No es casualidad que la Garganta de Olduvai sea también conocida como la Cuna de la Humanidad, debido a la gran cantidad, y calidad, de restos fósiles y yacimientos arqueológicos que alberga. Ya descubierta en 1911 por Wilhem Kattwinkel, no sería hasta 1931, con el comienzo de los trabajos llevados a cabo por Louis Leakey, junto a su segunda mujer, Mary Leakey a partir de 1935, cuando se marcaría el actual devenir de la evolución humana, con el descubrimiento de un rosario de fósiles humanos, en este mismo lugar, en el norte de Tanzania.
Aquellos pioneros años las limitaciones eran evidentes por la falta de infraestructuras y de servicios, en los cuales es muy conocida la queja de los Leakey por la calidad del agua recogida de charcas o la peligrosidad de la fauna salvaje. Hoy día, esto ha cambiado mucho y los diferentes equipos internacionales que trabajamos en la zona disfrutamos de estaciones científicas. Nosotros disponemos de la Estación Científica Aguirre/Mturi creada por el equipo español TOPPP y, gracias a ellos, disponemos de habitaciones, cocinas, aseos y laboratorios que nos permiten trabajar en condiciones muy cómodas.