lo deseaba. Necesitaba que se le practicara un frotis
, que nunca se le había realizado. Debido a que no había tenido múltiples parejas sexuales, no corría un alto riesgo de enfermedad. De hecho, no había tenido ninguna pareja, en el sentido normal del término. Eso hizo que me sintiera dispuesto a esperar tranquilamente. El marido, cuya mente había empezado a funcionar a todo gas, estaba sumando dos y dos (¡cosa que, por supuesto, hasta entonces no había podido hacer!), y me preguntó si podría operarla antes. Me comprometí a solventar el problema del himen congénito intacto.
Utilicé una técnica láser, y les pedí que esperaran seis semanas antes de realizar el acto sexual. Para ellos no supuso ningún problema, porque no sabían qué se estaban perdiendo. Así que, obedientemente, esperaron las seis semanas (a diferencia de la mayoría de mis pacientes).
Cuando regresaron a la consulta, tras gozar del permiso del doctor para «proceder», sus rostros irradiaban algo especial. No tuve que preguntarles si todo había ido bien. La sonrisa bobalicona del marido lo proclamaba a gritos. Ella sonrió con timidez y comentó: «Todo ha sido maravilloso. No teníamos ni idea de que sería así». La creciente elasticidad y lubricación inherentes al embarazo previnieron cualquier dificultad propia de una primeriza, y la bendición del matrimonio fue adquiriendo un significado cada vez más profundo.
¿Qué es una relación sexual? A diferencia de esta pareja, usted sabe probablemente que, desde un punto de vista puramente técnico, consiste en la inserción del pene dentro de la vagina, proceso que generalmente va seguido de la eyaculación. Representa un hermoso ejemplo de habilidoso diseño por parte del Creador. Normalmente, para que se produzca la concepción, el esperma debe entrar en la vagina, y la relación sexual es, generalmente, el proceso que produce ese resultado.
Sin embargo, el sexo implica más que la definición de relación sexual expresada en un libro de texto. Muchas, si no todas, de nuestras actitudes y puntos de vista sobre la sexualidad las extraemos de las imágenes eróticas nuestra cultura. No obstante, desarrollar una intimidad sexual implica comprender nuestra anatomía, nuestros ciclos fisiológicos de respuesta, el matrimonio y una comunicación que se lleva a cabo usando los cinco sentidos. En las páginas siguientes trataremos estos temas.
Conocer el cuerpo de su pareja y el suyo propio es algo esencial para desarrollar la intimidad sexual, comenzaremos con un terreno común a ambos, que es básico: comprender nuestra anatomía.
3
La anatomía masculina
Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos; su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros.
Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de oro fino…
—Cantares 5:14-15
Primero hablaremos de «lo que está ahí abajo», es decir, de los genitales. Esta no es una forma