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Identidad Virtual: Prácticas discursivas identitarias en el aula virtual
Identidad Virtual: Prácticas discursivas identitarias en el aula virtual
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Libro electrónico590 páginas6 horas

Identidad Virtual: Prácticas discursivas identitarias en el aula virtual

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En las aulas virtuales universitarias los participantes no se interrelacionan cara a cara sino que lo hacen a través de mensajes escritos mediados tecnológicamente; en ese contexto la presentación personal es el único medio para saber quién es el otro que comparte el espacio del aula virtual. Los discursos identitarios escritos se constituyen así en el medio por el cual cada uno se muestra como desea ser visto ante el auditorio y por el cual se percibe al otro, se conocen sus intereses, motivaciones y expectativas respecto a la interacción social y pedagógica; además estas prácticas discursivas identitarias cumplen la función de ser elementos que facilitan la autocomprensión ya que a través de la narración autobiográfica el individuo integra su experiencia en una línea temporal, adjudicándole coherencia y significado.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento29 may 2014
ISBN9781483529905
Identidad Virtual: Prácticas discursivas identitarias en el aula virtual

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    Identidad Virtual - Ada María Acebal Romero

    hechos.

    Capítulo 1: El contexto investigativo

    El ser humano habla. Hablamos en la vigilia y en el sueño. Hablamos sin parar, incluso cuando no pronunciamos ninguna palabra, sino que escuchamos o leemos; hablamos tanto si nos dedicamos a una tarea o si nos abandonamos en el ocio. Hablamos constantemente de una u otra forma. Hablamos, porque hablar es connatural al ser humano. El hablar no nace de un acto particular de la voluntad. Se dice que el hombre es hablante por naturaleza. La enseñanza tradicional dice que el hombre es, a diferencia de la planta y de la bestia, el ser vivo capaz de hablar. Esta afirmación no significa que el hombre posea junto a otras facultades, la capacidad de hablar. Mas bien quiere decir que es el propio lenguaje lo que hace al hombre capaz de ser el ser vivo que es en tanto que hombre. El hombre es hombre en cuanto que es capaz de hablar (Martin Heidegger, 1959:11).

    1.1 La investigación

    Como otras actividades humanas, la investigación científica hace uso de una serie de representaciones para explicar los sentidos que desea descubrir y expresar; por ello es que una de las representaciones más frecuente es la idea de descubrimiento, de innovación, es decir una idea de ciencia capaz de mostrar fenómenos de los cuales no se tiene conciencia o conocimiento, explorar las nuevas fronteras entre micro/macro mundos relacionados, como en este caso, con las sensaciones de la modernidad líquida (Bauman, 2002), una época en la cual se asiste a una progresiva disolución de las fronteras reales y cotidianas. Los complejos cambios producidos en las comunicaciones significan un verdadero desafío para toda investigación que pretenda indagar las relaciones humanas en contextos telemáticos; la investigación cualitativa se eligió como el método adecuado por combinar las exigencias fundamentales de la validez y del rigor metodológico con una atención focalizada en la perspectiva interpretativa de los sujetos y su visión de los fenómenos situados. Esta posibilidad de escuchar a los sujetos en el campo donde transcurren parte de sus acciones cotidianas y de explorar su interpretación de la realidad estudiada es lo que permite definir a la metodología cualitativa como adecuada en el análisis de este contexto específico; más que recoger datos se trata de ir al encuentro de los mismos, de descubrirlos allí donde se encuentren, a veces visibles y otras veces no. La metodología cualitativa se distingue por la referencia al modo de llevar a cabo el proceso de investigación mediante ciertas orientaciones como son: "el rol central de la visión del mundo de los sujetos para interpretar la realidad; la generación de material a través de estrategias sensibles al contexto cotidiano; el deseo de una comprensión, en lo posible, holística y compleja de la realidad estudiada" (Dovigo, 2005:21); es decir que el paradigma cualitativo es capaz de evidenciar los elementos visibles en la superficie de la realidad cotidiana como también los más profundos, aquellos que no se muestran comúnmente y que conforman el substrato de los fenómenos. "Con el término investigación cualitativa, entendemos cualquier tipo de investigación que produce hallazgos a los que no se llega por medio de procedimientos estadísticos u otros medios de cuantificación. Puede tratarse de investigaciones sobre la vida de la gente, las experiencias vividas, los comportamientos, emociones y sentimientos (…). Algunos de los datos pueden cuantificarse pero el grueso del análisis es interpretativo" (Strauss, Corbin, 2002:11-12). En otras palabras, la investigación cualitativa se orienta a descubrir conceptos y relaciones en los datos recogidos para organizarlos y presentarlos en un informe explicativo. La investigación cualitativa se compone básicamente de tres elementos: los datos (provenientes de entrevistas, observaciones, documentos, etc.); los procedimientos, usados para organizar e interpretar los datos (categorizaciones, conceptualizaciones, vinculaciones); y por último, los textos (informes escritos y orales).

    Los hechos sociales, en pos de ser explicados, son registrados, analizados e interrelacionados mediante una profunda tarea de descripción y, dado que generalmente se trabaja a partir de discursos, de análisis de los textos producidos en situaciones de interacción a partir de fuentes documentales confiables (testimonios, análisis del contenido, encuestas, entrevistas); de esta manera todo investigador se orienta al estudio de los procesos de producción de lo social a través del lenguaje y de las acciones simbólicas. Este reconocimiento de la centralidad del lenguaje implica profundizar el espacio de los significados, en cuanto el lenguaje describe los hechos reales pero además crea significados intersubjetivos que colaboran en la estructuración de la realidad. Se puede decir que "el enfoque cualitativo se adentra en las codificaciones culturales y simbólicas que construyen nuestro modo histórico de ver y vivir la realidad social misma" (Riesman,1965:420); así, el investigador social decodifica, interpreta, dice⁵, muestra, construye, en una dinámica creativa que fluye entre lo fáctico y sus representaciones (Alonso, 2003). Si se tiene en cuenta que en las relaciones comunicativas se actualizan relaciones de fuerza o de poder derivadas de las posiciones sociales, entonces se puede inferir que el análisis cualitativo se orienta al estudio de los procesos sociales en cuanto procesos de producción de símbolos y rituales que representan los sentidos imperantes en un grupo social. Estos significados se entrelazan generando determinados efectos al proyectarse sobre las personas y los grupos, significados que son vehiculizados por los símbolos y reproducidos por los rituales (mediante la repetición). El investigador reconstruye, a partir de los discursos, los significados y los esquemas mentales que representan la realidad cotidiana. Además, el paradigma cualitativo implica desarrollar la capacidad de escuchar y la sensibilidad de la mirada para lograr captar las dimensiones emergentes del fenómeno estudiado, capacidades que obviamente no se generan por juicios apriorísticos sino a partir de modelos mentales abiertos y flexibles. En este tipo de investigación la actividad reflexiva es fundamental ya a partir de las primeras aproximaciones del investigador con el objeto de estudio, lo cual permite la comprensión y obviamente el mejor desarrollo del trabajo investigativo; desde la etapa inicial del diseño⁶, la reflexión crea una especie de puente entre el objeto de investigación y la comprensión por parte del investigador.

    Quien hace investigación cualitativa ofrece información sobre individuos reales, sobre la interpretación que tienen estos acerca de sus experiencias y del mundo social en el que desarrollan sus acciones, y ensambla sus observaciones con las interpretaciones de esos actores. Este ensamblaje conceptual (o en todo caso se podría decir fusión de interpretaciones) que a su vez colabora en la reconstrucción del objeto de estudio, se encuentra filtrado por los marcos mentales de actores y observadores, por el lenguaje, por la clase social, entre otros mediadores de la realidad social, lo cual incide en que la percepción, si bien contextualizada, no sea absolutamente objetiva: "La documentación de los datos no consiste en un registro neutral de la realidad sino que es un paso esencial en la construcción de la realidad en el proceso de investigación cualitativa" (Flick, 2007:26).

    La naturaleza continua del proceso de investigación se expresa en una serie de etapas, no siempre iguales para todos los investigadores, sino que justamente como proceso cualitativo, es abierto, flexible, sin recetas rígidas; no hay fases claramente definidas ni fronteras claras y delimitadas entre una y otra etapa sino que una vez iniciada la actividad en su origen (la idea del proyecto) las etapas se superponen, se alternan, se suceden y se combinan, en un movimiento de circularidad y avance simultáneos que tiene por meta profundizar las cuestiones planteadas y encontrar respuestas a las preguntas realizadas. Las fases operativas implementadas en esta investigación en particular pueden identificarse de la siguiente manera:

    Elección del tema,

    Definición de objetivos y elaboración del proyecto,

    Análisis bibliográfico,

    Trabajo de campo,

    Reconocimiento del campo (aulas),

    Recolección del material (presentaciones personales),

    Clasificación y categorización (en fichas),

    Selección de informantes para las entrevistas,

    Entrevistas focalizadas,

    Análisis y descripción de los datos,

    Interrelación del análisis teórico con la información obtenida en el campo,

    Conclusiones y hallazgos finales,

    Comunicación de los resultados.

    Aunque este orden puede variar en distintas investigaciones, igualmente en cada fase se van presentando diferentes alternativas que colocan al investigador en una situación de permanente toma de decisiones (cuáles autores leer, cómo confrontarlos y con quiénes, cuáles son los caminos teóricos más adecuados a la investigación, cómo abordar el trabajo, a quiénes entrevistar, cómo observar, cuál lenguaje utilizar, cuáles son las inferencias más significativas, entre otras tantas cuestiones). El gráfico siguiente muestra como las fases se suceden, se repiten y se combinan en distintas graduaciones en un modo no lineal: muchas veces antes de finalizar una etapa ya se está transitando otra.

    Este gráfico (elaboración propia) es cerrado en sí mismo dado que se enfoca en un sentido referido a la investigación como proceso con un inicio y un fin, claros y perfectamente delimitados. Como se puede observar en el gráfico que sigue a continuación (elaboración propia) hay presente un elemento que se abre hacia el exterior -la comunicación de los resultados de la investigación- teniendo en cuenta la relación con el contexto circundante que tiene cualquier acción llevada a cabo en interacción con otras personas, con instituciones; más aún, la comunicación es la apertura de toda investigación que da pie a una posible fase aplicativa de ideas derivadas del conocimiento adquirido durante el proceso, como también puede significar material de estudio para otro(s) investigador(es) en futuros desarrollos del tema.

    Sobre los métodos y las teorías

    Desde la metodología cualitativa, el trabajo se orienta hacia tres posiciones básicas en lo que respecta a los métodos utilizados:

    el interaccionismo simbólico, en pos de estudiar los significados subjetivos y las atribuciones individuales de sentido;

    la etnometodología, al focalizar la producción de determinadas rutinas de un contexto particular de la vida cotidiana a través de la descripción densa; y, por último,

    el análisis del discurso, en pos de estudiar las identidades sociales de los participantes, que se construyen, cambian o se mantienen a través del discurso, lugar de expresión de las caras⁷ elegidas para la interacción.

    Interaccionismo simbólico

    El interaccionismo simbólico en los últimos años ha integrado varias corrientes como el análisis fenomenológico, el análisis estructural, el enfoque etnometodológico de la descripción densa y otras maneras de pensar (Flick, 2007). La comprensión del punto de vista del sujeto y del significado que atribuye a experiencias y sucesos inspira el interaccionismo simbólico como también la mayor parte de las investigaciones de tipo cualitativas. El interaccionismo simbólico parte de ciertas premisas: "La primera premisa es que los seres humanos actúan con respecto a las cosas de acuerdo con los significados que éstas tienen para ellos. La segunda premisa es que el significado de estas cosas deriva o surge de la interacción social que se tiene con los propios compañeros. La tercera premisa es que estos significados se manejan en un proceso interpretativo utilizado por la persona al hacer frente a las cosas que encuentra, y este proceso los modifica" (Blumer, 1969:2).

    Es decir que los significados que los actores atribuyen a los fenómenos, hechos, cosas, personas, constituyen el punto de interés principal de la investigación. Recuperar y entrelazar esos significados permite analizar el tema en cuestión. Desde el interaccionismo simbólico y tomando como base el enfoque dramatúrgico de Goffman (1969) se considera la situación estudiada como una realidad determinada hasta cierto punto por construcciones colectivas que los integrantes de la comunidad reconocen y actualizan en las acciones cotidianas. Para el enfoque dramatúrgico, la interacción es un proceso compuesto de las siguientes fases: la definición de la situación, en la cual la acción se desarrolla mediante un eje o argumento compartido por los actores; la identificación del escenario, donde se desarrolla la interacción; el conocimiento interpersonal de los actores, es decir que los participantes de la interacción adquieren información de quiénes son aquellas personas que comparten la situación; y por último, la representación, es decir el desarrollo de la acción o proceso de interacción, que puede ser más o menos variable en el tiempo. La metáfora de la actuación en el modelo de análisis dramatúrgico hace referencia a la acción que desarrollan las personas en cualquier situación social cuando se encuentran con otros y donde existen patrones de conducta más o menos regulados. Este enfoque se basa en la idea que toda actividad humana es expresiva y en consecuencia produce impresiones y efectos en quienes participan y observan esa actividad. El conjunto de impresiones percibidas durante la interacción, en la que los participantes alternan los roles de actores y de observadores, es el resultado de la interpretación de los mensajes expresados voluntariamente y de aquellos emitidos inconscientemente. Además, el tipo de situación condiciona las formas de expresión (presentación, expectativas) de los actores y la información comunicada que, recordemos, es seleccionada previamente por ellos mismos (Goffman, 1969); así, la interacción social deviene un proceso de intercambio de información en el que cada actor trata de controlar la imagen que proyecta al tiempo que intenta penetrar en las de los demás con el objeto de captar sus verdaderos sentimientos, expectativas, intereses e intenciones (Goffman, 1969).

    Los posicionamientos (Davis, Harré; 1990) y roles individuales y grupales presuponen la preexistencia de normas reguladoras (implícitas y explícitas) de la actividad a las cuales es necesario adecuarse. Goffman remarca la importancia que tiene el proceso de interpretación individual en la comunicación interaccional, considerando que los individuos son parte activa en la producción y reproducción de las estructuras sociales. Goffman (1961) reconoce que las estructuras sociales son susceptibles de sufrir transformaciones dentro del contexto de los procesos interactivos y señala que comprendiendo estos procesos del orden de lo ritual (materia prima de la vida cotidiana) es posible comprender los mecanismos de organización social. Así, se considera que el carácter de ritualidad que encarnan las presentaciones proyecta la relevancia de las conductas ceremoniales con las cuales se da inicio a la interacción en el aula virtual. Según Goffman (Ibid) en la interacción existen reglas⁸ y normas de comportamiento a las cuales los participantes deben adherir si desean iniciar y mantener la relación. Lo que se dice en el aula virtual es tomado como la expresión de una línea de acción que se va a seguir durante la interacción; es decir que lo que una persona dice es tomado como un proyecto de actuación para la cursada; esto hace que los demás participantes tracen sus líneas de acción en relación a ello. "El que un actor contribuya (a la interacción) es una expectativa legítima por parte de los demás actores, que así pueden conocer de antemano los límites dentro de los cuales el actor se comportará probablemente, y tienen el derecho virtual a esperar de él que se comporte de acuerdo con estas limitaciones. A la inversa, él debe comportarse como se espera de él, no por simple eficacia, sino por sentir que se trata de una manera moralmente conveniente de comportarse" (Goffman, 1991:92).

    La idea de Goffman de la creación de líneas de acción a partir de las actitudes de los otros hace pensar que en las situaciones⁹ en las cuales las personas se perciben las unas a las otras y establecen relaciones, se crea una suerte de relación de interdependencia con lo cual el concepto se amplia de manera radical; por lo anterior Goffman postula la idea que cuando las personas interaccionan no solo están comunicándose sino que se conforman en una fuente de información para los demás, a veces de manera intencional (cuando brindan información de manera voluntaria) y a veces de manera no intencional (cuando emiten información, de manera no voluntaria o no conscientes de hacerlo). Esto significa que generalmente la información brindada voluntariamente se hace a través de acciones simbólicas (hablar, escribir, gesticular, arreglarse de una cierta manera, etc) que son reconocidas por los otros como acciones que significan algo; en el aula virtual estas acciones se llevan a cabo mediante la escritura; los textos (sociales, pedagógicos) transmiten toda la información. Por otra parte, la información emitida involuntariamente (por ejemplo, en las presentaciones, ciertas frases escritas sin reflexionar, es decir escritas espontáneamente, sin revisar el sentido que transmite lo escrito) es considerada como información que la persona no deseaba dar pero que transmite. La interacción en los grupos focalizados, en referencia a aquellos grupos o comunidades que están organizados alrededor de un tema o proyecto en común, se basa sobre todo en los intercambios de tipo explícito, es decir en los mensajes emitidos voluntariamente, dado que los participantes deben establecer un "consenso operativo"¹⁰ (Kendon, 1985:232) que permita la comprensión y la acción colaborativa. Por ello, los intercambios necesitan ser actos explícitos y reflexivos que posibiliten a los demás participantes proyectar futuras acciones en base a lo expresado; en este sentido, participar para conocerse y para intercambiar información personal es el paso precedente a las demás acciones.

    Debido a esta necesidad inherente a los entornos virtuales de explicitar para ser visto, para visibilizarse, es que la presencia de los participantes se proyecta sobre todo en la dimensión del hacer (profesional, laboral), si bien la dimensión del ser (personal) casi siempre se encuentra presente. Definir una competencia particular, identificable con una posición académica, profesional y laboral (lo cual define una posición social) es parte del primer contacto, definición que sobrepasa el orden del decir y se instala en la dimensión del hacer, marcando un perfil, delimitando un espacio, trazando una frontera; así, definir supone ciertos atributos pertenecientes al lenguaje, a los hábitos, a los gustos y a las habilidades. Habitualmente los roles se muestran a través de su representación, es decir que cada rol social implica un deber ser, ciertas obligaciones correspondientes al rol que el individuo debe cumplimentar para ser tratado como espera y para continuar a mantener ese tratamiento. Los complejos aspectos de los roles, las posiciones y de la presentación de las personas en la vida cotidiana (posicionamiento) han sido tratados exhaustivamente por Goffman (1969,1970,1971,1981,1987) quien ha focalizado los elementos sociales de la interacción y la imagen proyectada a los otros individuos.

    Los trabajos de Goffman (1969, 1974, 1987, 1991) sobre la importancia de los rituales sociales¹¹ remarcan lo fundamentales que son los saludos y las presentaciones como apertura del canal de comunicación y también para el éxito de los contactos¹² y las actividades siguientes. Las funciones de apertura y cierre de la interacción (Kendon, 1988) y la información suministrada en este primer contacto funcionan no sólo como muestras de buena educación y de cordialidad sino que además indican hasta dónde la persona está dispuesta a informar sobre sí misma. Ese desvelamiento de información personal y profesional responde al interés de los otros participantes en pos de hacerse una idea de quién es cada uno que está compartiendo el aula. Como expresa Arfuch (1995:62): "El despliegue del personaje, que puede tener tanto de teatral como de novelesco, incluye el abanico de las profesiones casi sin distinción en cuanto a los procedimientos de puesta en escena, y se apoya, entre otras cosas, en un valor que la modernidad instituyó con innegable privilegio: la experiencia. (…) La experiencia como saber-hacer, como sabiduría de vida y conocimiento de sí, como símbolo de autoridad, como apertura a nuevos horizontes. Estos relatos, mediados por la puesta en escena del yo, la propia experiencia, delinean una imagen casi prototípica, confirmatoria de las tendencias imperantes en la sociedad, de ese repliegue sobre lo privado que constituye uno de los rasgos más nítidos de la época: la autorreferencia, el conocimiento de sí mismo convertido en finalidad, las prácticas sociales como lugares sobre todo de afirmación de la identidad personal y de obtención de reconocimiento, el éxito individual como máximo valor".

    Goffman (1969) afirma que los participantes son capaces de gestionar la imagen que proyectan a los otros, el modo de comportarse según las convenciones sociales del contexto de interacción con el fin de situarse socialmente en el grupo y ocupar un lugar en la jerarquía del mismo; el resultado de la proyección de esta imagen es la disminución de la incertidumbre general acerca de lo que pueden esperar de los otros integrantes del grupo; de cualquier manera un cierto margen de incertidumbre permanece y es gestionado positiva o negativamente a medida que avanza la colaboración entre los pares. La solicitud implícita de presentarse, que en algunas aulas es un requisito a cumplir indicado por el docente, puede ser percibida como un factor de riesgo en cuanto al mantenimiento de la imagen; es decir que la acción de presentarse puede ser interpretada como riesgosa para la autoestima lo que lleva a que algunos participantes decidan no hacer la presentación como estrategia de preservación o de no exposición. El ritual de la presentación es un requisito central de la interacción virtual mediante el cual los actores muestran su voluntad a participar en el grupo, muestran ciertos niveles de atención a la situación, muestran interés por las futuras acciones, muestran cortesía ante la presencia de los demás y muestran el deseo de establecer comunicación. Por estas razones, el estudio de la presentación como momento ritual y como fase preliminar de toda comunicación, es un tema importante para ser estudiado y comprendido y así comprender mejor la interacción en general.

    Como se puede deducir, el interaccionismo simbólico destaca la naturaleza simbólica de la vida social; las investigaciones nacidas de esta perspectiva se ocupan sobre todo del estudio de las interpretaciones de los actores en interacción. Blumer (1969) al indicar esas premisas fundamentales del interaccionismo simbólico mencionadas inicialmente -que las personas actúan en base a las significaciones que las cosas o las situaciones tienen para ellas; que esas significaciones emergen o surgen de la interacción social, y en tercer lugar que esas significaciones constituyen interpretaciones- está expresando que el estudio de la interacción debe partir de la concepción de la interacción como un proceso dinámico y no como una estructura estática. Por su parte, Goffman (1969, 1971) postula un acercamiento multidimensional de la interacción a través del cual es posible analizar aspectos técnicos, políticos, estructurales y sociales de la vida institucional, permitiendo así comprender el nivel macro (de la institución, de la sociedad) como el micro (el de las percepciones, interpretaciones y acciones). También Giddens (1993:153) indica la multidimensionalidad estructural de la interacción: La interacción es el producto de las destrezas constituyentes de los agentes humanos. Ahora bien: el lenguaje ordinario" desempeña un papel fundamental en la constitución de la interacción, tanto como medio para describir (caracterizar) actos, como por ser medio de comunicación entre actores, los cuales por lo general están estrechamente interrelacionados entre sí en las actividades prácticas de la vida diaria; por lo tanto, el uso del lenguaje es en sí una actividad práctica. La generación de descripciones de actos por los actores cotidianos no es incidental respecto de la vida social como Praxis en desarrollo, sino que integra absolutamente su producción y es inseparable de esta, puesto que la caracterización de lo que los otros hacen, y más restringidamente sus intenciones y razones para lo que hacen, es lo que posibilita la intersubjetividad mediante la cual se realiza la trasferencia del intento comunicativo. (…) La centralidad del lenguaje natural, tanto para la constitución de la acción con un carácter significativo, como para el proceso de la comunicación en la interacción, es tal que recurrir a él resulta indispensable para generar cualquier clase de materiales de investigación en sociología: el observador sociológico no puede construir un metalenguaje técnico que no esté conectado con las categorías del lenguaje natural. Es decir que el interaccionismo simbólico en calidad de ciencia interpretativa trata de comprender la atribución de significados a la realidad vivida por parte de los actores; en otras palabras, desde el punto de vista metodológico el estudio de la acción debe realizarse desde la posición del actor, tratando de comprender la situación desde su punto de vista: ver la situación como es vista por el actor, observando lo que el actor tiene en cuenta y observando cómo él interpreta lo que está teniendo en cuenta" (Blumer, 1969:56), todo ello sin olvidar que desde este enfoque el investigador se encuentra orientado a exponer los significados dominantes y también aquellos que circulan en los textos de manera menos explícita, así como enfocar lo que los participantes expresan en referencia a los problemas derivados de la interacción, las reglas de comportamiento y las vivencias que experimentan en la situación particular (Denzin, 1992).

    La etnometodología

    La etnometodología parte del presupuesto que los contextos sociales y las acciones en ellos desarrolladas se relacionan íntimamente, determinándose recíprocamente. Igual que para el interaccionismo simbólico, la etnometodología considera la interacción, pilar de la relación social, como su objeto central de estudio. Así, la vida cotidiana es el principal substrato de las investigaciones inspiradas en este enfoque. Puede decirse que la etnometodología investiga el modo en que los individuos entienden o perciben los cursos de acciones normales y cotidianas y los escenarios habituales, así como también las estrategias empleadas para atribuir significado a esas prácticas sociales. En ese sentido, este enfoque otorga gran atención a las actividades comunes de la vida cotidiana como si fueran sucesos de gran jerarquía (Garfinkel, 1967; Giddens, 1993): "La vida social, en cuanto vivida por sus actores, no debe verse entonces como una serie de débiles intentos de reproducir las normas de racionalidad tal como las especifica la actitud científica, sino, muy por el contrario, como una serie de deslumbrantes realizaciones para las cuales estas normas son esencialmente ajenas" (Giddens, 1993:36).

    Mucchielli (1998:42) afirma que, según este enfoque, "una acción, una comunicación, es decir, una interacción, si se analiza por sí misma carece de sentido; con la anterior afirmación coinciden Watzlawick et al. (1971:37), cuando afirman que un segmento aislado de comportamiento es algo que formalmente no se puede definir". Estas afirmaciones evidencian que la consideración del contexto es fundamental en todo estudio que se ocupe de la interacción; por tanto, las acciones comunicativas solo pueden comprenderse cuando se ubican en un contexto¹³, cuando se sitúan espacial, temporal, psicológicamente y socialmente, lo cual implica "aprender a mirar todo el entorno de un fenómeno comunicativo para poder percibir el conjunto de factores implicados (Mucchielli, 1998:46). Las situaciones se definen de acuerdo al capital simbólico poseído por los actores y proyectado en la interacción simbólica (es decir, en la comunicación), acción por la cual los seres humanos se socializan. En este sentido la etnomedología estudia y analiza el modo en que las personas generan realidad social a través de la interacción con los otros integrantes de la sociedad (Garfinkel, 1967). Flick (2007) indica que los participantes de una interacción realizan un importante esfuerzo para crear y orientar la situación y hacerla diferentes de las demás situaciones; por ello, lo que interesa no es la conceptualización a priori y aislada del investigador sino las contribuciones de los participantes combinadas con las observaciones y los análisis de quien investiga. Para Giddens (1993:155) Cada actor social competente es asimismo un teórico social, que como cuestión de rutina hace interpretaciones de su propia conducta, y de las intenciones, razones y motivos de los otros, como partes integrales de la producción de la vida social. Por lo tanto hay necesariamente una relación recíproca entre los conceptos empleados por los miembros de la sociedad y los utilizados por los observadores sociológicos".

    Además, "el contexto institucional se hace también pertinente en la conversación y se constituye en y por medio de las contribuciones de los miembros" (Flick, 2007:36). Ocuparse de una realidad social significa tener presente que los participantes de la interacción producen activamente la realidad por medio de los significados que atribuyen a las cosas y a las situaciones; por consiguiente, un punto de partida de la investigación cualitativa es el estudio de las representaciones de la realidad que construyen los sujetos y en base a las cuales atribuyen los significados, y la manera en que estas ideas se interrelacionan y son compartidas o, contrariamente, entran en conflicto. En otras palabras, los hechos reales en estado de total pureza no existen sino que son siempre hechos interpretados, filtrados por los modelos mentales o marcos que cada individuo posee, una abstracción delimitada por fronteras externas e internas según Schütz (1979), para quien la investigación social es el estudio analítico de los modos en que se crea el mundo a través de los esfuerzos que hacen los individuos en la vida cotidiana. Lo que hace el etnógrafo al estudiar situaciones cotidianas en un contexto determinado es conocer y entender a los actores, comprender su modo de interaccionar en las situaciones cotidianas, es decir conocer lo que ocurre en ese contexto en particular (Geertz, 1989); esto significa que la etnografía implica observación, documentación de lo observado y descripción de ello. El estudio de la conducta social implica necesariamente comprender" las acciones observadas, y el observador sólo puede hacerlo en función de las reglas particulares en las cuales estas acciones se fundan. Ello no significa, dice Winch¹⁴, que el científico social utilizará los propios conceptos del actor y nada más. Puede emplear conceptos técnicos propios; pero ellos tienen que estar siempre lógicamente vinculados (expresión de Winch) con los primeros, que ante todo deben ser comprendidos si se han de aplicar estos últimos. La redescripción técnica, sin embargo, no implica la explicación causal. Porque, según Winch, si las relaciones sociales entre los hombres sólo existen en sus ideas y a través de ellas... puesto que las relaciones entre las ideas son relaciones internas, las relaciones sociales también deben ser una especie de relación interna (Giddens, 1993:46).

    En el espacio de las presentaciones, la práctica etnográfica significa leer y documentar los textos de las presentaciones, categorizarlos, generar notas y comentarios que serán utilizados más adelante; esta recolección y registro pormenorizado de los textos de las presentaciones (parte del trabajo de campo que se completa con las entrevistas) es la base del análisis teórico posterior. Como vemos, los textos (en este caso, la bibliografía de consulta, los textos de las presentaciones, las notas generadas por el trabajo de campo y por el análisis bibliográfico, las entrevistas de texto por el chat, los informes presentados en las distintas etapas de la tesis) son fundamentales en todo el proceso, desde el inicio hasta el fin: "La investigación en ciencias sociales depende de los textos como manera de fijar y objetivizar sus hallazgos" (Flick, 2007:44).

    Cuando se hace etnografía, estar ahí, estar localizado en el contexto donde se lleva a cabo la investigación, significa interpretar una realidad observada personalmente, significa llevar a cabo una actividad reflexiva durante el tiempo que dure el trabajo de campo, significa combinar la teoría y la actividad práctica para interpretar y comprender la realidad estudiada, todo lo cual posibilita encontrar lo no visible, registrar lo antes no registrado; estar ahí implica ordenar lo que se observa, otorgarle sentido, interrelacionarlo con lo que se ha analizado y reflexionado antes y durante el trabajo, es decir construir relaciones, enlaces, conectar datos (Erickson,1986). Por otra parte, y ya identificado en las características generales de toda investigación de tipo cualitativa, en la etnometodología los recorridos no son lineales sino que, por el contrario, las etapas se combinan y se superponen constantemente: "(...) una etnografía es una sucesión de actividades de investigación que se desarrollan a lo largo de un período de tiempo relativamente prolongado. Dicha sucesión rara vez es lineal; al contrario, se forman bucles, dispersiones, idas y venidas enmarañadas. En líneas generales, todo eso en su conjunto es hacer etnografía" (Pulido, Prados; 1999:362). El trabajo de interpretación significa remitir los datos empíricos a sus referentes teóricos y darles así un contenido conceptual significativo, concreto; supone localizar la información en espacio y tiempo para objetivarla y así poder estudiarla, analizarla y explicarla. Es decir que los datos son observados y analizados a partir de sus interrelaciones y de sus significados situados. De esta manera, el trabajo interpretativo sobrepasa la pura descripción del fenómeno estudiado. El conocimiento así construido se funda en la combinación de las particularidades y las generalidades intertextuales¹⁵ sobre el tema (Erickson, 1986).

    Otra característica de la metodología etnográfica es el modo en que se presenta el texto escrito: en este caso la descripción analítica acompañada por comentarios interpretativos es la base fundamental; como menciona Clifford (1991), el etnógrafo siempre está escribiendo y lejos de ser una actividad accesoria, la actividad de escribir es la principal cuando se hace etnografía. Durante el trabajo de investigación se escribe permanentemente y sistemáticamente, se escribe siempre: cuando se lee un libro en formato impreso haciendo notas en el margen o en una libreta de notas; cuando se lee un libro en formato digital haciendo notas en el mismo libro (si lo permite) o en una libreta de notas digital creada a tal fin, se escribe durante la observación en el trabajo de campo y cuando se recogen los datos se escriben las primeras impresiones, producto de esa lectura inicial, rápida, que se hace mientras se ordena, se clasifica y se guarda el material para su posterior procesamiento; se escribe cuando se hacen las entrevistas (las entrevistas fueron hechas en el chat en modo texto) y en las notas que se van tomando en la libreta de notas digital durante las entrevistas (dos ventanas abiertas en la pc, dos escrituras: una en diálogo, la otra privada; una en el front stage, la otra en el back stage¹⁶); se escribe cuando, después de las horas de lectura, las voces de otros autores continúan a dialogar en el interior del investigador y esto genera un efecto diferido de ideas, es decir cuando lo leído es procesado mentalmente, surgen nuevas ideas y conceptos; escribimos borradores al mismo tiempo que escribimos el texto definitivo; en fin, se escribe dentro del campo y fuera de él, dentro del entorno virtual y en el entorno material, en la página de papel, en la página digital y en el espacio mental (se escribe mentalmente, dando forma a un párrafo, a una idea, a un capítulo).

    La escritura en investigación tiene una primera e importante función retórica en el sentido de persuadir a quien lee que el investigador conoce el tema, que se han respondido ciertas preguntas y dudas; es decir, que se ha estado allí, como dice Geertz (1989:14): "Y en la persuasión de que este milagro invisible ha ocurrido, es donde interviene la escritura. Por otra parte, el etnógrafo inscribe discursos sociales, los pone por escrito, los redacta. Al hacerlo, se aparta del hecho pasajero que existe sólo en el momento en que se da y pasa a una relación de ese hecho que existe en sus inscripciones y que puede volver a ser consultada (Geertz, 2003:31), es decir que una segunda función de la escritura en investigación es fijar lo observado y escuchado, plasmar discursos sociales, inscribir lo dicho, para luego tratar de leer (Geertz, 2003:24) lo que fue dicho e interpretarlo; finalmente es posible identificar una tercera función de la actividad escriturial que es fijar los discursos y el conocimiento producido en un soporte que puede consultarse todas las veces que se desea. Pasar al texto el producto de la actividad investigativa no es una tarea simple sino que demanda un permanente trabajo constructivo e interpretativo en base a los datos tomados en la fase del trabajo de campo; por tanto, el texto es la presentación del análisis e interpretación de los datos recabados y de los discursos de otros (los participantes observados, los autores consultados); por ello se considera que la escritura etnográfica no es una práctica neutra sino que está desde principio a fin, atrapada en la red de la escritura, red conformada y complejizada por la acción de múltiples subjetividades y de constricciones políticas que se encuentran más allá del escritor" (Clifford, 1991:144).

    Etnografía en la virtualidad

    El desarrollo de la red internet y las investigaciones sobre y en ella propiciaron el uso de la etnografía virtual como metodología adecuada a la complejidad de tal objeto de estudio y sobre todo adaptada a los nuevos modos de comunicar a través de las tecnologías informáticas. Los trabajos de campo actualmente se llevan a cabo en distintos tipos de escenarios: ya no son solo los lugares físicos los que sirven como campo de trabajo sino que los entornos virtuales, sincrónicos y asincrónicos, son usados para realizar observaciones, entrevistas, para participar, para analizar, a través del monitor de la computadora. En un entorno virtual, entrar al campo significa acceder a una dirección web con los datos de acceso proporcionados por la institución donde se desarrolla la investigación, significa poder pasar horas y horas observando y estudiando mensajes, materiales, entrevistando, siempre respetando las reglas de comportamiento y cortesía propias de la web y del contexto particular donde se lleva a cabo el estudio.

    Quien hace etnografía virtual puede participar activamente u observar de manera no participativa (es decir en modo silencioso) en el entorno elegido, de la misma manera que el etnógrafo tradicional. Al respecto, fui incluída en la lista de miembros de cada aula adjudicada (informando la situación a los respectivos profesores), con una breve presentación que explicitaba mi condición de doctoranda, incluyendo la foto; no mencioné mayores detalles de la investigación y ninguno de los participantes de las distintas aulas me escribió para preguntar sobre mi inclusión en el grupo y los objetivos de mi presencia. Observé sin participar en todas las aulas sin tener que enfrentarme a ningún tipo de problema.

    Hine (2004) sostiene que internet puede ser conceptualizada en la doble acepción de cultura y de artefacto cultural; entendida como cultura, Hine da como ejemplo las observaciones de las prácticas llevadas a cabo en el interior de la red; y como ejemplo de artefacto cultural, la red es considerada un producto de la cultura, una tecnología creada con objetivos particulares. La autora también expresa que internet representa el campo, en el sentido antropológico del término, para analizar y asistir a las dinámicas en que participan las personas y los grupos conectados a la red. El uso de la etnografía virtual¹⁷ permite analizar y comprender en modo auténtico una cultura a través de la observación directa, en lugar de hacerlo en escenarios experimentales. Rheingold (1996), Turkle (1997), Jones (1998,1999), Kendall (1999) y Sharf (1999) son otros autores que promueven los estudios en internet sugiriendo y aconsejando sobre reglas de conducta y métodos de trabajo en un intento de guiar a los investigadores en entornos virtuales. Según Hine (2004:91) "Internet se puede entender como un espacio dinámico donde se desarrollan patrones complejos de asociación y de relaciones espacios-temporales" que pueden ser estudiados mediante la presencia online y offline: conexión a un sitio, correo de noticias, chat, correo electrónico, discusiones, conferencias, messenger y otras aplicaciones posibles de combinar (o no) con métodos y técnicas presenciales. La autora subraya las grandes dosis de paciencia que debe tener el investigador para contactar a los participantes ante posibles retardos, ausencias, problemas técnicos, etc. Indica además la necesidad del feed back como estrategia para mantener abierto el canal de comunicación: por ejemplo cuando se envía un correo electrónico para invitar a un participante a una entrevista y este acepta (o rechaza), es necesario responder avisando que su mensaje fue recibido y leído. Si bien Paccagnella (1997) advierte que la interpretación que puede hacerse online acerca de lo que cuentan las personas sobre su vida es un procedimiento riesgoso en cuanto a su veracidad y en cuanto a la impresión que se pueda hacer el etnógrafo en base a ideas equivocadas, el mismo autor se responde que para disminuir esos riesgos es necesario implementar verificaciones por medio de una intensa inmersión en el campo. Para Giddens (1993:151-152) El generar descripciones de la conducta social como un tema para el análisis sociológico depende de la inmersión del observador en una forma de vida, mediante la cual la mediación de los juegos de lenguaje puede realizarse. Pero, ¿cómo hemos de tomar aquí la inmersión? Evidentemente no puede interpretarse como equivalente de ser un miembro cabal. Un antropólogo que visita una cultura ajena, cuando alcanza a profundizar su conocimiento de esa cultura, no sacrifica su identidad en lo que respecta al origen del cual proviene: su tarea específica, en verdad, es la de mediar la descripción de lo uno en términos de lo otro. Llegar a conocer una forma de vida es ser capaz de orientarse en ella; ello significa poseer el conocimiento mutuo necesario para sostener encuentros con otros, prescindiendo de que esta capacidad sea realmente empleada .

    Además, la etnografía virtual presenta complicaciones y riesgos en relación a la mencionada variable de veracidad, al igual que la etnografía presencial: lo que narra una persona en una entrevista (presencial o mediada) puede ser verdad o puede no serlo. La habilidad del investigador al interaccionar en estos entornos tiene que ver no solo con sus capacidades perceptivas sino también con sus habilidades tecnológicas. Como expresa Hine (2004:101): "la etnografía (virtual) adquiere forma de acuerdo a la tecnología disponible y a la comprensión que de ella se tenga. En los entornos educativos virtuales existen los espacios diferenciados (para opinar, para estudiar y analizar material bibliográfico, para interaccionar socialmente, para leer noticias institucionales, para recibir instrucciones de una materia, para enviar y recibir mensajes, etc.); es decir que los espacios existen en virtud de la actividad desarrollada y de la participación de los miembros, todo lo cual permite la apropiación del espacio. La red implica una concepción diferente del tiempo y del espacio y por tanto las relaciones sociales se establecen independientemente de la separación espacio-temporal; así, el investigador se mueve acompañando esta dinámica, se focaliza en la interacción, en los discursos, en lugar de fijar su trabajo en un tiempo y lugar determinado. Conectarse implica entrar al campo, estar allí; no conectarse significa perder horas de trabajo para recabar datos, para realizar entrevistas. Según Hine (2004:145) la experiencia en internet permite al etnógrafo interpretar la vivencia de otros por medio de una inmersión en la multiplicidad de orientaciones que ahí se da. (…) La etnografía virtual es intersticial, y propone que más que preguntarse si las relaciones en entornos virtuales son auténticas y si las actividades cotidianas de las personas son consistentes, el etnógrafo debe intentar evaluar cómo se organiza y se vive una cultura en sus propios términos (Hine, 2004:147). Dice Geertz (2003:20): El concepto de cultura que propugno y cuya utilidad procuran demostrar los ensayos que siguen es esencialmente un concepto semiótico. Creyendo (…) que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones. Lo que busco es la explicación, interpretando expresiones sociales que son enigmáticas en su superficie".

    La descripción densa en etnografía

    Según Geertz (2003) en etnografía es central establecer relaciones, conseguir informantes, analizar material bibliográfico, establecer genealogías, sin embargo "no son estas actividades, estas técnicas y procedimientos lo que definen la empresa. Lo que la define es cierto tipo de esfuerzo intelectual: una especulación elaborada en términos de 'descripción densa' (Geertz, 2003:21). La noción de descripción densa, que para nada implica negar el valor de las diferentes técnicas de recolección de la información, indica el aspecto interpretativo de toda descripción partiendo de la base que el investigador lo que hace es describir una cultura, su simbología, sus rituales, sus significaciones; sin embargo hay que tener en cuenta que el investigador no tiene acceso en modo directo a la cultura que estudia sino que accede a ella a través de las interpretaciones de los participantes de esa cultura; es decir que la interpretación del etnógrafo se basa en la interpretación de quienes viven y construyen esa forma de vida. El etnógrafo toma las formas simbólicas que construyen los participantes acerca de la realidad en la que se mueven, y sobre esas formas simbólicas elabora su interpretación. Hay toda una serie de pretensiones de este tipo, pero todas tienden a desembocar, de una manera u otra, en un intento de evitar el hecho inevitable de que toda descripción etnográfica es interesadamente casera, es siempre descripción del descriptor, y no del descrito (Geertz, 1989:154). Para Geertz (2003) la descripción densa es una tarea de desentrañar significados en pos de comprender el sentido de un ritual, de una costumbre, de una idea. Esta actividad de descifrar datos y develar significados es una tarea que implica en este trabajo el análisis de tres conceptos estructurantes: la expresión de la identidad adulta en los entornos virtuales, la interacción tecnológicamente mediada (las NTICs y los textos) y los contextos educativos telemáticos. Según Geertz (2003:24) Lo que en realidad encara el etnógrafo (…) es una multiplicidad de estructuras conceptuales complejas, muchas de las cuales están superpuestas o enlazadas

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